Novels2Search

75.Castrum

El tiempo no existía en la dimensión Tenebris, estuvieron el tiempo necesario, escapando de los depredadores corrompidos lo suficiente como para ya conocer sus diversos comportamientos, gracias a su compañerismo en el pasado podrían sobrevivir hasta en el infierno. Y así fue, estaban sobreviviendo en el infierno oscuro. Tenían demasiado tiempo para platicar.

—¿Sabes, Will? —empezó Ronald, mirando de reojo a su amigo—. Siempre me ha fascinado cómo los pingüinos pueden sobrevivir en el frío extremo. Trabajan juntos, se apoyan para mantenerse calientes. Realmente admirable, ¿no crees?

Wilberth, comprendiendo el tono con el que hablaba su amigo, respondió con una media sonrisa—. Sí, es impresionante. Los pingüinos saben que la supervivencia depende de la comunidad. A veces, me pregunto si deberíamos tomar ejemplo de ellos. Aunque, claro, nunca he visto a un pingüino tener que lidiar con una invasión de bestias oscuras sedientas de sangre y violencia.

Ronald asintió, con un tono mordaz—. Tienes razón. Los pingüinos lo tienen fácil comparado con nosotros. Solo tienen que preocuparse por el frío, peces y las focas leopardo. Nosotros, por otro lado, tenemos que enfrentarnos a criaturas salidas directamente de las peores pesadillas. ¿Quién lo diría?

—Sí, Ronny, nuestra situación definitivamente pone las cosas en perspectiva —respondió Wilberth, con ironía casi palpable—. Al menos los pingüinos no tienen que preocuparse por ser poseídos por espectros ancestrales.

Ronald soltó una carcajada breve—. Yep, punto para los pingüinos. Aunque, si lo piensas, siempre hay algo que aprender de la naturaleza. Los leones, por ejemplo. ¿Sabías que los leones macho pueden ser derrocados por jóvenes más fuertes? Es un ciclo constante de poder y supervivencia.

Wilberth lo miró, captando la indirecta, ya que tenían un año de diferencia, Will era mayor—. Sí, lo sé. Los leones jóvenes deben demostrar su fuerza y capacidad para liderar. Pero eso no significa que los antiguos líderes no sean importantes. A veces, incluso los leones viejos tienen sabiduría que ofrecer, si no es que se dejan llevar por el ego.

—Ah, el ego —murmuró Ronald—. Nuestro querido amigo y enemigo. Siempre presente, siempre listo para recordarnos nuestras debilidades. Los humanos podríamos aprender de los leones también, sobre todo en lo que respecta a dejar atrás el pasado y seguir adelante. Aunque, claro, algunos leones parecen más empeñados en quedarse con las cicatrices.

Wilberth suspiró, sintiendo el peso de sus errores—. Tienes razón, Ronald. Es fácil dejarse llevar por el poder y el ego. Pero también es posible cambiar, aprender de los errores y buscar la redención. Los leones que sobreviven son los que se adaptan.

Ronald levantó una ceja—. Adaptación. Eso es lo que estamos haciendo, ¿no? Adaptándonos a este infierno flotante, buscando una salida. A veces me pregunto si deberíamos haber sido más como los lobos, trabajando en manada, cuidándonos unos a otros.

Wilberth sonrió levemente, con su voz suave pero firme—. Los lobos entienden la importancia de la manada, Ronald. A pesar de todo, estoy agradecido de que aún me consideres parte de la tuya, a pesar de mis errores.

De repente, un rugido ensordecedor interrumpió su conversación. Las bestias emergieron de las sombras, de nuevo, sus formas oscuras y aterradoras estaban avanzando rápidamente hacia ellos.

—¡Maldita sea, vienen por nosotros, quiero ser un pingüino, Ronny! —gritó Wilberth, casi sollozando, preparando un hechizo defensivo con sus fuerzas recuperadas.

Decidieron correr en busca de algún refugio, debido a que Ronald no podía hacerles frente y absorberlos como a Terror y Agonía, ya que después de eso su brazo no dejó de dolerle a punzadas.

Support the author by searching for the original publication of this novel.

No habían tenido suficiente tiempo para comenzar a experimentar con el brazo de Ronald dentro de la dimensión de los Tenebris, mucho menos abrir un portal después de absorber a esas bestias, lo único que supo Rony con anterioridad era que podía abrir un portal a un lugar desconocido lleno de penumbras, pero después de haber investigado por su cuenta y saber la manipulación de Shadow’s Destiny comprendió todo con forme pasaron los años. Wilberth pudo recuperarse de su grave estado anémico. Deseaban salir de esa dimensión más que cualquier otra cosa y dejar de escapar de bestias al borde de la locura.

—¡No podemos seguir así, Ronald! —gritó Wilberth, jadeando por el esfuerzo. Sus ojos estaban cansados y llenos de desesperación, se volvieron hacia una estructura imponente en la distancia—. ¡Mira eso!

Ronald siguió la mirada de Wilberth y vio un castillo negro y puntiagudo, flotando en un cúmulo de tierra gris. El castillo parecía casi irreal, una fortaleza de pesadilla en medio del caos dimensional. Las torres afiladas se alzaban hacia el cielo oscuro, y un aura de malevolencia lo envolvía, pero en ese momento, era su única esperanza.

—¡Vamos! —dijo Ronald, decidido, y se lanzó hacia el castillo, seguido de cerca por Wilberth.

Entraron al castillo a través de una trampilla negra hecha de un material muy sólido, pero no parecía metal, madera o concreto, se cerró detrás de ellos con un estruendo ensordecedor.

El interior era tan ominoso como el exterior: pasillos oscuros iluminados solo por antorchas de fuego azules, paredes cubiertas de símbolos arcanos y ecos distantes que resonaban con cada paso. El silencio era traicionero, estaba completamente en calma y al siguiente momento escuchabas gritos venir de tu espalda o dentro de los muros que resonaban por todo el hueco pasillo.

Estos muros eran similares a la obsidiana, y el suelo era totalmente cubierto por arena gris, había entradas a recintos y habitaciones, no tenían muebles ni estructuras similares, lo que se podía apreciar es la extensa variedad de cuadros de arte completamente abstracto y difícil de encontrar sentido, por más que Rony y Will les quisieron dar algún significado no tenían palabras para describirlos, cuando observabas las pinturas, las pinturas también te miraban a ti, no podías evitar sentir pena, podría decirse que te transmitían sensaciones desoladoras .Las siguientes habitaciones tenían cuadros con pinturas que transmitían desesperanza, completamente difíciles de describir.

Llegaron a un recinto enorme, tenía muchos artefactos sumamente antiguos. En una zona que investigaron encontraron espejos colgados en un gran estante. Al acercarse a uno de ellos, Ronald vio a su esposa a sus espaldas, se petrificó del miedo, un escalofrío lo recorrió, entendió la falta de lógica que sería encontrar a Meila en este lugar, volteó y confirmó que no había nada mientras se retiraba del espejo.

—¿Viste eso, Will? —habló entre jadeos y tragando saliva.

—Ver, ¿qué?

—No, no era nada —entonces concluyó que solo él pudo verla.

Wilberth tomó y se reflejó en él, Ronald se hizo para atrás esperando un grito de su compañero, pero solo se quedó viendo su reflejo.

—¿Qué ves, Will? —le terminó preguntando por inercia.

—Nada. Solo mi rostro.

—¿Qué?

En realidad Wilberth vio su peor miedo, asesinar a su amigo de toda la vida con sus propias manos, pero pudo contenerse la presión del terror.

—Al parecer estos espejos muestran a la persona sus peores miedos y terrores hechos realidad, sintiéndote inmerso en el momento, logrando que te corrompas sin piedad a las sombras. Con que esta era la manera en la que se lograban corromper de forma tan eficaz, interesante —dijo Wilberth dejando el espejo en su lugar.

Después de salir de ese lugar vieron un cuarto pequeño que no tenía ventanas, solo su puerta de acceso, dentro no se encontraba nada, solo la arena gris igual que el resto del suelo.

—Entra ahí, Rony —le sugiere a su amigo.

—No seas idiota Will, ¡este sitio no es la casa de los espantos como para tomarlo a la ligera!

—Tonterías —dijo Will antes de caminar al interior del cuarto pequeño y cerrar la puerta.

—¿Eres un imbécil? ¡Salte de ese lugar!

Al quedarse en silencio en el lugar, luego de cerrar la puerta, creyó escuchar la voz de una mujer gritar desde lo lejos, pero quiso quedarse callado para confirmarlo, entonces de uno en uno, gritos de agonía, sufrimiento y dolor comenzaron a invadirlo, resonaban en los muros, se le erizó la piel. Los gritos dejaron de escucharse fuerte y se añadieron llantos y sollozos, llenos de tristeza y lamentos desgarradores que rayaban su garganta, tensando su cuello y teniendo espasmos en sus hombros. Terminó saliendo del lugar con un comportamiento aturdido y desconcertado, vio a los ojos a Ronald.

—¿Qué pasó?

—Escuché gritar y llorar a mucha gente. Me siento raro.

—Pero ¿qué? tu asesinaste a centenares de personas, los escuchaste gritar e implorar por sus vidas, ¿Qué diferencia hay ahora?

Wilberth se quedó callado unos segundos y su vista se postró de nuevo en Rony —Es que esos gritos y llantos también venían de ti.