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76.Dux Tenebris

Los dos pasaron por un momento incómodo totalmente, comenzaron a sentir que les recorría un escalofrío gélido. Decidieron salir del lugar y caminar por el largo pasillo de ese ominoso lugar, ya habían pasado un tiempo caminando en silencio.

—Sabes, Will, estuve pensando —empezó Ronald, con un tono característico suyo—. Si un espectro ancestral oscuro puede usarte y luego abandonarte, ¿qué esperanzas tienes de encontrar el amor verdadero?

Wilberth forzó una sonrisa, comprendiendo el sarcasmo—. Es cierto, Ronald. Si Kaiser me dejó después de todo lo que hice por él, mis posibilidades de encontrar a alguien decente deben ser nulas.

— Ah, el amor —continuó Ronald, con una risa seca—. Siempre te utiliza y te deja en el peor momento. Como cuando invocas a un espectro oscuro para que te posea, solo para que luego te abandone en una dimensión infernal. ¡Qué romántico!

Wilberth suspiró, pero no podía evitar seguir el juego—. Sí, realmente debería escribir un libro sobre eso. "Tres metros sobre un Tenebris". Tal vez se convierta en una super venta.

Ronald fingió estar pensativo—. Podrías incluir capítulos sobre las citas con demonios menores y las rupturas con entidades malignas. Algo así como "A todos los espectros de los que me corrompí".

—Y no olvides los consejos sobre cómo sobrevivir a las separaciones oscuras —agregó Wilberth—. Como no dejar que te consuman por completo y mantener algo de tu humanidad intacta.

—Exacto, y ahora que me pongo a jugar con el tema: una relación amorosa y un pacto eterno con un espectro oscuro ancestral Inter dimensional que te controla no tienen muchas diferencias —respondió Ronald, con una sonrisa irónica—. Aunque, para ser justos, mantener la humanidad intacta después de todo lo que has pasado es todo un logro. Tal vez deberías dar charlas motivacionales.

Wilberth soltó una risa breve—. Sí, podría hacerlo. "Cómo ser poseído por un espectro y seguir adelante". Sería un éxito.

Terminaron con el estómago adolorido de las risas que se echaron, era completamente imposible que después de pasar por momentos completamente contrastantes pudieran actuar como si no pasara nada, sin embargo, para ellos dos todo era posible, después de todo lo que vivieron.

Llegaron a una gran habitación que tenía diversos muros, como si fueran repisas de libros, pero éstos tenían letras escritas casi ilegibles por su idioma, eran trozos de piedra acomodados de forma organizada con escritos tallados, desconocían su lenguaje. Decidieron juntar su conocimiento para descubrir qué significaba.

—Vamos Ronald, esto se nos tiene que dar, teniendo en cuenta a todas las personas que hemos conocido me puedo atrever a decir que solo tú y yo podríamos traducir estos monolitos.

Ronald realmente lo ignoraba, necesitaba concentración para comenzar su proceso de traducción.

—Dame unos segundos, Will. Esto es... latín ¿cierto?

—Oh, con que latín... Yo pensé que era francés antiguo.

—Antiguo tienes el cerebro, zopenco. Mira, aquí está escrito el nombre de una persona —resultaba ser sumamente difícil leer los trozos de piedra porque con el pasar del tiempo incontable, las marcas comenzaron a borrarse con la erosión—. Se llamaba: Damesh.

—¿Y qué hay con él, por qué esta en estas piedras?

—No tengo idea, parece ser como un diario, habla sobre su rutina —dejaba los trozos de piedra negra en los estantes tan pronto no lograba descifrar lo demás y continuaba tomando más piedras—. Oh, mierda.

Dejó lo que estaba leyendo en las rocas y amplió su panorama para intentar comprender todo.

—¿Qué sucede? —dijo Wilberth curioso por la reacción de su amigo, si él se preocupaba por algo entonces era importante. Tomó el mismo trozo de piedra y comenzó a leer, su conocimiento traduciendo latín era nulo, pero si hay algo que supo distinguir en las escrituras fue:

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"Damesh, Daster Dux Tenebris."

—¿Qué significa "Dux", Ronald?

—Líder.

Los dos sintieron un extenso gélido escalofrío, junto con el auténtico terror inmerso después de enterarse que Daster, la agonía misma, líder de los Tenebris, fue humano.

—Era de esperarse.

—¿Cómo que "era de esperarse", Wilberth?

—Es que no haz sentido lo que es ser corrompido por un Tenebris. Su mente colmena, te hace sentir hambre, sed y odio. El humano es el único ser vivo que tiene necesidades banales y conciencia.

—Desde ese punto, tiene más sentido. Creí que simplemente era la deidad de la oscuridad.

—No te atrevas a subestimarlo —le advirtió Wilberth —. Puede que le puedas dar frente, pero precisamente por eso es que puedes, porque tienes la confianza. Bríndale algún miedo y te hará su esclavo.

Posterior a ese momento de reflexión y asimilar lo sucedido, salieron del lugar, para ver más adelante un cuadro.

Se extendía por la mayoría del muro y figuraba ser una esfera, tenía incrustadas unas estacas en cinco lugares, esa figura parecía flotar y tener voluntad propia dentro del cuadro, no había nada escrito, solo decía IMPERIUM abajo del marco.

—¿Imperium? —leyó Will.

A lo que Ronald le responde —Gobierno.

Los dos nuevamente pasaron de largo y continuaron avanzando en las habitaciones.

Vieron cómo, en cámara lenta y cambiando bruscamente de ritmo, el muro de su izquierda fue empujado al otro extremo, destruyéndolo por completo por una bestia de brea que con sus ojos titilantes y erráticos los observó mientras embestía las paredes de ese castillo, después la bestia no regresaba, los hombres se pusieron en guardia y con un sentimiento de nostalgia añorando el momento que fue de tranquilidad como si hubiera pasado hace años.

Enseguida detrás de ellos otra bestia igual de grande hizo lo mismo acorralándolos entre los muros destruidos.

—¿Nos extrañaste, Kaiser? —dijo Ronald con un humor y sarcasmo distintivos.

—Calla, insolente —la voz de Kaiser se escuchó por toda la zona, sin saber de qué ángulo venía, se oía por todas partes.

Wilberth había comenzado a jalar del brazo a su amigo por un impulso de miedo y decidieron salir por los huecos enormes que las bestias causaron, vieron un túnel improvisado, que no dudaron en recorrer y salir a las afueras del castillo.

No se distinguía alguna forma cerca más que los nightmares, pero el horizonte se distinguía notoriamente más peligroso y amenazante.

Will se puso analítico —¿Tenemos relativamente poco en este sitio sabes?

—¿Cuál es tu punto? —Ronald le pedía que omitiera su introducción.

—Que descubrimos mucho más de lo que pensamos, pero no sabemos cómo ganarle a ese espectro, parece como si la única forma en la que nos puede atacar es mediante sus bestias.

—Es que no lo hemos encarado Wilberth, solo estamos huyendo. Además no lo vemos.

—Puedo estar en cualquier lugar, no como ustedes, que están atados a la carne —nuevamente se escuchó Kaiser como si hablara por un megáfono en un gran estadio.

—Intenta atacarlo, Rony, usa la magia de Starlight, la de los cazadores de la oscuridad.

Ronald tomó mucho aire, ese oxígeno se sentía carrasposo, sentían que era algo similar al agua salada, pero en términos de O2, no les dolía demasiado, pero sentían que el daño a sus pulmones era el equivalente a fumarse diez cajetillas de cigarros cada uno, en todo el tiempo que tenían. Su mano izquierda se tiñó de un dorado cautivador, la luz que comenzaba a irradiar era cálida, después de exhalar, junto con el dióxido de carbono, expulsó un encandilamiento de trecientos sesenta grados, por pocos segundos no se distinguieron las siluetas de los dos hombres, se apreciaba como la luz avanzaba como proyectiles a todas direcciones. No hubo ningún ruido del espectro.

—Pues al parecer sirvió... —dijo Wilberth, un poco confiado. Era la Supernova más poderosa que había visto en su vida, y sabía que si aún tuviera a Kaiser dentro, se desvanecería junto con él en segundos.

—Son idiotas —después de la nueva tranquilidad conseguida, Kaiser la vuelve a interrumpir —. Creo que les resultará contraproducente el infortunio que acaban de realizar.

De la misma forma que se fue la luz, se escuchaban gritos, alaridos y rugidos, de todas direcciones, habían atraído a todas las bestias sedientas y hambrientas de todos los confines del infierno oscuro.

—Severa mierda acabo de hacer —dijo Ronald entre dientes, regañándose a sí mismo —. No puedo hacer otra supernova, el oxígeno de aquí se siente como dagas en los pulmones.

Los gritos se escuchaban cada vez más cerca, Kaiser no tenía que hacer nada, solo era cuestión de tiempo para que murieran en las fauces y garras de los nightmares.

Ronald rápidamente analizó su entorno, pensaba para sí mismo las múltiples acciones que podrían hacer. ¿Encararlos? de ninguna manera, sus fuerzas no eran óptimas y ahora, las de él estaban en descanso. ¿Regresar al castillo? imprudente, las bestias romperían los muros provocando que ellas y el derrumbe los mataran, pero después de ver en todos lados logró reconocer, justo abajo del castillo, un destello de magia similar a la que usó para abrir el portal a la dimensión en la que estaban, así que una nueva posibilidad se escribió en la mente de Ronald. ¿Tomar a Wilberth y saltar del terreno a las profundidades del abismo? si no fuera mucha molestia, sí.

Tomó a Wilberth del brazo y lo jaló saltando al abismo —. ¿¡¡Pero estas completamente loco, Ronald Della Croce!!? ¡¡Vamos a morir!!

El portal se abrió, del otro lado se podían distinguir siluetas sentadas, el lugar era oscuro y se iluminaba por las chispas de magia muy tenue. Cualquier otro lugar era mejor que en el que estaban. Ronald solo sonreía feliz y con entusiasmo porque ya por fin saldrían de esa peligrosa dimensión.