Después de haber desaparecido de aquel lugar, Wilbert pudo observar su cuerpo lejos de ahí, dentro del bosque, totalmente solo, acompañado de sonidos de los insectos, y acariciado por la luz de la luna, los animales huían con sólo distinguirlo entre los árboles, sabían que era alguien nocivo y muy peligroso, después de caminar un rato se inclinó para ver su reflejo en un lago para luego entrar en desquicio.

— Ahora... ¡¿qué cosa soy?!

~ Somos un ser inmortal, ¡todos son inferiores ante nuestro poder!

Abrió los ojos y volteó a los lados, por un momento se sintió en compañía con una persona, más no veía alguna silueta cerca.

— ¿Quién anda ahí?

~ No hay nadie... sólo nosotros...

Entonces el hombre agachó el rostro para distinguir que su reflejo era distinto al de hace un momento.

~ Soy tú, ambos somos nosotros.

Cayó en cuclillas y puso ambas manos en su cabeza.

Nunca supo desde esa vez si estaba loco, pero no era normal escuchar voces en su mente.

— ¡Esto no estaba escrito! ¡te... tenía que obtener el poder absoluto! no esta mierda de voz.

~ Y lo tienes Will, soy tu consejero personal...

Gritó lo más que pudo con odio.

— No sé qué seas, pero ¡esta mierda no la quiero! ¡sal de mi ahora!

Hubo silencio para después recibir su contestación.

~ No eres más que un títere, Wilbert, un títere con demasiado poder, del cual comenzaré a jalar los hilos por completo.

Un aura oscura se desprendió de su pecho y brazos, se sintió ligero por un momento y un poco mareado.

~ No dolerá... mucho.

Rápidamente la sombra penetró atravesándole su cabeza, el hombre cayó a la tierra de inmediato, después lo negro comenzó a recubrirlo hasta la última parte de su cuerpo, el cráneo y los tejidos se regeneraron y el cuerpo se empezó a poner de pie.

— Podrás ver lo que sucede desde muy cerca, será nuestro lazo irrompible.

~ Pero ¡¿qué fue lo que hiciste?!

Wilbert seguía ahí, solo que no estaba afuera, sólo podía ver y escuchar.

— Yo soy Káiser el siniestro, ¡vuelto a la vida!

El cuerpo de antes había cambiado, ya no parecía humano, ya no parecía Wilbert.

. . .

Lía cruzó los brazos, después de la misericordia que le tuvieron al no castigarla, o peor aún.

— Richard esta en sus mejores condiciones en toda su vida.

Richy sonrió a las chicas muy simpático, Lía decía la verdad, quería ser una hechicera reconocida y defender a sus padres.

Al terminar la sesión ya era tarde, lo suficiente como para hacer que las ventanas ya no tuvieran luz y para que Richy tuviera sueño, las chicas se despidieron de él y lo dejaron solo con Lía, la cual, se sentía un poco celosa, no era el centro de atención así que eso era un problema para ella, pero lo más importante es que tal vez, y descartando que Richard no puede controlar sus poderes, significa que ella está siendo opacada en poder por él.

La luna era llena y brillante, así que los dos cayeron muy rápido en un sueño profundo, las cortinas de la ventana no cesaban por el viento y fue cuando algo empezó a moverse, una silueta oscura entre el silencio comenzó a hacer ademanes que lograron que el dormido richy volara, estaba levitando sobre su cama, saliendo por la ventana rosando las cortinas, la silueta estaba riéndose ya que se escuchaba levemente entre la tranquila noche.

Richard se alejó del castillo, más allá del bosque, llegando a un laberinto que se le distinguían los muros de arbustos muy antiguos, en varias áreas se veían arboles sumamente gruesos, más que naturaleza, parecía ser una torre o faro sirviendo de centinela.

En la entrada decía una leyenda un tanto inquietante:

"No temas ante las locuras del emperador Lizardi, él solo quiere diversión y devoción, pero si no eres capaz de seguirle el ritmo y eres derrotado... será tu perdición"

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Mas adentro de los arbustos se veía una estatua de piedra que era nada más y nada menos que el emperador Lizardi, quien con sus guadañas se postraba peligroso ante la luz de la luna llena. Richy estaba levitando hasta llegar exactamente al centro del laberinto, entre las plantas y dientes de león cosquillearon la nariz de Richard, que estornudo al rose.

Somnoliento y recuperando el conocimiento se levantó del suelo, volteó a los lados creyendo que era un sueño, se dio un pellizco y entonces fueron malas noticias, no era un sueño.

¿Dónde estoy? Se preguntó muy asustado, no veía el castillo a lo lejos ni algún lugar que se le hiciera familiar. En eso estaba germinando algo del suelo, mucha tierra se acumuló y fue cuando salió una salamandra con forma de humano chiquito, vestido de sargento, un poco despistado se refiere al chico.

— ¡Hey tú! —lo observó de arriba abajo— alfeñique... ¡estás aquí esta noche para retarme al laberinto encantado! —.

— Espera, ¿qué? —se acababa de levantar, era justificado que no entendiera ni pío de lo que dijo, pero como que lo quiso comprender— ¿de qué va el reto? y, ¿cuándo podré regresar a dormir? —.

Intentaba incorporarse a la competencia tallando sus ojos y estirándose los brazos.

— Es simple, ¡salir del laberinto! —mira a los lados— tienes suerte, yo soy el emperador Lizardi, ¡estoy loco!, pero tengo amnesia —agrega una risa ronca un poco pegadiza— así que no importa cuántas veces haya cruzado este lugar ya que se me olvid... [https://img.wattpad.com/f2b3f8e4dd9c42226f4de42576e4f8d965ccf491/68747470733a2f2f73332e616d617a6f6e6177732e636f6d2f776174747061642d6d656469612d736572766963652f53746f7279496d6167652f5f47714a442d374568334f734d773d3d2d3530373034373635312e313763393938323133643037343863373538303632313637323034372e6a7067?s=fit&w=1280&h=1280]

— Es simple, ¡salir del laberinto! —mira a los lados— tienes suerte, yo soy el emperador Lizardi, ¡estoy loco!, pero tengo amnesia —agrega una risa ronca un poco pegadiza— así que no importa cuántas veces haya cruzado este lugar ya que se me olvida —agregó una pequeña paradoja a su argumento.

— Espera... si se supone que tengo amnesia ¿¡cómo es que recuerdo que tengo amnesia!? —se rasca la barbilla y menea su cabeza— olvídalo... comencemos de una vez ¡que la noche no es tan larga como mi cola! —.

Los dos se dieron la espalda colocándose en la entrada de caminos separados que quién sabe a dónde llegarían.

Se comenzaron a mover y pronto a correr, dando vueltas de un lado a otro se veía al emperador moverse, pareciendo no estar envuelto en el pánico que tiene cada que juega a este reto, Richard optó por la paciencia, se calmó un poco y comenzó a caminar, al principio parecía fácil, pero se complicó cuando de las paredes se asomaron unas garras queriendo lastimar, logró esquivarlas pero el problema era saber de dónde saldría la siguiente, volar, brincar, no era tan fácil de alguna forma el laberinto contenía su magia y era imposible usarla, entonces vio a lo lejos un árbol grande y trato de acercarse a él, aunque pareciera que se estaba alejando del sitio al que quería llegar.

Lizardi no era tonto, sacó sus guadañas para cortar las ramas de los arbustos— ¡Jajá! —gritó con gloria, pero se le borró la sonrisa cuando vio que se regeneraba muy rápido— ¡Es fácil! es fácil, solo debo de encontrarme, ¡solo debo de encontrarme! —se refería a la estatua que estaba en la entrada del laberinto.

El chico estaba escapando de aquellas garras e intentaba acercarse al árbol que había visto hace un momento, creía estar cerca cuando asomó su cabeza por encima de los arbustos y notó que hasta estaba más lejos del lugar que quería llegar.

—¡Esto es una farsa! parece como si... —bingo—...¡como si me alejara del sitio en el que quiero estar! —.

Se detuvo un momento y comenzó a pensar aprovechando que las garras dejaron de atacar, ubicó en sus pensamientos el querer alejarse de aquel árbol y entonces al levantarse tomó un camino opuesto al del árbol, después de unos cuantos pasillos más de atravesar logró llegar a la zona del roble gigante.

—¡Increíble, solo era un gran acertijo, ahora a trepar! —subió el árbol sin problema ya que era muy grande y arraigado, al completar la cima localizó la salida, aquella estatua del lagartijo le ayudó, así que bajo rápidamente y caminó en dirección opuesta a la salida.

—¡¿Dónde está la salida?! —por parte del emperador se veía que en realidad no sabía dónde estaba, ni mucho menos a dónde ir.

Richard no tardó en llegar a la estatua, escuchaba gritos bestiales y las ramas se movían muy fuerte, daba la impresión de que si te ponías como Lizardi el laberinto te comería vivo.

Logró tocar la piedra cuando todo empezó a caer, los muros de arbustos descendían y a lo lejos se veía una lagartija muy confundida que al ver a Richard se llenó de emoción.

—¡llegaste! —se sacudió la ropa un poco— no eres tan malo después de todo, me has ganado, mi colaboración está terminada —afino su garganta y pidió— ya puedes venir Cleir tu chico lo logró.

La máxima del concejo estaba invisible entre las malezas, sentada en una banca y sonriendo se acercó, a Wishdoom le encantaban los acertijos, ayudan a ver las cosas desde otros puntos.

— Richard, siento haberte prácticamente secuestrado para traerte aquí, era necesario, formarás parte de un gran juicio y has pasado la introducción a nuestra primera etapa.

— ¿Entonces todo esto era una prueba?

— En efecto, para poder comprender la magia necesitarás distinguir muchas cosas de ella, comprenderla, apreciarla y, sobre todo, controlarla.

Las palabras de la mujer fueron muy claras y no tuvo cobardía al responder cuándo sería la siguiente prueba, pero comenzó a usar su cabeza y se respondió el mismo.

— Y supongo que los demás retos serán iguales, sin previo aviso.

A lo cual Cleir respondió con su cabeza positivamente.

— Lizardi y yo nos tenemos que retirar, pero antes déjame contarte sobre este lugar. El laberinto sagrado, es conocido por albergar mucha vida y, sobre todo, maravillosas plantas que te pueden ayudar a realizar pociones y unos cuantos brebajes, es protegida ya que en nuestra contra podría ser muy peligroso, mi amigo y familiar, Mon Lizardi, me ayuda a resguardar este sitio. Pero bueno, hay muchas cosas que necesitas saber ya que serás aceptado por el concejo, te necesitamos Richard.

Le brindó una grande y amplia sonrisa a lo que el joven respondió.

— ¡Excelente!, y puede decirme richy, Sra. Wishdoom, creo que sería genial que fuera a dormir, asumo que mañana me esperan muchas más cosas grandiosas.

Cleir dio un chasquido del cual salieron unas cuantas chispas, richy cerró los ojos y en una alumbrante luz desapareció para llegar a su cuarto, no notó el viaje ya que estaba completamente dormido de regreso en su cama.