Un gran grupo de personas se había amontonado alrededor de las ventanas del lado norte del hospital, atraídos por algo que se encontraba fuera, en la plaza. Sin embargo, solo unos pocos valientes se quedaron a plena vista, armados. Los demás, o bien se mantenían a cubierto, o guardaban varios metros de distancia con las aberturas en la pared. Susurraban entre ellos, sin atreverse a alzar la voz.
Julien hizo un esfuerzo deliberado por mantenerse en calma, y se acercó al balcón que tenía delante. Inmediatamente avistó el motivo de la conmoción. Dos camiones militares, aparcados a ambos lados de la estatua de Saint Marie. Las cabinas de los camiones contaban con largos postes metálicos que se alzaban hacia el cielo, adornados con banderas blancas, las cuales ondeaban ocasionalmente en la brisa mañanera.
‘¿Banderas blancas…? Normalmente, eso es un símbolo de paz y negociación. Muy precavidos, ¿no…?’
Sospechoso. ¿Por qué iban los militares a mantener la distancia y ondear banderas blancas de forma preventiva?
‘Lo saben. Saben que no confiamos en ellos. Maldita sea… ¿¡Habrá uno de ellos aquí dentro con nosotros…!?’
“¿J-Jefe? ¿Qué hacemos…?”
“…”
******
“Capitán Isaac, hay alguien saliendo a un balcón en la sexta planta.” dijo Connor desde el asiento del acompañante.
“Le veo. Mantén los ojos abiertos.” respondió Isaac.
Centró los prismáticos en el objetivo. Hombre, atuendo civil ordinario, ningún arma visible. Su cara expresaba nerviosismo e inseguridad. No parecía una amenaza.
El hombre llevaba una gran lámina de cartón, la cual alzó en el aire, exponiendo un mensaje escrito sobre ella:
[NO SOIS
BIENVENIDOS AQUÍ
MARCHAOS]
“Parece que la información que obtuvimos de [Fox] es verídica. Cualquiera se esperaría que la gente se alegrase de vernos en los tiempos que corren. Pero ellos no, ¿eh…?”
“¿Cómo procedemos, capitán?”
“Erik, ata un pañuelo blanco alrededor de tu brazo y sal ahí fuera, les mandaremos un mensaje de vuelta. No alces el arma y no muestres ninguna hostilidad. Tenemos que evitar una reacción violenta.”
“¡Sí, señor!” respondió una voz desde el compartimento trasero del camión.
Según lo que [Fox] había descubierto, alguien estaba tratando de sembrar odio y desconfianza hacia el Ejército en aquella gente, posiblemente para tratar de iniciar un conflicto armado. Sin embargo, hostiles o no, seguían siendo civiles.
Isaac sabía lo que tenía que hacer; todo era cuestión de tomar las decisiones correctas. Todo lo que veían sus ojos eran personas que debían rescatar, y un misterio que debían resolver. Nada más.
Vio a Erik en el espejo lateral, saliendo de detrás del camión, cargando una lámina de papel y un rotulador. No había señales de represalia por parte del hospital.
‘¿Significa esto que están dispuestos a negociar, entonces…? Conveniente.’
“Vale… Erik, escribe esto…”
******
“[Donovan], aquí PT-01, ¿me recibes? Cambio.”
“Afirmativo, Prometheus. Te recibo.”
“Ambas partes han entablado comunicación pacífica. Existe la posibilidad de que lleguen a un resultado desfavorable para nosotros. Arréglalo.”
“En ello.”
[Donovan] volvió a ocultar la radio bajo su chándal, y abandonó la habitación. A decir verdad, aquel resultado era predecible. El Ejército no cargaría precipitadamente hacia lo desconocido sin estudiar primero las potenciales amenazas. Y Julien tampoco era estúpido. No hacía falta ser un genio para darse cuenta de que estos eventos no estaban ocurriendo por pura casualidad.
Ambos bandos estaban tanteando el terreno. Y una ligera turbulencia podría ser suficiente para romper aquel frágil equilibrio.
Pasó por delante de una puerta abierta, y oyó un sonido. Por el rabillo del ojo, distinguió algo que se movía en las sombras, pero no tuvo la oportunidad de apartarse.
Un brazo le aprisionó el cuello desde atrás.
“¿¡¡Qué—!!?”
“¿¡Quién coño eres!?” preguntó una voz masculina, casi gritándole en los oídos.
‘¿¡¡Quién es este tío…!!?’
“¿¡¡Es que no me has oído!!? ¿¡¡Para quién trabajas!!?” el brazo alrededor de su cuello apretó con más fuerza, estrangulándole.
‘¿¡Un espía…!?’
Lanzó el codo hacia atrás, enterrándolo en el estómago de su atacante, y haciendo que aflojase su agarre. Sin perder ni un instante, [Donovan] se tiró hacia delante, tratando de alejarse todo lo posible de aquel desconocido mientras jadeaba para recuperar el aliento. Volvió a sacar la radio.
“¡¡PT…!! ¡¡Tenemos un problema…!! ¡¡Hay—!!”
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Un cuchillo emergió de la nada, hundiéndose en la radio y haciéndola pedazos.
‘¡¡¡Mierda…!!!’
Alejó a su oponente de una patada, y se armó con su propio cuchillo de combate.
Ambos hombres, separados por un par de metros, se observaron el uno al otro en un tenso silencio. [Donovan] sabía que no podría salir de aquel encontronazo sin luchar. A juzgar por su postura y comportamiento, el hombre que tenía delante no era un principiante.
Había cometido un error crítico al tratar de utilizar la radio. Un único instante de distracción podría haberle costado la vida. Una trampa en la que su oponente no había caído.
‘Dispara primero, haz preguntas después, ¿eh…?’
…
Con los cinco sentidos puestos en el enemigo, ambos entraron en acción. Los cuchillos chocaban entre sí. Los puños se bloqueaban, desviaban o esquivaban. Se agarraban el uno al otro, para luego liberarse rápidamente; algunas veces mediante fuerza bruta, otras mediante técnica. Algunos golpes lograban acertar, pero el subidón de adrenalina evitaba que sintiesen dolor. Las armas de filo rozaban a sus objetivos, rasgando la ropa y cortando la piel.
Con un aluvión de golpes, los dos combatientes veteranos se enzarzaron en una lucha a muerte.
******
“¡¡PT…!! ¡¡Tenemos un problema…!! ¡¡Hay—!!” * Bzzzzzzzzzzzzt*
El alarmado informe de [Donovan] se cortó de golpe, dejando tras de sí nada más que estática.
…
“Prometheus, aquí PT-01. PT-03 podría estar comprometido, y deberá considerarse como muerto en combate hasta que se demuestre lo contrario. Procederemos con el plan auxiliar. PT-04 y 05, mantened la posición e informad de cualquier anomalía por vuestra parte.”
“Sí, señor.” respondieron dos voces distintas a través de la radio.
A tres bloques de distancia, el enorme hospital estaba a plena vista. Desde su punto de observación en aquella azotea, podían ver al negociador en el balcón. No tenían línea de visión con las fuerzas militares en la calle, pero no la necesitaban.
Sentado en el suelo a su lado, PT-02 sostenía un rifle de francotirador con un voluminoso silenciador al final del cañón.
“Ponte en posición.” dijo 01. “Tenemos que arreglar esto antes de que quien sea que haya eliminado a 03 torne el curso de la situación en nuestra contra.”
“Sí, señor.”
PT-02 se tumbó en el suelo, preparó el arma, y centró la mira en el objetivo.
“A su señal, señor.” dijo.
…
“Fuego.”
Con un ruido ínfimo, similar al de una pistola de aire comprimido, el rifle entregó su fatídico mensaje.
…
“Objetivo neutralizado.”
“Muy bien, prepárate para moverte. Tenemos que abandonar la zona.” dijo PT-01
La mecha estaba prendida. Lo único que tenían que hacer a continuación era esperar. Todos los resultados jugarían en su favor, de una forma u otra. Su mayor obstáculo desaparecería de la escena, y su más preciada recompensa se les presentaría en bandeja de plata.
******
“Dicen que quieren reunirse con nosotros y hablar, jefe…” anunció el hombre con los prismáticos.
Julien se impacientaba más y más. ¿Reunirse y hablar? La comunicación verbal sería más sencilla, y podría ser conveniente a la hora de llegar a un acuerdo en condiciones; pero también abriría otra potencial vía de engaño. Ya tenía bastante con las sospechas de un espía en el hospital. No le agradaba la idea de establecer contacto cercano con ellos. Lo único que quería era que se fuesen.
‘Son persistentes…’
Se encaró al negociador, que le miraba con ansiedad.
“Veamos, escribe esto—”
Se oyó un sonido apagado y amortiguado.
…
Al principio, nadie entendió realmente lo que había ocurrido. El hombre del balcón ya no estaba de pie. En lugar de eso, había caído a un lado, hecho un guiñapo. Había un agujero de lado a lado en su cabeza, del tamaño de una pelota de tenis. La sangre se acumulaba en el suelo debajo de él.
La sala se llenó de gritos.
“¡¡¡E-Están disparando…!!!”
“¡¡¡Joder, se lo han cargado!!!”
“¡¡¡Oh, dios, nooo…!!! ¡¡¡Cariño, no…!!!” una mujer echó a correr hacia el balcón. Varios trataron de detenerla, pero los apartó y se acercó al cuerpo caído. “¡¡A-Aaaah…!! ¡¡¡¡Aaaaaahh…!!!!”
“¡¡Bastardos…!!” uno de los hombres armados se cubrió al lado de una de las ventanas, apuntó su arma hacia el soldado en la plaza, y abrió fuego.
“¿¡¡Q-Qué estás haciendo!!?”
“¿¡¡Que qué hago!!? ¡¡¡Era cierto lo de que venían a matarnos, joder…!!! ¡¡No voy a quedarme de brazos cruzados mientras un perro del gobierno me vuela la cabeza!! ¡¡Y una mierda!!” disparó de nuevo en dirección a los camiones. “¡¡Acribillad a esos hijos de puta!!”
******
“¡¡Vuelve al camión, Erik!! ¡¡¡Ahora!!!” ordenó Isaac. “¿¡Qué diablos ha ocurrido!?”
“¡¡¡Han disparado al negociador, señor!!!” respondió Connor, que seguía observando a través de los prismáticos. “¡¡El disparo vino del este, sin duda!! ¡¡Un francotirador…!!”
Una lluvia de balas cayó sobre los camiones. La mayoría de los disparos fallaron, agrietando el pavimento. Los que dieron en el blanco apenas tuvieron efecto alguno, rebotando en el blindaje o en el cristal antibalas del vehículo.
“¡Bravo, aquí Alpha! ¡Informad de vuestra situación! ¡Cambio!” dijo Isaac, mirando al otro camión en la plaza.
“¡Aquí Bravo! ¡Hemos visto lo que ha ocurrido! ¡Hemos redirigido el dron en la dirección de la que provino el disparo, estamos registrando la zona!” respondió Bravo.
“Central, ¿¡me recibís!? ¡Aquí el Capitán Isaac del equipo Alpha! ¡Tenemos una situación imprevista, cambio!”
“Aquí Central. Hemos oído lo ocurrido, Alpha. Mantened la posición.”
…
“¡Central, aquí Bravo! ¡El dron ha avistado a dos individuos desconocidos en una azotea a tres bloques de nuestra posición! ¡Acaban de retirarse al interior del edificio!”
“Recibido, Bravo. Estas son vuestras nuevas órdenes: el equipo Alpha se infiltrará de inmediato en el hospital y asegurará al sujeto resistente al Sting en su interior. Evitad los enfrentamientos en la medida de lo posible. Si tenéis que recurrir a la violencia, disparad a incapacitar, no a matar; a menos que no tengáis otra alternativa. Sin embargo, la seguridad del sujeto objetivo es de máxima importancia. Haced todo lo que sea necesario para sacarlo de ahí con vida. El equipo Bravo seguirá el rastro de los francotiradores enemigos. Capturadlos vivos de ser posible, y extraedlos para su interrogación. No podemos permitir que—”
“¡¡Aquí Delta, informando a todas las unidades!! ¡Hemos detectado un gran número de stingers moviéndose en dirección al Hospital Saint Marie, siguiendo el sonido de disparos! ¿¡Qué demonios está pasando ahí!?”
“Aquí Central. Equipos Charlie y Delta, mantened vuestra posición e informad de cualquier acontecimiento adicional en vuestros sectores. Equipo Alpha, debéis daros prisa. No solo habrá stingers rodeando el hospital en breves, sino que también es muy probable que el nido del hospital se despierte a causa del ruido. Esperad resistencia stinger.”
“¡Entendido…! ¡¡Joder…!!” Isaac observó rugir el motor del otro camión, que arrancaba a toda prisa en persecución del enemigo. “¡Muy bien, chicos! ¡Comprobad vuestro equipamiento, y aseguraos de llevar cápsulas inhibidoras! ¡En marcha!”
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“¿¡Qué es ese ruido…!?” dijo William. “¿¡Disparos…!?”
Venía de arriba. Disparos. Muchos disparos. Los demás a su alrededor estaban igualmente confusos.
“¡Tenemos que subir!” gritó Marcus, acercándose a toda prisa por el pasillo. “¡Esto es muy mala señal!”
“¿¡Subir!?”
“¡Ese ruido atraerá caminantes a la zona! ¡Además, el nido…!”
“¡Maldita sea, Marcus…! ¿¡Sabes al menos qué está pasando!?”
“¡No hay tiempo…! ¡Tenemos que reunir a todo el mundo y subir!”