De repente, el sótano se había vuelto más frío de lo normal. El aire se sentía pesado, estancado. Todos los sonidos parecían ahogados. Era como si el propio tiempo se hubiese detenido por un instante. Por puro raciocinio, Claire estaba convencida de que no era sino una ilusión dentro de su cabeza, pero ello no le impidió tener escalofríos.
Nora miraba al suelo, con los ojos perdidos en el vacío. Estaban secos. No parecía que le quedasen más lágrimas, daba igual lo mucho que quisiera seguir ahogándose en ellas.
Claire quería seguir reconfortándola, pero se abstuvo de hacerlo. Entendía lo que William quería decir. Tenía razón. No quería aceptarlo, deseaba con todas sus fuerzas que las cosas pudiesen tomar una dirección diferente, pero la realidad era innegable.
Si seguían huyendo y escondiéndose de la verdad, Lilian estaría perdida. Y si Lilian se iba, Nora iría detrás.
No dijo nada, no hizo nada. Era una conclusión que Nora debía alcanzar por sí misma. De lo contrario, no podría seguir adelante. Contuvo sus propias lágrimas, y observó.
“No te voy a obligar a hacerlo.” dijo William. “Incluso si mi propia cordura se tambalea sobre tu decisión final, esa decisión la tienes que tomar tú. Pero, por tu bien, y por el bien de Lilian… piénsalo. No hagas algo de lo que vayas a arrepentirte toda tu vida.”
Nora no respondió.
William apartó su silla, y se acercó a la habitación de Amanda.
“Tengo cosas que hacer, cariño… Tengo que irme. Pero volveré, lo prometo. Espérame.” dijo, antes de cerrar la puerta.
Tras un momento de pausa y reflexión, echó el cerrojo y se alejó, hacia la entrada del sótano, pasando al lado de Nora.
“Vámonos. Sea cual sea tu decisión, tenemos que encontrar a Lilian. Independientemente de lo grave que sea su condición, estará más segura con nosotros que con esos miserables.”
“William… ¿Crees… Crees que es posible salvar a Lilian…?” preguntó Nora.
“…los militares son humanos. ¿Puedes razonar con una enfermedad? No puedes. Pero puedes intentar razonar con humanos. Me gustaría creer que aún podemos tener algo de fe en la humanidad. Aunque se nos haya demostrado lo contrario una y otra vez.” respiró profundamente. “Así que, respondiendo a tu pregunta… Sí.”
William abandonó la habitación, dejando a Nora sumida en llantos amargos. Claire se le acercó a toda prisa y la abrazó, en un intento de ayudarla a cargar con el dolor.
******
William por fin había dejado a los supervivientes salir de su confinamiento. Mantenía a Marcus vigilado tan a menudo como podía, asegurándose de que nunca estuviese solo durante mucho tiempo. El único a quien dejó en aislamiento fue a Desmond. Su mente se llenaba de emociones turbulentas cada vez que lo confrontaba, ni siquiera sabía qué hacer con él. Prefería no lidiar con ello por el momento.
Dado que muchos de los supervivientes tendrían que quedarse en el edificio, dedicó algún tiempo a enseñarles la estructura del lugar, así como el estado actual del área circundante, incluyendo los pocos lugares en los que todavía podrían encontrar recursos. Aquella gente iba a pasarlo mal sobreviviendo en aquel edificio por un periodo largo de tiempo, pero si iban a rescatar a Lilian, no podían llevar a todo el mundo. Quien fuera que los acompañase, tendría que estar listo para meterse en un conflicto, y la mayoría de ellos no lo estaban.
‘Ahora que lo pienso… Rescatar a Lilian, ¿eh…? Más fácil decirlo que hacerlo. ¿Cómo?’
…
William se aproximó a Marcus, quien observaba las calles desde el borde de la azotea. Él le vio acercarse, pero no apartó la atención de los alrededores. Cuando los ojos de William se asomaron por encima de la barandilla, avistó a multitud de caminantes parados por allí abajo.
“¿De qué te sirve mirarlos?” preguntó William.
“A estas alturas, ya no tiene sentido ocultar que mi investigación está relacionada con ellos, ¿no? Podemos aprender muchas cosas simplemente observando, créeme.”
“Ya, claro… Escucha, acerca de la chica… ¿Cómo sabemos siquiera que está viva? No te habrás olvidado, ¿no? Ese… monstruo, fuese lo que fuese, echó a correr tras ellos. Me costaría creer que hubiesen sido capaces de acabar con él.”
“…correcto, esa criatura sigue ahí fuera en alguna parte, no cabe duda. No es algo con lo que un grupo de civiles sin entrenamiento puedan lidiar.”
‘Astuto bastardo… Las cosas no serían tan difíciles si no te guardases todos los detalles. Como, por ejemplo, qué diablos es esa cosa. ¡Bah…!’
“Pero la chica está viva. Eso lo puedo confirmar.” añadió Marcus. William frunció el ceño en respuesta. No estaba muy convencido. “Si la chica estuviese muerta, lo sabría. Tal y como te he dicho antes, hay muchas cosas que se pueden comprender con tan solo observar.”
“Si tú lo dices… Ni idea de cómo rayos puedes estar tan seguro… Pero todo esto sigue sin decirnos cómo encontrarla. No sabemos a dónde se la han llevado, ¿no?”
“Estoy… trabajando en eso. ¿Has conseguido convencer a sus amigas…? Dijiste que hablarías con ellas.”
William pensó durante un momento antes de responderle.
‘¿Convencer? No, esto no va sobre “convencer”, no es tan sencillo… Esto es una conclusión a la que deben llegar ellas mismas…’
“Sí, eso espero.”
“Ya veo. Muy bien, necesitaré más tiempo para investigar. En cuanto descubra algo, te lo haré saber.”
******
Los resquicios de luz se filtraban a través de las ventanas tapiadas y caían sobre Nora y Claire, rodeándolas en el ambiente sombrío del apartamento. Sentadas en el suelo contra la pared, rodeadas de sombras suaves, el frío de la habitación les resultaba extrañamente cómodo.
“He sido egoísta, ¿verdad…?”
“¿Por qué dices eso…?” Claire miró a Nora con preocupación.
“No he pensado en nadie excepto en mí misma… Me desconcierta, cómo nunca he pensado realmente en Lilian. Siempre en negación, manteniéndola a mi lado para no perderme a mí misma… Pero, ¿qué hay de ella?”
“Nora, estoy segura de que ella también quiere estar a tu lado. ¡Cualquiera se daría cuenta de lo segura que se siente cuando está cerca de ti!”
“¿Y acaso eso no hace parecer que la haya estado utilizando? Ni siquiera estoy segura de que sepa lo que le está pasando a su cuerpo… Pero yo sí lo sé. Y a pesar de que lo sé, ella parece estar conforme, y por lo tanto no hago nada. Sigo huyendo. Sigo arrastrándola conmigo…” Nora hizo una pausa larga. “Soy… Soy una mala persona.”
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“¡No digas eso…! ¡No lo digas ni de broma!” Claire se acercó más a Nora y la cogió de la mano. “Por favor, no lo hagas. No es cierto, y lo sabes.”
“Está bien, Claire. Tengo que… reconocer las cosas. Tarde o temprano tengo que aceptar quién soy, y las cosas que he hecho. Lo que me hecho a mí misma, lo que le he hecho a ella…”
“Nora...”
“Te he hablado antes sobre el tipo de vida que llevaba antes de la pandemia, ¿no? Todo lo que hacía era trabajar. Trabajar, trabajar, trabajar. Tenía que mantenerla, tenía que hacer todo lo posible para asegurarme de que tuviese un futuro brillante por delante. No teníamos contacto con nuestros padres, o con el resto de nuestros familiares… Todo dependía de mí. Y quería asegurarme de que ella pudiese seguir adelante, a pesar de estar atorada conmigo.”
Sujetó con fuerza la mano de Claire, y se llevó su otra mano al pecho, apretándola, como si una profunda angustia estuviera carcomiendo sus entrañas.
“Es bizarro siquiera pensarlo… pero mientras siga por este camino, no tendrá futuro, ¿verdad…?” la voz de Nora empezó a temblar. Claire la miró a la cara, y era muy obvio que estaba haciendo todo lo posible por no romper a llorar otra vez. “Voy… Voy a ir.”
“¿Qué…?”
“Lo haré. La llevaré con ellos. Tengo que hacerlo… ¡Tengo que hacer esto…!”
“¿¡Estás segura…!?”
“Por favor, Claire… Lo que he estado haciendo hasta ahora no ha sido más que una ilusión… No… la alimentes más. Si me hace daño… deja que me haga daño. Debo hacerlo. Tras ver a la mujer de William, creo que he abierto los ojos un poco. Por el bien de Lilian, tengo que buscar ayuda. Sé que lo comprendes…”
“Mhm…” Claire asintió. No hacían falta más palabras. Apoyó la cabeza en el hombro de Nora.
“¿Podemos quedarnos así un rato más…? Estoy… cansada.”
“Claro.”
…
“Oye… ¿Claire? ¿Por qué te preocupas tanto por mí?”
“¿Qué quieres decir?”
“¿Qué es lo que ves en mí…? ¿No es… agotador estar mi alrededor…?”
“¡En absoluto! No me importa por lo que estés pasando, ¡me gustas y punto!” para variar, la voz de Claire sonaba alegre. Nora le echó una sonrisa de agradecimiento. “Creo que todos hemos perdido algo desde que todo esto comenzó. No sé qué le ha pasado a mi familia, o a mis amigos… Probablemente estén todos muertos. Estaba… muy sola.”
“¿Es mi compañía tan valiosa para ti…?”
“A veces la compañía de una amiga es todo lo que necesitas para estar bien. Solo sé que me alegro de haberte conocido. Y te apoyaré hasta el final. ¡Lo prometo!”
“Pfff…” Nora no pudo impedir que se le escapara una risita entre dientes, seguida de una suave pero honesta carcajada.
“¡Oye! ¿¡Dónde está la gracia!? ¡Lo decía en serio!”
“¡Nada, nada…! Es solo que eso casi ha sonado como una de esas frases cliché que verías en una película.”
“Oh, venga ya… Si nos vamos a poner así, diría que todo lo que ha pasado en la última semana parece haber sido sacado de una película.”
“Bueno, eso no lo puedo negar…”
Las dos chicas compartieron una risa sincera por primera vez en mucho tiempo. Era su propio momento de paz. Una paz breve, pero necesaria.
…
“Gracias, Claire.”
******
Había pasado un día entero, y Marcus todavía no les había ofrecido ninguna pista acerca del paradero de Lilian. Cargaba papeles y documentos con él a todas partes, pero no daba respuestas.
“Me acabas de preguntar esto mismo hace un par de horas, ¿no? Aún no tengo nada. No creo que haga falta ser tan insistente…”
A Marcus no parecía hacerle muy feliz que lo acosaran en su propia habitación. Era una lástima que eso a William le diese igual. Dado que ahora el edificio estaba lleno de extraños, dedicaba la mayor parte de su tiempo a patrullar los pasillos y asegurarse de que nadie se traía asuntos raros entre manos. De forma deliberada, paseaba cerca del apartamento de Marcus más a menudo de lo normal.
“Te sigo porque no me fio de ti.” dijo William. No vio la necesidad de ocultarle su falta de confianza. “Y ya que tengo la oportunidad, no hace daño preguntar.”
“Ya…”
Pasos ligeros se acercaron a la habitación. Alguien caminaba por el pasillo en su dirección. Antes de que William pudiese alcanzar la puerta para echar un vistazo al exterior, Nora apareció en el marco de la puerta.
“¿Nora? ¿Ha pasado algo…?”
“Bueno, um… Me he decidido.” evitó su mirada mientras hablaba. “Lo haré.” dirigió sus ojos hacia Marcus, quien la miraba con curiosidad. “Te ayudaré a encontrar a Lilian.”
Marcus suspiró, como si una gran presión en su pecho se hubiese liberado.
“¿Segura? Ayer no parecías muy convencida durante nuestra charla…” preguntó William.
“Estoy segura. No puedo seguir así… Por su bien, no puedo.”
‘Así que realmente se ha decidido, ¿eh…? Para haberse desmoronado hace nada, ha vuelto a ponerse de pie sorprendentemente rápido. Bien.’
“Bueno, entonces lo único que nos falta es saber cómo encontrarla…”
“Um… R-Respecto a eso… Creo que sé cómo…” añadió Nora, con un tono tímido.
“Ya veo… Espera, ¿¡qué…!?”
…
Nora los llevó a los dos a la azotea del edificio. William no estaba demasiado seguro de qué rayos pretendía, pero la cara de Marcus estaba coloreada de curiosidad y emoción. La anticipación parecía tenerlo loco.
Nora se dirigió al lado oeste de la azotea, echó un ojo alrededor, y luego apuntó en una dirección en particular.
“P-Por ahí…”
“¿…eh? ¿Te estás quedando conmigo? ¿¡Cómo!? ¿¡Por qué!? Nora, esto no tiene ningún sentido. Pero si parece que estés eligiendo una dirección al azar. ¿Fue también así como le seguiste el rastro cuando se escapó la última vez?”
“No, eso—”
Marcus se acercó a Nora a toda prisa y estuvo a punto de agarrarla por los hombros, pero se detuvo en el último momento, eligiendo simplemente detenerse a su lado.
“¿Cómo lo sabes? Necesito que me cuentes los detalles. Es muy importante.”
“¡Ah…! Bueno, yo… Es como si… ¡No, no, vais a pensar que estoy mal de la cabeza…! ¡Maldita sea, no debí haber dicho nada…!”
“Por favor, habla.”
“D-De acuerdo… Puedo… oír su voz. En mi cabeza. Es como si no parase de oír su voz, llamándome… Y presiento que viene… de esa dirección…”
La mirada de Nora saltaba entre William y Marcus, nerviosa a un nivel sin precedentes. Su cara estaba ligeramente sonrojada. William no la tomaba en serio. Pero Marcus no compartía la misma opinión.
“Sí, sí… ¡Pues claro…! ¡Podemos confiar en ella! ¡Podemos encontrar a la chica!” exclamó.
“¿¡Me vacilas!? ¿¡Me estás diciendo que las voces en su cabeza nos dirán dónde encontrar a Lilian!? ¿¡Pero tú oyes lo que dices!?” William no se lo tragaba, y cualquier otra persona racional sería igual de escéptica.
“Vas a tener que fiarte de ella, William. No tengo forma de darte pruebas sólidas. ¡Pero estoy seguro de que dice la verdad!”
Marcus miró a Nora, y en esta ocasión sí que la sujetó por los hombros.
“¿E-Eh…?”
“Tu nombre era Nora Lamb, ¿no? Esto es un acontecimiento extraordinario. Pero sin lugar a dudas, tiene sentido. ¡Si seguimos tus indicaciones, podemos encontrar a Lilian!”
“¿Supongo que te vas a negar a darnos una explicación en condiciones?” preguntó William, en la línea entre molesto y cabreado.
“Tendrás tus respuestas en cuanto acabemos con esto. Ahora mismo, tenemos que empezar a prepararnos para salir. ¡Cada segundo importa!”
‘Ya, claro… Preparémonos para salir, ¡sigamos las voces en su cabeza! Ahora sí que lo he visto todo. Esto no es una película de acción, es una jodida comedia.’
******
Aquello era la clave. Aquella era la pieza que le faltaba. De todos los posibles resultados, ¿quién habría imaginado que así era como habrían acabado la cosas? Marcus estaba eufórico, sintió que su investigación por fin estaba alcanzando un resultado lógico.
En su habitación, terminó de reunir las pocas pertenencias que tenía. El maletín era lo más importante. Las hermanas Lamb, y los contenidos del maletín; aquellos eran todos los factores ocultos de la ecuación. La ecuación que resolvería los misterios de aquel lugar.
La celda anómala había dejado de ser una aberración. Un evento atípico e inexplicable ahora tenía una resolución apropiada al alcance.
Pero debían ser rápidos. Ahora que su teoría estaba tan cerca de demostrarse cierta, la potencial muerte de Lilian sería catastrófica. Y si fuese a ser sacada de la ciudad sin el resto de las piezas… nunca se llegaría a establecer una respuesta.
El tiempo era esencial.
Mientras caminaba deprisa por el pasillo, pensó en cómo informar de la situación a sus superiores. En circunstancias normales, habría usado la radio del camión, pero había sido saboteada. Probablemente obra de Julien. Sabían lo que hacían, eso estaba claro. Aquellos tipos eran peligrosos, y tendría que tomar las medidas pertinentes si querían recuperar a Lilian de sus garras con éxito.
‘Sin radio, no hay mucho que pueda hacer. En cuanto logremos llegar al Hospital Saint Marie, podré usar la radio que tienen allí… Por ahora, empezaré a preparar un informe escrito. ¡Ah, esto es al mismo tiempo frustrante y emocionante!’
…
‘Ahora que lo pienso, el informe original ya no es preciso, ¿no…? Pero en lugar de cambiarlo, lo complementaré con un documento secundario. Creo que lo etiquetaré como: “Reina”.’