Novels2Search
Wither With Me (Español)
CAPÍTULO 15 – CLAVE

CAPÍTULO 15 – CLAVE

Claire trató de mantener los ojos bien abiertos, pendiente de cualquier señal de movimiento a su alrededor. Sin embargo, caminar por las calles era bastante más inquietante de lo que había imaginado. Era surrealista cuánto había cambiado el mundo en cuestión de unos meses. Incluso estando completamente vacías, las calles no se sentían seguras.

Irónicamente, estaba teniendo dudas, a pesar de haber sido ella quien había sugerido e insistido en la idea. Para empezar, no estaba segura de por qué William estuvo de acuerdo, no esperaba que lo estuviese.

A excepción de aquella horda con la que se habían cruzado hacía un rato, las calles circundantes estaban despejadas de caminantes. Eso no significaba que fuesen seguras, pero William pareció usar aquello como justificación para hacer algo que de otro modo le hubiese resultado escandaloso hacer.

[Al más mínimo signo de peligro, dejamos esto y volvemos a subir, ¿queda claro?]

Esas habían sido sus palabras antes de bajar a la calle. Pero, ¿qué era exactamente un “signo de peligro”?

Los edificios cercanos tenían un aura mucho más siniestra desde la calle que desde los tejados. Ventanas. Puertas. Entradas. Todos ellos eran pozos negros de incertidumbre, todos ellos podrían estar ocultando la siguiente amenaza con la que tendrían que lidiar. Claire sacudió la cabeza y trató de concentrarse en lo que tenían que hacer: encontrar a Nora y a Lilian.

Desde el momento en que tocaron suelo, William había tomado la delantera. Claire le siguió a buen ritmo por la calle, mientras hacían lo que podían por mantener un perfil bajo y mezclarse con las sombras que proyectaban los edificios. Su cabeza no paraba de girar de lado a lado. Cada tienda, cada callejón, cada esquina, ofrecían una nueva oportunidad de avistar a Nora o a Lilian. Todos los espacios interiores estaban rebosantes de oscuridad, pero aun así, la luz del sol penetraba lo suficiente como para brindar una idea decente de lo que había dentro.

Aquella zona era casi exclusivamente un distrito comercial. Todo estaba hecho pedazos, o bien destruido o bien saqueado tantas veces que ya era irreconocible. Era poco realista que pudiesen encontrar a alguien en aquel lugar en una cantidad sensible de tiempo, a menos que estuviesen paradas a simple vista.

‘Nora… Lilian… ¿A dónde habéis ido…?’

Algo interrumpió sus pensamientos. Sin previo aviso, William agarró su brazo, la arrastró bruscamente detrás de un coche cercano, y le puso una mano en la boca para impedir que gritara en respuesta.

“¡Silencio…!” susurró.

¿Qué estaba pasando? ¿Caminantes? Era obvio que William había percibido algo, pero Claire no pudo ver qué era, y no se atrevía a levantar la voz para preguntar. Le asintió, y él la soltó en respuesta. Se percató cómo procedió de inmediato a sacar su pistola de la funda en su cintura.

‘No usarías pistolas contra caminantes… ¿Verdad…?’

Sus sospechas se confirmaron cuando oyó varios pasos que se acercaban a su posición. Pasos coordinados y rítmicos, no los tropezones y arrastramientos característicos de los caminantes. Era gente.

Tragó saliva, y observó a William. Él no le prestaba atención alguna, estaba completamente concentrado en el peligro inminente, y casi seguro que dispuesto a apretar el gatillo si fuese necesario.

Estaban hablando. El murmullo distante se aclaraba poco a poco a medida que se acercaban, a un ritmo sorprendentemente rápido.

“—sin creerme que esto sea una buena idea, tío. ¿¡En qué coño está pensando Marcus!?”

“Calla, nosotros no tomamos las decisiones, ¿o sí? Además, solo tenemos que echar un vistazo. No deberíamos meternos en problemas siempre y cuando no metamos las narices donde no nos llaman.”

“Bah…”

Sonaban como si estuviesen casi al otro lado del vehículo.

‘Por favor, pasad de largo, pasad de largo…’

“Pero, en serio, no me importa quién sea esa tía, deberíamos habernos deshecho de ella. ¿La has mirado a los ojos? ¡Me da muy mal rollo!”

“Sigue hablando así y le darán tu lengua de comer a los caminantes. Vamos, menos cháchara y más caminar, ¡tenemos que estar de vuelta antes de que caiga la noche!”

“Si, ya, como si no—”

Sus voces se perdieron de nuevo en la distancia. Claire y William se mantuvieron quietos y en silencio por un buen par de minutos.

******

“No me gusta ni un pelo cómo ha sonado eso…” fue William quién rompió el silencio. “¿Qué opinas…?”

“Ah… A ver…”

“No te andes por las ramas. ¿Crees que hablaban de alguna de ellas?”

“Hmm… Es cierto que Lilian tiende a mirar a la gente de forma extraña, especialmente si no está cómoda. Pero, ¿¡cómo podemos estar seguros…!?”

En efecto, no había forma de saber si se referían a Nora o a Lilian. Por lo que sabían, era plausible que estuviesen hablando de alguna otra alma desafortunada que habían conseguido capturar. Pero, por algún motivo, algo así le resultaba improbable.

‘¿Deberían haberse deshecho de ella…?’

Aquella gente no era precisamente aficionada a perdonar la vida a nadie sin un buen motivo.

“Esos tipos pertenecen al mismo grupo que nos atacó.” dijo William.

“¿¡E-Eh…!? ¿¡Estás seguro…!?”

“Marcus… Ese es su cabecilla, estoy seguro de haber oído su nombre antes.”

“E-Entonces… Si han atrapado a Nora y a Lilian… Oh no…”

“Espera, pensemos un momento. Si han capturado a alguna de ellas, es posible que pretendan usarlas como rehenes, como una herramienta de chantaje para conseguir lo que quieren de nosotros. Y supongo que toparse con alguna de ellas aquí en mitad de la nada debe de ser bastante inesperado. Puede que hayan enviado a esos dos a echar un vistazo a nuestro refugio, para averiguar si ha ocurrido algo…”

Meditó por un rato. Claire se revolvía y se mordía las uñas, incapaz de mantenerse en calma.

“¿¡Q-Qué hacemos entones…!?” preguntó.

William lanzó una mirada calle abajo, hacia una gran estación de metro.

‘Los vi salir del metro… Sabía que estaban estacionados en algún lugar cercano. Debí imaginar que estarían usando los túneles subterráneos…’

La situación había dado un giro a peor, y tenían que hacer algo al respecto. Eran presas fáciles, justo en el centro del territorio enemigo. La única pista que tenían era incierta en el mejor de los casos, y los llevaría aún más adentro, directamente a la boca del lobo. ¿Deberían ignorarla y largarse de allí? ¿Seguirla a donde fuera que les condujese?

Los pensamientos de William estaban divididos, en fuerte oposición unos con otros. ¿Raciocinio, o impulso? De una u otra forma, tenían que tomar una decisión, y rápido.

[¡No es tu hermana, a fin de cuentas!]

[Sé lo doloroso que es perder a un ser querido.]

‘Nora… Lo entiendo…’

******

“¡¡Uggggh…!! ¡Es inútil, no puedo…! ¡Pesa demasiado…!”

“No pasa nada, lo haré yo, baja. Cuidado con dónde pisas, es un poco resbaladizo.” dijo William.

“E-Está bien.” Claire dio una respuesta temblorosa mientras descendía a la alcantarilla. “¿Estás seguro de que esto es una buena idea…?”

“¿Y qué sugieres, irrumpir por la puerta delantera? Al menos las alcantarillas nos deberían permitir acercarnos al metro sin ser detectados.”

De hecho, Claire comprendía el razonamiento tras aquella decisión. Sencillamente, le asustaba el hecho de merodear por aquellos pasillos oscuros y claustrofóbicos.

Alcanzó el fondo de hormigón sólido y se apartó de la escalerilla. William procedió a subir hasta la tapa de alcantarilla y arrastrarla de nuevo a su sitio, encerrándoles en una oscuridad total. Luego, Claire le escuchó bajar de nuevo y revolver en sus bolsillos. Un destello de luz iluminó de repente todo el pasillo, emergiendo de una linterna en manos de William.

“Toma, esta es para ti.” dijo, mientas le entregaba otra a ella.

Cogió un trozo de tiza y marcó la pared detrás de él, dibujando una flecha que apuntaba a la escalera.

“Bien… No vayamos a perdernos. Marcaremos la pared izquierda a medida que avancemos, apuntando a la salida. Creo que me hago una idea de la estructura de los túneles del metro. Trataremos de encontrar un camino hasta uno de ellos, luego nos dirigimos a la estación. ¿Entendido?”

“S-Sí…”

“Bien, en marcha. Y mantente en silencio.”

El tiempo parecía haberse detenido allí abajo. Claire siguió a William por los sinuosos pasillos, pero no es como si tuviera otra opción, muchos de ellos eran tan estrechos que no habrían cabido los dos uno al lado del otro. La forma de la alcantarilla no paraba de cambiar. Algunas secciones eran tan apretadas que sentía que las paredes colapsarían sobre ella en cualquier momento, otras eran tan anchas que no alcanzaba ambos lados con los brazos extendidos. Algunas eran tan altas que no podía tocar el techo, y en otras tenía que agacharse para poder pasar.

Lo detestaba.

Aquellas paredes parecían un ataúd, le daban la sensación de estar enterrada viva. Sentía un hormigueo en sus extremidades, como si fuesen a quedársele dormidas si seguía caminando hacia la reptante oscuridad. Las únicas cosas que le permitían mantener la concentración eran el sonido de sus pasos y los garabatos de William en las paredes.

El pasillo se abrió a una sección de túnel más grande. William salió y miró alrededor por un momento.

Support the creativity of authors by visiting the original site for this novel and more.

“¿Estás bien ahí atrás?” susurró.

“C-Claro… Solo… un poco nerviosa…”

“Eso es probablemente normal. A ver, ven en silencio. Pase lo que pase, no alces la voz cuando veas esto.”

‘¿Cuando vea… qué…?’

Salió al túnel y miró hacia lo que fuese que William estaba iluminando con su linterna. No pudo evitar soltar un grito ahogado, pero se cubrió la boca con su mano libre para prevenir cualquier otro sonido.

Varios caminantes. Tan solo a unos metros de distancia. Mirándolos fijamente.

“No hagas ruidos innecesarios. Estos no serán un problema, pero no sabemos qué puede haber más allá.”

“A-Ah… ¿Q-Qué…?” la voz de Claire temblaba, no podía articular de forma apropiada.

Era la primera vez que tenía la oportunidad de observarles tan de cerca y con tanta claridad. Pero había algo raro. Los miraban con ojos hambrientos, pero su comportamiento errático y salvaje se había reducido a nada más que espasmos ocasionales, junto a leves resoplidos y gemidos. Casi parecían tristes.

“Se quedan así cuando pasan demasiado tiempo a oscuras.” explicó William.

“¿D-Demasiado tiempo…?”

“La oscuridad parece acelerar sus movimientos y agudizar sus instintos, pero si se quedan atascados en la oscuridad durante algunos días, empiezan a ralentizarse hasta que se frenan casi por completo… No me preguntes por qué, no tengo ni idea de cómo funcionan.”

‘Parecen… ¿hambrientos…?’

“No te acerques mucho a ellos. Apenas pueden moverse, pero intentarán agarrarte.”

“Oh dios… ¿E-Estás seguro de que podemos hacer esto…?”

“Si no fuese seguro ya les tendríamos encima. Vamos, sígueme de cerca. Y no te les quedes mirando demasiado…”

Claire no dijo nada más, se limitó a escurrirse tras William y a seguir cada uno de sus pasos. A medida que avanzaban por el pasillo, zigzagueando entre cadáveres en pie, Claire no pudo evitar hacer exactamente lo que William le había dicho que no hiciese. Mandíbulas colganderas tratando de dislocarse a sí mismas al intentar morder. Manos que lentamente intentaban agarrar el aire, con dedos inquietos. Articulaciones que crujían mientras se esforzaban en girar sus cuerpos en su dirección. Ojos frustrados que seguían todos sus movimientos.

En realidad, no estaban haciendo ningún movimiento significativo, pero Claire podía sentir la letárgica sensación de inquietud a su alrededor, como un animal que se despertaba gradualmente de su sueño. La miríada de gemidos angustiados tampoco ayudaba.

‘Vamos, Claire, céntrate… Está bien… Vas a estar bien…’

Tragó saliva e intentó despejar la mente por un momento. Si seguía a William, debería ir todo bien. Él tenía mucha más experiencia que ella, o eso quería creer. Y fuese lo que fuese por lo que estuviesen pasando Nora y Lilian, seguro que era peor que unos caminantes decrépitos.

‘Nora… Lilian… Por favor, manteneos a salvo. ¡Ya vamos…!’

******

El gran espacio abierto del túnel de metro se sintió más acogedor de lo que William esperaba. Al fin, habían emergido de los túneles de alcantarillado a un apretado corredor de mantenimiento que conectaba directamente con las vías de metro. Aparte del encuentro con aquellos caminantes lánguidos, su paseo por las alcantarillas había transcurrido sin incidentes, lo cual consideraba un milagro. Sin embargo, había perdido la noción del tiempo; no estaba seguro de por cuánto tiempo habían estado dando vueltas por aquellos pasillos.

La inmensidad de los túneles principales era intimidante. Eran tan grandes que, incluso con la linterna, resultaba difícil ver la pared al otro lado del túnel. Algún tipo de neblina blanca parecía permear el lugar, y ruidos misteriosos emanaban de las profundidades.

“Vale, la estación debería estar en esa dirección… Vamos, y no apuntes tu linterna al frente, mantenla abajo.” dijo.

“¿Abajo…?” Claire parecía un tanto perpleja.

“Si la apuntas al frente, el rayo de luz podría delatar nuestra posición… Nadie merodearía en esta oscuridad sin una fuente de luz, y también dudo que vivan a oscuras. Si podemos verlos a ellos antes de que nos vean a nosotros, nos ahorraremos muchos problemas. Tan solo mantén la luz abajo, lo suficiente para ver dónde pisas.”

“De acuerdo, creo que entiendo…”

“Bien. Venga, vamos. Y como siempre, no hagas ruido.”

Comenzaron a caminar en silencio, acompañados del sonido de sus propios pasos y del vaivén de las linternas.

Después de lo que pareció una eternidad, William se detuvo. Había algo delante, podía oírlo.

“¡Luces fuera…!” susurró, mientras apagaba su linterna. Claire hizo lo mismo segundos después.

Se echó las manos a la espalda y cogió el fusil de combate que había estado cargando todo el tiempo. No había forma de saber qué les esperaba más adelante. Más le valía estar preparado para apretar el gatillo en caso de necesidad.

“Oye, esa pistola que llevas… Mantenla a mano, ¿quieres?”

No recibió respuesta de la chica, pero asumió que había captado el mensaje. Le resultaba difícil manejar armas, y él lo sabía.

‘Algo me dice que esto no va salir bien…’

Avanzaron con cautela hacia el origen del sonido. Al cabo de un rato, una cálida luz anaranjada comenzó a llenar el fondo del túnel.

‘¿Es eso la estación…?’

Se pegaron a la pared y siguieron acercándose. Había gente hablando sobre algo, pero no estaba claro sobre qué.

“…ya no… …sentido… …cuanto… …mejor.”

“…ver, no hay… …prisas.”

Se acercaron aún más, y se detuvieron. Al fin podían ver la estación, y había varias personas a la vista. El eco de sus voces era suficiente como para entender de qué iba la conversación.

“Tío, creo que no estás entendiendo nada.”

“Sí entiendo, pero solo estáis pensando en vosotros mismos. Simplemente, no puedo dejar a mi gente atrás, y mover a todo el mundo llevará tiempo. Usted debería ser consciente de esto, Sr. Julien.”

“Por favor, Sr. Marcus, considere mi consejo… Ahora que tenemos a la chica, se nos han abierto nuevas puertas. Y no puede alimentar a toda esta gente para siempre. Aquí no.”

‘¿¡Marcus está aquí…!? ¿¡Ese Marcus…!?’

William estaba tan concentrado en escuchar aquella conversación, que no se había percatado de la respiración de Claire volviéndose más pesada y acelerada a cada segundo que pasaba. También podía oír su pistola traqueteando en sus manos. Se giró en su dirección, pero no podía verla en la oscuridad.

‘¡Mierda…! ¿¡Por qué…!? ¡Por el amor de Dios, no hagas ruido…!’ quería decírselo verbalmente, pero no se atrevía a levantar la voz, ni siquiera a susurrar.

Tanteó a ciegas hasta que consiguió sujetar su brazo, con la esperanza de calmarla. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué se estaba poniendo de los nervios de aquella manera?

Entonces, de la nada, se oyó un leve murmullo proveniente de la estación. ¿Otra voz? Sonaba como un galimatías ininteligible.

“¿¡¡Quién está ahí!!?” una voz atronadora resonó por todo el túnel.

William se giró hacia la estación. Los hombres habían parado de hablar, y uno de ellos había dado un paso al frente en su dirección, y trataba de distinguir algo en la negrura. Sujetaba a alguien frente a él, apuntando a su cabeza con una pistola. Alguien mucho más pequeña que él.

‘¡¡Es…!! ¡Esa chica…!’

Los ojos de Lilian les miraban fijamente, como si pudiese verles a la perfección a pesar de la ausencia de luz. Pero William se percató de que no le miraba a él, estaba observando directamente a Claire.

“¿Seguro que no te estás imaginando cosas?” preguntó otro individuo.

“Estoy muy familiarizado con las costumbres de esta pequeña. No reaccionaría de esta forma sin motivo alguno. ¡Quien sea que esté ahí, sal!”

“…pedazos de mierda…” farfulló Claire, apretando los dientes.

Antes de que William pudiese detenerla, Claire salió corriendo del túnel y se puso a plena vista, apuntando su pistola a los hombres en la plataforma de la estación. Lejos de su comportamiento normalmente reservado, parecía furiosa. Muy furiosa.

“¡¡Malditos bastardos…!! ¿¡¡Por qué!!? ¿¡¡Por qué estáis vivos!!? ¡¡¡Maldita sea, joder…!!!” su pistola saltaba de manera frenética de un objetivo a otro.

‘¡¡Tienes que estar de puta coña…!! ¡¡¡Idiota!!!’ William siguió a Claire, rifle al frente.

Al acercarse a la plataforma, pudo observar mejor a aquella gente. El hombre que tenía a Lilian cautiva tenía un aspecto sorprendentemente limpio. Vestía un traje de negocios grisáceo, pelo corto bien peinado, ni una mota de suciedad en su piel… Toda su apariencia exudaba arrogancia. ¿Era el cabecilla? No, no era él. Sabía a ciencia cierta que Marcus, quien se encontraba a sus espaldas, era quien lideraba aquel grupo.

El atuendo de Marcus era mucho más apropiado en comparación, la misma ropa deteriorada que llevaban todos los demás esbirros que William había visto hasta entonces. Su modesta melena marrón le daba un aspecto un tanto provocador; pero sus ojos eran misteriosos, difíciles de leer. Observaba la situación con calma, sin inmutarse por el descarado despliegue de armas apuntándole a la cara.

Había otro hombre de pie muy cerca de ellos, con una expresión engreída en el rostro, pero William no le reconoció.

“Ah, señorita Bauman… Me lo había imaginado, si Lilian estaba aquí, era de esperar que usted estaría cerca también.” dijo el hombre trajeado.

“Me pregunto si Nora también anda cerca… Joder, la echo de menos…” el hombre desconocido a su espalda soltó un comentario con evidente sarcasmo, antes de reírse por lo bajo.

“¡¡TÚ!! ¡¡No te atrevas a pronunciar su nombre, puto degenerado…!! ¡¡¡Es… Es por tu culpa que Nora…!!!” la cara de Claire se contorsionó mientras rechinaba los dientes, y lágrimas empezaron a formarse bajo sus ojos.

“¡¡Claire!! ¡¡¡Ya es suficiente, cálmate…!!!” William gritó en un intento de mantenerla bajo control. Era evidente que aquella gente estaba relacionada con las chicas de alguna manera, pero no podía dejar que sus emociones se apoderasen de ella. Especialmente cuando sujetaba una pistola.

“Sr. William, ¿no? Marcus me ha dicho algunas cosas sobre usted… Parece tener más talento que el resto de la calaña—” el hombre trajeado continuó hablando, antes de ser interrumpido.

“Me importa una mierda. La única cosa que vas a sacar de mí es un tiro en la frente.” contestó. No estaba exactamente dispuesto a escuchar ninguna de sus estupideces. Todas y cada una de las personas que vivían en aquella estación de metro eran un enemigo, y punto.

“Con los pies en la tierra, ya veo. Conveniente. Supongo que entiende que una bala perdida es todo lo que hace falta, ¿verdad?” apretó su pistola contra la cabeza de Lilian, causándole un severo malestar y haciéndola revolverse un poco. “Sugiero que ambos suelten las armas.”

“¡¡No le escuches, William!! ¡¡No es más que un capullo manipulador!! ¡¡No le harán daño!! ¡¡La necesitan viva!!” chilló Claire.

“¿Cómo que la necesitan…? ¿¡Por qué la necesitan…!?”

Por unos segundos, no hubo respuesta. William miró de un lado a otro, a Claire y luego al hombre que sujetaba a Lilian, confuso. ¿La necesitaban?

“Ahhh… Claire, Claire… Una víbora astuta, como siempre. ¿No fue suficiente con lo que nos ha hecho a nosotros? ¿Tenía que ir y aprovecharse de este hombre también?”

“¡¡A-Ah…!!” la expresión de Claire pasó de la ira a la frustración, y luego al miedo. Muy, muy rápidamente.

“No le ha dicho nada en absoluto, ¿me equivoco?”

“Claro que no lo ha hecho. ¡Mírales las caras, pffff!” dijo el individuo del fondo.

William no quería escucharles. Pero la reacción de Claire no era algo que pudiese ignorar. Arrastró los ojos hacia el hombre trajeado. El rifle seguía apuntándole directamente a la cara.

“Iré directo al grano, Sr. William.” pareció detenerse a tomar una bocanada de aire antes de continuar. “La chica está infectada.”

“¿¡Qué…!?”

“Interesante, ¿no? Piénselo por un segundo. Infectada, pero se resiste al proceso de conversión. ¿No lo ve? Ella es la clave. Nuestro tique de salida.”

“Un momento… ¡Un momento…! ¿¡Claire…!? ¿¡Es eso cierto…!? ¿¡¡Ha estado infectada desde el principio!!?” William no sabía cómo procesar aquella nueva afluencia de información. Pero de repente, muchas cosas empezaron a cobrar sentido. “¡Y tú…! ¿¡Un tique de salida…!? ¿¡A qué te refieres…!?”

“Es evidente, ¿no? Los militares la quieren. Y nosotros queremos salir de este infierno. Es un intercambio tan obvio… Y todo lo que estas jóvenes han hecho ha sido huir de forma egoísta con un recurso tan importante, condenándonos a todos a morir aquí.” volteó los ojos hacia arriba mientras hablaba.

“¿¡Militares…!? ¿¡¡Pretendes que me crea que el Ejército todavía sigue activo ahí fuera!!?”

Los ojos de William estaban abiertos de par en par en incredulidad. Estaba cabreado. En cierto modo, asumía que lo único que Nora y Claire querían era proteger a Lilian, pero no podía evitar sentir ira frente a aquel giro de los acontecimientos. Se sintió traicionado. ¿Utilizado, quizá? ¿Para qué había arriesgado su vida? ¿Para que lo hubiesen mantenido en la sombra de aquella manera? Aquello iba más allá de experiencias personales o traumas emocionales. Era mucho, mucho más grande que todo eso. ¿Y lo sabían desde el principio?

“¡Claire…! ¡¡Confié en ti, Claire…!! ¡¡Joder, confié en las tres!!” se giró hacia ella. “¿¡Por qué no dices nada!?”

Claire se limitaba a mirar al suelo. Las lágrimas se escurrían por su rostro, pero se negaba a mirarle a los ojos. Se mordió los labios, negándose también a hablar. William estaba a punto de seguir gritando, pero una sensación amenazadora en la parte de atrás de su cabeza le detuvo.

“No deberías apartar la vista de tus enemigos, imbécil.” alguien presionó una pistola contra su nuca.

‘Esta voz… Jacobs… ¡Maldita sea…!’

“Soltad las armas. Os habéis quedado sin opciones. No me hagáis partiros los brazos.” dijo Jacobs. Su tono era calmado pero frustrado al mismo tiempo, como si estuviese deseoso de llevar su amenaza a otro nivel.

Las manos de Claire temblaron por un rato, antes de que lanzase su pistola a un lado. Sus temblores se desvanecieron. ¿Había tirado la toalla? Rendirse era casi con total seguridad una sentencia de muerte, pero… ¿había alguna otra cosa que pudiesen hacer, dada la situación? Maldiciendo el momento en que decidió adentrarse en aquel lugar, William dejó caer el fusil. Un par de hombres saltaron a las vías y se les acercaron.

“No les hagáis daño.” Marcus dio un paso al frente y dio la orden antes de que Jacobs o cualquiera de los demás lacayos pudieran ponerles la mano encima. Taladraba a William y a Claire con una penetrante mirada.

“¿Estás seguro…? ¿Después de toda la guerra que nos han dado…?” preguntó Jacobs.

“Me resultan… interesantes. Me gustaría tener una charla con ellos más tarde.”

“¡Tch…! Bicho raro…” Jacobs masculló por lo bajo. “¡Vamos, empieza a caminar, basura!”

“…lo siento…” la voz de Claire era apenas un susurro.

‘Lamentarte no va a arreglar nada, ¿sabes…?’