La noche llegó, solo había tres personas durmiendo en los camarotes, dado que el capitán dormía siempre en su camarote privado, la falta de Ricardo empezó a molestar a Taras, Ron dio una excusa. No obstante Taras sabía que el capitán era un lunático, pero nunca los mataría directamente, siempre usaba algo como intermediario.
Taras esta noche decidió confiar en las palabras del capitán y si mañana Ricardo no aparecía no le quedaría otra que suponer lo peor.
Por su parte Ron dormía como siempre, con ronquidos estridentes que envolvían todo el camarote, uno pensaría que eran la forma que él tenía para lograr el trance del sueño , olvidarse del duro despertar que vendría y relajarse en el mundo de los sueños.
De todas maneras estos dos no eran muy importantes, ya que el actor principal de nuestra historia de hoy no se hizo esperar, se despertó de un salto y cayó sobre el suelo de los camarotes , sin hacer el más mínimo ruido.
'El conejo duerme en la madriguera con un zorro y el otro zorro me espera al acecho ,sabe que soy el culpable del robo del mapa, pero no conoce la verdad y es por eso que fracasara esta noche. Saldré vivo de esta Wiliam, incluso si tu barco está registrando ahora mismo mis pensamientos en tu bitácora, ¡todo es parte del plan!'. Pensó el marinero misterioso mientras corría hacia los camarotes del capitán
"¡¡Ron!! ¡¡Despierta!! ¡¡Nos atacan!!". Un grito desesperado resonó por todo el barco.
El capitán Wiliam, se había caído de su silla mientras leía su cuaderno con atención, esta mañana había descubierto la identidad de la Foca, pero no conocía la localización secreta del Perro en el barco por lo que no actuó cuando debería haber actuado.
'Como mierda esta ganándole al barco, estando en el puto barco!'. Pensaba el capitán mirando su cuaderno negro con los ojos rojos, esperando que su amiga Ana lo ayude , pero Ana lo traiciono porque dudaba de la cordura del capitán y de sus convicciones.
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'No deberías haber dejado escapar a Ricardo, fue un error, un alma menos para navegar en el futuro, idiota...' El capitán leyó esas palabras en la bitácora de su diario y sus ojos se abrieron como platos, incrédulo de la situación.
'Pase lo que pasé, estos hijos de puta no pueden sacrificar el alma del barco, tengo que salvar Ana' Pensó el capitán con miedo en sus ojos; tomando la decisión de quebrar las reglas otras vez como lo hizo durante su primer viaje: matando a todos sus tripulantes, pero arrepintiéndose cuando solo quedaron 10 supervivientes; como lo hacía por algún motivo u otro en todos los viajes desde aquel entonces... Si, el idiota no aprendía!.
El capitán leyó la última parte de su bitácora con pánico en los ojos, sabía bien la regla que él mismo se había impuesto, Ana te habla, tú no la escuches o nunca jamás lograrás llegar al mundo espiritual y siempre saldrás con vida. Pero durante 60 años siempre encontraba una excusa para romperla...
Ana no era una reliquia, era el mismo barco, el barco tenía alma, esa alma podía ir al mundo espiritual y Tusha lo ayudaría a lograrlo. Ese era el sueño secreto del capitán, ayudar a su barco a navegar por esas aguas, pero el capitán siempre terminaba salvando a todos y rompiendo las reglas cuando todo parecía perdido y Ana se molestaba por eso.
'Ana idiota, esta vez van por vos, no vale la pena arriesgarse, un viaje más y el barco se hunde de todas formas'. Pensó el capitán con temor, por primera vez alguien había logrado entender el alma de su barco y sus secretos, por lo que se sentía inseguro, su barco valía más que su vida en su corazón.
El capitán tomó el cuaderno negro y se convirtió en una astilla, guardo la astilla de madera en un estuche de plata, saco de su escritorio otro cuaderno negro muy similar, pero este tenía un cuchillo oxidado clavado en su portada.
Acto seguido, se fue corriendo a buscar a Ron, le importaba tres carajos todos los demás objetos, lo único que importaba era que el alma del barco esté segura.
El capitán corrió con toda sus fuerzas hasta llegar a los camarotes, al llegar noto que todos seguía durmiendo como si no pudieran escuchar sus gritos
"Pero porque carajos no...!!" Trato de despertarlos el capitán.
Un trapo salió de repente desde la espalda del capitán y tapo su boca, impidiendo que pueda hablar
"Mmmm!!" El capitán trató de luchar, pero luego noto que su visión se ponía borrosa y poco a poco perdía la conciencia.
El misterioso marinero terminó su ataque y se dirigió al camarote del capitán para obtener los objetos de sacrificio, pero ignoró a Ana, que se escondía en su hermoso estuche de plata en unos de los bolsillos del capitán.