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Mundo Interno

A la reliquia le importaba un carajo si moría o no, lo que la reliquia buscaba, era que el mensaje llegará a las manos de la iglesia y para eso Lucas debía llegar con vida al puerto.

Esto parecería simple, pero no lo era, la reliquia tenía voluntad propia y las reglas no eran fijas y aún más importante, era que nunca se le mencionó los efectos reales de la reliquia por lo que solo eran deducciones a base de la experiencia de este viaje.

Por lo cual, Lucas nunca supo los efectos secundarios, únicamente sabía que los cambios de actitud se provocarían las veces que fueran necesarias para que llegara al puerto.

Perfecto Lucas estaba a salvo: Ja ja ja, no!, él era la víctima más grande de la misma reliquia.

¿Por qué no le fueron informadas las condiciones de la reliquia? … La deducción de Lucas, ya fue comprobada con la pérdida de su mano, su vida no valía nada en esta aventura, únicamente el mensaje que portaba tenía peso.

¿Qué pasaría si Lucas pasaba el mensaje a otra persona? … Fácil, esa persona pasaría a reemplazar su lugar de mensajero y la reliquia decidirá a quién de los dos matar.

¿Qué pasaría si Lucas manda a la mierda la misión y trata de enterrar el mensaje con él? … La reliquia lo convertirá en un títere y su actitud sería la que cambiaría.

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Todos en este barco eran rehenes de la reliquia que él portaba y si Lucas decía eso, lo matarían y el mensaje se perdería con su vida.

Porque la reliquia no podría evitar eso, fácil, porque la anterior noche la reliquia perdió ante el capitán y el primer oficial. La reliquia no logró que estos dos se dieran cuenta de que los cambios de actitud estaban relacionados con Lucas, entonces la reliquia podía ser derrotada.

Y para Lucas, el saber como derrotar a la 'espada de Damocles' que cuelga cada vez más cerca sobre su cabeza, era la información más importante que estos dos bastardos podían ofrecerle.

Lucas solo pensaba mientras tomaba el licor nervioso mirando al primer oficial con cautela, en el fondo de su mente su peor enemigo cada vez se hacía más grande, pero las siguientes palabras definirían su vida, confiar esta vez era pedir a gritos la muerte.

Cada palabra que le diga a este borracho, podría significar otra pierna o brazo menos en el futuro.

Así como haber intentado salvar la vida de Ricardo le costó una mano esta vez, pero una mano menos no era suficiente para aplacar los murmullos en su cabeza, que pedían a gritos que confiara en esta tripulación de marineros.

Pero el gran show no se puede hacer esperar, entre un mar de murmullos pidiendo idioteces se encontraba el desdichado de Lucas, desafiando a las mareas para poder obtener los dos tesoros que le salvarían la vida.

Por un lado, estos viejos con más experiencia podían ayudarlo a entender mejor los defectos de la reliquia y por otro podían ayudarlo a llegar al puerto, entregar el mensaje y salvar su vida.

El primer oficial poco podía entender, que el silencio de este grumete, era debido a una batalla sin cuartel entre el instinto y la experiencia.

Pero finalmente Lucas empezó a mover la boca, solo él mismo, sabía cuál Lucas logró sobrevivir su propia batalla interna, con la voz temblorosa el grumete dijo: