*Tock* ... *Tock*
"Pase..." Dijo Wiliam sin mirar a la puerta.
Ricardo entró al camarote, al entrenar noto al capitán concentrado escribiendo en su diario, lo suficientemente concentrado como para no levantar la vista para verlo.
"Capitán, en que me requiere?" Preguntó Ricardo.
"Ah, Ricardo, finalmente llegaste, hay algo que quiero discutir contigo" Dijo el capitán dejando su cuaderno sobre una caja tapada por un pañuelo rojo y parándose a saludar al grumete.
"Ven, ponte cómodo, siéntate por acá" Dijo el capitán con una sonrisa, mientras lo acompañaba a Ricardo a la silla y lo ayudaba a sentarse.
El capitán, viendo al grumete, fue a su licorera y preparó dos tragos mientras decía:
"Me contó Dima, que te afecto un poco el incidente de esta mañana"
"Eh sobre eso ... No entendí bien por qué ... La matamos a Adrienne ... "Dijo Ricardo con algo de duda, de si debía hablar del tema, o no.
El capitán no respondía, solo preparaba su trago en silencio, al notar esto, Ricardo con más confianza continuó: "Quiero decir, no somos mercaderes honrados? "
"Se supone que ayudemos a los otros marineros, que sufrieron 'los mares'"
"Sácale el pañuelo a la caja de mi escritorio y mira lo que hay dentro, pero míralo con atención" Dijo contundentemente Wiliam, mientras continuaba haciendo los tragos, por desgracia no tenía la habilidad de Ron.
This story has been unlawfully obtained without the author's consent. Report any appearances on Amazon.
Ricardo con algo de duda obedeció y sacó el pañuelo, él ya sabía lo que había adentro, lo que no entendía, es porque guardarlo.
"Ahhh!" Gritó Ricardo del susto, cayendo al suelo junto a la silla por el salto que se mandó, solo quería alejarse de esa cosa que tenía al frente.
Como suponía Ricardo, adentro la caja se encontraba la cabeza de Adrienne, pero lo que le sorprendió fue que el cráneo de la cabeza fue abierto con mucho cuidado, toda la capa capilar de cabello había sido removido, junto a la parte superior del cráneo. Dejando al descubierto el cerebro de Adrienne
"Porque mierda le hicieron esto?!" Preguntó Ricardo asustado.
"Te dije que miraras con cuidado, novato..." Dijo Wiliam dándose vuelta y poniendo de pie al grumete en el suelo.
"Mírala! Notas algo anormal, muchacho?"
Ricardo volvió a mirar la cabeza con el cerebro al aire, esta vez noto que había algo moviéndose en el cerebro de la chica.
Al observar con cuidado uno podía observar un gusano, largo y delgado, con una piel llena de patrones azulados y plateados, el gusano sería muy bonito a la vista si no fuera porque estaba comiendo felizmente el cerebro de Adrienne.
"¿Qué es esa mierda?" Preguntó Ricardo con algo de asco, con la mano en la panza tratando de contener el vómito.
"Esa es la razón, porque la chica no moría estando abajo del agua en el medio del océano..." Dijo el capitán dándole un vaso a Ricardo.
"De hecho, me sorprendió que no entendieras los guiños de Dima, no te pareció anormal la situación?"
"Esto ... Pensaba que se refería a otra cosa, con los guiños" Dijo Ricardo algo avergonzado.
"Bueno, da igual, mientras no te alteres, está bien, falta cada vez menos para llegar a puerto, pero el estrés a bordo es cada vez peor" Comentó el capitán, algo preocupado por los incidentes que solo él sabía.
"Tanto trabajo siempre termina afectando la cabeza, y me temo que alguno pierda la cordura por los nervios del viaje" Agregó Wiliam, ya preparando el terreno para que corran rumores en el barco.
Lo mejor para todos los marineros, según Wiliam, era suponer que las actitudes anormales únicamente se debían al estrés y no lo relacionarán con el ataque de las sirenas.