"Sí ... Si" Asintió Lucas sentado en el suelo, desde esa posición noto que la cuerda que sostenía la red de pesca estaba algo más tensa que lo normal.
"¡Parecería que logramos atrapar algo!" Dijo Lucas apuntando a la cuerda
"Hace mucho ..." Dijo Taras con bastante experiencia en el tema "pero espera un poco, todavía no está lo suficientemente tensa como para que valga la pena el esfuerzo"
Los muchachos esperaron con paciencia, haciéndole caso al marinero más experimentado, que esta mañana le había tocado hacer de tutor para los otros dos jóvenes grumetes.
Por suerte el clima era agradable y las olas del mar ayudaban a mantener la paciencia de los grumetes
"Tienen alguna noticia de los chicos enfermos?" Preguntó Lucas, aburrido de la espera y buscando que el tema no vuelva al anterior.
"Creo que es la cuarta vez que lo preguntas esta semana, Lucas" Dijo Tara perezosamente mirando la cuerda que sostenía la red
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"¿Quieres seguir mirando a la cuerda en silencio?" Preguntó Lucas con ironía, pero Taras no contestó.
"Solo que nos están echando la culpa injustamente, probablemente porque somos grumetes" Comente Ricardo con disgusto sobre el tema.
"Aunque no limpiamos la cocina casi nunca, siempre verifico que la comida sea saludable"
"Si se enferman es por otra cosa, no por comida en mal estado"
Taras se levantó de la silla, dando escupitajo al océano, maldecía: "Creo lo mismo, el malnacido de Ron nos está usando como escudo para no crear miedo"
"Los enfermos ya pasaron una semana entera en la bodega de vinos, siendo atendidos solo por Ron y Dima. No nos dejan ir a verlos y ninguno de los muchachos en el camarote tiene noticias, para mí ya murieron hace mucho, espero que el capitán no nos eche la culpa y nos tire por la borda"
"La verdad, ya estoy cansado de que el resto de marineros, nos vean como los culpables de un asesinato..." Dijo Ricardo, bastante triste por el tema.
"Yo todavía tengo fe en que se recuperen" Dijo Lucas, tratando de dar ánimos a los otros dos grumetes.
Aunque no fue un incidente grave, todos notaban que hace una semana empezaron a aparecer enfermos por el barco y siempre que aparecían Ron y Dima los aislaban en la bodega de vinos para poder tratarlos mejor.
Lo peor, es que cada vez que un marinero le preguntaba algo a los rangos superiores, únicamente respondían que comieron comida en mal estado, por lo que todo el mundo había empezado a despreciar la comida de los grumetes hace algunos días.
La situación se volvió tan grave, que los marineros decidieron tirar parte de la comida pescada hace una semana por la borda y obligarlos a ponerse a pescar comida nueva.