Lucas empezó a bajar a la cocina para reanudar su tarea como grumete, lamentablemente un marinero seguía su espalda, dado que el capitán no podía dejar que el angelito de la suerte tuviera ningún problema, hasta que llegara a puerto.

Los dos bajaron las escaleras hasta que finalmente estuvieron en la cocina, ruidos de cuchillo trabajando podían escucharse desde dentro.

"No me podrías ir dejando solo?, quiero decir la orden fue solo mantenerme acompañado, Ricardo ahora va a acompañarme" Se quejó Lucas de estar cerca de un posible lunático todo el tiempo.

"Te equívocas, por tu desgracia y la mía también, el capitán me nombró grumete hasta que lleguemos a puerto" Dijo el marinero algo feliz

"Pareces bastante feliz por haber descendido a grumete" Noto Lucas la anomalía de su nuevo compañero de trabajo.

"Ja, ja, ja ... Es porque me van a dar tanto el sueldo de marino, como el de grumete" Río como un desgraciado, el marinero en la espalda de Lucas.

"Que no vas a entrar? Tenemos trabajo, Lucas"

Lucas entró en la cocina.

Al ver la cocina, Lucas noto el estado anormal de la misma, si bien tanto él cómo Ricardo eran unos vagos y nunca la limpiaban, siempre mantenían cierto orden en su suciedad.

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"¿Qué pasa?" Preguntó el nuevo grumete desde la espalda, al ver que Lucas se frenaba de golpe.

"La cocina está hecha un desastre, movieron todas putas cajas, sabes lo complicado que va a ser encontrar todo ahora?" Se quejó Lucas

"Hey Ricardo, que mierda ocurrió acá?" Preguntó Lucas, al joven grumete que estaba cortando unos ingredientes felizmente.

"Que va a ocurrir? ... Lo de siempre, Lucas, otro idiota metiéndose a robar comida" Se quejaba Ricardo.

"Te noto concentrado, finalmente decidiste cocinar algo como la gente?" Dijo Lucas entrando a la cocina desprolija.

"Si, no me vas a creer lo que encontré entre estas cajas llenas de mierda ..." Dijo Ricardo bastante feliz

"¿Batatas ya peladas?" Trato de adivinar Lucas, mientras se ponía a buscar los utensilios para trabajar.

"Ja, ja, ja, ojalá, pero tanta suerte no tenemos" Se rio Ricardo que parecía estar de un humor excepcionalmente bueno.

"Encontré una caja llena de carne de ballena ja, ja, ja" Dijo Ricardo pasándole un trozo a Lucas para que la vea "El gordo las había escondido bien al fondo para una ocasión especial"

"Ja, ja, ja, nunca dejan de sorprender las anécdotas del cocinero" Se rió Lucas, que también estaba bastante feliz dado que ahora tenía dos poderosos aliados en este barco.

Tomando el trozo de carne, la sonrisa de Lucas no hizo más que ensancharse "Sabes como me arrepentí de haber gastado toda la carne buena, cuando estábamos recién aprendiendo a cocinar ja, ja, ja"

"Finalmente, esos borrachos van a comer una comida decente" comentó alegremente Ricardo mientras cocinaba.

El nuevo grumete se quedó mirando a estos dos payasos que tenía al frente, sintiéndose un poco fuera de lugar.