*Tock* ... *Tock*
Ricardo se encontraba cocinando con entusiasmo en la cocina, cuando noto que habían tocado la puerta.
"Pase, para que mierda toca" Dijo el grumete, sin darse vuelta a observar, concentrado en su tarea.
Escuchó abrirse la puerta de la cocina detrás de él, por lo cual alguien debió entrar en la cocina.
"Acaso cree que estás entrando al camarote del capitán, para que mierda molestas al cocinero tocando la puerta, la próxima habrá sin tocar..." Continuo molesto Ricardo, este marinero que tenía en la espalda estaba molestando en la cocina, si estuviera vivo el cocinero ya lo hubiera echado, pero como grumete no podía hacer lo mismo.
La persona que entró en la cocina, se dirigió a buscar algo en las cajas del fondo, pero parecería que no sabía dónde estaba lo que buscaba, así que volvió a acomodar las cajas en su lugar.
"Tanto ruido vas a hacer, cabronazo, estoy realizando una tarea muy importante ahora mismo, si cocino mal todos van a comer mierda esta noche..."Pero luego Ricardo recordó lo rico que estaba la barra y agregó "y no de Fooga, es decir mierda humana"
"..." La persona de atrás solo se quedó un rato en silencio, pero luego con confianza volvió a buscar en otras cajas.
"Digo, no es que haya probado otros tipos de mierda ... Ni mucho menos comer lo que cagan otros, es únicamente una expresión" Dijo Ricardo, dándose cuenta del problema, como buen noble, no podía hacer parecer que había probado el sabor de la mierda de otros.
"..." La persona de atrás detuvo su incansable búsqueda, y se quedó mirando la espalda del grumete por un buen tiempo, en silencio.
Como si hubiera tomado una decisión, se acercó hacia la espalda del joven grumete lentamente, como si temiera que la otra persona lo escuchara.
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*Pisada* ... *Pisada*
La persona estaba cada vez más cerca del grumete, que parecía demasiado concentrado en su tarea para darse cuenta.
Pero luego se dio vuelta como si todavía no fuera el momento indicado, y volvió a buscar en las cajas cerca de la espalda del grumete.
Ricardo sentía que había un alboroto atrás suyo, pero nada lograría interrumpir su primera gran tarea como grumete, aunque había estado cocinando por unas cuantas semanas, hoy era un día especial y merecía una comida especial pensó, era una lástima que no hubiera los ingredientes indicados.
"No debería haber malgastado tantos buenos ingredientes en comidas sin importancia, ahora entiendo por qué el gordo siempre reservaba unas algunas cajas con buena comida" Se quejó Ricardo, algo irritado por el ruido del hombre, que seguía buscando cada vez más desesperadamente
"Ciertamente, tengo las especias, pero el ingrediente principal sigue siendo un problema , malgastamos casi todo, ahora solo queda mierda … y no de Fooga"
"Si buscas los utensilios, están en la caja del fondo a la derecha, idiota!!" Grito Ricardo, ya demasiado irritado por los ruidos que venían de su espalda "... ahí solo están las pocas especias que me quedan, para hacer esta comida tan importante, así que no toques más esas cajas!"
"..." La persona de atrás, se detuvo abruptamente, como si las palabras del grumete lo hubieran afectado, lentamente se acercó hasta la espalda del grumete hasta que estuvo respirando en su cuello.
"Gracias ..." Dijo una voz ronca en el cuello del grumete
Pero a Ricardo poco parecía importarle el idiota que respiraba en su cuello como un subnormal, nada iba a interrumpir su importante misión, la confianza de Dima dependía de ello.
El Hombre en la espalda se dio vuelta y fue hacia las cajas que mencionó Ricardo, mientras preguntaba de forma algo excitada "También están los cuchillos, jovencito?"
"Si tarado, no sé si te diste cuenta de que estoy trabajando!!" Le gritó Ricardo al intruso molesto "Si digo que están los utensilios, es porque están todos, imbécil!!"
El hombre se emocionó y empezó a buscar en las cajas desesperadamente, como si un tesoro estuviera ocultas en ellas.
"Si solo tuviera buenos ingredientes, realmente podría cocinar una gran comida ..." Siguió quejándose Ricardo
"..Si una comida digna de un noble, como yo!!" Grito con orgullo Ricardo.
El hombre en su espalda parecía haber encontrado lo que buscaba y lentamente se acercó hasta la espalda del joven grumete.
"...Si una comida digna de un Montes, como yo..."Murmuró en voz baja Ricardo, mientras se daba vuelta para ver el molesto intruso, respirando en su cuello.