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11 - Momo

Mientras las palabras mágicas salían de su boca, Arturo, siguiendo el consejo que Momo le había dado, comenzó a concentrarse mentalmente en el santuario que había visitado durante toda su infancia, mientras repetía incesantemente en su mente: «El santuario para estudiantes, el santuario para estudiantes, el santuario para estudiantes...»

Siguiendo su determinación, el reflejo en el espejo comenzó a distorsionarse, transformándose gradualmente en la imagen del santuario que Arturo tenía en su mente.

A diferencia del majestuoso y opulento santuario que usaban los adultos, el santuario de estudiantes era bastante humilde. El santuario estaba diseñado en forma de un salón rectangular, con altos techos sostenidos por robustos pilares de madera. Las paredes de la habitación estaban revestidas con toscos trozos de madera, y en ellas se encontraban tallados dibujos y garabatos, todos realizados por las antiguas generaciones de estudiantes que habían pasado a lo largo de los años por este sitio. Cada dibujito contaba una historia, un recuerdo o un mensaje de aquellos que habían pasado por la academia, eran como ventanas al pasado, testigos silenciosos de la evolución de la institución y de sus cambios. No obstante los mensajes eran tantos que era difícil distinguir algo coherente y útil entre el mar de tonterías dejada por los jóvenes. Pese a ello aún había estudiantes dispuestos a sacrificar un poco de tiempo libre, en busca de encontrar un secreto escogido entre este mar de garabatos inentendibles.

En el centro del santuario se encontraban iluminadas por las ofrendas de los estudiantes un conjunto de cinco estatuas de madera, cada una representando a uno de los dioses venerados. Si bien estas estatuas eran de un tamaño más modesto si se la compraba con el santuario para adultos, aún eran monumentos imponentes, esculpidos con gran detalle y realismo. Los estudiantes se acercaban a las estatuas con reverencia, ofreciendo pequeños tributos en busca de mejorar sus probabilidades de pasar el gran examen. No obstante el número de tributos se fueron acumulando con el tiempo, hasta hacer imposible dejar algún tributo cerca de las estatuas sin retirar el de otra persona. Adquirir los objetos para las ofrendas no resultaba una tarea particularmente sencilla para los jóvenes. Como resultado, había una competencia limitada en cuanto a quién colocaría su tributo en una de las estatuas. Además, según los rumores, lo que realmente importaba era ofrecer el tributo y no mantenerlo en su sitio una vez colocado en las estatuas, por lo que la competencia por un lugar donde hacer tu ofrenda no era despiadada.

Por lo demás, el suelo del santuario estaba compuesto por grandes trozos de piedra, gastadas y pulidas por las pisadas de innumerables estudiantes a lo largo de las generaciones. La superficie del suelo era irregular y también estaba llena de garabatos, por lo que si uno no caminaba con cuidado podría tropezar fácilmente en este lugar.

En los rincones del santuario se encontraban estanterías de madera que albergaban una colección de libros, pergaminos y manuscritos antiguos. Muchos estudiantes usaban estos libros y debatían con los mismos ávidamente, demostrando que era bastante complicado obtener algo útil de ellos, aunque aún se podía hacerlo.

A diferencia del aula abandonada, los estudiantes llenaban este santuario con vida y energía. Caminaban y debatían apasionadamente en grupos pequeños o se sentaban en los bancos de madera a lo largo de las paredes, inmersos en sus estudios o buscando secretos entre las conversaciones animadas de los demás. La sala de este santuario resonaba con el sonido de las voces jóvenes, creando una sinfonía que llenaba de recuerdos a Arturo.

Observando el ambiente lleno de vida en la otra habitación, Arturo se tomó unos momentos para contemplar a sus mascotas. En un principio, no era común que los estudiantes tuvieran mascotas, lo que las hacía destacar de manera notable. Sin embargo, la realidad era que Arturo se había tomado más de diez minutos para entablar una charla con Copito sobre la importancia de la lealtad mutua. Por lo tanto, el jorobado se sintió en cierto modo obligado a llevar a sus dos queridas mascotas a este lugar. Actuó en consecuencia y, sin hacer ningún comentario, atravesó el espejo de su cuarto, desapareciendo en el aire.

Cuando Arturo pudo recobrar su compostura, se encontraba en el centro del santuario, sintiéndose ligeramente incómodo por la mirada curiosa de los demás estudiantes que se posaban sobre él y sus mascotas. Afortunadamente, en esta ocasión, el joven había tenido la buena idea de limpiar sus túnicas, lo que le permitía pasar de manera más desapercibida en medio de la multitud.

—¿Qué hace aquí el jorobado? ¿No tenía dieciocho años?—Murmuró uno de los estudiantes a otro, notando la peculiar deformidad de Arturo. Este susurro desencadenó una reacción en cadena, y pronto más estudiantes comenzaron a sumarse a la conversación, llenando el santuario con susurros inquisitivos. Las preguntas giraban en torno a cómo Arturo había conseguido sus mascotas, si realmente tenía más de dieciocho años o si había mentido acerca de su edad.

El jorobado se sintió un tanto incómodo bajo el escrutinio de los demás estudiantes. Si bien estaba acostumbrado a ser el centro de atención debido a su cuerpo, y las miradas inquisitivas le hicieron sentirse un tanto vulnerable.

—¿Por qué mierda el mundo no se está volviendo de color de rosa?... —Maldijo Arturo en voz baja mientras se ajustaba la túnica para cubrir su joroba, incómodo por las miradas penetrantes de los demás estudiantes. Había pasado mucho tiempo desde que el jorobado se sentía tan acechado, y estas miradas despiadadas lo afectaban de manera notoria. Sin embargo, su caprichoso don de cambiar el mundo a su alrededor a uno más alegre no se activaba, lo que lo frustraba aún más.

Molesto por la situación, Arturo avanzó hacia el centro del santuario, donde se erguían majestuosamente las estatuas de los dioses. A medida que se acercaba, notó que algunos estudiantes murmuraban entre ellos y lo señalaban junto a sus mascotas. La creciente atención le hizo apresurar el paso nerviosamente, tropezando con una de las piedras del suelo. Provocando que el jorobado se rompiera la nariz contra las piedras y su túnica se llenara de sangre, convirtiéndose en el hazmerreír de la habitación; sin embargo, eso nunca ocurrió, dado que Anteojitos actuó con rapidez y destreza.

La mascota levitó el cuerpo de Arturo con esfuerzo y habilidad, evitando que impactara contra el suelo con fuerza. Con paciencia y destreza, Anteojitos logró que Arturo se reincorporara, aunque lo hizo con bastante dificultad. Cuando finalmente, el jorobado se puso de pie la mirada de preocupación en los ojos de la criatura era evidente, mientras apoyaba su grotesco cuerpo para sostener a su compañero humano, asegurándose de que estuviera bien.

Arturo, con la mano en la nariz sintiendo como había evitado lastimarse gracias a la rápida acción de Anteojitos, asintió agradecido:

—Gracias, Anteojitos. Siempre estás ahí cuando más te necesito. Y también por tu ayuda, Copito, si no te hubieras escapado cuando comenzaba a caerme temería haberte aplastado…

En respuesta, Copito saltó con alegría y volvió a su lugar favorito: el hombro de Arturo. Lógicamente ver a alguien levitando en medio de la habitación causó un revuelo de murmullos entre los estudiantes presentes, pese a ello Arturo los ignoró por completo, por lo que aparentemente parecía estar experimentando los efectos de la píldora mágica que Felix le había regalado.

Avanzando con determinación, Arturo llegó a la estatua de Lysor, también conocido como «El Padre», quien simbolizaba la sabiduría y el conocimiento en este mundo. Sin previo aviso, Arturo tomó una de las velas que estaban a los pies de la estatua y, bajo la mirada atónita de los estudiantes circundantes, se dirigió hacia las estanterías en las paredes. Luego, dirigió su atención a los jóvenes, quienes lo miraban con curiosidad, y les preguntó en voz alta:

—Hola, mi nombre es Arturo, y estoy buscando la estantería que guarda la copia «buena» del libro de rumores. ¿Podrían indicarme dónde se encuentra?

Dado que esta copia buena era la forma en que todos los niños obtenían el libro de rumores, la pregunta de Arturo generó una ola de sorpresa y murmullos entre los estudiantes. Algunos de ellos se miraron entre sí, aparentemente desconcertados por la solicitud inusual de Arturo, incrédulos de que un estudiante con dos mascotas bastante raras y de edad tan grande no conociera el libro más importante de esta escuela. Sin embargo, uno de los estudiantes, una niña de cabello oscuro y expresión amigable, se adelantó para responder:

—Soy Valeria, Arturo. Bienvenido al santuario. La estantería que buscas está en la sección sur del santuario, cerca de la estatua de Zephyr «El Viajero». Sigue las velas encendidas en el suelo, te llevarán directamente allí.

—Así que te gusta hacerte la graciosa, mocosa, ¿eh? —Murmuró Arturo con una sonrisa irónica mientras observaba las cinco estatuas en la habitación. Era evidente que ninguna de ellas representaba a Zephyr, puesto que ese dios no existía.

Valeria respondió con un tono seguro, dejando claro que si Arturo quería obtener información sobre la ubicación del libro de rumores, tendría que pagar un precio por ello:

—No tengo dudas de que sabes que la ubicación del libro de rumores cambia de año en año, y si quieres obtener esa información de forma gratuita, déjame decirte que estás soñando despierto.

Valeria cruzó los brazos y mantuvo una expresión decidida mientras miraba a Arturo. La tensión en la habitación iba en aumento, y la mirada amenazadora de Anteojitos hacia la niña no pasó desapercibida por Arturo. El pequeño ser del tamaño de una pelota de basquetbol, tenía una presencia imponente que dejaba claro que protegería a su dueño a toda costa y aparentemente estaba deliberando si hacer levitar a la mocosa hacia las velas de las estatuas.

En contraste, Copito adoptó una estrategia diferente. Se acercó a Valeria con una mirada tierna, mostrando sus grandes ojos llenos de inocencia. Comenzó a mirar intensamente a la niña como si intentara seducirla con su ternura y simpatía.

Arturo, mientras tanto, sopesaba sus opciones. Sabía que tenía que pagar un rumor con otro para obtener la información que necesitaba. Sin embargo, la presión de la situación y la mirada desafiante de Valeria lo hacían sentir incómodo. Miró a sus mascotas y se dio cuenta de que sus intentos no estaban funcionando como esperaban. Valeria estaba decidida a obtener un rumor valioso a cambio de la ubicación del libro de rumores.

Arturo notó que si no cooperaba con la joven, Anteojitos podría tomar la iniciativa por su cuenta, y eso era algo que quería evitar a toda costa. Aunque le molestaba tener que hacerlo, finalmente cedió ante la insistencia de la niña.

—Está bien, ¿qué estás buscando? —Preguntó Arturo con un suspiro de resignación.

Valeria sonrió con confianza y respondió:

—Busco rumores que circulen en la academia sobre donde encontrar un libro que me permita realizar un examen especial.

Arturo frunció el ceño, un poco molesto por la petición de la niña.

—Pero te estoy pidiendo una tontería, no el secreto más importante que has descubierto en tu vida —Dijo Arturo con cierta amargura.

La niña mantuvo su mirada firme y percatándose de que un estudiante con mascotas raras no era precisamente un estúpido, respondió con determinación:

—El año acaba de comenzar, y por ahora soy la única que sabe la ubicación exacta del libro que buscas. Así que tienes dos opciones: o me das esa información o te ves obligado a buscarlo por tu cuenta.

La conversación llamó la atención de varios jóvenes astutos que se acercaron para escuchar lo que estaban discutiendo. Y dado a lo llamativo de Arturo, la situación se estaba volviendo cada vez más pública.

Arturo, resignado y reconociendo la lógica detrás de las palabras de la niña, decidió cambiar su actitud. El jorobado había cambiado de mentalidad bastante desde que se libró del gran examen, y ahora estaba más dispuesto a ceder en situaciones que antes habría rechazado de plano.

—Está bien, olvídalo. Ya soy demasiado grande para ponerme a negociar por simples rumores. Solo prométeme que, una vez que te dé la información que necesitas, obtendré la que busco a cambio —Dijo Arturo, aceptando la negociación y deseando poner fin a la conversación lo más rápido posible.

—Lo prometo, tú júrame que no me mentirás, y yo te juro lo mismo—Dijo Valeria con alegría, satisfecha por haber sellado el pacto.

—Lo juro... —Respondió Arturo con cansancio, recordando sus experiencias anteriores con intercambios de rumores y secretos en la academia. Aparentemente, no tenía buenos recuerdos de esos tratos.

Acto seguido, Arturo realizó una acción que llamó la atención de todos en la habitación. Empezó a aplaudir, creando un ambiente de expectación entre los presentes. La niña se alarmó y le advirtió en voz baja:

—¡Espera, no lo digas en voz alta! ¡Si lo haces, tu rumor no valdrá tanto!

Arturo sabía que no estaba obligado a revelar el rumor en voz alta; podía susurrarlo y aún cumpliría con su palabra. Pero Arturo ya no le daba importancia a los rumores y secretos que podría comerciar en el futuro, ya que había alcanzado lo más importante que la escuela tenía para ofrecer. Con una sonrisa, el jorobado dejó la vela que había retirado de la estatua del dios en el piso y se subió a uno de los bancos del santuario. Llamando la atención de los presentes, Arturo alzó a Copito en lo alto con ambas manos, magnificando su encanto. Luego, pronunció las palabras mágicas en voz alta, haciendo que resonaran en medio de los murmullos de la habitación y capturaran la atención de todos los presentes:

—¡Escuchen, mocosos, contemplen mi más gran secreto!: “En un rincón sombrío y maldito, yace un ser que fue un niño querido. Su rostro, ahora un semblante afligido, en la penumbra, está completamente perdido. Fue un tiempo en que rió y jugó con alegría, pero el destino le tejió una cruel parodia. Sus sueños rotos, su alma en agonía, una marioneta, una triste sinfonía. La risa se apagó, la inocencia se fue, cadenas invisibles lo atan sin por qué. Un titiritero oscuro maneja sus hilos, lo obliga a danzar en sombríos pasadizos. Sus lágrimas caen como tristes ríos, en este mundo de pesares y desvaríos. En su pecho, un corazón de porcelana, frágil y quebrado por la vida insana. Cada paso, una danza macabra y profana, en esta historia sombría, sin esperanza humana. ¿Quién soy?”. En ese lugar, tendrán la oportunidad de encontrarse con el titiritero, quien les presentará cuatro opciones posibles para seleccionar un libro que les permitirá afrontar un examen especial. Sin embargo, hay una condición importante: solo aquellos que se consideren «muñecos rotos» podrán entablar una conversación con el titiritero sin ser convertidos en simples juguetes. Por lo tanto, este método solo sirve para aquellos que cumplan con la condición de pertenecer a la clase de «descartables».

Después de revelar el rumor, un silencio momentáneo inundó la habitación del santuario de estudiantes. Los jóvenes presentes intercambiaron miradas de sorpresa y terror, y algunos murmuraron entre ellos sobre si valía o no la pena pagar el coste de este libro.

Por su parte la niña que había pagado la fiesta, Valeria, luchaba por contener su enojo y su frustración ante la aparente inutilidad del rumor que había obtenido de Arturo. Sus ojos brillaban con un brillo de lágrimas reprimidas, y sus labios temblaban mientras hablaba.

—Pero ese rumor no me sirve… —Murmuró con voz entrecortada.

—Eso me da igual, no pactamos la utilidad del rumor y nadie lo hace. Además, si te sirve mi rumor: solo tienes que convertirte en un muñeco roto y podrás obtener tu libro. Considéralo una bala de plata si todos tus otros planes fallan. Yo ya cumplí con mi parte, ahora tienes información que revelar… —Respondió Arturo con calma.

Valeria lo miró de forma complicada, comprendiendo que no era precisamente sabio apurar las cosas y que el método del jorobado costaba mucho. Sin embargo, había dado su palabra y no había vuelta atrás. Con renuencia, se acercó a Arturo y le susurró la ubicación del lugar secreto que él buscaba. Sabía que este joven imprudente probablemente compartiría la información con otros, pero también entendía que no todos los estudiantes estaban presentes en el santuario en este momento, por lo que no sería el fin del mundo si más personas se enteraban del lugar secreto.

Tras enterarse de la localización, Arturo se acercó nuevamente a la vela que había dejado en el suelo y la recogió. Luego, con pasos cuidadosos, se dirigió hacia una de las estanterías repletas de libros que se hallaban dispersas por las paredes del santuario. No necesitó buscar mucho, pues sus ojos se posaron en un libro cuya tapa era de un rojo intenso, un color que contrastaba bastante con la mayoría de los libros circundantes.

El libro se titulaba «La Taberna del Viejo Ogro» y a simple vista su portada mostraba un grabado detallado de un oscuro y antiguo establecimiento. La imagen del ogro, de aspecto sabio y curtido por los años, estaba tallada con gran habilidad, y su mirada parecía penetrar en el alma de quien lo observaba. El título estaba adornado con letras doradas que brillaban ligeramente, llamando la atención de quien lo tomara.

La textura de la tapa era suave al tacto, como si estuviera hecha de cuero envejecido por el tiempo. Cuando Arturo lo tomó entre sus manos, notó que el libro tenía un peso inusual y era más ligero de lo que uno podría imaginarse. Al abrir las páginas del libro, Arturo descubrió que su interior era igual de llamativo: Las hojas eran de un papel antiguo y amarillento, y el olor a tinta y polvo llenó sus sentidos. Las palabras escritas a mano en tinta negra eran elegantes, como si alguien hubiera dedicado mucho tiempo a crear esta obra.

Sin embargo, el contenido del libro no se parecía en absoluto a lo que uno habría esperado. Y en su lugar se encontraban relatos de cuentos de hadas, calabozos y dragones, con una historia llena de intrigas políticas, personajes ambiguos y conspiraciones palaciegas.

Lejos de sentirse estafado por la aparente desconexión entre lo que había negociado y el contenido del libro, Arturo mantuvo la calma y, con la vela en la mano, tomó una decisión inusual. Mirando a su alrededor, se dio cuenta de que las miradas curiosas y atónitas de los estudiantes se centraban en él y en el libro. Con una sonrisa decidida, el jorobado encendió una esquina del libro con la llama de la vela, provocando un murmullo de incredulidad en la audiencia. Ante lo cual, Arturo solo respondió con un grito que por poco deja sordas a las personas a su alrededor:

—¡Despierta, prostituta! ¡Es hora de trabajar! ¿Acaso crees que te creé para que duermas perezosamente en este santuario? No, tu deber es ir y seducir a esos mocosos para obtener la información que busco.

Reaccionando a los insultos, el libro pareció cobrar vida: sus páginas comenzaron a voltearse con una velocidad impresionante, hasta que finalmente llegaron a una sección en blanco. En ese momento, algo sorprendente ocurrió: las páginas en blanco comenzaron a llenarse de palabras escritas con la misma rapidez con la que el fuego avanzaba por las otras páginas.

Arturo miró con asombro cómo se formaba un texto ante sus ojos. Era como si el libro mismo estuviera tratando de comunicarse con él antes de que el fuego lo consumiera por completo:

> "¿Quieres invitar a tus amigos a la fiesta?"

—Ya sabes mi respuesta…—Murmuró Arturo en voz baja, con una sonrisa perturbadora en su rostro. Sus palabras fueron apenas audibles, pero tenían un matiz de rencor y enojo. Mientras pronunciaba su respuesta, sus ojos se desplazaron lentamente por la multitud de estudiantes que lo rodeaban, y notó cómo sus miradas se llenaban de desconcierto.

Inmediatamente, todas las velas a los pies de las estatuas de los dioses se apagaron de repente. La oscuridad se extendió por el santuario como un manto, y el pánico se apoderó de los estudiantes. Gritos de sorpresa y miedo llenaron el aire mientras todos los jóvenes intentaban comprender lo que estaba sucediendo.

Cuando finalmente la luz volvió, los estudiantes se dieron cuenta de que estaban en un lugar completamente diferente al santuario que solían conocer y las estatuas de los dioses ya no estaban a su alrededor.

El sitio en el que se encontraban ahora parecía una especie de salón de baile antiguo y decadente. Las paredes estaban cubiertas de tapices oscuros y polvorientos, y las ventanas altas dejaban entrar la luz de la luna, creando una atmósfera sombría. En el centro del salón, una gran lámpara de araña colgaba del techo, arrojando destellos de luz sobre los estudiantes desconcertados.

—¿Qué demonios hiciste, jorobado? —Preguntó uno de los jóvenes mientras se acercaba a Arturo en busca de respuestas.

Arturo lo miró con una sonrisa enigmática y respondió: —Los invité a una fiesta, una experiencia única que estamos a punto de presenciar. Pero si te sientes nervioso o asustado, puedes unirte a los inteligentes que ya se han ido. Solo tienes que decir las palabras mágicas y volverás a tu dormitorio.

El joven, ante la incertidumbre y el temor de lo desconocido, decidió no hacer más preguntas y siguió el consejo de Arturo. Pronunció las palabras mágicas y desapareció, regresando a su dormitorio con alivio.

Con el paso de los minutos, la mayoría de los estudiantes optaron por abandonar la fiesta de forma similar, conscientes de que era mejor marcharse antes de que fuera demasiado tarde. Finalmente, solo quedaron unas pocas personas en el misterioso salón, incluyendo a Arturo.

—Arturo, tú nos trajiste aquí, ¿sabes si hay algo útil que podamos obtener en este lugar? No te lo pido gratis, te lo cambiaré por otro rumor interesante… —Preguntó la niña que había comerciado con Arturo recientemente.

Arturo, con una expresión de alegría en el rostro, miró a su alrededor mientras inspeccionaba el macabro salón de fiesta. Era un lugar inusual para celebrar un cumpleaños, pero tampoco podía quejarse.

—Sí, con venir a este salón una torta de cumpleaños y un regalo aparecerán en tu inventario. ¡Espero que hayan disfrutado la fiesta!—Exclamó Arturo con entusiasmo.

Valeria, aún incrédula, formuló una pregunta:

—¿En serio? ¿Entonces por qué nos miraste a todos de forma medio rara al comienzo de tu espectáculo?

—Para asustarlos y que no se quedaran mucho en esta habitación buscando la nada misma…—Respondió Arturo con calma, mientras observaba a sus mascotas inspeccionando la habitación.

No obstante, la niña no tuvo que esperar mucho para saber la verdad, pues esta vino de uno de los jóvenes que había estado espiando en la conversación. Este joven hizo una pausa sacando un trozo de espejo roto de su túnica, tras lo cual comenzó a observarlo con una sonrisa que se extendía de oreja a oreja. Con curiosidad en sus ojos, examinó el salón y luego habló con una risa nerviosa:

—Mierda, el jorobado lo dice en serio. Tengo una torta en mi inventario y un regalo. Gracias por compartir este secreto, además del regalo del cumpleaños de 5 este es el primer regalo que obtengo. ¿Cómo lo activaste? ¿Es quemar el libro con una vela, insultar y listo?

Arturo asintió con complicidad, reconociendo la naturaleza peculiar de la situación:

—Y por la luna de sangre que salió hace poco, solo se puede entrar una vez a este salón, así que es un evento secreto que solo ustedes podrán disfrutar. Pero bueno, al menos el rumor lo podrán cambiar con el libro de rumores. Poca gente debe conocerlo.

Valeria, con una astucia perceptible en su mirada, planteó una pregunta intrigante:

—¿Y podemos sacar algo más de este lugar, Arturo? Quiero decir, por algo te estás quedando aquí a esperar, ¿no?

Arturo reflexionó por un momento antes de responder con una sonrisa, aunque su tono no revelaba una broma.

—Me temo que no. De hecho, es conveniente que salgan de esta habitación pronto. Tengo que tomar una decisión en breve, y si no se van antes de que la tome, podrían quedar atrapados en esta habitación para siempre...

La noticia de que podrían quedarse atrapados en ese lugar misterioso provocó una mezcla de emociones en el grupo. Por un lado, la experiencia había sido fascinante y única, pero por otro lado, nadie quería quedarse encerrado en un salón de fiestas surrealista por toda la eternidad.

Dado que Arturo había revelado recientemente un rumor bastante impactante a todos los presentes y, además, ahora les había otorgado una torta y un regalo a cambio de un secreto que él había activado, los jóvenes empezaron a considerar a Arturo como una persona bastante generosa y amable. Por lo tanto, cuando escucharon sobre la muerte certera que les esperaba si no abandonaban este sitio pronto, la gran mayoría de ellos comenzó a tomar la decisión de teletransportarse a sus dormitorios. Sin embargo, unos pocos estudiantes se mostraron obstinados y decidieron continuar explorando el lugar en busca de más sorpresas. Arturo los espero con paciencia recordando sus días en la escuela mientras jugaba con Copito y Anteojitos.

Casi media hora después el salón de fiesta estaba completamente vacío y Arturo decidió que era hora de dar por terminada la fiesta.

Antes de activar el gran evento de cierre, Arturo se aseguró de que ningún niño despistado se hubiera quedado en algún lugar remoto de ese gran salón. Una vez confirmó que todos los presentes se habían ido, caminó hacia el centro del salón. Con un gesto solemne, aplaudió cinco veces, como si estuviera marcando el fin de una función teatral.

*Paff*,*Paff*,*Paff*.... Las palmas del jorobado resonaron en el salón vacío, creando un ambiente de despedida.

Arturo continuó aplaudiendo hasta que el último aplauso fue dado. Finalmente, el jorobado dio las gracias a los jóvenes que habían decidido quedarse hasta el final, es decir la nada misma, y se despidió con una sonrisa macabra:

—Ha sido un placer tenerlos aquí. Espero que hayan disfrutado de la fiesta. Siempre pueden volver a sus dormitorios en la próxima luna de sangre. ¡Hasta la próxima, amigos!

Inmediatamente, el cuerpo de Arturo comenzó a desvanecerse, disolviéndose en la nada, hasta que finalmente desapareció por completo, dejando atrás el macabro salón de fiesta en el olvido. La sensación de desorientación lo envolvió mientras su conciencia se desplazaba a través de una especie de portal interdimensional.

Cuando finalmente el jorobado pudo reaccionar, se encontraba en un lugar completamente distinto, en lo que parecía ser un dormitorio. Sin embargo, este no era su dormitorio, y lo que Arturo veía ante sus ojos lo dejó sin aliento.

Este dormitorio parecía haber sido abandonado por el tiempo. Las decoraciones habían perdido su esplendor y estaban cubiertas de una espesa capa de polvo y moho. El suelo de madera crujía bajo sus pies al dar un paso hacia el interior. Había muebles antiguos que recordaban a una época pasada: un armario de madera maciza con puertas entreabiertas, una cómoda con un espejo enmohecido, y una silla destartalada junto a una pequeña mesa. La única fuente de luz provenía de una ventana, que estaba cubierta de telarañas y apenas dejaba pasar la tenue luz del sol.

Sin embargo, lo que capturó la atención de Arturo de manera inmediata fue la figura en una de las esquinas de la habitación. Sobre la cama, que también estaba cubierta de polvo y moho, yacía un cadáver esquelético. La piel había desaparecido, dejando solo huesos y una túnica desgarrada. Lo más impactante era que el esqueleto sostenía un libro entre sus manos, como si estuviera en medio de la lectura.

—Así que esta era la “alegre” sorpresa…—Dijo Arturo con algo de incomodidad, mirando el cadáver que era el antiguo dueño de este dormitorio. Mientras tanto Anteojitos hace tiempo se había ido a ver qué decía el libro, lo cual indicaba que lo aparentemente importante estaba en sus páginas.

Arturo se acercó con cautela, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda mientras observaba al esqueleto. A pesar de los años que habían pasado, la postura del cadáver aún sugería una profunda inmersión en su lectura. El libro que sostenía era antiguo y estaba cubierto de polvo y moho, por lo que no podía distinguirse el título. Todo parecía indicar que el tiempo se había detenido en este lugar, atrapando al cadáver en un eterno acto de lectura.

Tras llegar al cadáver, Arturo se acostó en la cama donde reposaba el esqueleto y ojeo el contenido del libro, comprendiendo que efectivamente esto era lo que había venido a buscar:

¡Nuevo Ascenso Disponible! Filtro de Veracidad

¿Cansado de esos rumores falsos que te hacen perder el tiempo? Con esta mejora, podrás convertir tu libro de rumores en una máquina de la verdad. Aunque, ¿quién necesita engañar en un mundo lleno de secretos?

En las profundidades de la academia, existe un antiguo laboratorio olvidado por el tiempo. Aquí, un estudiante visionario del pasado, obsesionado con la verdad, desarrolló una máquina extraordinaria: el Filtro de Veracidad. Esta máquina mágica podía escanear los rumores y revelar su autenticidad. Cada página del libro que pasaba por el filtro se limpiaba de engaños y distorsiones, dejando solo la verdad desnuda.

Consejo de Cortesía

Celebra tu décimo cumpleaños de manera especial, como si no fuera lo suficientemente especial ser un estudiante con un libro de rumores mágico. ¡Y claro, para los lectores más jóvenes, aquí tienes un regalo!

Hace muchos años, un estudiante especialmente amable y generoso llegó a la academia. Este estudiante decidió que su décimo cumpleaños sería una oportunidad para dar en lugar de recibir. Organizó una fiesta especial para todos sus compañeros y les regaló rumores poco conocidos como signo de amistad y cortesía. Su gesto inspiró a otros estudiantes a hacer lo mismo, y así nació la tradición del Consejo de Cortesía.

Hermanos de Alma

Porque compartir es vivir, establece un vínculo único con otro estudiante. Tus rumores y los suyos se fusionarán, lo que significa que nunca más tendrás que preocuparte por no estar al tanto de los chismes escolares. ¿Qué podría salir mal?

En un rincón secreto de la academia, dos estudiantes se hicieron amigos inseparables. Juraron lealtad eterna y unieron sus libros de rumores, creando un vínculo que trascendería el tiempo. La academia, impresionada por su amistad, otorgó esta mejora para que otros estudiantes pudieran compartir secretos de la misma manera, fortaleciendo sus lazos como verdaderos hermanos de alma.

Conocimiento Verdadero

¿Cansado de los rumores infundados? Con esta mejora, el libro de rumores obtendrá una buena cantidad de conocimiento auténtico y valioso. Ahora, solo necesitas encontrar una fuente fiable para contrastarlo. ¡Buena suerte con eso!

El rumor de un sabio ermitaño que vivía en las profundidades del bosque llegó a oídos de un estudiante curioso. El ermitaño se dedicaba a buscar la verdad y poseía un conocimiento profundo y auténtico. Tras una larga búsqueda, el estudiante encontró al ermitaño y le pidió compartir su sabiduría. El ermitaño accedió y compartió secretos que nunca antes habían sido revelados. Agradecido, el estudiante regresó a la academia con su libro de rumores enriquecido.

Fiesta Sorpresa

Celebra tus cumpleaños número cinco, diez y quince de manera especial. Si cuentas con el libro de rumores podrás obtener una deliciosa torta de cumpleaños adicional como recompensa en estas fechas, porque no hay mejor manera de celebrar que con azúcar y secretos.

Hace generaciones, un estudiante muy alegre celebraba su cumpleaños de manera especial. Sus amigos, queriendo darle una sorpresa, organizaron una fiesta secreta en su honor. Desde entonces, la tradición de las fiestas sorpresa en los cumpleaños número cinco, diez y quince se convirtió en una manera de celebrar la alegría y la amistad en la academia.

Llamada a la Aventura

Desbloquea un pasaje especial en tu libro de rumores llamado "Las Aventuras de Felix". Podrás escapar de cualquier trampa mencionando el primer párrafo de la historia, pero ten en cuenta que, una vez mencionada, la hoja del libro se destruirá. ¡Así que, elige sabiamente!

Se rumorea que un antiguo aventurero, conocido como Mario, dejó un registro de sus hazañas en un libro especial. Este libro contenía pasajes mágicos que permitían escapar de las situaciones más peligrosas. Sin embargo, el precio por mencionar estos pasajes era la destrucción de la página, lo que aseguraba que la aventura nunca se repitiera. Estudiantes valientes a lo largo de los años han utilizado este recurso para escapar de trampas mortales Gran Fiesta

Organiza la gran fiesta cada diez años. Pero, como guinda del pastel, un estudiante quedará atrapado en el gran salón en cada fiesta obligatoriamente. ¿Quién necesita escapar de la vida cotidiana cuando puedes estar atrapado en una fiesta interminable?

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Hace siglos, un estudiante extrovertido decidió celebrar una fiesta que se volvería legendaria. Sin embargo, un oscuro accidente dejó a un estudiante atrapado en el gran salón. Aunque finalmente fue rescatado por sus compañeros, la tradición de atrapar a un estudiante en cada gran fiesta se mantuvo. Después de todo, ¿qué es una fiesta sin un poco de emoción?

Glotón de Secretos

Transforma tu libro de rumores en un "Glotón de Secretos". Si le ofreces un corazón, el libro compartirá cinco secretos importantes que este corazón contenía. Porque, ¿quién necesita un corazón cuando puedes tener secretos?

Se dice que en las profundidades de la academia, un estudiante descubrió un antiguo artefacto mágico conocido como el "Glotón de Secretos". Este objeto podía absorber secretos y conocimientos de corazones frescos. Tras desaprobar el gran examen, el estudiante ofreció su propio corazón al artefacto, y a cambio, el libro de rumores se llenó de secretos valiosos que compartió generosamente con otros estudiantes.

¡Gran Purga!

Destruye todos los libros de rumores existentes en posesión de los estudiantes y obtén dos puntos de ascenso. Pero, recuerda, se cambiarán los puntos actuales después de cada elección. ¿Por qué no sacrificar a tus compañeros actuales por un mejor futuro para los que nunca conocerás? ¡No es como si alguien necesitara información!

Una vez, un estudiante ambicioso llegó a la conclusión de que la información era poder. Decidió destruir todos los libros de rumores existentes para mantener la ventaja. Aunque su acción fue polémica, por no decir despiadada, obtuvo la primera posición de puesto en las contrataciones y desde ahí forjo un futuro que roza las leyendas. Tras morir, el estudiante usó todo sus conocimientos y fortuna en realizar un gran ritual por el cual en la siguiente mejora del libro de rumores siempre aparecería la “gran purga” hasta que alguien la seleccionara, de tal forma si o si alguien terminaría tomando la misma decisión que él había tomado.

Arturo examinó minuciosamente cada una de las opciones disponibles. Sabía que solo tenía un único punto de ascenso, y Momo le había advertido que cada persona veía diferentes puntos de ascenso en función de las decisiones que habían tomado en sus vidas. Por esta razón, Momo no le había proporcionado una recomendación específica, simplemente le había instado a elegir sabiamente.

La gravedad de la decisión pesaba sobre los hombros de Arturo. Era consciente de que esta elección afectaría no sólo su propio destino, sino también el de todos los estudiantes.

—Mmmm, esta decisión es demasiado trascendental…—Murmuró Arturo para sí mismo, su mirada se posó en sus fieles mascotas, Copito y Anteojitos. Desde el principio, había insistido en que eran un equipo, y ahora quería escuchar sus opiniones

El jorobado dirigió su mirada hacia su hombro y con ternura acarició a Copito, cuyos grandes ojos parecían estar profundamente concentrados en las opciones disponibles ante ellos. La suavidad de la pelusa bajo su tacto le transmitió una sensación de seguridad en medio de la trascendental elección que debía tomar.

Después, Arturo dirigió su atención a Anteojitos, cuyo ojo transmitía cierta sensación de indecisión. La expresión de su querido compañero daba la impresión de que ninguna de las opciones disponibles le atraía particularmente.

—¿Qué creen ustedes, chicos? —Preguntó Arturo con voz suave, buscando la orientación de sus fieles mascotas—Literalmente, tenemos el futuro de todos los estudiantes en nuestras manos. Sus opiniones son importantes para mí.

Arturo se volvió hacia Anteojitos, esperando alguna señal o indicación de su parte. Sin embargo, su mascota parecía estar atrapada en un mar de pensamientos, considerando las múltiples opciones y sus posibles implicaciones.

—Supongo que te cuesta decidir, ¿verdad? —Susurró Arturo con comprensión mientras observaba a Anteojitos—Parece que ninguna de las opciones es especialmente adecuada para nosotros en este momento.

Dado que Anteojitos no parecía revelar pista alguna de sus verdaderas intenciones, Arturo buscó la complicidad de Copito, esperando que su compañero peludo pudiera transmitir alguna señal o consejo en esta decisión tan crucial.

Fue en ese momento que el jorobado notó cómo Copito, con sus brillantes ojos, estaba fijamente enfocado en el libro de rumores. La intensidad de la mirada de la pequeña criatura parecía transmitir un mensaje claro a Arturo, como si estuviera señalando una elección.

—¿Tomaste una decisión, Copito?—Preguntó Arturo con una sonrisa mientras tomaba con cuidado a su querida mascota y la colocaba frente a sus propios ojos. En ese instante, Arturo percibió una respuesta en la mirada de Copito, como si dijera: «¡Sí, Arturo, ya he decidido cuál es la mejor opción para nosotros y nuestros compañeros!»

Dejándose llevar por la encantadora mirada de su mascota, Arturo acercó a Copito al gran libro de rumores. Antes de que pudiera reaccionar o intervenir, la pequeña criatura dio un salto sorprendentemente ágil y seleccionó una de las opciones.

—¡La Gran Purga!—Gritó Arturo desesperadamente, su voz resonando en la habitación mientras daba un salto y salía de la cama. Fijó su mirada en Copito con una mezcla de molestia y frustración, como si tratara de reprenderlo por la decisión apresurada que había tomado.

Sus palabras resonaron en la habitación mientras la gravedad de la elección comenzaba a hundirse en él. Arturo entendió de inmediato el alcance de lo que habían hecho su mascota. La elección de Copito había llevado a la destrucción de todos los libros de rumores que poseían los estudiantes: ¡La irremediable pérdida de las únicas guías de supervivencia que tenía este cruel y despiadado mundo!

—Copito, ¿entiendes lo que acabas de hacer? ¡Esos chicos ya no pueden conseguir otra copia de respaldo! ¡Habrá más de diez generaciones de estudiantes sufriendo por nuestra culpa!—Regañó Arturo, con una voz temblorosa y llena de angustia que lograba transmitir a la perfección el peso de la culpa que lo inundaba.

Sin embargo, Copito parecía completamente ajeno al remordimiento que atormentaba a su dueño. El pequeño simplemente saltó alegremente, compartiendo el entusiasmo de haber colaborado en la elección.

Mientras tanto, Anteojitos miraba fijamente al jorobado con su gran ojo lleno de furia contenida. Su cuerpo temblaba de cólera, y su mirada parecía decir: «Arturo, eres un completo idiota. ¿Cómo pudiste dejarte seducir por esa bola de pelo? Era obvio que Copito no entendía que nuestra propia copia también sería destruida en el proceso».

El silencio que siguió a la reprimenda de Arturo llenó la habitación, y la atmósfera se volvió cada vez más tensa. Los pensamientos del jorobado se agolparon en su mente mientras miraba alternativamente a Copito, quien seguía saltando alegremente, y a Anteojitos, cuyo cuerpo temblaba como si estuviera lanzado una ráfaga de insulto tras insulto.

—¿Qué hemos hecho, chicos?—Murmuró Arturo con voz quebrada mientras finalmente se largaba a llorar, sintiendo que la responsabilidad de la elección de Copito pesaba sobre sus hombros como una carga insostenible—Todo lo que quería era sentirme menos culpable por haberme quedado dormido y haber asesinado a los pocos compañeros que me quedaba: ¡Y miren como salió! ¿Cómo puede ser que todo lo que toco se desmorone de esta manera?

El jorobado se dejó caer en la cama junto al cadáver esquelético, y sus lágrimas se mezclaron con la desesperación que sentía. Con una mano temblorosa, se frotó el rostro descuidado, intentando en vano limpiarse las lágrimas y la angustia que lo atormentaban.

Notando el estado del joven, Anteojitos se acercó a Arturo y apoyó su pequeño cuerpo contra la cabeza del joven. Parecía entender la tristeza y la culpa que su dueño experimentaba en este momento. Sin embargo, la situación pronto dio un giro inesperado.

Arturo notó el inusual comportamiento de Anteojitos, quien comenzó a subir y bajar con fuerza, golpeando su cabeza de manera insistente. Cada golpe parecía transmitir un mensaje claro: «¡Despierta, Arturo! ¡Llorar no cambiará nada!»

A pesar del dolor de los golpes, Arturo comenzó a comprender el mensaje de su mascota. Se esforzó por defenderse con las manos y gritó:

—¡Para, para, ya entendí, Anteojitos! ¡Llorar no cambiará nada! Ahora tenemos que tomar las decisiones correctas que cambien la vida de los estudiantes que aún podrán disfrutar del libro de rumores en el futuro. Por más que sean niños que ni saben leer por ahora, algún día nos agradecerán por nuestras decisiones.

Anteojitos finalmente detuvo sus golpes, aunque no fue porque Arturo hubiera comprendido completamente su mensaje. De hecho, parecía estar aún más molesto, ya que el joven aparentemente seguía interpretándolo mal. Sin embargo, el discurso de Arturo le recordó a la mascota que todavía había opciones que considerar y decisiones importantes que tomar, y por tanto, era crucial evitar que los idiotas que lo acompañaran siguieran cometiendo más errores impulsivos.

Con apuro, Anteojitos se elevó en el aire y voló hacia el cadáver esquelético, que permanecía duro como un muerto, imperturbable en su lectura casi como si su vida dependiera de ello.

Por otro lado, Arturo observó a su mascota mientras se apuraba hacia el libro y sintió una oleada de inspiración al ver la dedicación de Anteojitos en el asunto. Se limpió las lágrimas del rostro con determinación y volvió a acomodarse en la cama. Sabía que debía leer cuidadosamente la lista de opciones posibles, dado que ahora había cambiado por completo:

¡Nuevo Ascenso Disponible! Gran Legado

Los estudiantes mayores podrán heredar sus libros de rumores a aquellos estudiantes que aún no tengan uno. Los libros conservarán los rumores que el dueño original descubrió. Porque compartir secretos siempre es una buena idea, ¿verdad?

En tiempos remotos, cuando los libros de rumores eran raros y preciados, existía un estudiante llamado Cedric. Cedric era conocido por su generosidad y su deseo de ayudar a los demás. Cuando llegó el momento de pasar su libro de rumores a un estudiante más joven, Cedric no dudó en hacerlo. Antes de entregarlo, sin embargo, decidió escribir una carta especial dentro del libro. Esta carta se convirtió en una tradición, y con cada libro que se heredaba, se agregaba una nueva carta llena de sabiduría y aliento. Con el tiempo, la academia adoptó formalmente esta práctica, y así nació la mejora del "Gran Legado".

Hada de los Libros

Los estudiantes recibirán la visita del hada de los libros cuando cumplan su primer año usando su libro. El hada será su mascota y los acompañará durante sus días escolares hasta rendir el gran examen. Porque tener un hada como amiga es algo completamente hermoso.

Hace siglos, un estudiante solitario se encontró con un antiguo libro de rumores en una biblioteca secreta. Mientras leía sus páginas, una luz brillante emergió del libro, tomando la forma de un hada. Esta hada, llamada Lirael, se convirtió en su compañera constante durante sus años en la academia. Lirael no solo lo acompañó en sus estudios, sino que también le ofreció consejos y consuelo en los momentos difíciles. Cuando llegó el momento de enfrentar el gran examen, Lirael le dio su apoyo final y desapareció en el libro. Desde entonces, todos los estudiantes han tenido la oportunidad de tener su propio hada de los libros como compañera mágica.

Regalo Sorpresa

En el cumpleaños número diez, los estudiantes que cuenten con el libro recibirán un regalo sorpresa, pero no será para ellos, ¡tendrán que regalárselo a alguno de sus compañeros! Porque la generosidad no conoce límites, incluso en tu propio cumpleaños

En una época en la que la envidia y la competencia eran desenfrenadas, un estudiante llamado Elinor decidió cambiar las cosas. En su décimo cumpleaños, en lugar de recibir regalos, organizó una fiesta para sus amigos y les dio regalos sorpresa. Esta acción inspiró a otros estudiantes a seguir su ejemplo, y pronto se convirtió en una tradición. Los regalos sorpresa no solo fomentaron la amistad y la generosidad, sino que también hicieron que los cumpleaños fueran aún más especiales.

Advertencias

Sobre los rumores falsos aparecerán pistas que indiquen los riesgos del rumor. No obstante, las pistas deben ser dejadas por otros estudiantes. Porque la seguridad de los rumores es responsabilidad de todos, ¡colabora o arriésgate!

En una época en la que los rumores falsos causaban estragos en la academia, un grupo de estudiantes decididos se unió para proteger a sus compañeros. Comenzaron a dejar pistas discretas sobre los rumores falsos, advirtiendo a los demás sobre los peligros que podrían encontrar. Estas pistas se convirtieron en una herramienta vital para separar la verdad de la falsedad. Con el tiempo, la academia reconoció la importancia de esta práctica y la formalizó como la mejora de "Advertencias".

Ropas de Buscadores de Secretos

Tras obtener el libro de rumores, recibirás un juego de túnicas. Porque la moda en la escuela es un asunto serio, incluso si estás en busca de secretos

En una era en la que la moda era una parte esencial de la vida estudiantil, un estudiante apasionado por la investigación decidió destacarse. Diseñó túnicas especiales para aquellos que poseían libros de rumores, con detalles únicos y elegantes. Estas túnicas se convirtieron en un símbolo de estatus entre los buscadores de secretos de la academia y fueron adoptadas como una mejora oficial.

¡Payasos!

¡Tras organizar la gran fiesta, una serie de payasos aparecerán en diferentes lugares de la escuela, y el primero que los encuentre se quedará con su regalo! Porque todos amamos una buena caza de payasos en una fiesta

Durante una gran fiesta que se celebraba cada década, un grupo de estudiantes juguetones decidió agregar un toque especial. Invitaron a un grupo de payasos a la celebración para divertir a todos. Sin embargo, estos payasos tenían un secreto: escondían regalos en lugares sorprendentes y desafiaban a los estudiantes a encontrarlos. La tradición de los "Payasos de la Fiesta" se mantuvo a lo largo de los años, añadiendo un toque de emoción a las festividades. Pacto Falso

Una de las páginas del libro de rumores se convierte en un contrato con una entidad. Dicha entidad te cubrirá de morir por mentir un pacto, a costa de una reliquia futura o un año de extensión de tu condena. Porque hacer tratos oscuros siempre tiene un precio... o dos

En un tiempo de oscuros tratos y pactos secretos, un estudiante astuto descubrió un antiguo contrato con una entidad misteriosa. Aunque sabía que hacer tratos con seres oscuros era peligroso, decidió hacerlo con la esperanza de ganar poder y protección. El contrato se convirtió en un rumor, y los estudiantes posteriores tuvieron la opción de aceptar este pacto. Aunque siempre había un precio que pagar, algunos estaban dispuestos a arriesgarlo por lo que ofrecía.

Diablillo de los Libros

Una de las páginas del libro de rumores se transforma en un pentagrama. Si los estudiantes deciden sacrificar a un compañero en honor a ese pentagrama, podrán obtener un diablillo que los acompañará para la eternidad. Porque a veces, un diablillo como amigo puede ser bastante útil, ¿verdad?

En las profundidades de la academia, un estudiante encontró un antiguo libro maldito que hablaba de invocaciones demoníacas. Al realizar un oscuro ritual, logró convocar a un pequeño diablillo que juró lealtad a cambio de un alma. Este diablillo se convirtió en su compañero y, a lo largo de los años, la academia formalizó la posibilidad de realizar esta invocación como la mejora del "Diablillo de los Libros".

Carnaval Sombrío

Al organizar la gran fiesta, aparecerá un grupo de criaturas en el gran salón. Las criaturas organizarán juegos de feria en donde los estudiantes podrán pagar partes de sí mismos para jugar. Los premios son variados, pero todos ameritan su costo. Porque en un carnaval sombrío, siempre hay algo extraño que ganar... o perder

En una gran fiesta que se celebraba cada década, un grupo de estudiantes aventureros decidió llevar el entretenimiento a un nuevo nivel. Invitaron a criaturas misteriosas y aterradoras al gran salón y organizaron juegos de feria siniestros. Los premios eran tentadores pero a menudo requerían un precio alto. A pesar de los riesgos, los estudiantes seguían participando, buscando la emoción y la recompensa en el Carnaval Sombrío.

Arturo y sus dos fieles mascotas, Copito y Anteojitos, se encontraban en la habitación, enfrentando una elección que parecía definir el destino de todos los futuros estudiantes. Las nueve opciones se extendían ante ellos, representando las diferentes alineaciones morales de ese mundo: Tres opciones benevolentes, tres neutrales y tres con consecuencias oscuras.

El jorobado se sumió en una profunda reflexión mientras examinaba cada opción, su mente buscando la respuesta que beneficiaría a la mayoría, pero la tarea era abrumadora, ya que ninguna de las elecciones parecía perfecta.

—Nuevamente ninguna de las opciones nos beneficia, una puede ser casualidad, pero dos es raro, probablemente este es el motivo por el cual Momo nos seleccionó a nosotros… —Murmuró Arturo mientras le daba vueltas a las opciones en su mente.

Por su parte, Anteojitos parecía desinteresado en todas las opciones. Era como si la mascota entendiera que ninguna elección sería realmente beneficiosa para ellos. El tiempo pasaba mientras Copito continuaba saltando alegremente, aparentemente ajeno a la gravedad de la situación.

Arturo finalmente rompió el incómodo silencio, compartiendo sus pensamientos con sus fieles mascotas mientras intentaba tomar la decisión más sensata.

—¿Cuál opción es la mejor para los demás? Realmente es difícil. Por ejemplo, "Gran Legado" parece muy buena, pero nadie estaría dispuesto a regalar su libro de rumores a otra persona, especialmente cuando hay una recompensa por tenerlo en tu poder hasta el día de las contrataciones. Por otra parte, hay opciones que claramente solo traen problemas, como las de los pactos falsos. Lo último que quiero es que la gente no pueda confiar en los pactos nunca más.

Arturo miró a Anteojitos, esperando alguna señal de aprobación o desaprobación, pero su mascota parecía más interesada en otros pensamientos. Finalmente, Arturo se inclinó hacia la opción que consideraba la más amigable para todos los estudiantes y seleccionó: «Hada de los Libros».

Inmediatamente, el libro en las manos del cadáver reaccionó, emitiendo destellos de luz mientras la elección se sellaba. La habitación pareció vibrar por un instante, como si el mundo mismo reconociera la decisión de Arturo.

—Lo he hecho. Hemos elegido "Hada de los Libros" —Anunció Arturo, aunque su voz aún estaba llena de dudas. Copito, sin comprender del todo lo que había sucedido, siguió saltando y jugando, mientras que Anteojitos continuó observando a su dueño, con una mirada que expresaba un tanto de preocupación como diciendo: “¿Realmente no sacaremos nada de esto?”.

—Sí, Anteojitos, yo también lo creo…—Respondió Arturo ganando cada vez más confianza a medida que trataba de justificar su elección—Tener una mascota ayudará a todos los estudiantes, o al menos hará que sus días en la escuela sean un poco más agradables. Aunque por desgracia esta mascota no los acompañarán para siempre. Pero mi habilidad me ha enseñado que sonreír en los momentos adecuados puede cambiar vidas, y no hay momento más importante para sonreír que durante la infancia. Por eso estoy seguro de que esta decisión fue la correcta, con esta mascota los futuros niños que pasen por estas frías aulas tendrán una infancia más alegre.

Sin embargo, Anteojitos no tuvo tiempo de reaccionar ante la evidente mala interpretación de su dueño. El libro, sostenido por el cadáver esquelético en la cama, volvió a cambiar, revelando una nueva serie de opciones entre las cuales debían elegir.

—Y ahora, ¿qué nos depara el destino esta vez?—Murmuró Arturo mientras se preparaba para explorar las nuevas opciones que se presentaban ante ellos. Copito, sin preocuparse por los problemas del mundo, seguía saltando y jugando, mientras que Anteojitos centraba su atención en el libro de rumores, listo para analizar las posibles elecciones.

¡Nuevo Ascenso Disponible! El Inquisidor

Conviértete en el inquisidor: ¡serás el guardián de la verdad!. Tu misión es explorar el libro de rumores y verificar la veracidad de los rumores. Cuando descubras un rumor falso, serás como un cazador en busca de la mentira y la destruirás. ¡Pero recuerda, solo puede haber un inquisidor por generación de estudiantes y tal honor se le será conferido al primer estudiante en obtener el libro de rumores de su respectiva generación! Después de destruir cien rumores falsos, Lysor, "El Padre", te recompensará con un punto de favor y garantizará que apruebes el gran examen. Incluso podrás sacar una sorprendente calificación de 6 sobre 5 con la bendición de tu respectivo dios. ¡Qué manera de ganarse el respeto!

Hace siglos, en los días oscuros de la academia, los rumores falsos se propagaban como un incendio descontrolado. La verdad se había vuelto un bien escaso. Fue entonces cuando un estudiante llamado Isidoro decidió tomar medidas. Tras descubrir un antiguo tomo de sabiduría, se convirtió en el primer Inquisidor de la academia. Su misión era simple pero crucial: explorar los libros de rumores y erradicar cualquier rumor falso que encontrara. Isidoro pasó su infancia en esta búsqueda incansable y, después de destruir cien rumores falsos, ganó la bendición de Lysor, "El Padre", y la garantía de pasar el gran examen con una calificación sorprendente de 6 sobre 5. Su legado inspiró a generaciones de Inquisidores que siguieron sus pasos.

Duendes en la Fiesta

Después de organizar la gran fiesta, un duende anciano aparecerá en el gran salón. Este enigmático personaje no solo reparará la ropa de todos los estudiantes, sino que también demostrará su buen corazón al salvar a uno de los estudiantes atrapados. El afortunado será aquel que haya obtenido el libro de rumores más recientemente. ¡Nunca subestimes la generosidad de un duende!

Hace mucho tiempo, durante una de las grandes fiestas de la academia, ocurrió algo inusual. Mientras los estudiantes celebraban, un duende anciano apareció en medio del gran salón. Este duende, conocido como Tormund, no solo reparó la ropa de todos los presentes, sino que también demostró su corazón generoso al rescatar a uno de los estudiantes atrapados en la fiesta. La historia de Tormund se convirtió en una leyenda, y su aparición en cada fiesta se convirtió en una tradición esperada.

A Prueba de Bobos

En tu cumpleaños número quince, recibirás una copia del libro de rumores junto con tu torta si aún no la has obtenido. ¡Ayuda a los más tontos!

En una sociedad donde la inteligencia y la astucia eran altamente valoradas, un estudiante llamado Emilio abogó por la inclusión de todos. En su cumpleaños número quince, decidió regalar una copia del libro de rumores a todos los estudiantes que aún no lo tenían. Esta acción altruista se convirtió en una práctica común, permitiendo que incluso los menos afortunados en el intelecto tuvieran la oportunidad de explorar los secretos de la academia.

Bibliotecario Misterioso

Cada año, un bibliotecario misterioso aparecerá en algún lugar secreto de la escuela. Revelará un rumor muy poco conocido al primer estudiante que lo encuentre. Nada como un buen libro para iluminar tu día.

Hace siglos, en los sombríos pasillos de la academia, se encontraba una biblioteca secreta que ocultaba los más antiguos y desconocidos conocimientos. En su corazón, esta biblioteca era custodiada por un ser enigmático conocido como Elara. Nadie sabía de dónde venía o cómo había llegado a convertirse en el bibliotecario de tan preciado tesoro de sabiduría. La leyenda cuenta que Elara había sido una estudiante excepcional de la academia en su juventud, sedienta de conocimiento y curiosidad insaciable. Sin embargo, su búsqueda de respuestas la llevó por caminos oscuros y peligrosos, y eventualmente desapareció durante años. Cuando regresó, había cambiado profundamente. Había encontrado la biblioteca secreta y sus misterios la habían transformado en una guardiana de saberes arcanos. Cada año, Elara emergía de las sombras para revelar un rumor extremadamente raro y valioso al primer estudiante que lograra encontrarla. Los estudiantes comenzaron a buscarla como si fuera un tesoro viviente, explorando pasadizos secretos y resolviendo acertijos ancestrales para ganar el derecho de conocer los secretos que ella guardaba. La influencia de Elara en la adquisición de conocimiento se convirtió en una parte vital de la cultura académica, y su existencia se convirtió en un misterio que nadie podía resolver.

Ali, el Mercader

Un gran mercader ha fallecido recientemente, y su deseo es compartir sus secretos con los estudiantes. Si seleccionas esta opción, los secretos de Ali se ocultarán entre las páginas del libro de rumores. ¿Quién necesita el mercado cuando tienes el conocimiento para armar el tuyo?

Hace generaciones, el nombre de Ali se elevó al estatus de leyenda. Era un mercader conocido en todo el mundo por su astucia y su habilidad para encontrar los tesoros más raros y valiosos. Su vida estaba llena de aventuras y viajes a tierras lejanas, donde comerciaba con objetos mágicos, antigüedades exóticas y artefactos de gran poder. Sin embargo, cuando Ali finalmente pasó a la posteridad, dejó tras de sí más que una fortuna. En su testamento, reveló que había ocultado una inmensa riqueza y secretos invaluables en las profundidades de una mazmorra desconocida. La ubicación exacta de esta mazmorra era un misterio, y solo se rumoreaba que se encontraba en algún lugar remoto y peligroso del mundo. Con el tiempo, grupos de exploradores audaces se embarcaron en expediciones para encontrar la herencia de Ali. Cada uno estaba dispuesto a arriesgarlo todo por la promesa de riqueza y conocimiento. La búsqueda se convirtió en una carrera peligrosa, donde la astucia, la valentía y la determinación eran las llaves para desbloquear los secretos de Ali y asegurar su legado.

Llamada a lo desconocido

Cada cinco años, junto con tu torta de cumpleaños, se te revelarán las palabras mágicas que te permitirán ingresar a una ubicación que te es desconocida de la escuela. Porque todos necesitamos un poco de aventura en nuestras vidas, ¿verdad?

Dentro de los muros de una antigua y olvidada escuela, la curiosidad y el deseo de aventura siempre estaban presentes en el corazón de los estudiantes. Para mantener viva esta llama de intriga y emoción, se había forjado una tradición única. Cada cinco años, durante los cumpleaños de los estudiantes, se revelaban palabras mágicas que les otorgaban acceso a ubicaciones desconocidas en la academia. La historia cuenta que estas palabras mágicas habían sido creadas por un antiguo mago, un maestro de las artes arcanas, que había deseado infundir un espíritu de aventura en las almas jóvenes que llegaban a la academia. Las palabras eran guardadas en un antiguo pergamino que se transmitía de generación en generación, solo revelado en ocasiones especiales. Cuando los estudiantes recitaban las palabras mágicas, las puertas secretas se abrían, revelando pasadizos ocultos, jardines misteriosos y aulas olvidadas. Cada ubicación tenía su propio misterio y desafío, y aquellos que se aventuraban a explorarlas a menudo regresaban con conocimientos y experiencias que enriquecían sus vidas.

Ladrón de Rumores

Una de las páginas del libro de rumores se transforma en el dibujo de un astuto ladrón. Si te encuentras con dos estudiantes intercambiando rumores, puedes decidir destruir esta página y robar los rumores de ambos estudiantes. Los estudiantes cuyos rumores sean robados perderán todo conocimiento de los mismos. Nada como un poco de intriga para mantener las cosas interesantes.

Entre los estudiantes de la academia, había uno que se destacaba por su astucia y su amor por los juegos de la mente: Tristan. Este estudiante era conocido por su capacidad para crear y difundir rumores intrigantes entre sus compañeros. Un día, mientras hojeaba su libro de rumores personal, Tristan decidió agregar un dibujo de un astuto ladrón en una de las páginas. Este simple dibujo se convirtió en un rumor en sí mismo. Se decía que aquellos que se atrevieran a destruir la página del ladrón podrían robar los rumores de otros estudiantes y hacerlos suyos. La intriga y el juego se apoderaron de la vida académica mientras los estudiantes competían por acumular los rumores más jugosos y proteger los suyos. El dibujo del ladrón se convirtió en un símbolo de desafío y camaradería entre los estudiantes. Cada vez que alguien intentaba robar un rumor, se desataba una frenética carrera en busca de pistas y secretos. Tristan se había convertido en una leyenda, el maestro de los juegos de la mente, y su libro de rumores era codiciado por todos.

Llamada de las Profundidades

Los murmullos incesantes en el aula abandonada te susurran que si logras seducir y sacrificar a cinco estudiantes en dicho lugar, obtendrás un libro de rumores especial si aún no lo has obtenido, o una mascota aleatoria en caso contrario. ¿Quién necesita amigos cuando puedes tener conocimiento y mascotas?

En los rincones más oscuros y olvidados de la academia, se rumoraba que había un aula abandonada, un lugar donde los murmullos incesantes llenaban el aire. La leyenda decía que si un estudiante lograba seducir y sacrificar a cinco compañeros en ese lugar, sería recompensado con un libro de rumores especial cuyo poder sería inigualable. La historia detrás de esta macabra tradición se perdía en las brumas del tiempo. Algunos creían que tenía sus raíces en la búsqueda desesperada de conocimiento y poder, mientras que otros la consideraban un mero mito. Aun así, la búsqueda de conocimiento y poder a menudo llevaba a algunos estudiantes a la oscuridad de esa aula olvidada.

¡El Rey Negro ha regresado!

Tras responder al llamado del rey, serás premiado con tres ventajas de ascenso de las ocho disponibles. Sin embargo, prepárate para la gran marcha. Durante esta épica campaña, aquellos estudiantes que hayan usado el libro de rumores abandonarán la escuela y serán convocados a la guerra. ¡Los bufones, incapaces y astutos escaparán de la convocatoria! Quienes sobrevivan recibirán el favor del rey negro. Pero ten en cuenta que nada es gratis en este mundo, y el rey negro no es de fiar. La luna de sangre volverá a alzarse en 14 días, ¡pero solo el heraldo conoce este rumor! ¿Quién dijo que la guerra no podía ser emocionante?

¡MIS OJOS QUE TODO LO VEN, MIS OJOS QUE TODO LO VEN! ¡EL REY NEGRO HA VUELTO, HA VUELTO! ¡OH, SÍ, LO SÉ! SOY EL HERALDO, EL LOCO QUE GRITA EN LAS SOMBRAS, PERO SOY EL ÚNICO QUE VE LA VERDAD. LA LUNA DE SANGRE, SEÑAL MALDITA, ANUNCIA SU REGRESO, Y YO, YO LO VI.

EL REY NEGRO, UN REY SIN NOMBRE QUE NADIE RECUERDA, ARRASTRA SU OSCURIDAD DE NUEVO A LA ACADEMIA. LA ACADEMIA QUE AMAMOS, QUE CREÍAMOS SEGURA, ESTÁ EN PELIGRO. SUSURRA PROMESAS VACÍAS, ENGAÑA A LOS JÓVENES, LOS LLEVA A LA DESTRUCCIÓN. LOS ATRAEN CON SU CARISMA SINIESTRO, LOS HACE CREER QUE HAY GLORIA EN LA GUERRA.

PERO, ¡OH, INSENSATOS!, NO VEIS EL ABISMO QUE SE ABRE BAJO VUESTROS PIES, UN ABISMO, UN ABISMO TAN PROFUNDO QUE DEVORARÁ VUESTRAS ALMAS. LA GUERRA, ESA EMOCIONANTE LOCURA QUE BUSCÁIS, SOLO TRAERÁ DESPERACIÓN, UNA DESESPERACIÓN SIN FIN. LUCHARÉIS CONTRA SOMBRAS, CONTRA HORRORES INDESCRIPTIBLES, Y EL REY NEGRO, EL MONSTRUO SIN NOMBRE, SE REGOCIJARÁ. REIRÁ, REIRÁ EN VUESTRO ROSTRO, EN VUESTRAS ALMAS DESTROZADAS.

LA TRAICIÓN Y LA DESCONFIANZA, LA TRAICIÓN Y LA DESCONFIANZA SERÁN VUESTROS ÚNICOS AMIGOS, PORQUE NADIE CONOCE LAS VERDADERAS INTENCIONES DEL REY NEGRO. SU NOMBRE, ESE GRITO OLVIDADO, RESUENA EN LA ACADEMIA, EN MIS OÍDOS, EN MI MENTE ENLOQUECIDA, PERO VOSOTROS, NECIOS, LO HABÉIS DEJADO CAER EN EL OLVIDO, EN EL ABISMO, EN EL VÓRTICE DE LA LOCURA. VAGÁIS EN LA IGNORANCIA, EN LA CEGUERA, MIENTRAS EL ABISMO SE TRAGA EL MUNDO, SE TRAGA TODO.

¡ESCUCHADME, POR FAVOR, AUNQUE SÉ QUE NO LO HARÉIS! YO, EL HERALDO, EL LOCO QUE HABLA CON LAS SOMBRAS, OS ADVIERTO. EL REY NEGRO HA REGRESADO, Y EL FIN, EL FIN ESTÁ CERCA, TAN CERCA QUE PUEDO TOCARLO CON LAS MANOS, CON LAS UÑAS, CON LOS DIENTES. LA LUNA DE SANGRE EN EL CIELO ES UN AVISO, UNA CARCAJADA MALDITA, UN LLANTO INFERNAL, PERO NADIE RECUERDA SU SIGNIFICADO, ACASO MIS GRITOS SOLO RESUENAN COMO EL VIENTO ENTRE LAS TUMBAS.

LA ACADEMIA, ESE FARO DE SABIDURÍA, ESE FARO QUE SE APAGA, QUE SE DESVANECE EN LA OSCURIDAD, EN LA LOCUURA, EN EL OLVIDO. SOLO YO, EL HERALDO, SIGO EN LA PENUMBRA, EN LA MAREA DE LA LOCURA, TRATANDO DE SALVAROS DEL DESTINO QUE OS ESPERA, QUE NOS ESPERA, QUE NOS DEVORA. PERO SÉ QUE MIS PALABRAS SE PIERDEN EN EL VIENTO, EN EL VÓRTICE, EN EL HURACÁN DE LOCURA QUE SE DESATA, QUE NOS ENVUELVE, QUE NOS TRAGA.

ASÍ QUE SEGUID ADELANTE, JÓVENES INSENSATOS, Y DEJAD QUE EL REY NEGRO OS DEVORE, OS DEVORE A TODOS, OS CONSUMA, OS HAGA DESAPARECER EN LA OSCURIDAD. YO, EL HERALDO, SEGUIRÉ GRITANDO, GRITANDO EN VANO, EN LA LOCUURA, EN EL ABISMO, RECORDANDO LA VERDAD QUE TODOS HABÉIS OLVIDADO, QUE YO SOY EL ÚNICO QUE VE, EL ÚNICO QUE SABE. EL ARMAGEDÓN SE ACERCA, Y NADIE, NADIE SE SALVARÁ DE SU FURIA, DE SU DESTRUCCIÓN.

—Bien, necesitamos tomar una decisión de nuevo...—Murmuró Arturo en voz baja, visiblemente preocupado por no encontrar una opción que realmente le convenciera—Cada vez se está volviendo más difícil, y lo más frustrante es...

Arturo trató de comunicar sus preocupaciones a sus mascotas, pero se vio interrumpido de forma repentina cuando Copito saltó en el aire y chocó contra su frente. De manera inmediata, la criatura realizó otro salto desde la cara de Arturo, logrando que su regordete cuerpo impactara contra la opción que indicaba: "¡El Rey Negro ha Regresado!"

—¿Pero por qué diablos hiciste eso, Anteojitos? ¿Tienes la menor idea de la locura que acabas de hacer? —Gritó Arturo mientras se levantaba de la cama de un saque y regañaba a su mascota. Era evidente que Copito no podía realizar semejante salto exagerado, y el despiadado ojo volador lo había hecho levitar en el aire para disimular su elección.

Sin embargo, Anteojitos parpadeó lentamente, como si dijera: «No fui yo, Arturo. ¿Por qué te enfadas conmigo? Claramente, fue Copito. Esa rata peluda solo disfruta viendo sufrir a los demás.»

—No me mires con esos ojos. Esta vez has cruzado la línea, Anteojitos. ¿Sabes cuántos niños...? —Arturo gritaba con enojo mientras señalaba acusadoramente a su mascota. Sin embargo, sus palabras se vieron interrumpidas cuando se percató de que la habitación empezó a temblar.

La habitación comenzó a temblar con una violencia que hizo que Arturo se tambaleara y tuviera que apoyarse en la cama para evitar caer al suelo. A medida que el temblor se intensificaba, Arturo observó con creciente horror cómo la imagen reflejada en el espejo enmohecido de la cómoda comenzó a distorsionarse lentamente, como si una mano invisible estuviera deformando su superficie. Los contornos de lo que parecían ser rostros borrosos aparecieron y desaparecieron en el reflejo, como si miles de vidas pasaran frente a sus ojos.

Mientras los rostros pasaban por el espejo, la cama en la que Arturo se aferraba con desesperación comenzó arrastrarse hacia el espejo y lo que antes había provocado una simple agitación en el mueble, se convirtió en una sacudida violenta y caótica. Las sábanas fueron arrancadas de la cama por una fuerza invisible, elevándose en el aire como si estuvieran poseídas por un espíritu maligno. El esqueleto a su lado comenzó a mirar a Arturo con una sonrisa y la cama misma se tambaleó como si estuviera siendo zarandeada por una mano furiosa y poderosa que buscaba desgarrarla.

La ventana llena de telarañas se sacudió con una violencia sobrenatural antes de cerrarse y abrirse de golpe, arrastrando un viento gélido a la habitación. Poco a poco el aire en la habitación se volvió opresivo y denso, cargado con una presencia malévola que parecía estar aprisionada en su interior, esperando con ansias liberarse.

La cama, ahora en un estado de agitación extrema, pareció elevarse unos centímetros del suelo por su propia voluntad. Las sábanas se revolvieron furiosamente como si ocultaran algo aterrador debajo de ellas. Un gemido gutural y angustioso llenó la habitación, y el miedo paralizó al asustado Arturo, como una manta opresiva que envolvía todo a su alrededor.

Entonces, cuando el jorobado había caído presa del pánico la ventana se rompió de repente, y un viento aún más helado arrasó las sabanas que caían en pedazos y se retorcían en el suelo como si tuviera vida propia. Arturo vio con desesperación como el sol se había ocultado de repente y una luna llena roja como la sangre iluminaba la escena débilmente. Fue entonces cuando Arturo vislumbró una figura pálida y macabra que se erguía junto a la cama. Los ojos de la figura estaban vacíos y sin vida, y su boca se retorcía en un llanto malévolo que emanaba una maldad indescriptible. La figura avanzó lentamente hacia la cama, extendiendo una mano marchita y huesuda hacia Arturo, como si estuviera a punto de hacerlo caer en las garras de la misma muerte. No obstante, los pies del esqueleto al lado del jorobado comenzaron a moverse y patear con fuerza esta extraña entidad, protegiendo al paralizado jorobado y provocando que la misteriosa criatura volviera a refugiarse debajo de la cama.

Mientras los dos muertos luchaban, el espejo finalmente colapsó en un estallido agudo y penetrante. Los rostros deformes que se habían reflejado en él se rompieron en innumerables fragmentos que cayeron al suelo con un ruido ominoso. Entre los restos del espejo roto, una figura oscura y borrosa emergió de las sombras, acechando en la habitación con una presencia siniestra que desafiaba toda lógica y explicación.

La sombra se movía lentamente hacia Arturo. Sus contornos oscuros y retorcidos se proyectaban amenazadoramente sobre las paredes, y de su cuerpo parecían emanar las súplicas y gritos de los condenados.

Sin embargo, la sombra, en lugar de atacar directamente, atravesó el cuerpo de Arturo con su forma etérea. Una sensación espeluznante invadió al jorobado cuando sintió como si su cuerpo fuera atravesado por un mar denso de sangre negra y viscosa. El objetivo de la sombra quedó claro cuando se acercó al libro que el esqueleto continuaba sosteniendo con fuerza en sus huesudos dedos. La sombra tocó el libro tres veces con un gesto etéreo, y luego desapareció de repente, como una niebla disipándose ante la luz de la luna.

El viento gélido que había penetrado en la habitación se disipó de golpe, y la temperatura en la habitación volvió a la normalidad. El temblor que había inundado la habitación terminó y la cama que había levitado misteriosamente volvió a apoyarse contra el suelo. Todo parecía haber regresado a la normalidad, como si la pesadilla nunca hubiera ocurrido.

Sin embargo, la realidad se imponía de manera implacable. La cama que ahora se encontraba en el centro de la habitación y las sábanas que yacían destrozadas en el suelo eran los testigos de un combate sobrenatural. Los fragmentos del espejo roto estaban dispersos por todos lados. Y el sol no había vuelto a salir, aparentemente la luna de sangre había llegado para quedarse.

El silencio que siguió a estos inusuales eventos era ensordecedor, solo roto por la pesada respiración de Arturo mientras intentaba procesar lo que acababa de experimentar. Cuando finalmente reaccionó, Arutro preocupadamente vio como Copitos se encontraba escondido entre sus túnicas y Anteojitos hace tiempo se había puesto a investigar el libro sostenido por el esqueleto.

Sin encontrar qué palabras decir en estos momentos, Arturo siguió la idea del ojo flotante y satisfaciendo su curiosidad descubrió que tres opciones se hallaban marcadas en el libro: “Bibliotecario Misterioso, Llamada de las Profundidades , Llamada a la Aventura”