Esta novela es una obra de ficción. Aunque nació de mi experiencia de poco más de un año como decano de una academia de negocios privada en mi primer puesto académico al principio de mi carrera de una manera y circunstancias similares al protagonista, los personajes, las ubicaciones, y las situaciones no se basan en personas o lugares reales ni tienen la intención de representarlos. Por desgracia, los problemas que se plantean directa e indirectamente sobre las fallas tanto de la educación con fines de lucro como de la educación superior tradicional están lejos de ser ficticios. De hecho, la educación con fines de lucro ha crecido exponencialmente desde la década de 1980 y ya no se limita a entidades corporativas pequeñas. Y algunos segmentos de la educación superior tradicional de hoy en día, tanto públicos como privados, han llegado a reflejar el mismo espíritu orientado a los resultados finales del mercado propietario con fines de lucro, con su énfasis principal en maximizar los ingresos por matrícula, minimizar los costos e imponer siempre cargas cada vez mayores para los docentes con un llamado constante a “hacer más con menos” hasta que se espera que hagan prácticamente todo con nada, y se ven obligados a trabajar en un entorno donde los estándares académicos pasan a un segundo plano frente a la retención de estudiantes, lo que les brinda a los estudiantes diplomas de un valor cuestionable. Pero ese es un asunto para otra novela, una que también espero escribir.