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"Rising Of Hope" (Spanish)
Capitulo 5: Algo nuevo, y mejor.

Capitulo 5: Algo nuevo, y mejor.

Las emociones de Riley observaban confundidas desde su cuartel general, aún desconcertadas por la extraña interacción entre Riley y el chico enmascarado. Pero lo que realmente las dejó atónitas fue el repentino cambio de actitud de Riley.

—¡Wow! —exclamó Alegría, completamente sorprendida—. ¡Ese discurso hizo que Riley se recuperara, aunque... no hayamos entendido muy bien lo que dijo!

—¡Me retracto, tipo misterioso! —dijo Temor, alzando las manos al cielo como si estuviera orando—. ¡Sigue haciendo tu magia, por favor!

Furia, completamente emocionado, gritó:

—¡Yahoo! ¡Ahora sí vamos a ganar este partido!

Tristeza, sin tanto entusiasmo como los demás, susurró con un tono de duda:

—¿Están seguros de que remontaremos ese gol?

—¡Por supuesto que lo haremos! —respondió Alegría con un optimismo contagiante.

Mientras las emociones celebraban, confiadas en que Riley remontaría el encuentro, algo extraño comenzó a suceder. La alarma, aquella que había sonado hace un rato, empezó a resonar nuevamente, pero esta vez, poco a poco, con un zumbido que aumentaba en intensidad.

Temor fue el primero en percatarse, deteniéndose abruptamente en medio de la celebración.

—¡Momento! —dijo, con una expresión de pánico—. ¡Algo está sonando!

—¿Acaso es… una alarma? —preguntó Tristeza, mirando alrededor.

Desagrado señaló la alarma que parpadeaba de manera intermitente en la consola.

—Eh... ¿qué le pasa a esa cosa?

Envidia, con una mezcla de intriga y temor, observó con cuidado.

—Está sonando... —murmuró—. ¿Es seguro?

Ansiedad, con los nervios a flor de piel, intervino rápidamente, alejando a las emociones de la consola.

—¡No la toquen! ¿Y si es una trampa?

Furia, sin embargo, mantenía una expresión pensativa mientras cruzaba los brazos.

—Aguarden... esto me resulta familiar...

Las emociones se acercaron lentamente para inspeccionar la alarma, pero antes de que pudieran analizarla más de cerca, el ruido agudo y estridente volvió a resonar con más fuerza. Fue como si el caos explotara en el cuartel general.

—¡AAAAAHHH! —gritó Temor, cubriéndose los oídos desesperadamente—. ¡QUE ALGUIEN APAGUE ESA COSA!

Furia, abrumado por el sonido insoportable, rugió:

—¡ESE SONIDO ES IRRITANTE! ¡NO SOPORTO OÍRLO NI UN SEGUNDO MÁS!

El caos dominaba el cuartel general. Todas las emociones intentaban sin éxito taparse los oídos, correr en círculos, o simplemente gritar de frustración, hasta que Alegría, recordando haber pasado por algo similar antes, tomó el control de la situación. Con una rápida maniobra, sacó la alarma y la lanzó al vacío de los recuerdos olvidados. El silencio volvió a reinar.

—¡Uff! Ya no hay nada de qué preocuparse —dijo Alegría, aliviada, sacudiéndose las manos.

Temor, aún tembloroso, suspiró.

—Menos mal que ya acabó... creí que nunca terminaría —se detuvo un momento, pensativo—. Esperen... ¿por qué siento que esto ya había pasado antes? ¿Y si vuelve a repetirse?

Furia frunció el ceño, con una expresión más seria.

—Puede ser... tenía cierto parecido con algo que pasó hace tiempo.

Desagrado lo miró con desdén, cruzando los brazos.

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—¿En serio? ¿No se te ocurre algo mejor que decir? ¡No digas tonterías!

Alegría, señalando la consola donde había estado la alarma, agregó:

—Lo bueno es que todo ya pasó, pero... lo único que no me deja tranquila es no saber qué decían esas palabras en japonés que estaban allí.

Todos voltearon inmediatamente a ver a Alegria, y al hueco donde estaba la alarma, viendo esta ultima mas de cerca.

—¿Palabras en japonés? ---- Dijo Envidia, mientras se acercaba a ver las palabras en japones.

—Sí, no sé qué decían... Pero no debe ser importante. ----Dijo, volteando la mirada, despreocupada.

---- Ehh.... vamos a ignorar por completo esto?! Acaso no les importa en lo asboluto?! ----Gritó Ansiedad, quien todavia no podía procesar lo que pasó.

---- Que mas le vamos a hacer? Este tipo de cosas pasan frecuentemente. ---- Mencionó Furia, con una tranquilidad muy sospechosa.

----Estamos en la adolescencia. Aquí puede pasar cualquier cosa. ----Dijo, Desagrado, manteniendose indiferente al suceso...

Las emociones tienden a no darle mayor importancia a detalles tan pequeños e insignificantes, pero este... no es un detalle pequeño e insignificante.

La alarma, la cual habia sido retirada y desechada a un lugar desconocido, cayó al suelo, rodando cerca de los pies de una figura esbelta y oscura. Con prendas mayormente negras, destacando una bufanda de color rojo oscuro que se envolvía en su cuello. Una túnica dividida en dos partes desde la mitad hacia abajo ondeaba ligeramente, que era negra por fuera y morada por dentro.

El misterioso personaje observó la alarma con detenimiento antes de murmurar con una voz profunda y calmada:

—Al fin... ya era hora.

El tipo misterioso rompió la alarma con una arma muy extraña, la cual, se carcterizaba por ser dos katanas que se unian por el mango. El misterioso personaje, levantó la mirada hacia el horizonte, donde se alcanzaba a ver a lo lejos el cuartel general de las emociones. Sin perder más tiempo, empezó a correr hacia allí con una gran velocidad.

De vuelta en el cuartel general de la mente de Riley, las emociones respiraron aliviadas al ver que la alarma se había detenido. El caos había pasado, al menos por el momento, y todas, sin prestar demasiada atención a lo ocurrido, volvieron a concentrarse en lo importante.

—No sé qué significó esa alarma —dijo Alegría, acercándose nuevamente a la consola con paso firme—, pero ahora debemos concentrarnos en el juego.

Ansiedad, aún visiblemente afectada, exhaló un profundo suspiro, bajando los hombros.

—Y... por favor —murmuró, mientras sus ojos recorrían la consola con inquietud—, que no volvamos a cometer otra falta.

Riley regresó al campo, poniéndose en su posición. Su cuerpo estaba tenso, pero listo. Se notaba alerta, con los músculos preparados para reaccionar en cuanto el disco volviera a ponerse en movimiento. Britney, su compañera, se acercó a ella, con una expresión de preocupación.

—Oye... ¿estás mejor? —preguntó Britney, su voz cargada de incertidumbre mientras observaba el rostro de Riley en busca de alguna señal.

Riley le devolvió una sonrisa. No era una sonrisa cualquiera, sino una llena de seguridad y energía renovada.

—Mejor que nunca —respondió, con una chispa en los ojos.

Britney la miró un momento, sorprendida, pero luego dejó que una sonrisa se formara en su propio rostro. Cerró los ojos por un instante, asintiendo.

—Hmph... Tú y esa actitud confianzuda —dijo, su tono suavizado por el afecto—. ¿Dúo dinámico? —agregó, extendiendo el puño hacia Riley, en señal de complicidad.

—¡Sí! —exclamó Riley, chocando su puño con el de Britney.

Ambas se colocaron en sus posiciones. El aire a su alrededor vibraba, cargado no solo de tensión, sino también de posibilidades. El árbitro reanudó el juego, y como si toda la energía contenida dentro de ella se desbordara de golpe, Riley se lanzó hacia el disco con una intensidad feroz, sus movimientos eran mucho mas precisos y controlados, mientras en ella, un fuego enardecía en lo mas profundo de su ser.

Desde la consola, Tristeza abrió los ojos como platos, claramente impresionada por el cambio en Riley.

—¡Wow! —exclamó, su voz llena de asombro—. ¡Miren eso! ¡Riley se ve tan motivada!

Envidia, que se había subido a la consola para tener una mejor vista, levantó una ceja, intrigada por lo que veía.

—No sé qué le dijo ese chico, pero seguro fue algo impresionante —comentó, ladeando la cabeza, como si intentara adivinar el origen de esa súbita energía.

Desagrado cruzó los brazos con una expresión de incredulidad.

—¿Impresionante? —espetó, sacudiendo la cabeza—. ¡Ese tipo básicamente nos insultó! No entiendo cómo eso pudo motivar a Riley.

Alegría, con una sonrisa amplia y los ojos brillantes, estaba claramente en desacuerdo.

—Creo que Riley necesitaba justo eso —dijo, con entusiasmo—. Una buena dosis de reto. ¡Y ahora no se va a rendir hasta ganar!

Furia, incapaz de contener su emoción, levantó los brazos y se tomó la cabeza con ambas manos.

—¡Oh, sí! —gritó, su rostro rojo de pura excitación—. ¡Vamos a hacer picadillo a esas rivales!

Ansiedad, levanto las cejas, ligeramente sorprendida.

—No... me esperaba eso para nada...

— ¡Solo mírala! Es como si ese chico hubiera hecho magia. ¡Ojalá pudiéramos dar discursos así! ---Dijo Envidia, quien se estaba acercando mucho a la pantalla, mientras daba pequeños saltos de emocion, dandose vuelta muchas veces.

Las emociones seguían discutiendo, absortas en el espectáculo que Riley estaba dando en el campo, cuando algo se movió en las sombras detrás de ellas. Un ser misterioso, cubierto por una máscara manchada de blanco y gris, se deslizó silenciosamente por el cuartel general. Sus movimientos eran cuidadosos, casi imperceptibles.

El intruso se detuvo cerca de una puerta oculta, entreabriéndola para observar a las emociones sin ser detectado. En su mano, sostenía un celular, mientras una sonrisa siniestra se formaba bajo su máscara.

—Jejeje... —susurró en voz baja, fijando su mirada en la consola—. Hora del show.

De repente, la consola comenzó a brillar con una luz tenue, casi imperceptible por su color blanco. Las emociones, demasiado concentradas en el juego de Riley, no notaron el cambio. Estaban completamente ajenas a la ayuda, o peligro, que se cernía sobre ellas.