—Así es... A ti te estoy hablando —dijo el misterioso asesino, apuntando con el dedo a Alegria.
Alegria, quien todavía estaba atónita ante el aterrorizante suceso, escuchó la amenaza del batallador enmascarado, y se da la vuelta lentamente.
Tristeza, finalmente comprendió las verdaderas intenciones del guerrero. El terror se apoderó de su rostro y, en un movimiento desesperado, giró rápidamente hacia Alegría.
—¡No hagas esto, Alegría! —exclamó Tristeza, la desesperación impregnando su voz—. ¡Está armado! ¡Te va a hacer añicos!
Alegría, sin apartar la mirada del tipo misterioso, sintió una gota de sudor deslizarse por su mejilla. Su labio inferior temblaba.
—No tengo opción —dijo en voz baja, su mano temblando ligeramente mientras se preparaba—. Tengo que pelear contra él...
El desconocido dejó escapar una risa breve y seca.
—¿Sabes? Yo puedo ser muchas cosas, pero nunca seré un aprovechado. Toma. —Con un movimiento inesperado, arrojó a Sharibu al suelo, pateándola suavemente hacia Alegría.
—Ok, te está dando demasiada ventaja —murmuró, viendo con atención el arma doble—. ¡Aplástalo! ---agregó, con una gran voluntada calcada en su voz.
El guerrero, con una sonrisa apenas visible bajo la máscara, lentamente llevó su mano derecha hacia su espalda.
—Que no vaya a pelear con Sharibu no significa que pelearé con los puños —dijo con una confianza tranquila—. Tengo algo mucho mejor que eso.
De su espalda sacó un escudo imponente, con una cruz dorada destacándose en el centro. Ansiedad, al ver la nueva arma, soltó un bufido incrédulo.
—¿Es en serio? ¡¿Cuántas armas tienes en tu espalda?!
El desconocido sonrió.
—Las que sean necesarias. —Su mirada se fijó en Alegría, quien ahora se encontraba al lado del cuerpo adolorido de Furia, que apenas lograba moverse—. Y bien, ¿no vas a vengar a tu "guardián"?
Alegría observó a Furia tirado en el suelo, y algo oscuro comenzó a crecer en su interior. Su mirada se llenó de ira y odio.
—¡Tú! —exclamó, su voz vibrando con rabia—. ¡Vas a pagar por lo que le hiciste a Furia!
Sin más palabras, adoptó una pose de combate, su expresión endurecida. El guerrero frunció el ceño, su sonrisa confiada desvaneciéndose lentamente.
Ok, esto empieza a preocuparme, pensó mientras intentaba mantener la calma. ¿Y si ya había luchado antes? No, no es posible, solo tomó a Sharibu por primera vez. Pero... parece toda una experta.
En voz alta, dejó escapar un comentario nervioso.
—No pensé que adoptarías mi misma pose...
Alegría lo miró de reojo.
—¿Sabes? No soy de pelear, mucho menos con pijama.
El guerrero soltó una risa nerviosa.
—Créeme que es mejor que pelees así.
Alegría levantó una ceja, extrañada.
—¿Qué?
—Eh... ¡Nada! ¡Peleemos! —El guerrero hizo una pausa, claramente incómodo.
Alegría lo pensó por un momento, pero la ira que había acumulado finalmente explotó. Se lanzó agresivamente hacia él, atacando sin parar. Su oponente, sorprendido, bloqueaba cada golpe con dificultad.
Es mejor de lo que pensaba, pensó el guerrero, bloqueando un último ataque. La subestimé... pero no dejaré que eso me detenga.
El habilidoso espadachin, intenta lanzar un ataque vertical, el cual es desviado por Alegria, por lo cual, su postura queda expuesta, y Alegria no duda dos veces e intenta atacar, pero la velocidad y agilidad del guerrero es inhumana, y logra provocar un choque de armas entre ambos, y quedan cara a cara, mientras sus armas rechinaban entre sí. Por la rabia y frustracion del momento, Alegria intenta darle una patada en las partes nobles al tipo enmascarado. Incluso este se sorprende, y cuando mira hacia su orgullo, sus 2 piernas se juntaron en forma de reloj de arena, amortiguando el golpe justo antes de que llegara al objetivo.
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----Oye! Eso es jugar sucio!! ----exclamó, alejandose por un momento. ----No te gustaría que te hiciera lo mismo, o si?! ---preguntó.
Alegria solo lo miró raro. El tipo misterioso, despues de unos segundos de un silencio incomodo, comenzó a contraatacar, pero la mirada furiosa de Alegría lo hizo dudar. Era una mirada que lo aterrorizaba, una mirada que había visto antes.
—Esa mirada... —murmuró para sí mismo, visiblemente afectado—. Es... la de...
Los recuerdos lo asaltaron de repente. Imágenes de una figura envuelta en llamas, con la misma expresión de rabia que Alegría tenía en ese momento, lo atormentaron. Intentó sacudirse los pensamientos, pero era demasiado tarde. Las voces en su cabeza lo desestabilizaban.
—¡No! —exclamó desesperado, intentando concentrarse—. ¡Debo seguir concentrado en la pelea!
Lanzó un ataque apresurado, pero su mente estaba nublada. El escudo cortó el aire en dirección a Alegría, pero fue un movimiento torpe. Ella vio venir el golpe y, con un rápido movimiento, se agachó, esquivándolo fácilmente. La apertura que dejó el guerrero fue evidente: su torso estaba completamente expuesto. Sin dudarlo, Alegría aprovechó la oportunidad, lanzándose hacia él con Sharibu en mano. El filo de la espada brilló mientras cortaba el aire, directo hacia su torso.
En el último segundo, el guerrero reaccionó, echándose hacia atrás justo antes de que el golpe lo alcanzara. Pero no fue lo suficientemente rápido. Alegría, en su rapidez, dejó una huella: un corte superficial que atravesó su mejilla. El guerrero retrocedió, llevándose la mano al rostro. Sintió la sangre correr por su piel, el dolor ardiendo intensamente.
—Este dolor... —murmuró mientras tocaba la herida—. Hace mucho tiempo que no lo sentía...
Alegría, sorprendida por lo que acababa de hacer, soltó a Sharibu. La espada cayó al suelo con un sonido metálico. Se cubrió el rostro con las manos, alejándose lentamente, sin dejar de vigilar al guerrero herido.
Él, todavía adolorido y apoyado en su escudo, sonrió.
—Eso quería ver... —dijo con un suspiro—. Nadie nunca me había vencido de una manera tan genuina... tengo que admitir que tu habilidad es impresionante.
Alegría se acercó con cautela.
—Espera... ¿cómo sigues vivo después de eso? ¡Te corté la cara!
El guerrero rió suavemente.
—Solo fue un cortecito, no exageres. Además, solo quería probar tu fuerza... esto no era una pelea a muerte, ¿o sí?
Mientras hablaba, la herida en su mejilla comenzó a sanar lentamente, un brillo amarillo cubriendo la cicatriz, oculto bajo su máscara. Alegría, sin saber cómo reaccionar, desvió la mirada.
—Ehmm...
El guerrero suspiró profundamente.
—Haré como que nunca supe eso. En fin... soy un hombre de palabra, entonces... debo revelar quién soy.
Aún con las manos temblorosas después del combate, llevó lentamente sus manos a la máscara que ocultaba su rostro. Las emociones lo observaban con anticipación, expectantes.
La luz reveló un rostro impactante: su piel era de un tono extraño, una mezcla entre amarillo pálido y blanco. Su mandíbula era fuerte y bien definida, pero lo que más llamaba la atención eran sus ojos, de un amarillo penetrante, llenos de intensidad y dolor. Una cicatriz profunda, la marca que le había dejado Alegría, cruzaba gran parte de su lado izquierdo, desde la frente hasta la mejilla, pasando por su ojo. Las emociones, por un momento, quedaron sin palabras.
Alegría frunció el ceño, intentando procesar lo que acababa de ver. La cicatriz y esa mirada de derrota decían mucho más de lo que cualquier palabra podría.
—Mi nombre es... —empezó a decir el guerrero, pero fue interrumpido bruscamente.
Ansiedad se acercó rápidamente, con una expresión nada contenta.
—¿¡Kettei?! —exclamó Ansiedad—. ¿¡Eres tú!?
Tristeza, confundida, miró a Ansiedad.
—¿Lo conoces? —preguntó con incertidumbre.
Ansiedad, sin dudar, lo abofeteó fuertemente, y lo agarró de la oreja, estirándola con fuerza.
—¡¿Cómo se te ocurre entrar de esa manera?! ¡Casi nos matas de un susto! —gritó mientras lo abofeteaba repetidamente.
Kettei, sorprendido, se sobó la mejilla.
—¡Ouch! ¡Oye, no exageres con la violencia! Eso es lo mío. Solo es que no sé hacer una buena entrada. ¡Es por eso!
Ansiedad soltó un suspiro profundo, exasperada.
Alegría, aún confusa por la situación, señaló a ambos.
—¿Cómo ustedes dos se conocen? —preguntó, intentando entender lo que estaba ocurriendo.
Ansiedad lanzó una mirada sospechosa pero amable hacia el.
"Déjame presentártelo", dijo Ansiedad, señalando al misterioso guerrero con una mirada que mezclaba reproche y familiaridad. "Él es una nueva emoción, y como ya sabrán, se llama Kettei. Es un muchacho con cualidades fuera de lo común", añadió, con cierto orgullo en su tono. "Y aunque a veces sea muy supersticioso.---Una vena de su cabeza se incha por breves momentos.---- Es realmente alguien increíble, creanme".
Kettei quien hasta ahora había mostrado una postura desafiante, se limitó a levantar una mano tímidamente en señal de saludo. La tensión de la pelea comenzaba a disiparse, pero todavía había una atmósfera de incertidumbre en el aire.
Tristeza, acercandose lentamente, susurró. ----¿Una nueva emoción? ¿Pero cómo es posible? No recibimos ninguna advertencia de esto.
Alegría, por su parte, no estaba dispuesta a dejar que las cosas pasaran sin cuestionar. Se acercó a Kettei, todavía enfadada, con una expresión agresiva y los puños cerrados. "¿Qué?! ¿Y por qué no nos dijiste antes?! ¡Podríamos haber evitado esa pelea!", le reprochó.
Kettei la apartó suavemente. --- "No podía decirles acerca de eso...", dijo, su voz bajó de tono,. "...porque tengo mis razones", concluyó.
La explicación de Kettei dejó con mas dudas que respuestas a cada una de las emociones, quienes lo miraban raro, y le tenian un poco de miedo.