Capítulo 35: "Los mismos demonios"
En su camino por los pasillos, los cuales antes gozaban de color, ahora se denotaba una gran oscuridad y falta de color en ellos, así como la melaza cubría cada rincón mientras se movía erráticamente. Mas fue su sorpresa cuando, al pasar por unos grandes escombros de pilares que se derrumbaron anteriormente, se encontraron con un gran lago. Miles y miles de litros de agua se encontraban allí; dividían los dos grandes sectores de la mente, donde el lejano, aunque apenas visible, se podía divisar la luz que daba indicios de vida en aquella isla.
A su paso, no tardaron mucho en encontrar un bote, el cual parecía desamparado, pero de alguna manera pudo mantenerse en buenas condiciones, o quizá haya sido construido recientemente. Aunque ambos coincidieron en que alguien ya había intentado pasar por ahí, y dejó el bote abandonado. De inmediato revisaron cualquier posible falla que el bote pudiera tener, pero estaba limpio y perfecto. Mas era su suerte que en el costado del bote había un remo, el cual facilitaba mucho las cosas. Subieron al bote, quedando frente a frente; aunque al inicio se mantuvieron callados por unos segundos, sin embargo, su destino no parecía acercarse mientras remaban.
-----Será un viaje largo; si tienes algo para decirme, ahora es el momento. -----habló Kettei con una voz más suave y calmada, aunque ella se mantenía firme en su postura cerrada, entrecruzando piernas y brazos, así como apartando su mirada de él. Pero tardó unos segundos para encontrar las palabras que quería encontrar, como el valor que debía tener.
-----Bueno... Tampoco es como si quisiese decirte mucho... Es solo que no puedo creer que estemos haciendo esto. Arrebatarles la vida a quienes considerábamos nuestros amigos. -----murmuraba; su voz era suave y tenue, pero a medida que hablaba, esta se ahogaba. Kettei ante esto la miró fijamente, mientras su expresión seguía siendo la misma, aunque esta no parecía tener ninguna diferencia provocando la muerte de otros; a pesar de que no era lo que él quería, era lo que Stolz provocó.
-----Aqui... Nadie es nuestro amigo... Son solo monstruos sin cura, ellos murieron... —El vacío en sus ojos era un reflejo de ello. ----le declaró Kettei, aunque solo podría conseguir que ella lo interrumpiera, exigiéndole que no intentara encontrar otra forma de enfrentarlos que no sea a través de la violencia, ya que ella continuaba creyendo en la posibilidad de que aún mantenían algo de humanidad en ellos. Pero le costaba aceptar la realidad; el sufrimiento se estaba formando parte de ella, apagando cada vez más su color, el cual era brillante, pero que progresivamente se estaba apagando. Estaba dejando de creer a medida que se torturaba con esos pensamientos.
-----Alegria... —¿Tu brillo se está... apagando? ----preguntaba mientras sus ojos se abrían por instinto propio, mientras denotaba cómo la voz de ella se hacía débil, pero solo era por momentos. Mejor solo iba a remar, pensaba el guerrero, quien intuyó que todo esto la estaba afectando más allá de su físico, a su mente, aunque mucho tiempo no tenían, así que agarró el remo y comenzó a remar con la fuerza que podía ejercer.
-----Estoy... Estoy bien... ----repetía mientras intentaba recomponer la postura; sin embargo, comenzó a toser de manera incesante, pero insistía en mantener su palabra, aunque esa tos tardara en desaparecer, o quizá se mantuviera en ella por más tiempo del que cree. En su mirada se podía ver un vacío que crecía, que no solo se vería reflejado en ella, sino en alguien más también.
El mismo vacío se reflejó por instantes en Riley, quien se vio en el espejo de su casillero denotando aquel detalle, pero el perfil que debía mantener la hacía ocultar aquel vacío. Era el Día del Desafío, un partido amistoso entre el equipo de aquel ideal con el cual había comparado trayectoria y juego. Aunque parecía una apuesta absurda, el juego de ella había levantado más de una sorpresa en él, y en la gran mayoría de los y las alumnas del establecimiento, quienes después de clase se quedarían para observar el encuentro.
El reloj ya marcaba las cuatro y media de la tarde; en el vestidor ya se vibraba el ambiente. Esta vez no portaría el uniforme de su equipo, sino que usaría uno propio, el cual destacaba por unos fuertes colores rojos y negros, que tenía cierta similitud con el anterior, pero este parecía ser sofisticado. En el otro vestidor era igual, aunque a Chris le hicieron saber lo que era ella, alguien que haría lo que fuera por ganar, y con una gran furia oculta. Él lo tiene más que claro; la había visto jugar, pero le faltaba conocer cómo era vivir la experiencia en carne y hueso.
Las gradas comenzaron a llenarse de a poco, con estudiantes que ansiaban el encuentro; algo que parecía ser solo un reto se había convertido en una promesa por cumplir o un reto que superar. Ya era la hora, ambos equipos conformados por estudiantes quienes se comprometieron a dar el máximo de sí en un partido que no iba a ser igual que los otros, y tenían claro que este encuentro "amistoso" no iba a ser tan amistoso como se esperaba, aunque desde un inicio ya se conocían los aires con los que se jugaría ese partido, y una cosa estaba clara: "El partido no acabará en empate".
Britney, quien portaba el mismo uniforme que el de Chris, caminaba lentamente hacia la pista, mientras recordaba cómo su amiga y compañera de equipo había cambiado desde que conoció a aquel muchacho, y sentía que la había dejado de lado, además de haberla tratado como la culpable de las desgracias de ella, sin siquiera dejar espacio para que Riley pensase que el problema era ella misma. Sin embargo, otra mirada se vería en ella mientras observaba como en quien estaba pensando se estaba posando frente a ella. Aun así, vería algo más que su resentimiento en ella; veía que quería hablar sobre algo.
-----Britney... En verdad lamento haber provocado esto, pero tengo que terminar lo que empecé... —Ya es muy tarde, y yo...----intentó continuar, pero ella la interrumpió, afirmando su último punto: ya era muy tarde, su amistad no podía ser reparada así de fácil; ser reemplazada no es tan fácil de perdonar, y arreglar su error tampoco lo será. Así que si debía arreglar las cosas como lo hacía antes, debía admitir que estaba equivocada, pero sobre todo debía aceptar que eso tomaría tiempo, y que posiblemente este juego lo haga.
Aquella culpa, no la había sentido antes... Nunca, siendo ella tan buena persona, pero que ahora estaba entre la espada y la pared, poco y nada podía hacer. Así que solo podría redimirse aunque sea un poco y demostrarlo de la mejor manera en la que lo sabía hacer, jugando. Esa oscuridad volvería a su mirada, y por primera vez, no disfrutaría del todo jugar un partido de hockey, el deporte que jugó toda su vida; por un simple error no podía permitirse disfrutar de una de sus cosas favoritas. Así mismo, como Kettei lo hacía, sin poder disfrutar aquellos momentos donde por breves segundos pudo ver a su ama ser feliz, pero ya no más, o por lo menos eso pensaba.
De nuevo en lo que estaba pasando dentro de su mente, aunque ella intentaba disimular su debilidad y cansancio, seguía buscando una razón y explicación a lo que estaba pasando, sin embargo, el silencio se tornaba cada vez más incómodo, pero por lo menos la distancia se hacía cada vez menor, y estaban más cerca de llegar al destino. A medida que viajaban por el extenso canal, se podía divisar mejor los desechos en los que estaban navegando, aunque inquietaba un poco el hecho de que el agua se iba tornando mas turbia.
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-----Crees que ellos estén bien? ----le preguntó Alegría, mientras se asomaba por el borde del bote, así como enfocaba su vista en aquella luz que resplandecía en el fondo del lugar. ¿Acaso podrían estar dentro de esa luz? Nunca vieron nada igual, y si no fuese el caso, el paradero de ellos sería desconocido, y podrían perderlos para siempre, así como a los otros quienes fueron corrompidos por Stolz, y lo que provoque esa melaza en uno.
-----Esto no puede pasar... Stolz perdió la cabeza, y ahora su visión se nubló... Por eso no pudo soportar aquel suceso, y si dejamos que sea ella quien tenga el control... No quieres saber de lo que el ego es capaz de hacer. -----afirmó Kettei bajando la mirada, así como encorvaba su postura. -----Se que estás débil, pero no podemos permitirnos perderlos a ellos, así como te voy a perder a ti si es que esto empeora, y por nada del mundo quiero perder a uno de los míos, menos ahora. -----continuó, recobrando su postura erguida, pero su tono seguía siendo bajo mientras remaba. Las palabras que decía no parecían ser mentiras, ni deliraciones; aunque él hablaba siempre desde la perspectiva lógica, esta vez hablaba desde su corazón, su instinto.
-----Podemos evitarlo, solo nosotros dos. Sin distracciones, solo dos guerreros buscando la libertad. Así que... por favor... Ayúdame, ayúdame a hacer esto. Si no, todos morirán. -----le rogó Kettei estrechandole la mano. Por primera vez pidió ayuda; sin embargo, era claro el porqué lo hacía. Por las palabras, entendió que la situacion lo había afectado mas de lo que creía, o solo no quería mostrarlo. Aunque ya lo sabía, y ante esto pudo recomponerse con las fuerzas que le quedaban, acercó su mano lentamente a la mano de Kettei, aunque dudaba en tocar una mano cubierta de sangre.
Ya habían tocado tierra firme, y el otro lado no era nada parecido al lugar en el que estuvieron. Todo era diferente, el suelo, las paredes, todo parecía que había salido de una pelicula de ciencia ficción, o de mitología. Aunque sea, este lado no parecía estar tan corrompido por la melaza como el otro lado, aqui los colores eran mas visibles, aunque lo que mas llamaba la atencion, era como antes de salir del bote, ya os recibía un fuerte temblor que sacudiría todo el lugar, provocando que varios de los pilares se derrumbaran, bloqueando casi por completo el unico camino por el cual podían haber pasado, pero ahora no.
"NOO!!" grito Alegria con un ligero refunfuñar. Ella se acercó hasta los pilares para encontrar otra manera de pasar, mientras algo mas llamó la atención de Kettei, cuando ese algo estaba a sus pies, recogió lo que parecían ser unos escritos, y al abrirlo, su piel se erizó como nunca lo había hecho, y todo ese efecto fue provocado por lo que ponía en esos escritos, los cuales estaban en muy buenas condiciones, aunque la letra parecía ser antigua, pero era legible. En esos escritos debería predicar una catastrofe para llegar a infundir terror en Kettei de esa manera, solo eran letras, aunque predicaban algo mucho peor.
Tras ver por el rabillo del ojo como Kettei se estremecia mas y mas a medida que leía, hizo que se volteara y le preguntara que era lo que estaba leyendo, aunque este ocultó los escritos antes de que pudiera estar segura de haber divisado algo, aunque Kettei realmente haya disimulado su actuar.
------Como vamos a pasar por esos pilares? -----le preguntó con un ligero fruncir de ceño, observando de abajo hacia arriba las tremendas construcciones, las cuales no estaban antes. "Escalando", esa fue su respuesta. Le preguntó si acaso estaba loco, pero estaba mas que seguro de su respuesta, agarrando con fuerza los espacios con escombros entre pilares para mayor firmeza, y sin mas se subió a su espalda como si fuera una mochila. Aunque el ritmo era estable, algunos escombros eran muy inestables para el peso de los dos, y algunos caian, pero no impedían que buscaran otra manera de subir por los pilares.
Aunque lejano, se escuchan varios ruidos, los cuales era dificil percibir de que se trataba, eran combinaciones entre gritos y golpes, sonidos de animales relinchando, o quizá era un toro enrabiado atenuando todo a su paso. A medida que subían, la altura a la que estaban aumentaba, provocando que ella se aferre mas fuerte a la espalda de Kettei, y cierre los ojos, cosa que no pasaría desaprecibido por el. Ya en la cima, la luz era mas visible, pero poco a poco se iba estrechando, así que en marcha debían ir, pero antes de retomar el paso, un fuego artificial llamó su atencion, y solo estalló unos metros cerca de aquella luz.
------Son ellos? -----se cuestionó Kettei, siendo Alegria quien con una sonrisa mas esperanzadora, comenzaría a correr entre los escombros, al tener una señal de vida de sus amigos, quienes creía muertos, así como Kettei en un momento admitió tambien haber pensado eso. Deprisa, no debían perder mas tiempo, así que le siguió los pasos hasta un campo abierto, justo al lado de la luz, la cual en ese momento no era mas que una linea de unos cuarenta y cinco centimetros aproximadamente. Saltaron hacia este campo rodeado de un gran circulo de murallas, así como enredaderas verdes, y flores rosadas, y aunque el impacto fue un poco fuerte, no fue suficiente como para detenerlos.
------Vamos por ustedes, chicos.-----murmuró en voz baja Alegria, y allí mismo soltó un fuego artificial en dirección hacia donde posiblemente sus amigos estaban, con vida. Kettei le preguntó acerca de donde salió eso, a lo que ella con simpleza, y una sonrisa que le faltaba mostrar, recalcaba como Temor tenía todo un complejo de artilugios en casos de estricto rigor.
------Crees que funcione? -----le preguntó Kettei con voz firme, a lo que ella esperaba poder decir un sí, mientras pudo lograr mirarlo a los ojos, con la voluntad suficiente. Sin embargo, el guerrero reflejaría algo en sus ojos, y se dió la vuelta tan rapido como pudo, así como ella desviaba la mirada y abria los ojos como platos. Alzando el escudo se protegería de la fuerte embestida inesperada, el se mantuvo sobre sus pies, desplegando sus espadas de su lumbar. Aunque ella no tendría la misma suerte y caería al piso, solo para levantarse tan rapido como pudiera, y apuntar con el arco a quien estaba frente a ellos: Lance SlashBlade.
Sin embargo, esta vez no estaba solo, sino que gozaba de un toro el cual parecía imposible domar, sin embargo un don especial relacionado con la ira el tenía para dominar al animal salvaje de una manera tan controlada. Este comenzó a reir, burlandose sobre como ellos pudieron revelar su posicion completamente, tratandolos de idiotas. Ante esto, Alegria soltaría una flecha sin dudar, solo para encontrar la mano de Lance. De no ser que se pondría enfrente de Kettei despues de lanzarla, mientras tensaba otra flecha en su direccion.
-------Oh, pero si es una de mis flechas, y la disparó la mismisima reina de las emociones, muy... hilarante por cierto.----bromeó sarcasticamente, botando con fuerza la flecha al piso, mientras ella repetía su nombre, lo que provocaba solo ligeras risas en el. -----Ha pasado un tiempo... Y tu... Oh, Je Je... Como voy a olvidarme de tí, maldito bastardo. Que día de suerte!! Responderán por muchas cosas ustedes dos, así como van a responderme el porque tu tienes mi arco, no les parece?
-------Tu ya no lo mereces, no has hecho mas que ganarte el odio de todos por una estupida revancha! ----le gritó Alegria con voz fuerte y firme, mientras en ningun momento destensaba la flecha y no lo dejaba de apuntar, cosa que hasta el mismo Kettei tomaría desprevenido, puesto que hace apenas unos quince minutos no era capaz de soportar disparar una flecha a alguien. Aunque a pesar de toda esa verdad, el no haría mas que reir.
Ante esto, Kettei se le acercó, y mientras no descuidaba la postura, le aconsejaría huir, puesto que para el, esa batalla era suya, y no iba a involucrarla en un asunto que el comenzó, y el debía terminar. Mientras el toro bramiaba sin control, así como no los atacaba por ordenes de Lance, este ultimo coincidiría con el espadachin, creyendo que andar de fisgon no se veía muy bien la ultima vez que el se fijó, asi que a regañadientes, bajaría el arco, y le dejaría el combate en las manos de Kettei.
-------Se que no querías esto, pero sabemos como termina.... Nos vemos. -----concluyó, comenzando a escalar con dificultad por su cuenta el muro que separaba un campo con el otro, quedando ambos archienemigos cara a cara.
-------Oh, AMBOS SABEMOS QUE ESO NO ES CIERTO! Pero no te preocupes Alegria! Iré por ti y tus amigos tan pronto como termine aqui... Ahora... ¿Que hay de nuevo, viejo? -----Con esas palabras sentenciaría el encuentro que esta vez no tendría perdon, y coincidian en que uno de los dos iba a morir ese dia. Ambos se miraron frente a frente como en luchas anteriores, con la diferencia, de que ahora un toro enrabiado tendría que verse las caras contra el que en cierto estado, se convierte en un asesino, mientras Kettei mantenía su postura de pelea, parecida a la de un Nictibio, aceptando que no debió haberlo perdonado en primer lugar, pero que esta vez no iba a cometer el mismo error tres veces.