Novels2Search
The Silver Traveler [Español]
Cap. 25. Aprendiendo a Cazar:

Cap. 25. Aprendiendo a Cazar:

Alex miraría el estruendo de la guerra, observando detenidamente el caos y destrucción. La luz del día tocaría su rostro. Miraría al horizonte pensando, “¿Tiene lo necesario para estar aquí? ¿Alguna vez podría evitar las muertes?” Alex se sentía culpable por no hacer nada.

Lubanzi le miraría, el simio tendría una lanza tribal y algunas herramientas. Alex extrañado le preguntaría que hace ahora.

-Hey… Lubanzi… ¿Adónde vas? - Pensando que podría hacer.

-Chico, vamos a cazar y recolectar… necesitamos comida y la única forma es conseguirla nosotros mismos y tu vendrás a cazar.

Alex no creía lo que le decían, pero sin objetar, iría con una sonrisa. Bajando el árbol, con un tipo de mecanismo como un ascensor. Los simios bajaban, un grupo de 46 con él. Alex miro que 10 eran machos fuertes, 10 de ellos eran hembras y los demás eran cachorros. Alex le pregunto a Jabulani que, porque estaban distribuidos así,

-Bueno, estos cachorros tienen que aprender a cazar y recolectar, las hembras también cazan. Pero debido a la guerra, solo las presas fuertes quedan aquí… y solo los realmente fuertes logran sobrevivir a la cacería…

Alex le preguntaría si de esas bestias, era la carne que comió.

-Sí, era insecto, lo cazamos hace unas semanas, pero se logra conservar bien con sal que se consigue de una mina cerca de aquí. Pero casi perdimos a 4 con esa presa…

Alex miraría al simio con asombro, dispuesto a pagar su amabilidad. Alex seria llevado con los cachorros. Donde a estos se les enseñaría en una zona especial, a fabricar herramientas con piedras, palos y lianas, secando estas al fuego, logrando que sean duras y flexibles.

Las piedras eran escogidas por ser “Especiales” con un gran filo y resistencia. Alex miraba esto, aprendió a fabricar una lanza y un martillo de pierda, además de un cuchillo bastante buenos para él.

Alex miraría el grupo dividirse, los más débiles o que no querían, a cuidar a las hembras. Y los demás a cazar en grupo

El grupo avanzaría hacia la “Zona de caza” Al momento de llegar. En una zona muy baja, un simio subiría a un árbol, y con señas, daría la ubicación de las presas. El grupo con algo de desconfianza avanzaría entre la maleza.

El plan era atacar al más pequeño. Con un grito ahogado, las lanzas volaron, y los simios lograron herir al insecto. La criatura huyó, llevándolos a una persecución frenética. Alex, rezagado por la confusión, escuchó a un crujido estremecedor detrás de él.

Love this novel? Read it on Royal Road to ensure the author gets credit.

Un escarabajo, 3 veces más grande que el que perseguían, ataco a Jabulani que intento proteger a unos cachorros. El simio fuera de combate, intentaba ponerse de pie. El escarabajo al momento de cargar hacia él, fue detenido por alguien. Alex se lanzó hacia este, tomando su cuerno y con su peso y fuerza, freno el ataque, logrando que callera y solo se quedara a metros de Jabulani.

El simio sorprendido seria llevado por los cachorros a otra zona, Alex tomaría su lanza, dándose cuenta que se le cayó cerca del insecto aun en el suelo. Al intentar acercarse a tomarla, seria obligado a retirarse con una voltereta hacia atrás. El insecto rompió su lanza, furioso cargaría contra Alex. El lobo acaricio su martillo, una idea se le atravesó.

Alexandr tomaría posición, esquivaría por nada al enorme insecto. yendo por lo que queda de su lanza, Jabulani le gritaría que no haga nada tonto y que suba con ellos. Alex buscó su lanza rota en el suelo. Al girarse, el escarabajo cargó nuevamente. Esquivó con una voltereta, aterrizando justo a tiempo para tomar lo que quedaba de su arma.

—Muy bien... ¡Ven por mí! —grito al escarabajo, sosteniendo la lanza con determinación.

Alex dio un salto, quedando entre su cuerno y sus ojos. Alex atacaría estos con la lanza, logrando que el insecto choque y por el dolor, se mueva erráticamente, golpeando un árbol intentando bajarlo. Alex se agarraría fuertemente, y con un movimiento rápido, clavaria su lanza en el ojo del insecto.

Este soltó un alarido, mientras seguía estampándose contra los árboles. Alex saco su martillo y le golpeo contra su lanza, clavando cada vez mas esta. El insecto gritaba y se retorcía, y con un último golpe. El insecto caería inerte en el suelo. Alex cansado y timbrando. Bajaría de su presa, recargándose de un árbol, vomitaría abundantemente.

Jabulani miraría asombrado el acto de Alex. Los demás llegarían y mirarían la presa. Los sinos responderían que el lobo cazo al insecto.

Esa noche, el campamento celebró la victoria con un festín. Sin embargo, Alex no se sentía triunfante. Mientras miraba las llamas del fuego, su mente no dejaba de girar.

"Esto podría haber sido más sencillo... Tiene que haber una mejor manera."

A la mañana siguiente, en el taller improvisado del campamento, Alex comenzó a trabajar en nuevas armas. Usando piedras afiladas, brea y madera, diseñado lanzas reforzadas, flechas con puntas endurecidas al fuego y un arco rústico. Al mostrar sus creaciones a los simios, algunos se mostraron escépticos, pero tras las primeras pruebas, las celebraciones no se hicieron esperar.

El siguiente día de caza fue diferente. Alex lideró al grupo, coordinando una emboscada. Mientras los arqueros permanecían ocultos en una colina, Alex atrajo a varios escarabajos hacia ellos. Una lluvia de flechas acabó con la mayoría, mientras Alex, con precisión quirúrgica, cortó las patas de los que intentaban huir. La cacería fue un éxito, y los simios regresaron con tres presas grandes.

Con el tiempo, las armas de Alex se volvieron indispensables, y su influencia en el campamento creció. Pero la calma es dura poco. En la distancia, comenzaron a surgir incendios que iluminaban las noches como si fueran días. Alex observaba con una mezcla de ira y desesperación.

—Anciano... —dijo una noche, mientras el fuego consumía el horizonte—. Por favor, enséñame lo que necesito para terminar esto.

El anciano, sentado en su lugar habitual, sonoro mientras sus manos recorrían su bastón. Con señas, respondió: —“Todo a su tiempo, joven guerrero. Descansa. Pronto, el momento llegará”