Alex despertaría en un lugar oscuro, hiperventilando con sudor frio recorriendo su rostro, un frio gélido estaría presente en el lugar. Entre ecos lograría distinguir una voz. La voz de su padre. Se encendería una luz, iluminando lo que parece un cuarto muy familiar, llenando de calidez la habitación, mirando únicamente una silueta borrosa en todo el cuarto.
-Hijo mío, ¿Cómo dormiste? – Alex intentando ver a su padre, se tallaría los ojos aun aterrado. Su padre le pondría la mano en la frente y con una cálida voz le hablaría para tranquilizarlo. –Sé que te sientes mal, es la primera vez que utilizas tu habilidad. Hay mucho que tienes que aprender. Y por desgracia yo no puedo enseñarte- Vladim acariciaría su cabeza.
Alex soltando lagrimas intentaría hablar sin que sus palabras se escucharan salir.
-Hijo, sé que tienes preguntas por resolver y yo tanto por hablar. Pero solo puedo darte las pistas que necesitas, tu elije que hacer con tu vida. Tu camino será el destino del sistema- Suspirando melancólicamente. -Busca a 3 maestros, cada uno te dará lo esencial para controlar tu habilidad. El primero es te ayudara fortalecer mente, el segundo tu cuerpo y el tercero a dominar tu poder- Vladim miraba un reloj donde eran las 12:1. –Cada uno aparecerá en tu tiempo de más necesidad. Si tienes dudas, busca los restos de La Emperatriz los registros de nuestra raza y busca a ARCA, ella tiene todo lo que deseas saber- Vladim tomaría al cachorro en brazos, abriendo la puerta de la habitación lanzaría a Alex al vacío, no sin antes, darle algo en su mano. El cachorro con calma y una serenidad reflejada en su cuerpo, se dejaría llevar por la oscuridad hasta escuchar un leve sonido.
En una sala blanca, con 4 camas médicas y un escritorio, un reloj sonando su rítmico tic tac. Alex despertaría lentamente abriendo los ojos. Mikaela estaría con él, Alex miraría el reloj, siendo las 12:03 de la tarde. Todo pareció ser un sueño, hasta notar algo en su mano derecha. Una llave de lo que parece un vehículo.
Mikaela volteando a ver al cachorro, le abrazaría asustada y preocupada. Ella estaría muy nervosa, moviendo las puertas y mordiéndose las urnas. Explicando a Alex que a quien golpeo fue el nieto del mariscal, siendo un gran problema para Kírov en ese momento. El lobo recordaba las palabras de su padre “Tu camino será el destino del sistema” Alex con valor se pararía de la cama y pese a su corta edad, sería tan persistente como su padre.
- ¿Dónde se encuentran todos? - Mirando su mano, jugando con las llaves dejadas por su padre.
-En el auditorio, se encuentra en la parte este del colegio- Mikaela sorprendida de lo fácil que pudo hablar. –No te dejare es peligroso que te metas en estos, Kírov está arreglando esto, él lo tiene bajo control- La anima tomaría a Alex de los hombros. –Por favor, ya es difícil liderar con que estés vivo…- Mikaela taparía su boca rápidamente. Alex no se inmutaría por sus palabras. –No digo que seas una carga… Solo- Empezando a soltar lágrimas. –Sin Vladim todo se fue cuesta abajo… y ahora que esta… Yo…- Alex la abrazaría con fuerza,
Colocándose sus zapatos y Mikaela ya de por si nerviosa, iría con el sin mediar palabra. Saliendo de la enfermería, el director esperando afuera con varios profesores, cruzaría miradas con Alex, ambos llegarían a lo mismo sin mediar palabra. Con una sonrisa acompañarían al joven anima. Caminando Alex con estudiantes y profesores que seguían su paso. Muchos murmurando que fue el quien golpeo al “Rey de la escuela”.
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-Joven señorito Morosov… Parece que sus acciones en este primer día, han marcado demasiado la escuela… Justo como su padre- El director mandaría a los profesores a que abran las puertas al patio trasero. –Las aguas estancadas de esta escuela son azotadas por su caos- Llegando todos enfrente del auditorio. –Pero después de la tormenta, siempre viene la calma de unas nuevas aguas- Entregándole un anillo de plata, donde está marcado el nombre de su abuelo y su padre, y donde hay espacio para su nombre.
Alex decidido entraría al auditorio, las puertas siendo abiertas de par en par. Un lugar enorme se posaría enfrente de él. Paredes de mármol, pilares de granito y un techo de cristal que mostraba el frio espacio detrás de este. El que entre al lugar seria la menor de sus preocupaciones. Kírov seria azotado enfrente de los alumnos de clase más alta, unos mirando con terror la acción, mientras que otros serian cómplices del disfrute de la tortura.
Alexandr intentaría hablar, siendo interrumpidos por el director. Este con un simple gesto, ahora que se detuvieran. El Mariscal, Un tigre de color violeta con tonos vino, robusto y un pelaje muy grueso. Detendría la acción, mirando a Alexandr y su “sequito”. Alex y el director avanzarían hasta la mitad de la sala, el Mariscal caminaría hasta unos metros de ellos.
-Así que el “Hijo prodigo” ha decidido venir. Bueno, he aquí las consecuencias de tus actos- Mikaela intentaría llegar, pero sería detenida por guardias, Alex y el director quedarían atrapados en medio de la sala.
-Deja ir a mi tío… El problema es solo conmigo- Alex avanzaría unos pasos, quedando a un metro del tigre.
Aunque el Mariscal media casi 2 metros, Alex se veía mucho más pequeño que él. Sin intimidarse, retaría al Tigre. Joseph aceptaría con gusto el reto.
- ¿De verdad crees que eres el único con el poder de paralizar? ¿Tu mirada de cazador es nueva para ti, ¿no? -Alex sin saber lo que decía, empezó a sentir un dolor en su cabeza, junto con todos los que estaban en la sala. –Si… arrodíllate, por algo soy el mejor aquí. El único que rivalizaba conmigo era el idiota de tu padre. Pero mira a lo que le llevo ser “El Héroe” de todos- Alex caería de rodillas, Joseph miraría a Alex con desprecio y superioridad en su rostro. –Y veo que eres idéntico al… Un desperdicio de poder- Joseph creyendo que había ganado se dirigiría hacia Kírov.
Alexandr intentando no llorar con las palabras del tigre, intentaría alzarse con todas sus fuerzas.
-C-cállate…- Joseph se detendría sintiendo algo detrás de él. –Mi padre fue un gran anima, tú y muchos hablan mal de mi padre después de su muerte porque le tenían miedo- Alex se alzaría con dificultad. –Él no quería poder, o tu no estarías vivo y lo sabes- Mirando a Joseph con ira. –Soy muy joven aun, eso lo sé, pero mi padre me enseño mucho de lo que pasa en la galaxia… Puede que no tenga la mente de un niño, pero tengo el alma de un guerrero- Alex miraría al Tigre, sus ojos cambiarían a un rombo fino y empezaría a afectar a Joseph.
El tigre sentiría el leve dolor en su cabeza, riendo del joven Lobo:
-Sí que eres fuerte a tu edad. Pero yo lo soy mucho más…- Acercándose para golpear a Alex. Joseph se detendría en seco.
Detrás del joven lobo, sentiría una presencia, logrando sentir a su mayor rival. Vladim estaba en ese lugar, pero eso era imposible. El tigre miro a Alex y una mirada espectral de su rival se reencarnaba en la cara de su hijo frente a sus ojos. Joseph entrando en desesperación gritaría, bastante aturdido por lo que vería.
- ¿Qué le sucede? - Preguntaría el director recuperándose del dolor de cabeza.
Joseph empezaría agitar sínicamente, el eco resonaría en todo el lugar, revelando su peor secreto.
- ¡Nosotros mandamos a destruir tu nave! ¡Tú estás muerto! ¡Eres el demonio de plata! - Intentando golpear a Alex, Joseph se detendría y caería lentamente al suelo gritando hasta dejarse las cuerdas vocales.
El director sostendría a Alex. Un Alex aterrado de lo que veía quedándose petrificado y preguntándose, si fue el o algo mas quien le hizo eso al anima.
Mirando a Joseph perder la cabeza, en el suelo de rodillas mientras le salía espuma por la boca repitiendo el nombre de “Vladim”. El director ordenaría que detuvieran todo. Kírov mirando a Alex con incredulidad de su verdadera fuerza. Pensaría por un segundo, que la investigación de Vladim dio sus verdaderos frutos.
Anna y su hermano, sabrían que su reinado había por fin acabado.