Meses han pasado desde aquel problema. Joseph fue degradado del cargo de Mariscal. No se sabe por qué exactamente, los rumores dicen que “rompió” al anciano anima con su fuerza mental, otros dicen que conjuro una maldición sobre él. Lo que sí se sabe, es que estudiantes y maestros tienen opiniones distintas, algunos lo ven como el “Nuevo Rey” O como les gusta llamarlo “Rey de Plata”. Alex sin buscar el reconocimiento, siguió enfrentando problemas tanto de estudio como de peleas por otros alumnos desafiándolo por obtener el “Poder” que el obtuvo.
Alex está bastante ocupado con su crecimiento, preocupándose más por si pasara el examen de química y cuidando su espadada en cada esquina. Aun que tiene rivales, también consiguió aliados. Las traiciones abundan y quienes quieren derrocarlo se unifican.
Antes de cruzar al 8 grado, los alumnos del consejo de estudiantes lo quieren como líder definitivo. Alexía aprovechar esto para cambiar las leyes, con reformas demasiado radicales. Eliminando la jerarquía por clases y centrado en los méritos de los alumnos. Aunque el consejo reacio al inicio, cederían con unas palabras tan simples pero que llevaban un gran peso para el Joven Lobo Blanco: “No puedo esperar a que alguien más cambie las cosas. Si voy a ser fiel a mi linaje y gobernare este lugar, debo serlo con mi visión. Les sea justa o no, ustedes me eligieron y esta es mi nueva ley”. Usando el símbolo de un lobo de su anillo, como sello para cerrar el pacto.
Teniendo peleas de autoridad y el respaldo de la mayoría de ánimas de ambos consejos. Su ley estaría por fin vigente, llegando a 9° curso y migrando todas sus nuevas leyes, desafiando al “Rey” de la generación pasada. Demostrando su nueva era.
Profesores y alumnos reaccionaron a esta decisión, serían aplastados por el vuelco que traería esto, tanto como nuevos alumnos de clases bajas y medias, logrando alcanzar la capacidad máxima del colegio. Aunque muy molestos por perder beneficios, estarían completamente agradecidos con el añadido de otros. Como la nueva distribución de los recursos, como vehículos para traer a alumnos y nobles que no podían llegar por su cuenta a la academia. Como sistemas de desayuno para aquellos que no puedan costarlo, como nuevos talleres y mantenimiento de zonas “Desechadas” por los pocos alumnos que habían.
Alex crearía una zona donde la libertad sería un derecho y quien quisiera ser alguien mejor, tendría que ganarlo con el sudor de su frente. Claramente, teniendo sus enemigos bajo las sombras. Uno de ellos, un anciano que, en silla de ruedas y guiado por la locura, seguiría manipulando a sus nietos y su familia intentando retomar el poder.
Años después, de que la paz instaurada en la academia diera sus frutos y las animas convivan en un orden logrado. Un mal se aproximaría a romper la paz. La academia sería el primer lugar de reclutamiento para los jóvenes que, aunque no hayan terminado sus estudios, subir de puestos para graduarse en mejor estatus. Propaganda y rumores del inicio de la guerra, seria esparcido por Velo Blanco y su cuerpo de naves ciudad. Asustando a las clases y reclutando a todo aquel con edad.
Años de tensión terminarían en que la guerra se desataría, ya aquellos enlistados serían llamados a la batalla. Alex junto con Wallas, que ahora cada uno sería un experto en su campo. Alex se uniría al ejército como combatiente, mientras Wallas como estratega, por sus muchas travesuras que, gracias a él, nunca fueron atrapados, o casi nunca. Alex seria uno de los mejores pilotos espaciales, como su padre.
Ahora con su camino claro, ambos buscarían que su opinión sea tomada en cuenta.
Un joven adulto ahora con un traje militar caminaría recorriendo el gran pasillo de una academia junior, registrando sus tiempos de cachorro. Deteniéndose enfrente de un trofeo, miraría con melancolía una foto, su padre y su mejor amigo, arriba de esto, el junto a sus compañeros “Los inadaptados” Sonriendo mientras una lagrima caía por su mejilla.
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Wallas aparecería de la dirección con Carric ahora con el uniforme de director y unos profesores bastante jóvenes, la generación anterior a Alex. Wallas miraría a Alex y despidiéndose del nuevo director, bajando de la escalera por el barandal, llegaría con su amigo.
- ¿Listo para irnos? - Wallas miraría bastante con seriedad en su mirada a Alex, pero aún así con una sonrisa en su rostro.
-Sí, creo que si… “Todo por el bien mayor”, ¿No? - Alex mi aria al caimán y este con una seña militar le mostraría respeto a Alex, el lobo respondiendo con el mismo saludo y Wallas no se quedaría atrás.
Las animas saldrían por la puerta principal, dirigiéndose a la academia central, donde una nave los llevaría a ellos y muchos más, al frente de batalla. En este lugar escucharían un discurso y Alex y Wallas, estando en el fondo, simplemente mirarían al “cielo” del lugar deseando que esto sea algo que no repitan. Alex tomaría su anillo y recordaría feliz su tiempo de paz. Dando una carcajada con lágrimas saliendo de sus ojos.
-Pondré en pie el nombre de mi familia- Mirando su anillo mientras lagrimas corren por su rostro. –Padre, será lo mejor para esta galaxia. Ese es mi destino y lo abrazare sin importar que esto me lleve la vida- Alex cerraría los ojos, sintiendo una briza, siendo interrumpido por Wallas.
-Bueno… parece que aquí nos separamos por ahora… Suerte Hermano- Extendiendo su mano.
Alex le abrazaría y le rasparía la cabeza con su puño, despeinándolo.
-Puede que no nos veamos, pero vamos a estar ahí, para cualquier cosa. Regresaremos vivos ¡Lo prometo! - Alex y Wallas se tomarían fotos antes de irse.
Kírov miraría a su hijo orgulloso mientras Mikaela le acomoda su traje, Alex miraría el espacio en una banca al lado de un barranco. Margaret llegaría con él. Diciéndole que tiene que tomarse su foto.
Alex la miraría. La cachorra se sonrojaría y Alex reiría.
-Jajajajaja, Dime… ¿Me extrañaras? - Acomodando su cabello al viento mientras se quita la gorra.
-No seas tonto… Solo extrañare a mi hermano- Moviendo la cara para que no se vea que esta sonrojada.
-Cada vez que te veo está más bonita…- Alex miraría un poco coqueto a Margaret.
- ¡Cállate! - Sonrojada.
-Wallas me conto tu secreto… puede que sea mayor a ti, pero eso no implica que podamos casarnos años después- Mirando al horizonte mientras había un llamado a los alumnos para ingresar a la nave.
- ¡No digas tonterías! ¡N-No me gustas! - Margaret echaría humo.
-Te prometo algo… Si sobrevivo y tú tienes una edad de… 20 años, nos casaremos…- Margaret se pondría muy roja y tartamudearía intentando decir algo. –Jajajajajajaja… siempre fuiste muy linda con todo. Recuerdo el día que naciste…- Alex se alzaría y acomodaría su gorra en su cabeza. –Es una promesa y yo nunca las rompo- Estirando un meñique a la pequeña anima. Terminando eso, le pondría su anillo familiar como punto fuerte de su promesa.
Dirigiéndose a despedirse una última vez. Kírov estando orgulloso de él, Mikaela llorando por sus cachorros convertidos en adultos y Margaret, llorando por la partida muy sonriente. Alex subiría listo para emprender el viaje de su vida.
Mientras la nave despegaba hacia el frente, sentada con numerosas animas que iban a un mismo destino. Alexandr juró en silencio que, sin importar qué, su legado no sería el de un destructor, sino el de un salvador.