Volviendo a tomar la formación con la que entraron al lugar, se dirigen hacia la recepción y rápidamente encaran la puerta detrás de la barra de madera podrida, esta vez siendo Aguilar la encargada de abrirla. Esta da a un pasillo iluminado tenuemente por la luz de luna que emana del vidrio roto de la puerta directamente enfrente de ellos. Además de la puerta con vidrio, otras 4 aberturas llenaban las paredes del pasillo, dos de cada lado, todas cerradas excepto la más lejana del lado derecho.
Talón avanza unos pasos y se detiene de golpe a unos metros de la que está abierta. Mientras levanta el puño, olisquea el aire y casi susurrando dice —Huele a humo, John, sígueme.
El dúo avanza pegado a la pared; al llegar, el arcanista barre la habitación con el haz de luz de su linterna, mostrando un pequeño cuarto con un par de mesas y sillas acompañadas por una barra en donde cubiertos y tazas se encuentran abandonados. Encima de una mesa se puede ver una mochila negra junto a varios envoltorios de comida chatarra y demás implementos difíciles de identificar a esta distancia. El hombre mira atentamente en busca de una amenaza, pero no encuentra nada, así que, seguro de que no hay peligro dentro, dice en voz alta —Limpio.
Siguiendo su nariz, el arcanista se adentra en la habitación seguido de cerca por John. Al entrar al lugar, rápidamente se mueven en dirección de la mochila; con cada paso, el olor a humo y metal iba en aumento hasta que por fin pueden ver cómo de la cerradura abierta emana un humo rojizo que sube hacia el techo, desapareciendo unos centímetros antes de llegar a él. No bajando la guardia, mientras Talón investiga los contenidos de la mochila, John mira alrededor del cuarto y cuando la luz de su linterna cruza una mesa cercana, puede notar cómo debajo de esta se encuentra una cámara. Sorprendido por el hallazgo, se acerca para tomarla cuando de pronto, desde su nuevo punto de vista, puede dilucidar cómo el objeto está cerca de lo que parece ser un charco de sangre seca que se arrastra hasta llegar a unas pequeñas puertas ubicadas debajo del lavado. Resistiendo el impulso de curiosidad, decide levantarse y, moviéndose más cerca de su líder mientras apunta a la dirección en donde el rastro termina, dice —Sangre seca, en esa dirección, encontré esta cámara cerca.
—Bien, tal vez la filmación pueda darnos alguna idea de lo que hay en estas paredes, pero primero salgamos de aquí y sellemos esta habitación; no queremos correr el mismo destino de la persona que dejó esa marca —dice Talón mientras toma la mochila y se dirige a la salida a paso apresurado junto a John.
Mientras los otros dos investigan la sala de descanso los demás miembros del equipo empiezan a abrir las otras puertas, la primera de la izquierda da a lo que parece ser un almacén de medicamentos, saqueados hace mucho tiempo, una densa capa de polvo recubre el lugar, la segunda ubicada en la misma pared da a un baño con anticuados inodoros uno al lado del otro, un olor pungente emana del lugar haciendo que a Lorena le den arcadas, mirando por el vidrio resquebrajado de la puerta que emana la tenue luz, Dolche puede ver que esta da al exterior en donde un solitario roble se encuentra en el medio de un descuidado jardín, a sus pies montículos de tierra se alzan uno al lado del otro formando un semicírculo alrededor de él. Cuando la última puerta se abre, el olor a humedad y papel viejo inunda el aire del pasillo; dentro se pueden notar varios archivadores llenos de documentos entre los cuales esperan encontrar los que necesitan para continuar su búsqueda.
—Creo que encontré el lugar que estamos buscando —dice Smith en voz alta, sacando su cabeza por la abertura.
—Nosotros también encontramos algo —comenta Talón mientras sale al pasillo acompañado de John y cierra la puerta detrás de ellos.
Todos se acercan hacia la habitación en donde Lionel se encuentra. Un ligero gruñido se escucha salir de la boca de Aguilar al ver la pila de papeles amarillos regados por la habitación.
—Nos va a llevar horas revisar todos estos documentos —dice la mujer levantando la tapa de un folio cercano y descubriendo una pila de moho.
—Pues será mejor que empecemos cuanto antes —dice Smith mientras se arremanga y camina hacia un archivador con la intención de rebuscar entre los papeles.
Lorena mira a Mikail esperando que este le de una escusa para evitar el tedioso trabajo, pero este solo se encoje de hombros y empieza a buscar en una pila de legajos cercana, no teniendo otra opción, Aguilar suspira y se pone a hacer lo mismo.
—¿Qué encontraron? —cuestiona Dolche mirando la mochila que tenía Talón en sus manos, principalmente el humo rojizo que salía de esta.
—Encontramos esta mochila; creo que hay un objeto infundido dentro —responde Talón mientras la abre y mira dentro para luego meter la mano y extraer un revolver plateado con agarre de madera.
John mira el arma cuyo cañón exhalaba humo de olor metálico; apenas lo ve puede sentir como la piel se le eriza de golpe.
—¿Es un equipo mágico? —pregunta el aspirante sin quitarle la vista de encima al objeto.
—No, los equipos mágicos son creaciones artificiales, mientras que los objetos infundidos se crean de manera natural en las RFZ —explica Dolche de manera sucinta.
—Si bien los equipos mágicos son, en general, menos poderosos que los infundidos, estos son más consistentes en cuanto al tiempo de creación y efectos —agrega Talón, volviendo a guardar el revolver en la mochila y luego de cerrarla firmemente dice —De todas maneras, no sabemos qué hace, puede ser algo inútil o algo extremadamente peligroso, así que lo guardaremos por ahora y se lo pasaremos al hermano Discovery.
John asiente, extrañándose un poco al oír un nombre que no reconoce, pero entendiendo que la organización es bastante grande, tiene sentido que no haya visto u oído de ciertas personas. Mirando a la cámara entre sus manos, la abre mientras dice —Démosle un vistazo a esto.
La pantalla brilla en un tono azulado mostrando varios videos guardados en la memoria del aparato; John elige el más antiguo y lo reproduce; en seguida un joven de no más de 20 años aparece subiendo la colina que da al centro.
—Hey, Sam, estás seguro de esto, este lugar me da mala espina —se queja una voz femenina.
—Sí, Aubrey, este lugar está abandonado hace mucho tiempo; a lo mucho encontramos un vagabundo o un drogata, nada que no podamos manejar —dice Sam mientras enseña rápidamente un revolver de su mochila.
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- ¿Eso es un arma? No seas pendejo, no la muestres en cámara —regaña la mujer mientras apunta el aparato hacia los pastos crecidos que flanquean el camino.
—No exageres, solo tienes que editar esta parte fuera del video y listo —comenta la voz del hombre fuera de cuadro.
Se puede escuchar como Aubrey empezaba a decir algo, pero la imagen se corta volviendo a mostrar la lista de archivos de video. John selecciona el siguiente esta vez en frente de la estatua de los ángeles.
- ¿Ya estás preparada para filmar? No te olvides de tomar mi mejor lado —dice el hombre haciendo una pose.
—Si ya estoy, empezamos en tres, dos, uno —empieza a contar la voz de la mujer.
En unos segundos, la imagen que antes tomaba toda la fuente se acerca a la cara del hombre y este sonríe con una sonrisa dientuda mientras casi gritando dice —Heyyyyyyyyy, que pasa, mis freaks aquí. Spooks con otro video de exploración urbana. Hoy venimos al centro psicológico Ombelton; no mucho se sabe de este lugar, pero…
La cámara se agita de golpe, sacando a Sam otra vez fuera del cuadro. En un tono enojado, la voz del hombre cuestiona —Aubrey, ¿qué demonios?
—Creo que vi algo en la ventana, Sam —responde la mujer tartamudeando claramente asustada mientras apunta a una ventana del segundo piso.
Él mira en la dirección que ella está apuntando y solo ve una cortina siendo mecida ligeramente por el viento. Luego de un gran suspiro mira a su compañera y dice: —No seas bebe, Aubrey, es solo el viento. Mira, sé que este lugar da miedo, después de todo, es por eso que lo elegimos para la serie. Solo podemos filmar tantos túneles y alcantarillas antes de que se vuelva aburrido; estoy seguro que si subimos este video podremos superar los mil subscriptores.
La mujer pausa pensando qué hacer, pero luego de unos segundos levantando la cámara dice —Está bien, volvamos a empezar… —en ese momento la imagen se corta devolviéndolos otra vez a la selección de videos.
El trio pasó los siguientes minutos mirando un video detrás de otro, no habiendo muchas cosas útiles más que información exagerada, falsa o que ya sabían, pero esto cambió cuando llegaron al anteúltimo, esta vez los jóvenes caminaban por un pasillo que ninguno de los espectadores reconocía.
—Sam, ¿no sientes un olor extraño? —dice Aubrey mientras apunta su cámara alrededor en busca de la fuente del hedor.
—Claro que sí, de hecho, huelo varias cosas, te dije que no debíamos pasar por Tacobell antes de venir, sabes cómo te pone —contesta el hombre descartando la preocupación de la mujer con una broma.
—No me refería a eso, es como un olor metálico, además eres tú el que se comió como 3 burritos —dice la mujer en voz alta, claramente ofendida.
Sam ríe mientras sube las escaleras hacia el segundo piso, pero la cámara se queda en la base de esta, la persona que la lleva no queriendo avanzar. El hombre, no notando que no lo seguían, continúa hablando sobre una historia ficticia que, según él, pasó en este mismo lugar, su voz alejándose cada vez más hasta el punto de que casi no se escucha. Luego de unos segundos, cuando por fin se da cuenta de que esta solo vuelve a las apuradas, los pasos resonan en el lugar y cuando reaparece por encima de las escaleras, porta un ceño bastante fruncido.
- ¡Aubrey! ¿Qué demonios pasa ahora? —pregunta el hombre levantando la voz, claramente enojado.
—Sam, creo que ya tenemos demasiado metraje, va a ser un dolor editar todo esto. ¿Por qué no volvemos? —dice la mujer claramente no queriendo subir las escaleras hacia el segundo piso.
—Mira, lo único aterrador aquí es el moho negro de las paredes, además no tiene… — El hombre se detiene a la mitad de la oración, mirando sobre su hombro.
—¿Sam? —pregunta la mujer, la imagen empezando a temblar ligeramente.
—Shh, ¿escuchas eso? Suena como si alguien estuviera llorando —el hombre dándole la espalda a la cámara y adentrándose de vuelta en el segundo piso.
—¡SAM! —grita Aubrey intentando hacer volver a su compañero, mientras apunta la cámara hacia el suelo, pero este parece ignorarla.
Después de unos segundos de duda, la mujer colecta todo el coraje que le queda y empieza a subir hacia el segundo piso; lamentablemente lo único que se puede ver son los escalones y después las baldosas de un pasillo.
A pesar de no poder ver lo que estaba pasando, los sonidos que emanaban de la imagen pintaban un cuadro bastante claro de lo que estaba pasando. Apenas Aubrey pisó el segundo piso, ligeros sollozos se podían escuchar; la mujer llamaba a su compañero sin resultados. En algún punto, mientras avanzaba en dirección a Sam, el video empieza a distorsionarse, deteniéndose abruptamente para luego continuar unos segundos después, entre ataques de estática. A pesar de esto, se puede apreciar cómo los sollozos son interrumpidos por una risa grave y luego gritos, primero de horror y luego de dolor. Los sollozos vuelven a aparecer, pero esta vez más cercanos. En ese momento, el video termina una vez más lanzándolos a la pantalla azul.
John mira a Dolche con una cara de preocupación que la mujer comparte para luego volver a centrarse en la cámara. Solo queda un video que ver, así que para no alargar demasiado la situación lo selecciona rápidamente.
Cuando el video comienza, se puede ver una joven mujer de piel morena y pelo enrulado, vestida con una remera que porta el nombre de una banda junto a una campera de Jean. La cara de la mujer, cubierta de lágrimas y distorsionada con una expresión de terror y pánico.
Una y otra vez, la mujer ruega para que la salven, diciendo que no quería morir, pidiendo disculpas por las cosas que había hecho mal y llamando a sus padres con un tono de desesperación que helaba el alma. En medio de su suplica, la imagen se empieza a congelar otra vez y la estática ahoga los pedidos de la mujer. Sin previo aviso, un sollozo se puede escuchar; la mujer abanica la cámara alrededor intentando negociar con la entidad para que no la lastime, pero de repente el intento de persuasión se detiene de manera repentina, así también como el llanto transformado ahora en una risa grave que se escuchaba muy cerca. La mujer cae al piso junto a la cámara que cada vez funciona menos. Lo último que el trio puede ver es como poco a poco la figura de la joven es arrastrada fuera del marco, dejando una estela de sangre detrás de ella. El video continúa por unos segundos para luego terminar de manera repentina.
John se queda en silencio tratando de procesar lo que vio. Mirando alrededor, puede ver que aquellos compañeros que estaban buscando los papeles se habían detenido mirando en su dirección.
—Bueno, gente, al parecer tenemos una pista de a qué nos enfrentamos, Leonel, ven aquí, tengo que consultarte algo. John ve y reemplázalo en la búsqueda —dice Talón, tratando de disipar la tensión que el video creó e intentando que sus subordinados vuelvan a moverse.
John asiente y se pone a rebuscar entre los archivadores, en el punto en donde Smith había dejado. A medida que lo hace, ve varios documentos sobre diferentes temas, desde acuerdos legales hasta descripciones de tratamientos arcaicos. Después de que Dolche, Leonel y Talón terminaron de discutir, se sumaron a la búsqueda, lo que aceleró el proceso de manera sustancial; luego de 1 hora entre los montones de papeles, una conmoción se escucha desde una esquina de la habitación.
—¡Lo encontré! —exclama Lorena levantando un grupo de folios.
—A ver —dice Smith extendiendo la mano en dirección de la mujer.
Ella se los pasa y el hombre los lee atentamente; efectivamente estos eran los legajos de las personas mencionadas en los reportes médicos.
—Habitación tres, ocho y diecisiete —comenta Leonel dejando los papeles encima de un archivador.
—Pues es hora de moverse, vamos hacia el ala derecha, tenemos que llegar a los dormitorios —ordena Talón sacando su PSD.
Todos empiezan a salir uno a la vez de vuelta a la recepción. John sale anteúltimo, pero se detiene en seco en el medio del pasillo al notar que la puerta de la sala de descanso estaba abierta de par en par.
—Em, capitán, usted cerró la puerta cuando salimos, ¿verdad? —pregunta John esperando que la respuesta sea no.
—Sí, lo hice —responde el arcanista asomando la cabeza y mirando en la misma dirección que el aspirante.
—Entonces creo que deberíamos movernos rápido, ¿no cree? —afirma John tragando saliva sonoramente.
—Sí, deberíamos —responde Talón mientras toma el hombro de John y retrocede sin quitarle la vista a la puerta.