-Y esta es la situación.
En el sótano de la casa hay una habitación llena de monitores.
Por seguridad, Matias ordeno instalar cámaras de seguridad en un radio de dos manzanas para vigilar en caso de cualquier actividad sospechosa.
En uno de los monitores se ve a un grupo de unas treinta personas, armados con espadas, hachas, garrotes, arcos y ballestas. Acercándose a la mansión.
-¿Sabes quienes son, Mati?
-Deben ser los amigos de los ladrones que intentaron asaltarme esta tarde.
-¡¿Te asaltaron unos ladrones?! ¡Deben morir!
Cecilia dice eso con una cara eufórica, lista para matar.
-¡Calma Ceci! ¡Tengo un plan!
* * *
Varios minutos después. Fuera de la mansión, varios bandidos se ponen en posición para asaltar las casa de Matias.
-¡Ellos pagaran por habernos insultado! ¡¡Comiencen!!
Los ballesteros y arqueras disparan flechas incendiarias que impactan contra los tejados, puertas y persianas de madera.
Unos veinte hombres armados se acercan rápidamente para entrar en la mansión.
Cuando uno de ellos levanta su maza para echar abajo la puerta principal, esta se abre. Entonces ve a un hombre con ropa extraña con un bastón de metal en sus manos.
El soldado armado con una escopeta Benelli M4 jala el gatillo. El disparo del arma hace que los perdigones de plomo desintegraran la cabeza del bandido. Momentos después el cuerpo sin cabeza cae al piso.
-¡¿Que?!
Los bandidos se detienen y quedan atónitos cuando escuchan el disparo, y ven a uno de los suyos tirado en el piso y sin cabeza.
En el momento siguiente, se encienden varios reflectores en la entrada de la mansión y en el jardín. Se abren todas las ventanas y salen varios soldados armados con escopetas, carabinas M4 y fusiles de francotirador M110.
Algunos bandidos quedan cegados por los reflectores y otros están confundidos.
-¡¡Fuego!!
Con las ordenes de Matias, una lluvia de balas caen sobre los bandidos. Algunos intentan escapar pero fue inútil.
-¡Aaaah!
Uno de los bandidos tuvo suerte de evitar las balas al ocultarse detrás de una carreta.
-¡¿Que mierda esto?! ¡¿Magia?!
Mientras el bandido intenta entender que esta pasando, una esfera de metal rueda hasta sus pies.
-¿Que es est...?
La granada explota matando al bandido de manera instantánea.
-¡Alto al fuego! ¡Alto al fuego!
Cuando el fuego cesa lo único que queda en la calle son los cuerpos agujereados de los bandidos.
-Deben de ser los hombres de Gonsalvo... Ceci, ¿sabes quienes son?
-Si, son uno de los peces gordos del bajo mundo de Madrán.
-Entiendo. Ordena a los hombres que limpien el lugar antes de que lleguen los vecinos. De seguro medio barrio escucho esto.
-A la orden.
-Señor, permiso para tomar prestado un vehículo.
-¿Pare que Tiana?
-Vamos a decirles “hola” a ese tal Gonsalvo por parte de Paxbelli.
-Esta bien. Pero procura mantener el daño colateral al mínimo.
-Si, señor... ¡Ustedes cinco se vienen conmigo!
Tiana llama a cinco soldados que estaban limpiando el lugar.
-¡Entendido!
* * *
Mas tarde, esa misma noche, en los barrios pobres de la ciudad.
-¿Es aquí?
-Si, señor.
Parados frente a la entrada de un burdel, un hombre con apariencia de vagabundo señala hacia el edificio.
-Bien, toma esto.
-Muchas, gracias señor. -El hombre da las gracias mientras recibe una moneda de oro y luego se va.
-El establecimiento esta atravesando esta puerta y de acuerdo a nuestro informante, hay otra entrada en la parte trasera. Esa puerta es utilizada como salida de emergencia y que siempre hay por lo menos dos personas cuidándola. Quiero que dos hombres entren por detrás, uno vigile desde la azotea y que otro me acompañe para el asalto frontal.
-Entendido. -Todos asienten tras recibir las ordenes de Tiana.
Tiana dio un paso hacia delante y se hacerco a la gruesa pueta de metal. Pero solo puedo girar el picaporte. Oviamente la puerta estaba cerrada con llave.
Tiana coloca una carga explosiva en la puerta, ya tomando una distancia segura activa la carga.
-Que... demo...
Tan pronto como estuvo dentro, habia un pasadizo y un hombre grande que se encontraba de pie frente a la puerta medio habirta. Sus ojos y boca estaban bien abiertos al mismo tiempo que en su rostro se veía una expresión de estupefacción.
-Eh, ¿Que esta pasando?
-¡¿Que es ese ruido?!
Las voces de los otros hombres vinieron detras del primero.
-¡Al piso o disparo!
A pesar de las advertencia de Tiana, los hombres se arremeten contra ella. Entonces ella y el soldado abre fuego.
Dos hombres caen al suelo y el tercero se detiene por los fuertes sonidos de disparos. Al momento siguiente ve como sus compañeros caen sin siquiera acercarse a los soldados.
El hombre afectado por el miedo cae de rodilla y se orina encima.
-¿Donde esta tu jefe?
-¡P-Por ahi! ¡En el segundo piso! -Dice el hombre mientras señala las escaleras.
Tan pronto Tiana voltea la cbaeza para ver las escaleras, el hombre saca una daga e intenta apuñalarla. Pero el soldado reacciona a tiempo y le dispara en pierna, haciendo que el hombre caiga al piso.
-¡¡Aaahhg!!
Enojada, Tiana se acerca al hombre y le apunta con su M4 a la cabeza del hombre.
En el piso, el hombre junta las manos y le suplica piedad.
-¡Por-Por favor! ¡Por favor no me mate!
-No.
-Tenia miedo y creí que iba a matarme después de decirle la verdad. Por favor no me mate.
-No.
-... Oh Diosa...
Tiana mira como el hombre le reza a la Diosa o le que sea y le da asco. Para ella, quienes hayan robado, violado y matado no tiene derecho a pedir ayuda a su dios.
-Estas son las consecuencias de tus propios actos. -Dice Tiana con ojos fríos.
Tiana jala el gatillo y al momento siguiente los sesos del hombre quedan esparcidos en la pared.
Segundos después entra en la sala el equipo que había entrado por la puerta trasera lo que significaba que se completo la limpieza del primer piso.
-Bien, al segundo piso.
Ya despejado el segundo piso, uno de los soldados intenta abrir la puerta que se encuentra al final del pasillo. Tan pronto la abre es derribado por un hombre desnudo.
Otros dos soldados lo agarran y lo levantan para descubrir que el soldado derribado recibió una apuñalada en el brazo y un tajo en la tela que cubrió su chaleco antibalas.
El hombre desnudo, Gonsalvo, intento apuñalar al soldado en el estomago. Pero la daga es detenida por la placa de cerámica del chaleco haciendo que se deslice y termine clavado en el brazo del soldado.
Una vez inmovilizado, Tiana entra en la habitación y ve una escena espantosa. Una joven de que no parecía tener mas de doce años atada en una cama, desnuda y golpeada de pies a cabeza.
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Luego Tiana se acerca a Gonsalvo.
-¿Te gusta violar y golpear a la gente?
Al momento siguiente Tiana golpea varias veces a Gonsalvo con la culata de su M4 en la cara rompiéndole algunos dientes.
-Para
A pesar de que le pide que pare, Tiana sigue golpeándolo.
-¡Para!
Entonces Tiana se detiene.
-¡Tu perra! ¿Acasho shabesh que ash hesho? -Dice Golsavo con problemas de pronunciación ya que Tiana le había roto varios dientes con su arma.
-¿Y?
-¿Acasho shabesh quien shoy?
-Un simple idiota.
-¡Hey! ¡¿Hay alguien ahí?
Gonsalvo pide ayuda, pero nadie viene.
-¿Huh? ¿Por que no viene nadie?
-Porque todos están muertos. Tanto aquí como los que enviaste a asaltar la casa de mi comandante. Pues bien, no veo motivos para que sigas viviendo.
-¿Porque eshtash hashiendo eshto?
-¿No lo sabes a pesar de lo que hiciste?
-¿Eh? ¡Eshpera! ¡Perdóname la vida y te daré dinero!
-Eso solo te hace menos digno de vivir.
Tiana le da un disparo en la cabeza. Luego los soldados sueltan el cuerpo sin vida de Gonsalvo.
-Tienes suerte de que acabe rápidamente tu miserable vida, Chloe no hubiera sido tan piadosa.
Con esto unas de las bandas criminales mas poderosas de Madrán llego su fin.
* * *
El día después de que Matias arreglara el asunto de los gánster.
Debido a que Matias fue visitado por un mensajero enviado por Tadro, Matias fue al castillo con Cecilia.
-Parece un castillo europeo.
-Se ve así, ¿no?
Cada rincón del palacio estaba pulido hasta brillar. Una alfombra roja profunda se extiende por el piso, una pintura de aspecto caro se cuelga en la pared.
Para las formalidades, Matias y Cecilia venían vestidos con uniformes de servicio.
-Es aquí.
La sirvienta que los acompañaba dijo mientras los conducía a la habitación, Matias vio a Tadro de pie, que llevaba puesto una armadura plateada, y un hombre de mediana edad que vestía ropa de aspecto caro, que estaba sentado en el sofá.
Matias y Ceilia entraron en la habitación.
-Por aquí, por favor.
-Bien.
-Buenos días. Soy el conde Tomeo Bilagos, gobernante de esta ciudad.
A pesar de estar nervioso por estar en presencia de un noble importante, logro devolverle una respuesta calmada.
-Saludos conde Bilagos. Soy Matias Martínez líder del grupo de mercenarios Paxbelli, y ella es mi asistente Cecilia Sinclair.
-He escuchado cosas buenas de Tadro. Aparentemente tienes un buen grupo de mercenarios.
-Me siento honrado.
-Quiero agradecerte por salvar a Tadro.
El Reino de Zarenca cuenta con cuatro ordenes de caballeros: los Dragones Rojos; los Dragones Amarillos; los Dragones Verdes; y los Dragones Azules.
Las cuatro ordenes han existido desde la fundación del reino. E incluso los cuatro dragones están representados en la bandera del reino.
-No, acabamos de ayudar por casualidad.
Matias bajo la cabeza en pánico hacia el gobernador.
-Por favor, no seas tan modesto. Independientemente de las circunstancias, aun rescataste a mi hermano.
-Haa...
Matias le devolvió una vaga respuesta.
-Esta bien, esta es la recompensa por tu trabajo.
A petición de Tomeo, Tadro tintinea una bolsa blanca y se la entrega a Matias.
La bolsa que Habacuc entrego contenía 20 moneda de oro.
-¿No es esto demasiado?
Matias recibió una recompensa mas alta de que había pensado.
-Oh, no lo creo. Por el trabajo que hiciste, esta es una recompensa apropiada.
-Entonces, lo tomare humildemente.
Trado entrego la bolsa con monedas a Cecilia, mientras Matias expresaba su agradecimiento.
-Cambiando de tema, ¿sabe del incidente que ocurrió anoche?
-¿Incidente?
-Si, según los testigos hubo unos ruidos extraños en uno de los barrios y mas tarde otro similar en los barrios pobres. Cuando nuestros guardias aseguraron el lugar vieron que eran guaridas de varios grupos criminales de la ciudad. ¿Sabes algo al respecto?
-Nop, no tengo ni idea.
Matias le respondió con un simple no, aunque eso no es verdad. El había dado la orden de asaltar la guardia de los bandidos con el fin de acabar con ellos.
-Ha, que lastima. Supongo que tendremos que reportarlo como una simple guerra entre bandas.
De repente, un fuerte ruido de puertas abriendo resuena en la habitación. Un soldado irrumpió las puertas de repente.
Inmediatamente después, Tadro agarro su espada mientras le gritaba al soldado.
-¡¡¿Que pasa?!! ¡El gobernador y el invitado están hablando ahora mismo!
-¡Lo siento mucho, capitán! ¡Pero tenemos un informe urgente!
El soldado que entro a la habitación miro a Matias y a Cecilia mientras se disculpaba.
-Esta bien, repórtalo.
Tan pronto como el gobernador le dio permiso, el soldado se enderezo y comenzó a hablar.
-¡Informe! ¡La Horda ha rodeado la capital! Sus tropas son de 50.000 y tenemos información de que están usando maquinas de asedio.
-¡Eso es imposible! ¿Estas seguro?
-Juro por la Diosa que es cierto, los refuerzos están en camino.
Tadro y Tomeo estaban perdidos por las repentinas malas noticias.
-Ya veo...
La habitación guardo silencio.
-¿Que deberíamos hacer gobernador?
Fue Tadro quien rompió el silencio.
-¿Cuanto tiempo tomaría formar un ejercito?
-Debido a que también debemos retirar a los soldados de las demás fronteras, podría tomar de una a dos semanas. Dentro de dos a tres días puedo reunir alrededor de 5.000 soldados. La capital probablemente habrá caído cuando los soldados lleguen, debido al largo tiempo de viaje. Pero incluso si agregamos a los 5.000 soldados de las fuerzas de la capital. Seria como intentar derribar a un troll con una flecha.
-¿Eso es así?
La habitación esta envuelta en una atmósfera sobria una vez mas.
Mientras tanto, Matias y Cecilia estaban preocupados por hablar durante su conversación.
-Emm...
-Ah, lo siento.
Cuando Matias hablo, las dos personas aparentemente recordaron que el estaba allí.
-Lo siento, no terminamos, como habrás escuchado, ha ocurrido un asunto urgente.
-Lo siento Matias. Si hay otra oportunidad de hablar, lo haremos. Buena suerte.
Las dos personas probablemente puedan adivinar que pasara con el Reino de Zarenca a partir de ahora.
Matias y Cecilia se quedaron cuando Tomeo y Tadro se marcharon. El sonido de alboroto se podía escuchar en todo el castillo.
Mirando afuera para ver quien era, una cara familiar entro corriendo en su campo de visión.
-¿Gonsuro?
Era el miembro de la Orden de los Dragones Azules, Gonsuro Llencia.
-¿Que paso?
-... ¿has oído que la Horda ha atacado?
-Bueno, lo escuche. Parece ser serio.
-¡Te lo imploro! ¡¡Por favor, salva a mi hermana!!
La voz de grave de Gonsuro repercute en todo el castillo.
* * *
Matias, al escuchar las palabras de Gonsuro, lo llevo a una habitación vacía para hablar.
-En otras palabras, tu hermana esta en la capital que la Horda esta sitiando. Y no podes moverte, porque todos los caballeros se están movilizando. ¿Es lo que estas diciendo?
-¡¡Por favor!! ¡A los orcos solo les importa saquear y matar, y la violaran para engendrar mas orcos! ¡¡Por favor salva a mi hermana!!
Arrodillándose y aplastando su cabeza contra el piso, le ruega a Matias.
Cecilia comienza a hablar, mientras mira a Gonsuro con frialdad.
-Enviar a Matias a las fauces de la muerte porque no podes ir solo, ¿es lo que escuche?
-¡¡Me estoy movilizando!! ¡Sin embargo, como guardia de la ciudad de Madrán, no puedo irme hasta que lo ordene el conde! Normalmente, un grupo de mercenarios no tendría ninguna posibilidad, pero si se trata de Paxbelli de Matias...
-Mati, no deberías escucharlo.
Cecilia intenta a alejar a Matias de ayudar a Gonsuro.
-¡¡Por...!! ¡Por favor, espera un momento! ¡Por favor!
-Ceci.
-¿Si? ¿no me digas que...?
-Si, vamos a hacerlo.
-¿Que?
-En realidad, incluso si Gonsuro no nos pregunto. Planeábamos ir a la capital de igual forma.
-Oh, entonces...
-Bueno, no prometo nada. Pero si la encontramos, la traeremos de vuelta.
-¿De verdad?
-Bueno, es verdad.
-¡¿Lo harías?! ¡Gracias!
Aliviado por la respuesta de Matias, Gonsuro le agradece apoyando su frente de nuevo contra el piso mientras lloraba.
* * *
Después de recibir la solicitud de Gonsuro, Matias reunió a sus tropas en la mansión.
-Todos los miembros, ¡Escuchen! Ahora vamos a la capital del Reino de Zarenca, actualmente esta bajo el ataque de la Horda y se han obligados a resistir una guerra de asedio. Nuestro objetivo es repeler o aniquilar al ejercito orco. 10 soldados se quedaran en la mansión, el resto se unirá al convoy. ¡¡Prepárense para salir!!
-¡¡Entendido!!
Sintiéndose satisfecho con sus respuestas, Matias se fue a hacer los preparativos.
-Mati, ¿es necesario ir personalmente a la capital?
-Pienso que es la oportunidad perfecta para subir de nivel. Además, son orcos, ¿que puede salir mal? -Dice Matias confiando en su superioridad tecnológica.
-Ya veo, ¿Que estas haciendo con las otras unidades?
-No quiero dejarles saber todo el alcance de nuestras fuerzas, pero esta situación es mala. Dile a los soldados que estén a la espera. Envía motocicletas como exploradores.
-Entendido.
Cecilia miro a Matias con ojos decididos. No podía decir que quería quedarse allí con el, era una asistente devota.
-Una cosa mas. Contacta con la base en la isla y diles que traigan a mi hermana, la necesitaremos para tratar a los heridos.
-¿Y si dice que no?
Matias recordó lo traumático que fue para su familia cuando fueron atacados por los orcos.
-Cierto... entonces haz lo que sea necesario para convencerla.
-Entendido.
-¡Hey! ¿Y nosotras que?
Fronilde pregunta tras enterarse de que Matias iría a la capital.
-Es muy peligroso para que ustedes vengan.
-¿Y que te quedes con toda la diversión? Ni hablar. Además, no pienso perder a mi hombre interesante y que muera en manos de esos asquerosos orcos, ¿no es así Clanca?
-Mi deber es proteger al hijo del... digo a Matias, como sea.
-... de acuerdo. Pero si algo pasa, no seré responsable. -Dice Matias mientras suspiraba.
-¡Si! Vamos Clancia.
* * *
Antes de viajar a la capital, Matias se reagrupo con los soldados en el bosque y los organizo en cuatro pelotones de 15 hombres cada uno.
El 1° Pelotón bajo el mando de Matias. El 2° Pelotón bajo el mando de la comandante Chloé Briand, recién ascendida. El 3° Pelotón bajo el mando de la teniente Tiana Smirnov. Y el 4° Pelotón bajo el mando del sargento Erwin Rommel.
El convoy estaba compuesto de cinco humvees, un stryker M1130 como vehículo de mando, cuatro stryker M1126 para el transporte de infantería, cuatro stryker M1128 y cinco camiones pesados M1078 llenos de suministros.
Mientras Matias revisa los últimos preparativos, recibe un informe de Cecilia.
-Mati, acaban de traer a tu hermana como ordenaste.
-Muy bien.
Cuando llegan a la zona de aterrizaje, ven un helicóptero Black Hawk cuya puerta lateral se abre. De el sale Stephany.
-¡Stephy!
Pero en vez de recibir un beso en la mejilla como de costumbre, Matias recibe una cachetada de su hermana.
-¡Ouch!... ¡¿Y eso porque fue?!
-¡Me mentiste! Me dijeron que te estabas muriendo y encima de todo, casi me muero del miedo al subirme a ese helicóptero.
Tras escuchar eso, Matias miro a Cecilia.
-Usted me dijo que la convenciera como sea.
-Mati, ¿quienes son ellas?
Stephany pregunta al ver a Fronilde y a Clancia.
-Ah, ellas son mis amigas.
-Hola. Soy Fronilde Valmeri.
-Hola, es un honor conocer a la hermana del hijo del Sol. Soy Clancia Baledra.
Mientras Clancia le hacia una reverencia a Stefany. Ella nota las orejas puntiagudas de Clancia.
-¡¡Aaaah!! ¡¡Una elfa!!
Stephany pega un grito como una niña en un concierto de Justin Bieber y corre hacia Clancia.
Asustada, Sibila corre y se esconde atrás de Matias.
-¡Quiero tocar sus orejas!
Stephany lo dice mientras se le caía la baba de la boca. Esto es debido a que desde era una niña, Stephany estaba obsesionada con los cuentos de fantasía.
-¡Ahora no tenemos tiempo para eso!
-Pero quiero tocar sus orejas.
Stephany pone una cara de perrito triste.
-Si me acompañas en esta misión, mas tarde te dejare estar un rato a solas con ella, ¿Que te parece?
-¡Bien!
-¡Matias, por favor no me dejes sola con esa loca!
-Aguanta, se cansara después de un rato.
-¡Que malo!
Clancia lo dice con una cara de asustada y apunto de llorar.
-¡Muy bien! ¡Salgamos!
Matias que acababa de terminar los preparativos, grito en voz alta, comenzando su viaje hacia la capital.