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Capitulo 36

Etune, capital del Reino de Lledo.

Tras la firma oficial de la adhesión de Lledo a la Federación de las Naciones Unidas o FNU. Muchos gremios de esclavistas estaban en contra del decreto del rey de abolir la esclavitud y decidieron contratar mercenarios para tomar el palacio y derrocar al rey. Y causando un gran disturbio en las puertas del palacio.

A medida que la manifestación seguía creciendo de tamaño, las cosas se volvieron violentas de repente una vez que su clamor alcanzo su punto máximo.

Mirando desde un balcón. El rey y el coronel Annibale Bergonzoli observan la formación de los manifestantes frente al palacio.

-Esto se ve muy mal.

-No se preocupe, su majestad. Tenemos todo preparado.

Sin querer escuchar a rezones, la multitud comienza a amotinarse. Mientras tanto, el coronel Bergonzoli ordena el despliegue de la policía antidisturbios.

-Atención a todas las unidades. Una vez que haya terminado los preparativos, comiencen el avance.

-Entendido. Estamos abriendo las puertas. Una vez que los manifestantes ataquen, procederemos.

Detrás de la puerta principal del palacio, con un vehículo con un cañón de agua. La policía antidisturbios estaba en formación bajo del mando del teniente Amedeo Guillet que se encuentra montando su caballo. Estaban equipados con bastones y escudos. Varios miembros portaban pistolas taser, escopetas M870 cargados con balas de goma o lanzagranadas múltiple cargados con gas lacrimógeno.

Bajo las ordenes del teniente Guillet. Las puertas principales se abrieron y varios policías salieron en formación.

Los manifestantes ven a los extraños soldados vestidos de negro y azul. Pero lo mas extraño fue que no portaban espadas, sino palos y escudos transparentes como si fueran de vidrio.

El teniente Guillet detrás de la formación y sobre su caballo habla por medio de un altavoz.

-¡Ciudadanos! ¡Esta es una manifestación no autorizada! ¡Por favor retírense de manera ordenada!

Todos se quedan en silencio por unos segundos.

-¡Repito! ¡Esta es...!

Antes de que Guillet terminara. Los manifestantes y mercenarios arrojan flechas lanzas contra la policía. Incluso algunos magos contratados lanzan hechizos como pequeñas bolas de fuego y piedras.

Después de un minuto de arrojar proyectiles medievales de todo tipo. Los manifestantes se sorprende de como la policía seguía de pie y con sus escudos intactos.

-¿Esos escudos no son de vidrio? -Pregunto a si mismo uno de los manifestantes.

-¡Atención! ¡Su acción hostil sera tomada en cuenta! ¡Avancen!

El cañón de agua dispara hacia los manifestantes haciéndolos caer.

-¡Ahh noo... ah, ahah!

-¡Ahh, corran!

-¡Awayyy!

La policía marcho con sus escudos antidisturbios y bastones en la mano.

Al dispara la escopeta Remington M870, uno de los manifestantes termino derribado con su cuerpo cubierto de marcas provocadas por las balas de goma.

-¡¡Nnnnnnnnn!!

Atrapado por los cables eléctricos de una pistola de aturdimiento, un alborotador convulsiona cuando sus músculos se contraen, paralizando sus movimientos.

Pasaron diez minutos después de que se abriera la puerta principal del palacio, la multitud hambrienta que querían alcanzar a su gobernante yacia en el suelo. Montones de personas inconscientes desparramados por todas partes, como muertos en un campo de batalla.

-Uuugghh...

-... duele...

Incapaces de soportar el dolor, pequeños gemidos provenientes de quienes yacían acostados en el suelo. Esas respuestas al menos confirmaron que esta gente no estaba muerta.

Y así fue, la gran multitud de manifestantes que se oponían al rey y a las leyes anitesclavistas fueron suprimidos.

* * *

En una base subterránea en Paxbelli. Alda y Tiana camina por un pasillo.

-¿Que hacemos aquí? -Pregunta Alda.

-Ya veras.

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Al final llegan a una puerta de metal con un guardia vigilándola.

-Abra la puerta.

El guardia abre la puerta y ellas entran.

Cuando entran ven a un hombre atado en la silla y con una bolsa de tela en la cabeza. Tiana le saca la bolsa y Alda reacciona al ver el rostro del hombre.

-Lo conoces, ¿verdad?

No hacia falta que Tiana preguntara eso. Alda lo reconoció porque ese hombre era su antiguo amo. El mismo hombre que la violo todas las noches durante tres años.

Llena de ira, Alda le da una fuerte cachetada. El sonido hace eco en la celda de aislamiento. Luego comienza a arañarle la cara. Pero es detenida por Tiana.

-Es suficiente.

Tiana saca su pistola M9 y se la da a Alda.

-Este hombre te ha hecho sufrir durante años y quien sabe a cuantas mas. Creo que es hora de hacer un poco de justicia, ¿no crees?

Teniendo un pistola en sus manos, estas no paraban de temblar por los nervios.

-¡¿Como te atreves a hacerme eso?! ¡Eres una esclava, conoce tu lugar!

Las manos de Alda de temblar y guiado por la ira, apunta la pistola a su antiguo amo.

-¡Ya no soy una esclava!

Alda le dispara en la pierna derecha del hombre. La sangre comenzo a salir por el agujero dejado por la bala.

-¡¡Aaaahhhh!

Y luego en la pierna izquierda.

-¡¡Aaahhhh!! ¡Por favor! ¡Para! ¡Ten piedad!

-¡¿Piedad?! ¡Todas las noches durante tres años! ¡¡Tres años!! ¡Te suplicaba que pararas y a cambio solo te reías mientras me violabas! ¡¿Y ahora quieres que yo tenga piedad contigo?!

Alda le disparaba en ambos brazos mientras derramaba lágrimas de furia.

Sus manos aun temblaban y varios disparos fallaron.

-Solo le queda una bala. ¿Quieres ponerle fin? -Dice Tiana.

El hombre finalmente pierde el conocimiento debido al dolor y a la perdida de sangre. Alda apunta la punta del cañón sobre la cabeza del hombre, lista para ejecutarlo. Pero el dedo en el gatillo no se movía, como si intentara contenerse. Pero ella recordó el incidente entre el Matias y el cardenal. Que a pesar de tener el poder de hacerlo, no quiso tomar venganza.

-No. Matias no querría que hiciera esto.

Alda aleja la pistola del hombre y se lo da a Tiana.

-Bien. Vámonos de aquí.

Mientras salen de la celda. Tiana hace contacto visual con el guardia, y el asiente.

Después de que Alda y Tiana tomaran el ascensor. El guardia entra en la celda y ejecuta al hombre.

* * *

Alda y Tiana entran en una de las habitaciones para huéspedes de la base.

Debido al estrés sufrido por fuerte experiencia en la celda, a Alda le es muy difícil mantenerse en pie y comienza a tambalearse.

-Ve. Recuéstate en la cama.

-... no. No esta bien que...

-Nada de eso. Ve antes de que desmayes. Es una orden.

Alda intento negarse ya que estaba muy mal visto que un sirviente descanse en presencia de su amo o señor. Por lo que Tiana tuvo que ordénale que lo hiciera.

Alda se recuesta en la cama mirando hacia el techo mientras respiraba de manera pesada.

Tiana cierra la puerta con llave. Desabrocha la funda de su pistola y la deja sobre la mesa. Se quita prenda por prenda a medida que se va acercando a Alda. Hasta quedar completamente desnuda cuando se recuesta en la cama y se posiciona encima de Alda.

Alda aun estaba afectada por la estresante experiencia que paso en la celda, por lo que no reacciono al extraño comportamiento de Tiana. Su respiración aun sonaba pesada.

-¿Que piensas de Matias?

-... el... es bueno...

Alda responde a Tiana. Tiana besaba el cuello de Alda mientras desabrochaba los botones del uniforme de mucama de Alda.

-¿Lo quieres?

-... si...

Tiana seguía besando a Alda mientras le quitaba lentamente su ropa.

-¿También me quieres?

-... si... te quiero...

Tras escuchar la respuesta de Alda, Tiana besa sus labios.

* * *

Horas después. Alda y Tiana estaban desnudas en la cama mirándose una a la otra.

-Todas hemos decidido aceptarte como la nueva esposa. Pero no podrás declararte hasta que cumplas dieciocho, ¿entiendes?

-Si.

-Mientras que esperas a que ese “día” llegue. Podríamos divertirnos un poco tu y yo.

Tiana le propone mientras acariciaba el cuerpo desnudo de Alda.

* * *

Mas tarde en una instalación secreta de investigación.

Eldona estaba en una oficina que le habían asignado para ayudar a Matias en como contrarrestar la nigromancia en un combate. Ahora vestida con una bata de doctora, pero por alguna razón ella quería una bata negra de laboratorio en lugar de una blanca.

Cuando los guardias le preguntaron el porque. Ella respondió: “No me gusta la ropa blanca, hace que resalte demasiado las manchas”.

Mientras leía un libro sobre mitos de la nigromancia y la magia negra desde el punto de vista de la Tierra. Se escucha alguien tocando la puerta.

-Adelante.

Tras la orden de Eldona. Tres mujeres entran al despacho, una de ellas con largo maletín.

Esas tres mujeres son Cecilia, Chloé y Tiana.

-¡Oh! ¡Su alteza!

Eldona se inclina al reconocer a Cecilia.

-Levántate. Quiero hablar contigo.

-Pues claro. Por favor tomen asiento.

Después de que todas se sientan, Cecilia comienza a hablar.

-La razón por la que nos hemos reunido es para castigar a los ignorantes del Imperio Owary. Que encima uno de ellos cometió un terrible pecado de mancillar el buen nombre de Matias.

-Si. Escuche que el príncipe heredero del Imperio Owary actuó de manera grosera en presencia de su majestad.

-¡¿Grosera?! ¡Se atrevió a escupirle en la cara! ¡Al hombre que amamos!

Cecilia se calma y corrige su postura.

-Por eso necesito tu poder para darle un castigo apropiado.

Cecilia hace contacto visual con Tiana, y ella asiente.

Tiana abre el maletín y entrega su contenido a Eldona. Eldona se queda perpleja por lo que Tiana le dio. El bastón mágico con la piedra purpura que perdió en la fortaleza en la que estaba cautiva.

Ella sostiene el bastón por unos segundos.

-Pero la nigromancia solo me ha traido problemas.

-Pensé que también lo querías. Pero veo que no.

Entonces un flashback de recuerdos pasa por la mente de Eldona. Desde su vida como nigromante hasta ser liberada por Matias. El es la única persona que no la veia como un monstruo.

Esa mezcla de recuerdos y emociones hace que se forme una niebla negra en la piedra purpura del bastón. Los ojos de Eldona se vuelven literalmente negros.

-¡Le haré sufrir destinos peores que la muerte!

-Bien. Me alegro escuchar eso.

Dice Cecilia con una sonrisa.