Para el mediodía, en un barco pesquero muchas personas señalaban en el cielo una flota de helicópteros que cubrían el cielo.
Helicópteros de diferentes tamaños se movían en dirección a Etnul. Helicópteros de transporte CH-47 y NH90. Incluso algunos de ellos cargando contenedores de suministros.
En uno de esos helicópteros iban también Chloe, Clancia y Stephany.
Una vez todos reunidos, Matias da las ordenes.
-Comenzaremos las operaciones de rescate de inmediato. Todos los soldados busquen a las personas desaparecidas y confirmen su seguridad.
-¡Si, señor!
-Háganme una lista de todas las personas desaparecidas.
-Como usted ordene.
Todos se movilizan para cumplir con sus ordenes.
-De nuevo, gracias por prestarnos su ayuda en este momento tan terrible.
El rey Barique le da su gratitud a Matias mientras inclina la cabeza.
-No se preocupe. Somos aliados, es natural ayudarnos en este tipo de situaciones.
-¿Así que esto es lo que hace tu ejercito?
-Así es como siempre debe ser un ejercito.
Matias y el rey hablan mientras observan el panorama desde las puertas del castillo.
Soldados excavando en edificios derrumbados en busca de sobrevivientes, médicos atendiendo a los heridos, llevando heridos en camillas al hospital de campaña.
-¡¡Por favor!! ¡El convento se derrumbo y varias de mis hermanas están atrapadas dentro!
El grito grave de una monja pidiendo ayuda entro en los oídos de Matias.
-Stephany, vamos.
-Si.
Matias, Stephany, Clancia y su guardia personal corren a toda prisa para ayudar a la monja.
Cuando logran llegar al lugar ven el convento derrumbado. Allí ven que los únicos del lugar son un mago vestido de blanco y algunas monjas de rodillas rezando.
-Hemos venido a ayudar.
-¡Es el rey pagano!
-¡Viene a profanar nuestro santuario!
-¿Rey pagano?
-Mati, creo que esto se refería mi madre sobre que tendrías problemas con otros grupos religiosos.
Al principio no entendía lo que dijeron las monjas. Pero lo que le dijo Clancia tenia sentido. Para muchos, Matias era visto como el mesías del Culto del Sol, que seria el equivalente a Jesucristo en el Cristianismo.
-No tenemos tiempo para estas tonterías. Hay gente que esta muriendo. Que el pelotón retire los escombros y que los médicos atiendan a los heridos.
-¡A la orden!
Cuando los soldados iban a realizar su trabajo fueron detenidos por las monjas, por lo que tuvieron que ser apartadas.
* * *
Media hora después.
-Lo siento mucho por el alboroto que causamos. No solemos pedir la ayuda a los infieles, pero igualmente gracias.
-Ah, no se preocupe. Solo hice lo correcto.
-Para ser un infiel, es un hombre de buen corazón. Es seguro que la diosa lo aceptaría si se convirtiera.
Matias no sabia si sentirse alagado o discriminado por lo que dijo el sacerdote.
-Señor presidente, tenemos un problema.
Tras ser llamado por Chloe. Matias entra en la tienda y se acerca a las afligidas monjas.
-¿Cual es el estado?
-Ha muerto.
Cuando escucha el informe de Chloe ve que la joven de unos 20 años de cabello blanco acostada en la cama plegable rodeada de monjas llorando.
-Stephany, ¿podes usar resurrección?
-No lo se. Nunca la use, no se si funcionara.
-Por favor hazlo.
-Lo intentare.
Resurrección es una habilidad de curación de alto nivel. Puede revivir y cargar completamente la fuerza vital del objetivo, pero si el cuerpo esta muy dañado, o la persona ya ha estado muerta durante un largo periodo de tiempo, entonces no funcionara.
Así como curo al rey de Zarenca. Stephany puso su mano sobre la joven monja y empezó a verter su poder mágico sobre ella.
Segundos después la monja tose y comienza a respirar.
-Es un milagro.
-Una Hija de Ulmia.
-(suspiro)... estoy cansada.
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Las monjas y el sacerdote filtran sus voces cuando Stephany termina exhausta.
-¡Vinia!
-Fui aplastada... no podía respirar... creí que había muerto... solo había oscuridad... pero... esa luz...
La hermosa joven de ojos soñolientos busca a tientas todo para asegurarse de que su cuerpo este bien.
-Esta bien, Vinia. La diosa te trajo de vuelta.
-Ahora Vinia. Digamos nuestros agradecimientos a la diosa en oración.
-Pero esa diosa no hizo nada.
Dice Stephany murmura con broca. Intenta hablar con ellas, pero Matias la detiene.
-Bueno, parecen ser cosas religiosas, lo mejor es no decir nada.
Matias y su hermana, que estaban asombrados por la ingratitud de las monjas, les dieron la espalda y comenzaron a alejarse.
-¡¿Oración?! ¡¿Agradecida?! ¡¡Ja ja ja ja ja!!
La hermosa joven comienza a burlarse en risa.
-¿V-Vinia?
Las monjas que notan que algo es extraño con Vinia que comienzan a moverse y emiten voces confusas.
-¿Le dedique mi vida a Ulmia para que luego me la arrebate con ese temblor? En la oscuridad, llena de desesperación y sufrimiento. Cuando mis oraciones no fueron escuchadas. ¿Quieres que ofrezca una oración a la persona que abandono?
Sorprendido por la risa, Matias y Stephany detienen sus pasos y miran a la joven.
-¿Fueron ustedes?
Vinia mira a Matias y a Stephany.
-Si vas a dar las gracias. Dáselas a mi hermano, el me pidió que lo hiciera.
La joven intenta ponerse de pie usando un bastón cercano. Caminando tambaleante, cae sobre el pecho de Matias y lo abraza.
-¡Te ofrezco todo!
-¿Que... que esta pasando?
Matias quedo boquiabierto por la repentina sorpresa de la joven monja.
-Uh... me gustaría saber tu nombre.
-Oh, bueno... mi nombre es Matias Martínez.
-Matias... el Hijo del Sol. Mi nombre es Vinia Uawai... como fiel creyente, te venerare y alabare. Mis mejores deseos desde ahora.
-¿Porque un creyente?... hey, ¿te desmayaste?
Matias estaba perdido con la hermosa joven mostrando una sonrisa pura en sus brazos, que había perdido el conocimiento.
* * *
Unos días después. Matias camino con dos guardias para inspeccionar la reconstrucción de la ciudad.
Para no llamar la atención debido al escandalo con las monjas. Matias decidió salir con una barba postiza y lentes de sol.
-¡¡Ayuda!!
Mientras caminaba se escucha una voz familiar, pero esta vez estaba gritando y pidiendo ayuda.
Cuando se da la vuelta. Ve a la misma monja que su hermana había resucitado unos días antes. Pero ella llevaba la misma ropa rasgada que tenia cuando fue rescatada entre los escombros.
Detrás de ella ve a algunos sacerdotes corriendo.
La monja alcanza a Matias y se esconde detrás de el.
-Por favor. Soldado del Sol. No deje que me lleven. Te lo suplica.
Matias se da cuenta que Viana no lo reconocía por su disfraz. Los dos sacerdotes se detienen frente a Matias.
-¡Infiel! Devuélvenos a la hermana Viana. Debe ser purificada tras ser corrompida por ustedes.
Las exigencias de uno de los sacerdotes comenzó a llamar la atención y algunas personas se reunieron alrededor.
Matias vio a Viana llorando de miedo. Era obvio que esa “purificación” no significaba nada bueno.
-¿Que significa esa “purificación”?
-¡Nada que te incumba, infiel!
-Van a quemarme en la hoguera.
Consternado por la noticia de Viana. Matias se llena de bronca.
-No voy a permitir que cometan tal acto barbárico.
-Nos las entregas o...
-¿O que?
Matias se guita su sombrero militar, gafas de sol y barba postiza. Revelando su rostro al publico.
-¡Atreverse a hacerle daño a uno de mis creyentes es un grave pecado! ¡Mi padre quien les da luz cada día no tolerara esto! ¡¿Este es el agradecimiento que recibo por ayudar a esta gente?!
La muchedumbre comienza a murmurar entre si. Pero una voz entre la multitud resonó con fuerza.
-¡Es ciento! Siempre le rezábamos a Ulmia para salir de la pobreza, pero aun así seguíamos viviendo en la miseria.
-Yo también le rezaba a Ulmia todos los días. ¿Y para que? ¿Para que mataran a toda mi familia en ese temblor?
-Los guerreros del Sol nos ayudaron y curaron nuestras heridas. ¿Y ustedes que hacían? Nada. Y lo peor de todo. Nos cobraban por curar a nuestros heridos mientras ellos lo hacían gratis.
La multitud se volvía mas y mas bulliciosa. Hasta que comenzaron a tirarles piedras a los sacerdotes.
BANG
Todos se detienen al escuchar un disparo y todos ven a Matias con su M9 apuntando al aire.
-No dejare que mis seguidores recurran a la violencia porque la violencia solo lleva a mas violencia. Váyanse.
Los sacerdotes corren asustados.
-¿Estas bien?
Matias le pregunta a la monja si estaba bien. Pero ella se pone de rodillas y besa la mano de Matias.
-En el nombre de Dios del Sol reconozco a su Santidad Matias Martínez como mi mesías, le ofrezco mi cuerpo, mi mente y mi alma, y me empeño en servirle como su fiel seguidora. Le seguiré en esta y en la siguiente vida.
-¿Eh?
Matias se queda confundido por lo que dijo Viana. En seguida la muchedumbre que los rodeaba también comenzaron a arrodillarse y a juntar sus manos.
-Señor. Creo que seria mejor volver al castillo.
-Creo que tienes razón.
Pero tan pronto se marcha Matias siente que alguien tira de su chaqueta. Voltea ve a Viana.
-Por favor déjame ir contigo. Esos sacerdotes me atraparan y me quemaran.
Matias da un suspiro. Y termina aceptando.
* * *
Mas tardes, en una habitación del castillo.
Matias estaba frente a Viana. Ambos sentados en sillas.
Matias estaba pensando en que hacer. No le agradaba para nada el ser un líder religioso. El era tan deísta al punto de que antes de morir en la Tierra dudaba tanto de la existencia de Dios que casi podía considerarse así mismo ateo. Matias no reconocía a ese ser llamado Dios ya que el mismo afirmo que no era Dios sino un ser súper avanzado cuyo poder era el equivalente a Dios.
-Dime, ¿En serio quieres seguir en esto de ser mi sacerdotisa?
-Si su santidad. Como he dicho quiero servirle en cuerpo y alma por el resto de mi vida.
Esta escena le hizo recordar cuando Clancia le juro lealtad al descubrir que era el Hijo del Sol.
-No tienes que seguir con esto. Solo te reviví para saber si funcionaba. Por lo que no me debes nada.
-¡No! Por favor espera.
Matias se sorprende por la rápida respuesta. Enseguida Viana se arrodilla frente a Matias.
-¡Por favor déjame convertirme en tu sacerdotisa! ¡Quiero estar siempre sirviéndote a tu lado!
Matias se da un masaje en la sien.
-Hey, espera un momento. ¿Que es eso de ser mi sacerdotisa?
-Me gustaría darte las gracias por ayudarme. Nada de los que tengo podrá pagarte, salvo mi vida.
Viana se pone de pie.
-Si tengo que recurrir a esto. Por favor...
Viana se desabrocha algunos botones de su habito religioso y este cae al piso dejando su cuerpo desnudo expuesto a los ojos de Matias.
-... acepte esto como prueba.
Matias la mira con una expresión indiferente ya que no es la primera vez que una mujer intenta ofrecer su cuerpo para convencerlo.
Viana se sentía avergonzada por mostrar su cuerpo a un hombre, su rostro estaba rojo por la vergüenza. Mientras cubría sus senos y su entrepierna con sus manos.
-En la Iglesia de Ulmia las relaciones carnales están prohibidas por el celibato... Pero he oído rumores de que cuando la Iglesia del Sol era era la religión dominante en el continente, esa ley no existía... Por lo tanto... estoy deseosa por complacerte su santidad... Por favor hágame suya para demostrarle que quiero estar a su servicio.
Matias se pone de pie y se quita su chaqueta mientras se acerca a Viana.
Pensando que iba a ser tomada. Ella cierra los ojos y extiende sus manos descubriendo completamente su cuerpo desnudo.
Pero en lugar de sentir las manos de alguien manoseando su cuerpo siente una tela cubriendo la parte superior de su torso. Ella abre los ojos y ve la chaqueta de Matias cubriéndola.
-Primero Alda, después Clancia y Drina, y ahora tu... ¡¿Por que las mujeres de este mundo se quitan la ropa tan fácilmente?! ¡No soy un maniaco sexual!
Matias espera unos segundos para calmarse y tras un largo suspiro le habla.
-¿No tienes donde quedarte? ¿Que hay de tu familia?
-Mis padres fallecieron repentinamente poco después de que me enviaran a ese convento cuando descubrieron que tengo atributo para la magia de luz. Y después de que murieron sus bienes pasar a propiedad de la Iglesia.
-Ya veo. Esta buen, puedes venir conmigo a Paxbelli. Pero deja de llamarme “su santidad”.
-¡Pero para un sacerdote llamar a su mesías por su nombre en publico es una falta de respeto y una blasfemia!
-Esta bien, esta bien. Solo llámame Matias cuando no estamos en publico. Considéralo como un privilegio en nuestra nueva congregación.
Matias dice eso ultimo mientras le guiña un ojo.
Viana se arrodilla y toma la mano de Matias.
-Prometo nunca defraudarle su santi... digo Matias.