Lo que Kela encontró podría haberlo cambiado todo. Esperó pacientemente afuera de una sala de conferencias en la sede. Sin que ella lo supiera, estaba ocurriendo una acalorada controversia dentro de la sala.

—¡Esto lo cambia todo! —exclamó Hadwyn a Teresa, que tenía las piernas en alto y hacía girar con interés un bolígrafo, un nuevo prototipo mecánico que había conseguido en una convención. De hecho, uno del que acababa de regresar hacía poco tiempo. Hadwyn no podía permitirse distraerse con un aparato para escribir.

—Esto no significa nada, Hadwyn —dijo Ben con desdén—. Así que se desangró y caso cerrado.

Teresa dijo algo que le dio a Hadwyn la esperanza de que ella pudiera respaldar su hipótesis.

—Se tiró de un acantilado —replicó Hadwyn—. Si te hubieran herido de muerte, ¿te tirarías de un acantilado? Es una forma segura de morir, ¿y no quieres vivir?

—Quizás el dolor era demasiado y quería acabar con todo. Caso cerrado. Punto. No me hagas reabrir esta mierda, Hadwyn.

—Cierra el pico, Ben —dijo Teresa por fin—. Hadwyn tiene razón. Es extremadamente improbable que ambos lograran herirse mortalmente sin tener pociones curativas ni medicinas. Y bromas aparte, ¿cómo llegó al río?

Benson se desplomó. —¿Y adivina qué? No tenemos pistas, así que el caso sigue cerrado. —Le dirigió una mirada petulante.

Hadwyn estaba a punto de decirle a Benson lo que pensaba, pero Teresa habló en su lugar.

—Bueno, dado que nuestro único sospechoso está muerto, según la política, no vamos a reabrir el caso, en realidad vamos a abrir uno nuevo. —Ella le lanzó una mirada satisfecha.

Benson no tenía nada que decir.

Finalmente las puertas se abrieron y entró uno de los oficiales de AFHA.

“Directora Teresa, debo informarle que la reunión de reclutamiento y entrenamiento con la legión de hierro se llevará a cabo en dos días”.

Teresa se guardó el bolígrafo en el bolsillo y se levantó para marcharse. Hadwyn y Ben también lo hicieron.

Se dio la vuelta para hablar antes de salir con el oficial. “Benson, abre un nuevo caso, y Hadwyn, llévate a Kela e investiga para encontrar más sospechosos. Yo organizaré la reunión”.

—Estaba muy enojado. ¿Siempre es así? —preguntó Kela inocentemente.

Hadwyn contuvo el impulso de decirle que Benson siempre estaba de mal humor.

—Creo que eso lo habrá molestado un poco —dijo Hadwyn, pensativo—. Vamos, tenemos que encontrar más sospechosos, el asesino todavía podría estar suelto. Hadwyn sintió un incómodo nudo en el estómago. Hasta hoy, había estado 99% seguro de que el caso estaba cerrado, sin la menor duda, y que finalmente encontrarían a Nick y lo arrestarían.

Pero cuando encontraron a Nick muerto esta mañana, todo lo que Hadwyn creía saber cambió. Claro, podrían estar persiguiendo sus propias consecuencias con este caso, existía la posibilidad de que Nick hubiera abandonado el lugar y se hubiera tirado al río, que se desbordó por una cascada. Todo esto después de que le golpearan la cabeza, pero en realidad, era tan probable como ganar la lotería y luego ser alcanzado por un rayo.

Llegaron a la morgue y Hadwyn buscó las llaves. Los cuerpos de Curt y Nick estaban en el medio de la habitación. Hadwyn se sintió aliviado de que el cuerpo de Curt todavía estuviera allí. Afortunadamente, todo el descubrimiento había sucedido antes de que la Legión de Hierro recibiera a Curt.

El gremio de hierro tenía derecho a poseer el cuerpo después de una investigación internacional, tal como lo exigen las leyes de Alten. Sin embargo, Hadwyn podía recordar claramente una época en la que esto no era así. De hecho, cuando la AFHA era el único lugar al que se podía acudir para unirse a otros gremios, la AFHA podía conservar las pruebas durante el tiempo que quisiera e incluso podía negarle las pruebas a cualquier gremio si así lo deseaba.

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Pero ahora eran otros tiempos y Hadwyn tuvo que aceptar el hecho de que ya habían pasado los días en que el gobierno tenía poder para privatizar los gremios. Hadwyn llamó a uno de los trabajadores para que lo ayudara a trasladar los cuerpos a la mesa de reconocimiento. Ambos se sentaron uno al lado del otro cuando terminaron, y luego el trabajador se fue.

Ambos estaban ahora completamente desnudos, salvo por el pequeño taparrabos que les cubría las ingles. Kela tenía una expresión incómoda en el rostro. Hadwyn sintió un dejo de lástima al mirarla.

Lo primero que hizo fue comparar los cuerpos. A primera vista parece estúpido, pero dado que el dúo probablemente fue asesinado por la misma persona, y dado que los Aldarianos de primera generación generalmente se especializaban en un tipo de ataque específico, entonces esto tenía mucho sentido.

La cabeza de Nick tenía una grieta enorme en el cráneo, causada sin duda por un arma blanca, pero una arma muy desafilada. Tal vez un hacha, un machete o un...

Hadwyn miró el rostro de Curt y luego nuevamente la cabeza de Nick.

Pala…

Sí, si bien sería difícil determinar de inmediato qué arma se utilizó para aplastarle la cara a Curt (se realizarían más pruebas más adelante), tendría sentido que el extremo defectuoso de una pala pudiera hacer el trabajo.

"Kela, ve a buscar los hisopos de RD".

Kela pareció desconcertada durante unos segundos hasta que volvió a prestar atención. “Lo siento, señor. ¿Pero hacemos esto todo el tiempo?”

Hadwyn no sabía cómo responder a la pregunta. “No voy a endulzar esta mazorca de maíz, Kela, pero tenemos que limpiar mucho lo que dejan otros gremios”. No siempre era así, pensó Hadwyn. “Eso significa que, sí, a veces tenemos que ensuciarnos las manos, pero cualquier trabajo tiene sus cosas desagradables y debemos concentrarnos en mantener la paz”.

Kela asintió. “¿Qué son los hisopos de RD?”

—Allí. —Hadwyn señaló un juego de herramientas. Tomó dos tiras y se las entregó a Hadwyn.

Hadwyn arrancó la tira. “Pásame la placa activadora”.

Le pasó un plato traslúcido. Él lo puso sobre la mesa. Tomó los bastoncillos de algodón y frotó el rostro destrozado de Curt. Después de un minuto, lo limpió en el plato y luego arrojó el bastoncillo a un tubo incinerador multiuso.

Hizo lo mismo con el cráneo roto de Nick, mientras Kela observaba atentamente.

—¡HADWYN! —La puerta se abrió de golpe. Benson.

Hadwyn se sobresaltó tanto que casi tiró el equipo.

—¡Oye! —dijo Kela en lugar de Hadwyn—. ¿Por qué siempre actúas así, eh? ¡Nadie te quiere! ¿Por qué siempre estás enfadado?

Hadwyn se sorprendió por el repentino arrebato de Kela y esperó la respuesta de Benson.

Benson la fulminó con la mirada.

—No lo entenderías —dijo en voz baja. Luego se volvió hacia Hadwyn—. Teresa me pidió que viniera y te llevara a la preparación de la reunión. Lleva a Kela también, nos encontraremos allí.

Cuando Benson salió de la habitación, Hadwyn se volvió hacia Kela con una expresión de sorpresa en su rostro. “¿Por qué hiciste eso?”

—No lo sé. Si siempre está enojado, ¿no te preguntas por qué?

Hadwyn negó con la cabeza. —Esa no es la manera de hacerlo, Kela. Los demás y yo podemos salirnos con la nuestra con cosas con las que tú no podrías salirte con la tuya.

Kela suspiró. “¿Entonces estás diciendo que la gente no cree en mí?”

Hadwyn tragó saliva. —Sí, la verdad es que la gente no cree que estés a la altura de la tarea. Pero yo no soy una de esas personas, Kela. Yo era como tú, empecé desde cero. Así que si yo puedo hacerlo, tú también puedes. —Pero estos son tiempos diferentes, tiempos más difíciles, más impredecibles. Pero no se lo dijo.

Eso le puso una sonrisa en el rostro. “Está bien, entonces preparémonos para esta reunión. Vamos. Por cierto, dijo 'no lo entenderías'. ¿Qué significa eso?”

“Yo hice lo mismo que tú cuando me uní por primera vez. Le pregunté a Ben por qué era tan imbécil. Nunca me dijo la razón. Simplemente me dijo que no importaba. Así que no insistí más, simplemente acepté que él sería así todo el tiempo”. En secreto, Hadwyn sospechaba que algo horrible le había sucedido a Ben o a su familia de amigos que lo había convertido en eso.

Kela se encogió de hombros. “Me parece bien si tú estás bien”.

"Gracias."