El sexto día finalmente había llegado para mí, y como debió de haber sido una rutina pero debido a heridas y demás cosas no pude hacerlo, pues ahora debo recuperar todo ese tiempo de caza. Bueno, en realidad eso era una excusa para practicar el arco usando la boca, el pie y la mano izquierda en vez de los dos brazos. ¿También podría conseguirme una ballesta?, lo pensaré luego. Lo más importante ahora es de todas formas acostumbrarme al brazo izquierdo para no confiar
Usando la misma ruta que use el segundo día, esta vez me traje una lanza de madera hecha para pescar también para no tener que soportar los dolores de meterme al agua y perseguir pescados como un idiota. Tampoco es que tenga flechas de acero, no puedo gastarlas tan fácilmente así que simplemente agarré cualquier cosa que se pudiera lanzar con un arco incluido ramas que afilé con mi cuchillo. El proceso era lento debido a que no estaba acostumbrado a mi brazo pero esto me estaba sirviendo para eso mismo, para acostumbrarme, luego de una hora de afilar y afilar ya estaba empezando a hacerlo más rápido y sentía como me acostumbra a la tarea.
Una vez terminada la hora tenía veinte flechas de madera completamente afiladas, lo suficiente como para penetrar la piel de un animal por lo menos aunque no podría penetrar el hueso del mismo… encontré un oso, una presa bastante peligrosa en este caso, vamos a confirmar lo último pues.
—Eso dicho, ¿un oso ya? Esto se va a poner bueno —dije mientras preparaba la flecha de madera que había hecho y apuntaba al oso que aún no me había visto, una vez lanzada verificaría si traspaso la piel y terminaría asesinando al oso con la espada de acero que me traje, que aunque no es lo mejor para cazar de todas formas cumpliría su objetivo que era matar. *swish* La flecha voló hasta la piel del oso y entonces, se quebró—. ¿¡Qué!? ¡Estaba seguro de que…! Oh —no podía maldecir demasiado, el oso me había descubierto y se aproximaba a mí—. Bueno, si no puedo cazar con las flechas por lo menos debería de intentar mejorar mi uso con la espada.
Me alejé con diez pasos largos para distraer un poco al oso mientras preparaba mis siguientes movimientos. El oso tiene poco alcance por lo cual yo estaría en ventaja… si tuviera una lanza, claro está. Una espada tiene casi el mismo alcance que el oso a menos que usara estocadas… cosa que no debería de hacer contra un enemigo tan fuerte en lo que hablamos de piel como este. Peor aún sería si el oso lograra atrapar mi espada con sus brazos y no me dejara sacarla.
Finalmente había asegurado mi victoria… así que esperé a que el oso se aproximara lo suficiente. El pobre animal se tiró hacia mí en un intento de capturarme con sus brazos, aunque pareciera que quería abrazarme. Evadí hacia la izquierda con un gran salto debido a que si no lo hacía las garras del oso me alcanzarían, pronto me lancé a su lado y sosteniendo la espada con un brazo que la hacía parecer incluso más pesada deslicé la hoja a través de su pelaje. El pelaje se tornó rojo y el oso empezó a gemir antes de doblar su cuerpo de una forma extraña, claro está que retrocedí antes de que me golpeara, el mismo se puso en cuatro patas y empezó a correr hacia mí de esta forma.
—¡Gueh! ¡Es rápido! —dije mientras veía como el oso se aproximaba. Calculando la velocidad a la que iba y cuanto me costaría evadir el oso a esa velocidad me di cuenta que tenía que justamente evadir al momento correcto si es que no quería que el animal me siguiera por siempre, dando vueltas y vueltas hasta que finalmente se cansara. Aunque efectivo, ese método era muy lento también y confiaba en la vitalidad del que corre del animal—… ¡Ahora! —grité y entonces di un salto hacia la derecha, el lado de mala suerte peor que esta vez no me haría nada. El oso, estúpido como es, no sabía que yo haría eso y pensó que simplemente me pondría a correr, y es por eso que bajo su guardia y yo pude dar la estocada que quería dar antes. Con un grito me dirigí al animal peludo y mi hoja se dirigió a su cabeza.
Un sonido de rechinado salió de su cabeza en la cual mi espada estaba incrustada, sin duda alguna había logrado llegar a su cerebro y la estocada le había asesinado. El oso no podría moverse luego de esto, al igual que toda criatura, nadie puede moverse luego de que su cerebro dejara de funcionar, ¿o sí? Si es así, ilumínenme, siempre se aprenden cosas. De todas formas, la piel de un oso es bastante costosa en estos lugares y si me llevaba a este oso de esta forma claramente causaría un gran lío.
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—¿Debería de desollarlo?—pregunté a nada, pero pronto fui respondido por tres voces diferentes.
—¡Deberías de haberlo dejado vivo, idiota! Dios, ¿qué te ha hecho él? —se quejó Rosie.
—Tengo el presentimiento de que he comido carne de oso con pelos —dijo Lu–espera… ¿¡qué!?
—Deberías de quedarte con una parte del pelaje y hacerte un buen atuendo, mira tus ropas, son un desastre. Lo que quede lo vendes y por favor, abandona ese arco, simplemente no te queda ahora. Te falta un brazo, ¿aun así pretendes usar un arco? Cómprate una ballesta que no son tan caras según los precios que he visto en los mercados a los que a veces íbamos —inmediatamente mi brazo izquierdo se empezó a quejar de mi actitud que claramente señalaba cuanto extrañaba mi brazo derecho. Es cierto, lo extraño…
—Entiendo. Despellejarlo entonces será, y luego haré una… —empecé a pensar en diferentes resultados… ¿qué podría hacer?—. Bueno, me gustan mis ropas, no quiero cambiarlas porque no atraen mucho la atención. Eso dicho, estoy preocupado por un cierto lugar al que llegaremos a ir algún día si queremos explorar todo el este así que me hare una capa en forma de manto.
—Si lo que quieres es hacerte una capa, ¿por qué no cazas lobos y usas sus pieles, dándoselas a alguien que sepa cómo tejerlas para un manto? Si te gustan tus ropajes, entonces creo que algo blanco con gris quedaría mucho mejor. ¿Hay una región nevada, cierto? —preguntó mi brazo que ahora llamaría Spiralot.
—Es cierto, los lobos de la región nevada al norte de Taira me servirían, pero no puedo cazarlos ahora mismo porque estoy prohibido de salir de los territorios de Taira hasta terminar el entrenamiento en los barrios bajos. Por ahora creo que sobreviviré con esto —avisé a Spiralot—. Por lo otro, ¿te gusta el nombre Spiralot? Es posible que te llame así.
—¿Spiralot? Que nombre tan poco agradable para alguien como yo. Preferiría algo mucho mejor, soy tu brazo izquierdo y te he ayudado, puedes hablarme como yo puedo hablarte a ti, al igual que la historia de una cierta maza que muchos conocemos. Mi nombre será Sharur en ese caso, como la maza parlante de Ninurta, dios antiguo de las tierras lejanas del continente al norte de nosotros. ¿Qué te parece? —asentí, no me interesaba mucho su nombre tanto como poder llamarlo de alguna forma para no confundirme.
—Ya que estamos con los nombres, Lumu realmente necesita otro. Rosie, tú te quedas así —Rosie no se quejó, pero tampoco lució muy feliz porque no le deje ni siquiera una oportunidad para cambiarlo—. Te llamaré… Bosch, porque ya que estás en mi estómago la gula es un buen atributo para ti, ¿o no? —dije, y con un sí de parte de Bosch ese nombre oficialmente quedó con él. Pronto me había olvidado de que mi espalda siquiera existía, no importa que le hablara él no me respondería de todas formas. Bosch, Sharur y Rosie.
No tengo ninguna idea cómo es que empecé a hablar de nombres, pero de alguna forma esto mejoró un poco el equipo que tengo ahora. Y de esta forma es como seguí cazando y mejorando la maniobrabilidad de mi mano izquierda. No puedo simplemente seguir usando a Sharur de forma indiscriminada, incluso él se cansaría en estos casos. Conseguí mucha más caza de la normal porque realmente necesitaba el dinero para la ballesta… claramente una ballesta no sería fácil de conseguir con el dinero que tengo pero las ballestas ligeras no eran realmente difíciles de conseguir. Se pueden disparar con una mano y como son ligeras no son realmente pesadas, además de que son fáciles de recargar aunque sea necesario que esté fuera de combate debido a la falta de mi brazo.
Y así el próximo día paso de la misma forma y finalmente mi entrenamiento mental en los barrios bajos había terminado. Al terminar, me di cuenta de la verdad detrás de las palabras de Lorien, este entrenamiento era de verdad mental, pero perdí algo importante en medio del entrenamiento por mi estupidez. Está claro que aprendí algo importante y no puedo hacer nada para regresar eso que perdí, pero seguramente pueda desquitarme con alguien, o algo, o un grupo en sí. La masacre va a ser muy divertida, eso es lo que pienso mientras imagino a mí mismo cortando en pedazos a los pobres bandidos.