Un pequeño grupo de personas se reunieron en los alrededores del campo de entrenamiento, si bien tenía el nombre de campo de entrenamiento, solo era una terraza vacía con un cerco de madera, casi nadie le daba uso a este lugar y ver tanta gente reunida aquí era un evento extraño.
Dos hombres se encontraban en el centro de este, ellos serían la razón del extraño flujo de personas en el lugar. Uno era un hombre robusto con una apariencia intimidante, el otro era un hombre misterioso, llevaba una armadura de cuerpo completo que impedía a las personas ver su aspecto.
El hombre de aspecto robusto llevaba una espada de hierro en su mano, mientras el de la armadura, una espada y un escudo del mismo material. Todos estos eran elementos de práctica y estaban en mal estado, el único daño que podrían causar con estas armas sin filo, sería una contusión, y eso, solo si daban un golpe directo, el gremio no permitiría a los aventureros hacerse ningún daño grave.
A primera vista uno de ellos estaba muy bien equipado, mientras el otro se veía bastante descuidado, aunque esto, solo sería desde el punto de vista de alguien que desconocía la situación.
El hombre robusto era un aventurero de rango plata, mientras el otro era un simple principiante. Para los conocedores, este combate estaba decidido antes siquiera de comenzar. No importaba que tan bien equipado se encontrara un novato, jamás podría supera la diferencia de habilidad de un aventurero experimentado.
Mientras unos simplemente tomaban esto como un ligero entretenimiento, otros se mostraban descontentos con el abuso que estaba por suceder.
―Eh chico, una vez que te golpee lo suficiente puedes rendirte en cualquier momento que desees.
―También espero que te rindas una vez tengas suficiente.
Los dos hombres se dirigieron unas últimas palabras antes del comienzo.
―Muy bien, terminemos con esto.
―Cuando quieras.
Al momento que Adrion termino de hablar, Kylard se abalanzo sobre él, dirigiendo su espada en un corte vertical justo a su cabeza. No era el tipo de hombre que daría chance a un enemigo, aunque este fuera un principiante.
Este sería un ataque difícil de evitar, aun para alguien del mismo rango que Kylard, Adrion detuvo el ataque de lleno con su escudo, cualquiera esperaría que alguien que recibía un ataque de esa índole terminaría retrocediendo y perdiendo el equilibrio, esto era aún más evidente viendo la diferencia de peso entre los dos.
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Pero para sorpresa de todos, Adrion permaneció inmóvil en su posición mientras Kylard fue rechazado por el impacto.
Mientras el público y Kylard se encontraban conmocionados por lo sucedido, Adrion aprovecho el hueco en la defensa de su enemigo para realizar un estoque directo a su estómago.
Fue un impacto directo, la espada callo de las manos de Kylard, el cual no tardo en hacer lo mismo, parecía que había quedado inconsciente después de recibir el ataque de Adrion. El combate había terminado de una manera sorprendente, el aventurero novato Adrion había vencido al experimentado rango plata Kylard en un solo movimiento.
Las personas en los alrededores permanecieron en completo silencio mientras intentaban procesar lo que acababan de presenciar.
―Esta es mi victoria.
El hombre de la armadura declaro el fin del combate, con esto las personas que aun albergaban dudas no tuvieran otra opción que aceptar los hechos, por muy extraños que estos parecieran.
Adrion dejo las armas que había tomado prestadas y salió de la escena junto a la hermosa mujer que lo acompañaba.
―¿Quiénes eran esos dos?
Era una de las preguntas que más sonaban una vez que el par había dejado el lugar.
―No lo sé, pero la recepcionista debería saberlo.
Adrion caminaba pesadamente, su plan de infiltrarse en la ciudad como un aventurero y mantener un perfil bajo mientras recolectaba información poco a poco no había empezado bien. Primeramente, su disfraz para pasar como un aventurero más no estaba dando los resultados esperados, ¿cómo había notado el defecto Adrion? Era sencillo, lo primero que anuncio el fallo, fue la minuciosa inspección en la entrada de la ciudad, incluso los comerciantes con numerosas mercancías habían tardado menos que ellos.
Adrion lo dejo pasar, pensando que era normal realizar una inspección especialmente rigurosa a figuras desconocidas, pero una vez entraron a la ciudad, las cosas comenzaron a señalar lo contrario.
Las personas que se topaban con ellos no les quitaban los ojos de encima, Adrion observo por el rabillo del ojo, lo que sería la causa más probable de esto. A lado suyo caminaba Atsuki, que por alguna razón se veía muy feliz.
Después de toparse con ella varias veces en su estadía en la fortaleza, Adrion se había acostumbrado a la increíble belleza que despedía, pero para las personas de la ciudad, era un raro espectáculo de ver.
Lo ultimó que termino por deshacer cualquier sospecha del claro fallo en su disfraz, era el lamentable equipo que tenían los aventureros que observo al entrar en el gremio, a diferencia de estos, que llevaban solo el equipo necesario para sobrevivir, el lucia como un caballero perteneciente a una guardia. Adrion solo podía lamentarse de no haber tomado en consideración todas estas cosas antes de venir a la ciudad.
―Señor A…
―Es Dorian… no importa, ¿qué pasa Suki?
Atsuki dio un vistazo sobre su hombro asegurándose que no hubiera nadie cerca para escucharlos.
―No es nada importante, solo que parecía que algo le molestaba, si es por ese humano, puedo ir a matarlo ahora mismo si usted me lo ordena.
Adrion levanto una inexistente ceja debido al comentario de Atsuki, matar a alguien por algo así de ridículo, además de que él ya le había dado una lección por lo sucedido, verdaderamente no sabe cómo comportarse.
―No debemos hacer nada que pueda atraer la atención a nosotros por ningún motivo, no olvides que nos encontramos en territorio enemigo.
―Como ordene.