Cuando por fin terminaba de reunir el coraje para moverse y entrar en la multitud, su vestido fue jalado por un costado.
—Vina.
Era Moli, tenía una cara de preocupación en su rostro, ella se encontraba bien y pareciera ser completamente ignorante de lo que sucedía en este lugar, su preocupación se debía al sombrío rostro de su hermana mayor.
Vina no respondió a Moli y la tomo del brazo fuertemente, caminaron alejándose de la multitud, su hermana se quejó del dolor en su brazo, pero ella no mostro ninguna señal de detenerse. Cuando por fin estuvieron lo suficientemente alejadas se detuvo.
—¿¡A donde crees que fuiste¡?
El rostro de Moli que hasta ahora se había mostrado confundido, tuvo un cambio drástico y se transformó a miedo. Su hermana mayor que pocas veces se había mostrado molesta en el pasado, ahora se encontraba en el punto máximo del enojo. Vina que anteriormente había estado aterrada por el temor de que algo le pudiera pasar a Moli, logro encontrarla completamente a salvo. El estrés acumulado en su cuerpo se transformó rápidamente en ira, esta emoción fue creciendo mientras caminaban hasta este lugar y finalmente podía dejarlo salir.
—Yo, te estaba esperando y enton…
—¿¡Entonces porque te fuiste¡?
Vina aún tenía el brazo de Moli fuertemente agarrado y comenzaba a causarle daño, pero su atención se encontraba en su encolerizada hermana mayor.
—Vi a varios niños jugando y… los seguí
La voz de Moli temblaba.
—¿¡No sabes lo preocupada que estaba por ti!? ¿¡Que no sabes lo peligroso que es ir sola!?
—Lo… lo siento
La débil disculpa de Moli solo hacían enojar más a la ya enojada Vina, pero lo siguiente que vería haría desaparecer su enojo. Lágrimas, salían de los pequeños ojos de su hermana, abrumada por la presión, ella había comenzado a llorar.
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—De… verdad lo… siento mucho Vina.
Vina libero a Moli de su agarre y fue capaz de ver como se había formado una marca roja en el sitio que había estado sujetando todo este tiempo.
—Ah, no… te he lastimado.
Moli que había ignorado su brazo todo este tiempo, al ser liberada empezó a sentir un profundo dolor.
—¿Te duele?
Vina había tomado de vuelta el brazo de Moli, pero esta vez lo tomo con cuidado de no lastimarla, su hermana no se quejó, pero aún seguía llorando. Su llanto era provocado por el regaño inicial y no por el dolor que sentía en este momento.
—Duele, pero no mucho.
—¿De verdad?
—Si, estoy bien.
Un silencio incomodo se formó entre las dos, solo el sonido del débil llanto de Moli se escuchaba. Vina se sentía avergonzada, había estado regañando a su hermana con mucha severidad y la había lastimado. No se le ocurría como tranquilizarla, lo mejor para ellas sería volver a su hogar.
—Moli será mejor que volvamos a casa.
Vina extendió su mano a Moli, por un momento sintió miedo al pensar que su hermana la rechazaría, pero ella la tomo sin ninguna vacilación.
Vina y Moli caminaron de regreso, no cabe decir que ninguna dijo ni una sola palabra mientras pasaban entre los puestos de los comerciantes. Su hermana ya había parado de llorar, pero aún se podía sentir la tristeza que emanaba de ella.
Vina se sentía culpable y molesta, ellas habían salido para poder pasar un buen rato juntas, pero las cosas había termina de esta manera. Mientras pensaba en la forma de levantar los ánimos de su pequeña hermana, vio algo que llamo su atención en una de las tiendas que pasaban. Ella jalo a Moli hacía el establecimiento, su hermana resulto un poco desconcertada por el cambio en su dirección, pero la siguió sin decir nada.
—Disculpe, ¿cuánto es por esto?
Lo que Vina señalaba en el pequeño puesto atendido por una mujer mayor, era una sencilla muñeca de tela.
—Oh, eso… son solo 2 de cobre.
Vina tomo las monedas de su bolsa y las entrego, ella ya no estaba de humor para regatear. Tomo la muñeca y volteo hacía Moli.
—Toma, es para ti.
Aunque esto parecía una forma muy superficial de intentar alegrar a un niño, era diferente con Vina y Moli. Su madre le había regalado una muñeca similar en su último cumpleaños, pero esta se perdió en el momento que perdieron su antiguo hogar, Vina estaba tratando de regresarle a su hermana algo de lo que perdieron en ese entonces. Moli tomo la muñeca, pero una mezcla de sentimientos se formó dentro de ella. Estaba feliz por el regalo de su hermana, pero no estaba seguro si debería aceptarlo.
—Vina, ¿está bien que gastes dinero en esto?
Vina que luchaba por ahorrar cada moneda que pudieran, era muy consciente que los gastos innecesarios las llevarían a la perdición. Pero si podía alegrar un poco a su hermana a coste de un poco de dinero, habría valido la pena.
—Si, no te preocupes.
Vina sonrió, a lo cual Moli respondió de la misma forma, las dos se tomaron de las manos y volvieron a casa.