Adrion y Atsuki caminaban por las calles de la ciudad, concluida la misión de exterminio de los goblins, volvieron a la ciudad sin ningún contratiempo, en cuanto a sus compañeros de equipo, no había mucho que decir, aunque ellos estaban más que felices por lograr la misión, no se podía hablar sobre formar un equipo. No solo por parte de Adrion que no tenía ninguna necesidad de esto, ellos tampoco podían aceptarlo.
Cuando los niveles de los miembros de un equipo eran demasiado diferentes, ocurrían muchos problemas, no solo habría insatisfacción por parte de los miembros más fuertes, sino que los miembros de nivel bajo verían su desarrollo sumamente afectado. Aunque a primera vista estos miembros podrían beneficiarse de la experiencia de sus compañeros, si permanecían por mucho tiempo, seria sumamente malo para su desarrollo futuro.
Por lo tanto, la separación del grupo no fue ninguna sorpresa, tal como se había hablado al comienzo de todo, era una misión para probar su compatibilidad como grupo, dado que el resultado era claro, no había razón para complicar más las cosas.
Dejando de lado la leve conmoción en el gremio por la información de la misión, los dos grupos pudieron seguir por su camino.
Una vez concluida esa tarea, Adrion se dispuso a concluir el acuerdo pendiente que había dejado con aquel mercader, aunque se podría considera que era ya un poco tarde para una reunión de negocios, el trabajo que debió manejar a su regreso, no le permitió moverse libremente hasta este momento.
―Suki, ¿qué opinas de aquel mercader?
Adrion no era un gran conversador, pero incluso él se sintió incomodo mientras caminaban en silencio por tanto tiempo.
―Según la investigación llevada por Painappuri, parece ser un negocio propicio para nuestras actividades. Tal como se esperaba de mi señor, fue capaz de ver tal situación con tan solo una simple reunión.
Adrion no sintió ganas de responder al comentario estándar de Atsuki, que consistía en transmitir la información precisa más un alago a su persona. Aunque él simplemente no podía culparla por este pequeño problema en su forma de comunicarse, en el campo de batalla, transmitir la mayor cantidad de información en el menor tiempo y espacio posible era la norma. Lamentablemente esto no hacia menos aburridas sus interacciones, esperaba que en algún momento en el futuro lograría tener una conversación normal con ella.
―¿Entonces, estás de acuerdo en la cooperación con ellos?
Atsuki frunció levemente el ceño ante sus palabras, la razón del pequeño desliz en su expresión, estaba en el concepto de la pregunta. Aceptar el trato de comercio, los colocaría como estar cooperando con los humanos, y este pensamiento le desagrado.
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Pero su rostro volvió rápidamente a la normalidad.
―Si es necesario para cumplir con los planes de mi señor yo obedeceré.
Aunque la respuesta no fue tan satisfactoria para Adrion, todavía era aceptable, para la mayoría de los Npc la cooperación con los humanos les causaba una gran molestia, por lo tanto, estaba tratando de lograr que comprendieran que era necesario trabajar con ellos, aun si esto les disgustara.
Trabajar solos no llegaría a buenos resultados, él más que nadie conocía los beneficios de estos desarrollos, las incursiones en territorios enemigos eran tomadas de formas muy distintas dependiendo del grado de cooperación con los residentes de dichas ubicaciones, la diferencia entre lograr mantener una colaboración amistosa y no hacerlo, sería como la diferencia entre dar un agradable paseo por el parque o cruzar el valle de la muerte. Por esta razón se estaba esforzando mucho en inculcar este concepto a los Npc.
Adrion solo asintió a la respuesta de Atsuki, ya podían distinguir a la distancia el cartel con esa canasta.
―Lamentamos llegar tan tarde.
Para su sorpresa, un hombre parecía haber estado esperando por ellos, sino recordaba mal, su nombre debería ser Guillermo.
―No es necesario disculparse por eso, no se acordó una hora específica para la reunión, así que no han llegado tarde en absoluto.
Guillermo respondió rápidamente y la forma más educada posible ante sus palabras. Adrion se sintió un poco mal al pensar que este hombre habría estado esperando aquí todo el día y quiso disculparse nuevamente.
―Por favor pasen, el señor Malakas está esperando dentro.
Pero Guillermo los insto a entrar y con Malakas esperándolos, solo pudo seguir el ritmo.
Una vez dentro, fueron recibidos en lo que parecía ser la oficina de Malakas, claramente demostrando su sinceridad y la importancia que daban al acuerdo.
―Les doy la bienvenida.
Malakas se encontraba de pie y pronuncio esas palabras de todo corazón.
―No es necesario que actuemos tan cortésmente, dado que estaremos trabajando juntos, será mejor que podamos hablar informalmente.
Adrion continuo con su propio camino, él ya tenía suficiente con el habla de los Npc y no quería tener que atenderse a las mismas circunstancias en todas partes.
―Es como dice, por favor tomen asiento.
Malakas siguió el ritmo de Adrion, mientras señala los asientos que tenía al frente.
―Díganme si hay algo que les gustaría tener.
Malakas continuo con la presentación de los aperitivos sobre la mesa, lo hizo de tal manera que no parecía ni demasiado entusiasta ni demasiado frio, claramente demostrando su maestría como anfitrión.
―Esto debería estar bien.
Aunque la comida no le disgustaba Adrion, no estaba de humor para comer en este momento.
―Espero sea de su agrado, díganme que tal su estancia en ciudad Kiriza, espero que hayan disfrutado de su tiempo aquí.
Malakas no se inmuto en absoluto al ver que no tocaban la comida, en cuanto a su comentario, Adrion no pensó mucho de esto, cualquier persona que investigara un poco podría averiguar que no eran de por aquí.
―No es una mala ciudad, aunque está un poco sucia por algunos lugares.