Momentos después de descender y escuchar las disculpas de sus dos campeones, Adrion logro observar la cueva donde se encontraban los yetis.
―General Adrion las fuerzas están listas para ingresar y tomar el control.
Kokonatsuji hablo con calma, luego del evento anterior, sus campeones empezaban a comportarse de nuevo como soldados.
Con las fuerzas combinadas de los participantes en la operación, tenían cerca de 140 soldados, un poder cercano a una compañía militar, esta era una fuerza completamente excesiva para una operación como esta, los soldados que acompañaban en esta misión eran simplemente sus guardias de seguridad, uno solo de ellos bastaría para exterminar a todos los yetis en la cueva.
―Innecesario, iré yo mismo.
Con tal diferencia de fuerza, Adrion no podría sacar nada de ver a sus soldados ocuparse de esto, con la muestra del despliegue, ya había cumplido su objetivo con respecto a sus tropas, lo mejor para él era ponerse a prueba a sí mismo.
―General Adrion es peligros que vaya solo, podría haber trampas ahí.
Cherit hablo rápidamente cuando vio que Adrion empezaba a caminar hacia la cueva, al escucharla, inmediatamente se detuvo.
¿Estoy siendo demasiado despreocupado?
Luego de pensarlo un poco, noto que quizás su comportamiento era demasiado desconsiderado, un general dejando a sus soldados atrás y dirigiéndose al peligro. No importa como lo vieras, para sus campeones sus acciones generarían una gran preocupación.
―Cherit, Kokonatsuji, acompáñenme.
―Sí.
Las dos respondieron rápidamente y corrieron detrás de él.
Ellos llegaron al frente de la cueva, como no parecía que nadie los detendría, entraron sin preocupaciones, Cherit lanzo varios hechizos, luz, detección de trampas y uno que otro refuerzo al grupo, aunque sus habilidades no estaban destinadas a utilidad, aun contaba con los básicos.
Mientras tanto Kokonatsuji comprobaba con su mirada cada centímetro de la cueva, la cueva era una creación natural, era lo suficiente amplia para que los yetis transitaran cómodamente por ella, el camino tampoco era tan difícil de recorrer, lo que daba a entender que era muy utilizada, no había más olores que cierta combinación de tierra y agua estancada, pero era algo soportable.
Finalmente, luego de avanzar por unos cuantos minutos vieron a los tan esperados yetis, monstruos de nivel veinticinco, no eran otra cosa que monos blancos extremadamente grandes, median cerca de cuatro metros, poseía brazos fuertes y colmillos bastante duros. Pero para Adrion, eran enemigos bastante débiles, dependían de la fuerza bruta para atacar y casi no tenían habilidades especiales.
Dos de ellos se movían a su dirección, probablemente deberían ser los guardias de la entrada, solo hasta que se acercaron lo suficiente se dieron cuenta de la presencia de los invasores, probablemente nunca se pasó por su cabeza que alguien se atrevería a entrar a su cueva tan despreocupadamente.
―Mi nombre es Adrion, líder de la fortaleza negra, me gustaría hablar con su líder, llévenme con él.
The author's tale has been misappropriated; report any instances of this story on Amazon.
Dio un paso al frente, quería intentar la opción pacifica para empezar, pero tampoco podía actuar débil con sus campeones presentes.
―Intrusos.
Uno de los yetis acerco su mano a Adrion queriendo atraparlo, Kokonatsuji se preparaba para detenerlo, pero vio como él levanto su mano instándola a no intervenir y se detuvo.
[Malla de espinas]
Adrion activo una de sus habilidades que proporcionaba protección contra ataques físicos, una capa de energía roja con púas apareció cubriendo a Adrion, cuando la mano del yeti hizo contacto con ella, esta se llenó de agujeros sangrantes.
La habilidad pasiva de este hechizo devolvía una porción del daño causado por el enemigo, el daño excesivo que recibió el yeti se debió a la diferencia de niveles y equipos que la potenciaban aún más.
El yeti lanzo un profundo grito luego de recibir tal herida, su compañero al ver cómo eran atacados lanzo un puñetazo sobre Adrion, tal golpe fue rechazado de la misma forma por la protección de la malla de espinas, como consecuencia al daño, el brazo del yeti pareció retorcerse hasta quedar colgando. Después de recibir tal daño, no pudo hacer otra cosa además de gemir de dolor. Al parecer, dándose cuenta de la diferencia de fuerza, los dos decidieron dar media vuelta y huir.
Al ver como Adrion no se movía, ni Cherit ni Kokonatsuji se atrevieron a intervenir con lo que pasaba.
―Bueno era de esperarse.
No por nada el juego solo los consideraba monstruos, aunque tenían la capacidad para comunicarse, preferían ir directo a usar la fuerza bruta como primera respuesta a las situaciones, solo podía espera que alguno de ellos fuera más inteligente.
Aunque podría haber resuelto la batalla fácilmente con sus espadas, decidió usar la habilidad malla de espinas para mostrarles la diferencia de fuerza entre ellos, la visión de un enemigo derrotándolos con fuerza bruta y otra siendo completamente dominados por un poder mágico, era bastante diferente.
Además de eso, tampoco quería matarlos, pero ser demasiado amable podría terminar con sus enemigos despreciándolo, esto era especialmente cierto para los monstruos que basaban su jerarquía en términos de poder. Esperaba que el mensaje sobre intrusos fuertes, pero no irracionales fuera transmitido correctamente.
―General Adrion no parece que el enemigo vaya a rendirse.
Cherit mencionaba algo bastante obvio, pero claro eso no era la razón de su comentario, ella quería saber porque me tomaba las molestias de intentar negociar con monstruos, Kokonatsuji a su lado miraba esperando la respuesta, probablemente tenía la misma duda.
―No importa, simplemente es algo que debo hacer.
Aunque me habría encantado responder de manera más honesta, no podía darme ese lujo, dar una respuesta a medias tampoco serviría de nada, los campeones no eran estúpidos, se darían cuenta de una mentira con facilidad, no era adecuado para mi contarles que necesitaba experiencia para dirigir y tratar con otros.
Solo quedaba dejar todo en manos de la fe ciega que le tenían a Adrion, tanto Cherit como Kokonatsuji asintieron como respuesta, aunque no estuvieran conformes, no dejarían que su señor lo viera.
Lamentablemente, el hombre en quien confiaban, ya no se encontraba más aquí.
Continuaron avanzando sin demasiados problemas luego del pequeño encuentro con los yetis, aunque la cueva tenía varias bifurcaciones, los rastros de los yetis les mostraron fácilmente el camino a seguir, no mucho tiempo después terminaron llegando a una zona amplia.
―Veintiséis entonces y dos subespecies.
Adrion contó a los yetis dispuestos en la zona, al parecer después del primer saludo, decidieron que necesitaban reagruparse para dar la bienvenida a sus inesperados invitados.
―Cherit no dejes que causen ningún desastre.
―Entendido.
Luego de dar sus instrucciones a Cherit, camino hacia el centro de lo que parecía ser un salón, aunque por supuesto, los yetis no entendían de reglas ni etiquetas, así que cualquier parecido solo estaría en su mente.
Los yetis estaban agrupados en forma de media luna, En su centro se encontraba un yeti de mayor tamaño con una melena prominente, llevaba varias piezas de metal atadas de forma burda en su cuerpo, entre los espacios se podía notar un tatuaje en forma de S. A sus pies se encontraba una maza excepcionalmente grande, el yeti permanecía sentado en una formación rocosa recubierta con pieles, como representando un trono.
Justo a su lado derecho yacía de pie un yeti de menor tamaño al usual, por su vestimenta, junto con el bastón que llevaba, seguramente sería una especie de mago, a diferencia de los demás yetis este parecía tener más expresiones, al menos, las contracciones en su rostro daban esa idea.
Solo ellos dos parecían conocer el concepto de llevar ropa, los demás se encontraban completamente desnudos, luego de dar un vistazo a la calidad de su equipo, perdió el interés y se preguntó si sería lo correcto para él empezar la conversación.