Adrion había entregado la bolsa con joyas anteriormente, no tenía ningún miedo de que estas fueran robadas, esa bolsa simplemente llevaba una pequeña cantidad de joyas baratas y su único fin era probar las aguas.
Las cosas realmente valiosas se encontraban en el inventario de Adrion, pero como no podía ir sacando cosas de la nada, preparo varias bolsas con artículos, para poder mantener las apariencias.
―¿Eso quiere decir que están dispuestos a comprarlas?
Malakas bajo un poco sus hombros y la sonrisa que llevaba hasta ahora se volvió menos prominente.
―No le puedo mentir señor Dorian, aunque el negocio de la joyería es bastante rentable, es algo que se mueve de forma lenta, si compro todos sus productos me tomaría mucho tiempo ver el dinero de vuelta.
Con que así era, de los informes que Adrion leyó se mencionó de forma consistente el problema de la recolección de fondos, aunque la fortaleza contaba con mercancía que podría cambiar por la moneda local, simplemente no era posible hacerlo, no era sensato vender los objetos que se encontraban en el tesoro, resultarían muy vistosos.
De la misma manera no se podrían arrojar una gran cantidad de materiales de una sola vez, dejando de lado la notoriedad que provocaría, saturar los mercados llevaba sus propias consecuencias.
Dando como resultado la situación en la que se encontraban, con una muy lenta recolección de fondos, aunque era de esperarse, sus subordinados eran militares, no comerciantes, de la misma forma, Adrion no logro encontrar una solución al problema, simplemente podía culparse a sí mismo por ser demasiado tonto.
―¿Debería tomar su respuesta como un no?
Al ser influenciado por sus sentimientos Adrion no pudo evitar que su voz sonara más fría de lo normal, a lo cual Malakas respondió de forma apresurada.
―Oh no, no quise decir eso, estaríamos encantados de comprar sus productos, pero, si puede darnos suficiente tiempo, de esa forma seríamos capaces de cumplir con sus necesidades.
¡Oh! Por supuesto.
En ese momento una idea tomo forma en la mente de Adrion
Porque no lo pensé antes, estaba tratando el tema desde un punto de vista pequeño, no soy una persona vendiendo una pequeña cantidad de productos, si me imagino a mí mismo como una empresa, una empresa que busca comenzar una sociedad comercial, de esta forma debería ser capaz de conseguir una fuente estable de ingresos.
Mientras más lo pensaba mejor idea le parecía, Adrion por fin empezaba a ver la luz al final de este túnel, no pudo evitar tomar una posición más relajada en su asiento.
Si quiero crear una relación comercial a largo plazo, la mejor forma sería mostrando mi seriedad y sinceridad.
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―¿Quiere decir que si le damos suficiente tiempo para prepararse, será capaz de comprar una gran cantidad de nuestros productos?
―Si, eso debería ser posible.
Malakas pareció notar el ligero cambio en Adrion y también tomo una actitud seria.
―Suki por favor muestrales.
Después de escuchar el comando Suki dirigió su mano a una de sus bolsas, lo que saco de su bolsa dejo una profunda impresión en los dos hombres, era un rubí del tamaño de medio puño, cuando lo coloco sobre la mesa junto a las demás joyas, no pudo evitar opacarlas, la disparidad entre las joyas que había mostrado antes y el rubí de gran tamaño era demasiado grande, era como traer un arma automática a una pelea de espadas.
―Si están dispuestos a comprar, nosotros estaremos dispuestos a seguir vendiendo.
Adrion había decidido mostrar una pieza de mayor calidad, de esta forma mostraría a sus posibles socios que era un hombre con un trasfondo fuerte, además podría saber la capacidad financiera con la que contaban. De esta manera tendría la información necesaria para unas posibles futuras negociaciones.
―Necesitaremos tiempo para pensarlo, si puede darnos una semana, ¡no! 4 días debería ser suficiente.
Malakas pareció requerir toda su fuerza de voluntad para pronunciar esas palabras.
―Una semana entonces, eso está bien por nosotros.
Adrion se sintió complacido, las negociaciones parecían ir por buen camino, una decisión como esta no podía apresurarse, así que darles tiempo para pensarlo era lo correcto, mientras completara los últimos pasos todo debería ir bien.
―Entonces en cuanto a los precios.
―Aquí.
El recepcionista pareció responder de forma automática al comentario de Adrion, entregándole un documento, era una breve lista con los precios de las joyas que habían mostrado con anterioridad.
Parecía que la lista fue creada unos momentos antes de su reunión, Adrion reviso la lista y después de corroborar la información con los informes en sus recuerdos, le dio el visto bueno, los precios no eran ni altos ni bajos, eran justo lo que deberían corresponder, en su próxima reunión deberían ser capaces de crear un acuerdo escrito, pero esto era mejor dejárselo a Remontz.
―Estoy de acuerdo con los términos redactados, aunque podría haber ligeras modificaciones en nuestra próxima reunión, me gustaría aceptar la transacción que tenemos ahora mismo.
Con un trabajo satisfactorio a Adrion solo le quedaba completar la transacción por la cuál había venido en primer lugar, necesitaba ese dinero para continuar sus operaciones en la ciudad, esto no era algo que pudiera olvidar.
―Por supuesto, Guillermo.
Guillermo apilo las monedas de oro y plata frente a Adrion, luego que este dio su visto bueno le fue entregado en una pequeña bolsa.
―En cuanto al rubí…
En algún momento Malakas se vio en la necesidad de limpiarse el sudor con su pañuelo, aunque el clima no parecía ser en absoluto caluroso, Adrion solo lo tomo en que un cuerpo grande tendría a sudar más a menudo.
―Pueden quedárselo, tómenlo como una señal de nuestra buena voluntad y aprecio por nuestra sociedad futura.
―¡No podemos!
Adrion pensó que sería buena idea terminar la reunión con un regalo, pero la fuerte respuesta de Malakas lo dejo extrañado.
―Quiero decir, no puedo aceptar esta clase de regalos de su parte señor Dorian, como comerciante que soy tengo un código que debo seguir.
―Comprendo, entonces no insistiré.
Atsuki guardo de nuevo el rubí y se dirigió a la salida junto a Adrion.
―Espero nuestra próxima reunión.
Adrion extendió la mano a Malakas que insistió en despedirlos en la puerta, el hombre soltó una ligera risa a su comentario y estrecho su mano.
―El sentimiento es mutuo, espero verlos pronto.
Adrion dio media vuelta con Atsuki detrás suya y se dirigieron a su próxima parada, parecía que su suerte el día de hoy era muy buena, había conseguido los fondos necesarios para sus actividades en la ciudad y un posible socio comercial.