Select y Freya se miraron fijamente, alzando sus espadas.
—No si yo lo hago antes. —Contestó Freya.
Ambos corrieron hacia el otro, listos para atacar.
Mientras tanto, el Jinete apareció delante de Maxine.
—Mierda…
—Lo siento, son órdenes. —Dijo el Jinete.
Maxine se preparó para el ataque.
—¡Eh, bájate!
Detrás del Jinete, en sus hombros, Kate se aferraba al Jinete.
—¡Kate, cuidado!
—¡Deja a mi amiga, tonto del culo! —Gritó Kate.
Las espadas chocaron, Select y Freya se miraban fijamente.
—Te voy a hacer pagar lo que le has dicho a Maxine. —Dijo Select.
Las espadas se separaron, y Select esquivó un ataque.
El ruido de las espadas retumbaba contra las paredes. A su vez, ambos se iban moviendo por la red de túneles, sin saber a dónde llegarían.
—¡Este es el fin, Select! ¡Libraré al mundo de escoria como tú!
—La escoria aquí eres tú, Freya.
Ambos forcejeaban y luchaban, se hacían leves heridas, pero seguían en pie.
Kate salió disparada de la espalda del Jinete.
—¡Se acabó!
Maxine le lanzó el único hechizo que pudo hacer, haciendo que el Jinete perdiera un poco el equilibrio.
Kate dió una patada al Jinete, que no le hizo casi nada.
—¡No podéis contra mí!
—¡Para ya!
Maxine y Kate estaban preparadas para el siguiente ataque. Hasta que…
—¡Basta! —Dijo Freya al salir al cementerio de Sleepy Hollow.
Select puso su espada en el cuello de Freya, ella no podía hacer nada.
—¡Por favor, ten piedad! —Suplicó Freya.
Select estaba pensando en hacerlo, pero el recuerdo de Smith le venía a la mente.
¿Qué tipo de persona sería si la mataba?
—No, no puedo hacerlo. —Dijo mientras bajaba la espada.
—Gracias…
Tras esto, Freya le dió un golpe en la mano y le quitó la espada a Select.
—Eres débil.
—No, lo que soy es una buena persona. Algo de lo que nunca serás.
—¡Calla! Espero que disfrutes tu estancia en el Infierno…
Alzando su arma, estaba lista de matar a Select… Hasta que una espada le atravesó el pecho.
—¡¿Pero qué…?!
—Esto es por todo lo que me hiciste, ¡esto es por todo lo que he sufrido! —Gritó Charles, quitando la espada de su pecho.
Freya cayó al suelo, casi sin poder respirar.
Charles agarró el libro.
—Pero no voy a dejar que mueras, ¡voy a hacerte pagar, zorra! ¡Jinete, córtale la cabeza a Freya!
El Jinete apareció, seguido de unas sorprendidas Maxine y Kate.
—¡Espera, no, no me hagas esto! ¡¡¡NO POR FAVOR!!!
El Jinete se acercó, y cortó la cabeza de Freya, cogiéndola y colocándosela en sus hombros. El rostro se transformó, del de Freya al de Abraham, por fin libre de la maldición.
—Por… ¡por fin!
El cuerpo de Freya se estremeció, con la calabaza conectándose a su cuerpo.
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—¡No no no! ¡¿QUÉ ME HABÉIS HECHO?!
—Lo que te mereces, ¡descansa para siempre!
Charles empezó a leer un texto en latín.
Unas enredaderas agarraron a Freya y la empezaron a arrastrar a una tumba.
—¡¡¡NOOOOO, POR FAVOR!!! ¡¡¡MAXINE, AYÚDAME!!!
—Lo siento, no puedo hacer nada. —Contestó tajante Maxine.
Freya siguió gritando mientras caía en la tumba, siendo enredada aún más, hasta que no podía hablar de lo tapada que estaba.
La tierra se cerró, dejándola atrapada allí para el resto de la eternidad.
Maxine sintió que su pasado por fin la dejaba.
—Siento lo de tu madre, Maxine.
—No me hace falta, he encontrado a mi nueva familia.
Acto seguido, Maxine abrazó a Select, éste último quedándose sorprendido.
—Gracias, Maxine.
—Wow, sí que fué una aventura movidita. —Comentó Richard “Kit” Robinsons.
—Ya ves, y la verdad me alegro de que acabara bien… —Contestó Select.
Ambos estaban de pie en el edificio de Industrias Robinsons.
—¿Y Maxine?
—Está genial, y Kate igual.
—Me alegro, ¿y tú?
—También bien, feliz de estar con las personas que me importan, y también con mi mejor amigo.
Kit sonrió, a lo que le siguió un breve silencio donde ambos se miraron fijamente a los ojos.
—Bueno… ¿Algún plan de futuro?
—De momento seguir con las clases.
Maxine y Kate entraron, riendo a carcajadas, y se unieron a Select y a Kit.
La tumba se abrió, y Freya miró fijamente lo que le permitían ver las ramas enredadas a su cuerpo.
—Me has fallado estrepitosamente, Freya. —Dijo Jonathan Hamilton. —Teníamos un acuerdo, pero no lo has conseguido.
Freya miró con rabia a Hamilton.
—No te pienses que te voy a sacar de ahí, lo tienes merecido por lo que has hecho… Y por fracasar en tu trato… Disfruta de tu eterna vida ahí dentro.
Freya gritó, y la tierra volvió a enterrarla.
Mientras tanto, Hamilton observaba las hojas que tenía en sus manos.
—El Tridente de Poseidón será mío… Y sólo voy a necesitar encontrar Atlantis.
Maxine y Kate se encontraban tomando un café, mirando por la fría ventana.
—Me alegro que estés bien, Maxine. Lo de Sleepy Hollow fué chungo…
—La verdad es que sí, pero todo acabó bien.
Kate se fijó en el collar que llevaba Maxine.
—Ese collar… ¿De dónde es?
—Lo encontré en el castillo de Cadbury. Creo que es un collar Atlante.
—Espera, ¿Atlante? ¿De Atlantis? Pero… ¿Qué hacía ahí dentro?
—Ése es el misterio, ¿qué conexión tienen Camelot y Atlantis? ¿Porqué todo parece tener conexión con Percival de Carpenter? ¿Acaso él vivió tanto como su hijo? Hay tantas preguntas sin respuesta…
—La verdad es que ese Carpenter era todo un misterio.
Maxine asintió.
—Ya ves, todo tiene una extraña conexión que no comprendo…
Maxine se fijó en la hora.
—Mierda, debería ir a la Universidad. Gracias por el café.
—De nada.
Al levantarse, todo se nubló. Maxine se tambaleó un poco.
—Maxine, parece que hubieras bebido alcohol hija.
La vista se le volvió más borrosa, poco a poco oscureciéndose todo.
Hasta llegado un punto donde Maxine cayó al suelo.
—¡Maxine!