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Las Aventuras de Robert Select
Asuntos del Pasado (El Último Gran Héroe, Parte 5)

Asuntos del Pasado (El Último Gran Héroe, Parte 5)

Select se encontraba mirando el diario en su oficina. Se extrañó de que la portada contenía plata por una extraña razón, y un símbolo. Mirando planos y comparándolos con la información del diario de Carpenter, descubrió que el Bosque de los Mil Sueños se encontraba en medio de una isla.

—Genial, ¿cómo demonios llegamos hasta ahí?

Max se rasca la cabeza.

—¿Alquilando una barca a remo?

—Y de paso nadando, si te parece. ¿Cómo vamos a recorrer kilómetros remando? —Le contestó irónicamente Select.

—O podemos robar un barco —Saltó Kate.

—Sí claro, lo hago cada día —Vaciló Select.

—La verdad, si no tenemos dinero, puede que sea la mejor opción… —

Select se quedó pensativo.

—La verdad, conozco a alguien que tiene un barco que nos sirve… aunque no es que quiera mucho verlo…

Los tres héroes se encontraban enfrente de un gran edificio, donde ponía en grandes letras Industrias Robinsons.

—¿Ésta empresa no es una de las empresas de tecnología más importante de New City? —Preguntó Select.

—Sí, su fundador fue amigo mío…

—¡¿RICHARD ROBINSONS ES AMIGO TUYO?! —Gritó Max.

—Era… En pasado.

Select entró en el edificio.

Una vez pasado por seguridad y subir en ascensor, llegaron a la última planta.

—Qué emocionante… —Dijo Max.

—Más bien desesperante…

Tras abrir una puerta, sentado en su oficina se encontraba Richard Robinsons.

—Hola Kit. —Saludó secamente.

—¿Kit? —Preguntó extrañado Max.

—¿Select? —Dijo sorprendido Kit.

—Ha pasado mucho tiempo…

—Ya… Pensé que no volverías a verme tras… eso

Select se puso extremadamente serio.

—No he venido para visitarte, necesito tu ayuda.

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—¡Select! —Le gritó Max.

Kit se entristeció al oír eso.

—Entonces me temo que no puedo hacer nada. —Contestó Kit, dolido.

—Me lo imaginaba, siempre es igual. —Select estaba enfadado.

—¿Qué demonios pasó entre vosotros? ¿No erais amigos? —Preguntó Max.

Hubo un silencio sepulcral, hasta que uno de ellos decidió hablar.

—Fue hace tiempo… Cometí un error.

—¡Me dejaste de lado por esta puta empresa! ¬—Gritó Select.

—¡Fue un error! No era mi intención ignorarte, ¿sabes? —Respondió Kit.

—Vale, estoy bastante perdido ahora mismo… —Reconoció Max.

—Fuimos juntos al instituto, allí nos conocimos… Y después de eso se fue, y no volví a saber nada hasta las noticias con su empresa. —Reveló Select.

—Vaya, suena bastante triste —Contestó Max.

—Ya te dije que lo siento, no era mi intención —Habló Kit.

—Si me ayudas… quizá me planteé perdonarte —Dijo Select.

—Está bien, te ayudaré, pero hablemos del tema algún día de éstos, por favor.

Select y Kit lo acordaron con un apretón de manos.

—No se preocupe, yo me encargaré —Decía nervioso Smith por el teléfono.

—¡Joder! —Exclamó.

Estaba de problemas hasta el cuello, y por si fuera poco ahora Select se había inmiscuido en el asunto. La persona que le había pagado para conseguir Excalibur no estaba contenta, aunque eso a él no le importaba. En cuanto tuviera la espada en su poder, se libraría de esa molestia.

—Estúpido.

Smith sacó un mapa apresuradamente en busca de las coordenadas que había memorizado del diario. Ya se esperaba contratiempos con él.

—Ya te tengo, Bosque de los Mil Sueños. —Una sonrisa se dibujó en el rostro de Smith.

Marcando rápidamente en su móvil, comenzó una llamada.

—Mándame todos los soldados que puedas, sé dónde está Excalibur. —Dijo Smith sonriendo.

Select iba a pagar el precio.