Mientras la batalla se alargaba algunos insectos empezaban a escabullirse de los profesionales de primera línea, siendo el sacerdote quien con el golpe de su maza de guerra era el encargado de acabar con ellos, además de darse un tiempo para usar su energía sagrada para dar un poco de alivio y recargar las energías de sus compañeros que empezaban a cansarse por la lucha constante.
En este ambiente, los hombres que capturaban insectos para los nigromantes empezaron a perder arpones, pues algunos insectos llegaban a cortar las cuerdas o lograban resistir lo suficiente hasta que llegaran otros insectos y les ayudará a hacerlo.
Al ver esto uno de ellos se armó de valor para luego adentrarse en el enjambre a recuperar los arpones, logró sacar uno de estos rápidamente del cadáver de un insecto gigante y lo aventó de regreso para ir por el segundo, uno de sus compañeros trato de ir por él por lo peligroso de su acción, pero fue rápidamente detenido, al voltear a ver quien era noto que eran sus compañeros quienes negaron con la cabeza, cuando volvió a ver a su compañero un segundo arpón cayó cerca de él, mientras que el hombre iba por un tercero, pero en ese momento un insecto del enjambre cayó sobre él atravesando su cuerpo con sus largos apéndices para inmovilizarlo antes de arrancarle parte de la cabeza con un voraz bocado, sin que siquiera tuviera tiempo de gritar de dolor había caído la primera víctima, sus compañeros gritaron de dolor y tristeza, mientras los profesionales fruncía el ceño por un instante antes de volver a concentrarse en matar a los insectos que se les acercaban.
Los hombres después de darse apenas unos instantes para llorar a su compañero caído regresaron al almacén, desde el cual salió otro aldeano para tomar el puesto del que había caído.
—Sabía que no durarían nada, por eso les dije que debía ir primero.
El origen de este ataque a Gratidia se había dado muy lejos del pueblo hace ya algún tiempo, el equipo de incursión había llegado cerca de una cueva que según indicaciones del nigromante era donde se encontraba el nido de insectos, la falta total de vigilancia había hecho a todos dudar de que el nido estuviera ahí, pensando que los insectos habían movido su nido después de ser encontrados por el grupo de nigromantes, sin embargo esto fue descartado debido a que se requerirá demasiado esfuerzo para hacer algo como eso.
El grupo decidió vigilar el lugar esa noche, y si no se encontraba nada, entrarían a explorar con el primer rayo de sol del día siguiente, todos aceptaron este trato y empezaron la vigilia y guardia.
En medio de la noche el nigromante levantó a todos con un fuerte grito, esto alertó a los guardias quienes rápidamente fueron hacia donde él se encontraba, solo para verlo en buenas condiciones, posando sus manos en el piso, y cuando estaban listos para maldecirlo porque su grito seguramente alertó a al nido de insectos, sintieron el suelo temblar levemente, el nigromante quito sus manos del suelo y salto hacia atrás mientras lo que parecía ser un gusano acorazado gigante salía del suelo.
Los guerreros no dudaron un segundo y rápidamente rebanaron al gusano gigante antes de advertir a todos sobre un ataque subterráneo, todos se armaron rápidamente notando que ya habían sido descubiertos, así que su incursión se adelantaría, entrando rápidamente en la cueva, encabezando el equipo estaban los dos guerreros, al centro se encontraba el nigromante cabalgando su corcel, sin embargo su apariencia era distintiva, tanto él como su caballo estaban cubiertos completamente por una armadura de hueso mientras avanzaban, mientras que en la retaguardia se encontraban las custodias.
Los primeros metros de la incursión fueron pacíficos y sin ningún problema, pero muy pronto descubrieron lo realmente irritantes que podrían llegar a ser los insectos cuando los atacaban en su propio nido, primero llegaron varios insectos del tamaño de perros, que fueron rápidamente asesinados por los caballeros, luego llegaron pequeños mosquitos venenosos, que de no ser por el aura de batalla hubieran causado grandes problemas, este segundo ataque puso en alerta a las custodias, pues a diferencia del aura de batalla de los guerreros y el aura de la muerte del nigromante, su energía no era muy buena para tratar con este tipo de ataques, siendo más efectivos al momento de tratar con multitudes, ambas pusieron a trabajar rápidamente sus cabezas e imbuyeron sus cuerpos de energía lo que provocó que estos vibraran haciendo más difícil que los insectos pudieran picarlas en un solo intento, causando la impresión de que estas también eran invulnerables a estos.
La tercera ronda fue más sorpresiva, salieron cuatro gusanos gigantes del primer paso en medio de todos atravesando el suelo, las paredes y el techo del túnel a través del cual estaban pasando, dos de ellos atacaron directamente al nigromante mientras que los restantes trataron de contener a los demás profesionales para que no pudieran intervenir, por suerte la armadura de hueso soporto la mordida solo con algunas grietas, después del primer ataque la armadura del nigromante se modificó rápidamente haciendo que se aferrara a uno de estos gusanos gigantes y empezando a absorber su vitalidad.
Los guerreros al verse separados de quien era la persona con menor capacidad de combate directo rápidamente se pusieron de acuerdo, Richard empezó un ataque agresivo hacia el gusano obligándolo a generar un espacio el cual fue atravesado por William quien después de ver la situación detuvo al gusano gigante que no había sido atrapado por el nigromante, para que este pueda tratar contra su adversario sin preocupaciones, la lucha del nigromante y el gusano gigantes fue una competencia de resistencia, el nigromante absorbía la vitalidad del gusano para recuperar energías y fortalecer su armadura de hueso, mientras que el gusano al darse cuenta que no podría escapar del toque del nigromante decidió estrangularlo como si se tratara de una pitón, tratando de aplastarlos a ellos junto con sus armaduras de hueso, esta situación estanco al grupo durante un tiempo en el cual empezaron a acercarse varios insectos muy similares a los de la primera ola, pero antes que llegaran, las custodias acabaron con el gusano gigante que las había retenido, posicionándose a los extremos del grupo para acabar con los insectos entrantes mientras sus compañeros trataban contra sus adversarios, el primero en acabar con su enemigo fue el nigromante, succionando por completo la vitalidad de su enemigo antes de extender sus brazos y lanzar una niebla verde en dirección de los insectos que se estaban acercando, esta niebla solo puso extenderse un poco antes que el resto de insectos empezaran a evitarla de manera activa, lo que provocó que el nigromante negara con la cabeza, después de esto los guerreros acabaron con los gusanos gigantes que los retenían uno tras otro.
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Después de esta ola de ataques, el grupo se reorganizó, si los insectos podrían hacer túneles, podrían llegar por cualquier lado, por lo que esta vez eran un caballero y custodia a cada lado, siendo el nigromante y su montura los únicos que permanencia en su lugar, el grupo empezó a recibir ataques a través de túneles que eran acabados en medio de ellos por gusanos gigantes antes de escapar rápidamente.
El grupo se dio cuenta que esto los terminaría agotando tarde o temprano por lo que decidieron aumentar su velocidad, sin intentar acabar con todos los insectos que encontraran, esto se pudo mantener hasta que llegaron a lo que parecía ser un domo subterráneo, el grupo se adentró lentamente y cuando estaban casi en el centro se dio un pequeño temblor, todas las entradas habían sido cerradas excepto, una de la cual salieron numerosos insectos, entre los que se encontraban siete insectos del primer paso, quienes rápidamente los rodearon, en esta situación las custodias sonrieron mientras sacaban sus arcos y generaban una pequeña lluvia de muerte sobre los insectos, pese a esto la mayoría aún se acercó.
Ante este ataque el primero en confrontarlos no fue uno de los guerreros, sino el nigromante, este había usado el exoesqueleto del primer gusano gigante con el que acabó para crear una larga lanza con la cual se abrió paso entre los insectos, siendo rodeado rápidamente por los de primer paso, momento en el que el nigromante dejo que todos fueran víctimas de su niebla de debilitamiento, antes de tratar de escapar, pero esto no fue muy exitoso quedando encerrado, convirtió su lanza en un gran escudo que fue completamente destruido, incluso parte de su armadura de hueso estaba siendo descascarada dejándolo vulnerable, momento en el que finalmente llegaron los guerreros, quienes habían tardado en entender sus intenciones, e ir a respaldarlo contra los insectos del primer paso, que empezaron a caer lentamente.
Por su parte las custodias sin la defensa de los guerreros no podían disparar así que decidieron mantenerse a salvo hasta que sus compañeros acabarán con los insectos del primer paso, sin embargo una vibración en el suelo arruinaría estos planes, dos gusanos gigantes del primer paso salieron del suelo debajo de ellas, quienes apenas pudieron saltar a tiempo para escapar de sus mandíbulas, los guerreros al ver esto quisieron regresar para ayudarlas, pero a pesar de estar debilitados los insectos de primer paso aún pudieron interponerse en sus caminos evitando que fueran a ayudarlas.
El nigromante rápidamente aprovechó este tiempo en el que no estaba tan presionado para reparar su armadura y lanza con los exoesqueletos de los insectos muertos antes de aprovechar un vacío en el cerco de los insectos del primer paso para salir en una furiosa carga acabando con los débiles insectos que se metieron en su camino, su carga tenía un objetivo uno de los gusanos gigantes, logrando atravesar a uno de estos con su gran lanza, sin embargo esto provocó que le lanzara un fuerte golpe con su cola, separándolo de su montura y aventándolo por el aire.
Las custodias sintieron un gran alivio cuando uno de estos gusanos gigantes fue tan herido, pero el ver al nigromante volar hacia una enjambre de insectos las preocupo, sin embargo lo único que pudieron hacer fue lanzar jabalinas en dirección de su caída, para asegurar que este no caería sobre enemigos, antes que los gusanos empezaran a atacarlas de manera más salvaje dejándolas sin oportunidad de brindarle más apoyo al nigromante, los guerreros, aumentaron la intensidad de su aura de batalla para acabar con sus adversarios, mientras el caballo que había caído al suelo se levantó y se cubrió de una armadura de hueso de una apariencia mucho más pesada.
El nigromante que volaba por el aire, noto que algunas partes de su armadura empezaban a aflojarse, desprendiendo de él en el momento que chocó estrepitosamente contra el suelo, rápidamente trato de levantarse, pero al hacerlo uno de sus brazos colgaba, antes de que pudiera colocarlo en su lugar vio como varios insectos se abalanzaron sobre él, por lo que desenvainó una espada la cual se encendió con un brillo verde, para luego blandir de manera torpe hacia los insectos, causándoles apenas pequeños rasguños, sin embargo estos pequeños rasguños empezaron a corroerse a una velocidad impresionante haciendo que los insectos chillen de dolor antes de enloquecer, evitando que los que estaban detrás de ellos avanzaron hacia el nigromante, este corto tiempo fue extremadamente valioso, pues permitió a las custodias liberarse lo suficiente para atacar a los insectos de la zona con una mini lluvia de jabalinas, y que su caballo blindado finalmente se abriese paso hasta su costado, donde se agachó para que este pudiera montarlo nuevamente.
—Si te demorabas más, tal vez no hubiera podido regresar— el nigromante palmeo el costado del caballo mientras las partes caídas de su armadura de hueso volvían a crecer y el caballo daba un pequeño bufido.