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Presagios del Fin [Español / Spanish]
XIV - Confesiones (Parte 2)

XIV - Confesiones (Parte 2)

En la tensa situación el primero en hablar terminó siendo Richard.

—Dejaré todas mis armas, solo deja de apuntarme con tu espada de esa manera, y te explicaré todo, pero no se si puedas creerme.

William asintió con la cabeza y a lo que Richard respondió quitándose el cinturón donde guardaba su espada así como también saco algunos pequeños puñales que tenía en sus botas, antes que William finalmente bajará su espada, sin embargo esto no lo hacía ver menos amenazante parado frente a él con la espada firmemente en la mano, Richard entendió rápidamente que esto era lo mejor que podría obtener y empezó a explicar su extraña situación lo mejor que pudo, a su compañero, quien a juzgar por los gestos que hacía al escuchar su historia no parecía del todo convencido.

Cuando Richard finalmente terminó de explicar sus circunstancias a William este finalmente guardó su espada mientras lo miraba detenidamente.

—Una profecía de otro lugar muy lejano donde se anuncia la destrucción de todo lo que conocemos, lugar lejano del que eres originalmente, o uno del cual recibiste recuerdos antes de despertar después del ataque fallido, además por alguna razón tienes la capacidad de viajar entre estos dos “mundos” como tu los llamas— La voz de William era dubitativa mientras no quitaba la mirada de Richard buscando algún signo de mentira —Ni siquiera las historias de antes de la maldición de lo salvaje son tan, ¿Sorprendentes?. Además si lo que tu dices es cierto entonces ese erudito también viene de ese otro mundo y por ello desapareció igual que tu, pero si es así porque no regresaron juntos.

—Te prometo que todo lo que dije es real, y no se que pasa con Tomas, tal vez seamos del mismo mundo pero recién lo conocí aquí, y tampoco se si puede volver, yo lo logre porque tengo energía de batalla, pero él es un erudito.

—Entonces hemos perdido una persona que posiblemente tenga mucha información contra una amenaza que según sus profecías es capaz de destruir todo lo que conocemos.

Los caballeros volvieron a quedar en silencio durante un tiempo viéndose entre ellos fijamente hasta que algunas motas de luz se formaron cerca de su posición, poniéndolos en alerta pero al mismo tiempo generando una pequeña sonrisa de expectación en sus rostros.

Cuando la imagen finalmente se condenso por completo en ella se podía ver a Tomas cargando dos bolsas de tela dentro de las cuales parecían moverse varias cosas, cuando se condenso por completo vio a su alrededor y sonrió un poco al ver que los dos caballeros estaban cerca de él y relativamente cerca el campamento de los aprendices, su mirada se centro en William para ver su reacción ante lo que suponía sería su sorpresiva aparición, pero al ver que no parecía demasiado sorprendido o molesto supuso que Richard había regresado hace suficiente tiempo como para explicar algunas cosas, antes de seguir pensando el movimiento de los sacos que tenía en sus manos hizo que hablara rápidamente.

—Responderé a cualquiera de sus indagaciones en un tiempo, pero ahora necesito que consigan mi equipaje, aquel donde están mis runas y pergaminos.

Los caballeros se miraron entre sí por un momento antes que William se fuera y regresara rápidamente con una mochila.

—Liberaré algunos roedores, agradecería si pudieran matarlas rápidamente y sin destruirlas, aseguro que todo esto será explicado adecuadamente a su debido tiempo, también recomiendo que tomen algunas runas de incinerar como precaución..

Antes de recibir la aceptación de los caballeros abrió uno de los sacos que traía consigo y de estos salieron tres ratas corriendo en diferentes direcciones, el disgusto en el rostro de William fue palpable mientras apuñalaba a dos de ellas matándolas al instante, por su parte Richard clavo a una de ellas al piso con uno de los cuchillos que había dejado en el piso a su alrededor.

Al ver a las ratas muertas Tomas se acercó a las que había matado William y con ayuda de dos varillas de metal sacadas de sus bolsillos investigó los cortes, mientras lo hacia William llegó a su lado y al ver lo que estaba ocurriendo con el cuerpo de las ratas apartó la cara con molestia.

—Porque restaurarías los cadáveres de esas ratas, es un completo desperdicio de tus runas.

Esta frase hizo que Richard se levantara y fuera a ver a las otras ratas notando como se estaban regenerando del daño infligido, esto se le hizo demasiado familiar y al girarse para ver a Tomas lo encontró viendo con detenimiento la regeneración de estos animales.

—Al menos no afectará de manera nefasta la vida de los seres vivos el traerlos con nosotros, al menos no uno instantáneo.

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Con esas palabras finalmente entendió lo que estaba sucediendo, Tomas ya había empezado a experimentar si podía mover a personas de un lugar a otro, tal vez no trajo a alguien pero había capturada a unas cuantas ratas para que sirvan como conejillos de indias, y ahora parecía querer confirmar si la transformación en esas cosas era algo solo del otro mundo o es algo que ya tienen todos los que en algún momento estuvieron ahí, y por lo que podía observar de las ratas estas estaban ansiosas por volver a la vida.

Mientras esperaban a que Tomas decidiera explicarse por sus acciones las ratas volvieron a la vida, pero en lugar de escapar como lo habían intentado antes, se dirigieron contra ellos chillando en desafío, William estaba listo para aplastar a una de esas ratas, pero antes de hacerlo una urna de incineración cayó sobre cada una de las ratas quemándolas hasta solo dejar una mancha negra en el suelo.

Cuando terminó todo la mirada de los caballeros parecía querer cortar la carne de Tomas en busca de respuestas.

—Por como Richard parecía haber estado aquí antes que yo, confío en que sabes de el otro lugar— William asintió ante la pregunta —Bueno, en ese lugar parece haber aparecido un terrible azote que se empeña en traer a los muertos una vez más a la vida, pero este ser revivido carece de cualquier cosa más que el odio por lo que he podido observar, incluso sobreponiéndose a sus instintos más básicos. La razón para traerlos fue un intento de comprobar la viabilidad de traer conmigo a otras criaturas en estos viajes, lo que espero sea de utilidad en algún momento de nuestro viaje hacia Gratidia.

El grupo se detuvo un tiempo a aclarar varias dudas que aún tenían entre ellos y sobre lo que haría de ahora en adelante, todos quedaron en que el plan seguiría casi como había lo tenían planeado antes, pero con la excepción que posiblemente dejen a sus familias del otro mundo como refugiados en alguna base de las custodias de Lunaris, esto al menos por parte de Richard y Tomas.

Al terminar la reunión y con la ayuda de William, los dos viajeros empezaron a experimentar con su habilidad de viajar, descubriendo que esta consumía alrededor de un cuarto de su energía cada vez que lo hacían sin importar lo que llevarán consigo, por lo que no podrían hacerlo a voluntad ni muy seguido, y menos aún en batalla pues los dejaba indefensos y requería un tiempo relativamente largo de preparación.

También descubrieron que en su lugar quedaría algo parecido a una esfera de cristal que brillaba con el mismo tono que la energía que dominaban. Este experimento también ayudó a los viajeros a acordar que es lo que debían hacer las personas al otro lado mientras no estaban con ellos, durante estas negociaciones descubrieron que William podía de cierta forma llamarlos inyectando un poco de su aura de batalla en las esferas, funcionando como si se tratara de una alarma.

Al final Richard le dejó a su hermana y su cuñado unas armaduras ligeras de aprendiz de caballero, mientras que Tomas dejó al menos un tercio de todas las runas que traía consigo al otro lado de la puerta.

Con eso las pruebas terminaron y quisieron descansar, pero la luz del sol se los impidió, ya era hora de comenzar el día, los aprendices de caballeros estaban un poco sorprendidos por el regreso de Richard y Tomas, pero recordando la última vez que alguien trató de reclamar algo directamente, decidieron esperar y hablar individualmente con William por separado, este últimos les explico que habían tenido un accidente mágico debido a su conocimiento sobre la catástrofe que estarían yendo a detener, y que aunque fuera muy improbable que les pase a ellos, era mejor estar preparados para cualquier cosa pues su viaje no sería en lo absoluto fácil, lográndolos convencer de esta manera el dejar de lado estos extraños acontecimientos.

Después de desviar la atención de los aprendices William obligó a Richard a entrenar más con ellos, pues necesitaba que se integrarán más rápido como un equipo, e incluso Tomas tuvo que hacer los ejercicios de los caballeros, para que al menos no estorbara en el combate, y en los tiempos de descanso tuvo que enseñarles a estos aprendices a identificar runas y pergaminos para su uso, en este proceso se desperdiciaron varias de las preciadas runas, pero al menos fue efectiva para la aceptación de Tomas en el grupo, pues ahora no solo era un niño rico que no hacía ejercicio, ahora era el niño indefenso que nos puede curar y hacer más fuertes.

Durante los siguientes días de viaje el grupo se volvió algo más unido, y aunque el aumento de fuerza fue casi insignificante al menos todos habían cambiado su actitud, todos estaban dispuestos a entrenar duro, e incluso varios se acercaban a Tomas para preguntarle si necesitaba algún material especial para hacer sus runas, pues se habían dado cuenta que hasta que logren materializar su aura de batalla a voluntad lo único realmente confiable para aumentar su fuerza serían las runas que tomas pasaba casi todo el día haciendo.

Este interés fue bien recibido, pero a la vez puso algo de presión sobre los aprendices, pues la mayoría de los materiales para hacer runas provienen de animales y plantas relativamente peligrosas, haciéndose solamente más abundantes y peligrosas conforme se iban adentrando más en las tierras malditas por lo salvaje.

Por suerte su grupo era muy pequeño y nunca atrajo más que unas cuantas bestias salvajes que les daban suficiente carne para comer y unas cuantas heridas que curar, pues a pesar de que los caballeros podrían acabar con ellos siempre dejaban a los aprendices arreglárselas por su cuenta, a menos que estos entren realmente en peligro.

El viaje continuó así una semana, cada una o dos noches Richard o Tomas confiaban sus núcleos de anclaje entre ellos para visitar un tiempo a las personas al otro lado, en algunos casos llevándoles algo de comida o simplemente para saber cómo les estaba yendo.

Así el viaje continuó en un ambiente muy agradable hasta que encontraron una gran marca grabada en un grueso árbol al lado del camino, esta era la marca de las guardianas de Lunaris, habían llegado a las tierras protegidas por estas casi legendarias mujeres, y en ellas se encontraría su destino, uno que bien podría compararse con el infierno.