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Presagios del Fin [Español / Spanish]
XXV - A las Puertas de Gratidia

XXV - A las Puertas de Gratidia

William estaba durmiendo solo en una gran habitación con una esfera de cristal a cada lado cuando alguien tocó su puerta, el sonido rítmico y constante hizo que se despertara y tomara su espada antes de dirigirse hacia la puerta, la persona que lo buscaba al escuchar sus pasos se presentó.

—Soy Mavia, custodia de Lunaris encargada de esta incursión que se dirige a las tierras de Gratidia, solicito poder comunicarme con aquellos que nos advirtieron sobre el desastre en estas tierras.

—Preferiría que hubieras esperado al amanecer— William lucía algo somnoliento, pero aun asi sostenía firmemente la empuñadura de su espada en la mano —Y me temo que tu viaje a sido en vano, pues lamentablemente aquellos que saben más acerca del desastre en sus tierras se encuentran indispuestos en estos momentos, su profeta podrá explicarles mejor si le dicen que no se encuentran.

—Entiendo que ellos han ido a visitar a sus seres queridos al otro lado del velo, es una lastima, me hubiera gustado hacerle consultas sobre ese lugar y así poder intercambiar información— La sorpresa se reveló en William al escuchar esto, lo que Hizo que Mavia se sintiera más segura de sus suposiciones —Espero que les informes que vine a buscarlos, y lamento mucho el haberte despertado.

Con estas últimas palabras Mavia se retiró, mientras William simplemente cerraba la puerta para volver a dormir.

Cuando finalmente salió el primer rayo de sol Erik y Richard ya habían regresado, y aunque parecían algo cansados se veían satisfechos, William no perdió el tiempo y rápidamente les informo sobre la visita de Mavia la noche anterior y lo que le dijo, estos dos se sorprendieron un poco por esto e hicieron una rápida reunión sobre lo que harían, después de la cual anotaron todo lo que había aprendido del otro lado del velo en una hoja, la información sobre los muertos que vuelven a la vida, la importancia de la esencia aberrante, la avería de todas las armas de fuego y varias cosas mas, ninguno de ellos escatimo en informacion pues ganarse el favor de quien estaría a cargo de esta incursión seria una grandiosa idea.

Poco después que terminaron de escribir todo lo que sabían, el primer rayo de sol llegó al campamento y las custodias rápidamente los llevaron a la caravana y los sacaron del campamento, con tanta eficiencia que parecían máquinas perfectamente calibradas, recién cuando estuvieron fuera Erik y Richard pudieron comunicarse con Mavia.

—Es un deleite para nosotros el conocer a quien nos dirigirá en esta misión tan importante, lamentamos profundamente el hecho de no haber estado presentes cuando vuestra merced fue a visitarnos, pero esperamos su comprensión acerca de la situación, motivo por el cual traemos con nosotros algo que seguramente será provechoso para usted y agradeceriamos si nos permitira retozar en algunas de las carretas que llevan nuestros suministros.

—Supongo que eres el erudito del grupo, pues esa particularidad en el habla es propia de los suyos— Tomas asintió con una sonrisa —Entiendo su situación y pueden descansar, pero espero que se abstengan de esto mientras estemos de viaje, no me gustaría que nos falten dos profesionales del primer paso en caso de una emboscada nocturna.

—No se preocupe, arreglamos todo lo que debíamos y por eso nos demoramos tanto la noche anterior, estaremos presentes hasta llegar a nuestro destino y establecer un campamento.

Mavia asintió con satisfacción al escuchar estas palabras, antes de tomar las hojas de papel y hacerles una señal para que se fueran, estos dos asintieron retirándose hacia las carretillas donde se estaban transportando los materiales y recursos y mientras estaban bajo la extraña mirada del resto de la caravana se subieron y acomodaron un poco antes de cerrar los ojos y dormir, pese al tambaleo de la carreta.

Al ver todo esto una custodia se acercó a Mavis con dudas en sus ojos mientras miraba a ambos hombres, sin embargo esta solo movió la mano con indiferencia antes de avanzar al frente de la pequeña caravana donde vigilaría el trayecto.

Para la tarde de ese dia Tomas y Richard ya estaban totalmente despiertos y la caravana se detuvo para el régimen de entrenamiento diario, esta vez algunas custodias aprendices lucharon contra los caballeros aprendices, lamentablemente para estos últimos todos sus encuentros terminaron en derrotas debido a su falta de experiencia, por su parte la lucha de los profesionales del primer paso fue más intensa, motivo por el cual terminaron despejando una pequeña área de árboles cerca del camino principal, lugar donde finalmente decidieron pasar la noche, noche en la cual Mavia se acercó al grupo de profesionales.

—Lamento interrumpirlos y lamento mucho más lo que les pediré a continuación, pero la información que me brindaron hoy es demasiado crítica y necesito comunicarla al otro lado rápidamente, agradeceria si pudieran estar atentos esta noche, pues me retiraré al otro lado del velo.

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—Entendemos la importancia de la información que brindamos, sin embargo recomiendo encarecidamente que sus acciones sean pequeñas y rápidas para que puedas regresar rápidamente en caso de algún ataque enemigo.

—No me dedicaré a la caza de aberrantes esta noche, solo informare y pediré que busquen un buen lugar de caza para algún otro momento, no creo que el coordinar estos puntos demore demasiado.

El grupo de profesionales asintió y empezaron a dirigirse hacia los puntos de vigilancia del campamento, mientras Mavis regresaba a su carpa y desaparecía en motas de luz.

Por suerte todo salió como se planeó y Mavia regresó en poco más de una hora devolviendo el campamento a la normalidad.

El camino del grupo continuó tranquilamente los siguientes días, a excepción de algunos ataques de animales salvajes con los cuales practicaron los aprendices, e incluso los profesionales los usaron como modo de práctica para ver cómo podrían trabajar todos juntos en caso de una emergencia, por suerte estos eventos no dejaron tras de sí a ningún herido debido a que todos en el grupo eran luchadores que estaban listos para un ataque repentino.

Con el paso de los días la comprensión entre el grupo de las custodias y los hombres fue aumentando, tanto en las prácticas de batalla como en los momentos de descanso, el aire tenso que había al inicio del viaje entre los dos grupos desapareció y ambos se integraron en un solo grupo más grande.

Durante uno de los entrenamientos de los aprendices, en el que los profesionales supervisaban para que no hubieran accidentes todos escucharon el grito de uno de los bueyes que traían consigo para cargar el equipaje, la cara de todos se puso seria y después de un rápido intercambio de miradas entre los profesionales, William y una de las custodias que también estaba en el primer paso fueron rápidamente hacia donde habían dejado a los animales, mientras tanto el grupo se reunió con todos listos para cualquier ataque repentino que pudiera ocurrir.

Se empezaron a escuchar sonidos de lucha en dirección donde estaba el ganado, este bullicio terminó rápidamente haciendo que todos se pusieran en alerta máxima hasta que vieron a ambos profesionales regresar mientras William traía en su mano una extraña estructura negra.

—Leyla dame un informe de lo sucedido.

—Uno de nuestros animales de carga fue asesinado, esto tal vez pueda ralentizar un poco nuestro ritmo de marcha, el culpable fue una criatura insectoide, su poder parece ser el del primer paso pero es extremadamente impulsivo y agresivo, lo eliminamos rápidamente y no encontramos ninguna otra criatura similar alrededor.

William se acercó y extendió la estructura que tenía en la mano, la cual fue rápidamente tomada por Mavia y estudiada, dándose cuenta que le habían entregado la cabeza de la criatura.

—Al parecer el enemigo ya sabe que estamos aquí, no se si tienen alguna capacidad de raciocinio y este fue enviado por algún motivo en especifico o solo era un insecto solitario que nos encontró por casualidad, pero sin importar el motivo, desde ahora deberemos ser más cuidadosos.

Todos asintieron con caras sombrías, después de esto el entrenamiento se detuvo y fueron a revisar todos sus suministros y animales de carga para saber si había algo de mas o si algo faltaba, al encontrar todo en su lugar incineraron el cadáver del buey atacado como precaución a alguna infestación de insectos dejado en la carne del buey.

Los días siguientes el ritmo de la caravana se aceleró en lugar de ralentizarse, mientras que la alerta del grupo se encontraba al máximo, esto les evito tener alguna perdida pues recibieron varios ataques esta vez ya no de insectos solitarios sino de pequeños grupos de dos a cinco, quienes fueran tratados rápidamente dejando solamente heridas menores, frente a todo este estres y presion uno de los aprendices de caballero despertó su espíritu de batalla, este era muy débil e inestable, pero ya podía invocarlo a voluntad, siendo el primero en lograrlo, para su desgracia los otros cinco profesionales se turnaron para tener una batalla con el y demostrarle que estaba lejos de ser considerado alguien que estaba oficialmente en el primer paso, para luego brindar por su avance y explicarle que cómo había podido ver y sentir a través de la paliza que todos le habían dado, no tenía un solo motivo para creerse invencible y hacer algo estupido.

Asi el grupo con un nuevo profesional mas continuo con su camino, hasta que finalmente pudieron ver un pequeño cartel que les avisaba que su destino, el pequeño pueblo de Gratidia estaba cerca, sin embargo mientra se acercaban sentían algo extraño en el aire, el grupo entró en un estado listo para la batalla en cualquier momento y toda esta energia estallo cuando escucharon un grito en direccion del pueblo.

—¡Venga!, ¡Vengan monstruos asquerosos!, ¡Aun tengo más para ustedes!

William y Leyla se adelantaron en dirección de la voz mientras el resto del grupo apuraba a los bueyes para que avanzarán más rápido.

La primera en ver la situación fue Leyla, vio a un joven sosteniendo una maza de guerra y un escudo mientras se paraba frente a las puertas de una iglesia de piedra, haciendo frente a versiones más pequeñas y numerosas de las bestias que los habían atacado durante su camino.

En un instante tomó su arco y disparó una flecha, esta flecha mientras volaba empezó a dividirse, paso de una a dos, de dos a cuatro, de cuatro a ocho, y cayó exactamente sobre las bestias insectoides matandolas al instante, distrayendo al resto lo suficiente para que William llegará y con un corte ardiente de su espada destruyera suficientes insectos para que el resto se retire rápidamente, el joven que protegía la puerta de la iglesia al ver esto empezó a reír con fuerza mientras el resto del grupo finalmente podían ver a la distancia todo lo que estaba ocurriendo.