Luego del accidente del rollo y el castigo de Mei, Xitlari se encontraba caminando hacia la zona suroeste en la acera.
"Si nunca hubiera llegado, nada de esto hubiese pasado... ¡Qué molestia!" dijo con gran frustración, presionando sus puños. "Nunca me equivoco cuando hago las cosas sola...".
"¡Oye, fenómeno! Ve a caminar enfrente de otra..." gritó un hombre de barba, saliendo de su tienda. Al pasar al lado, Xitlari le dio un puñetazo rápidamente, quebrándole la nariz, lo que lo hizo caer al suelo cubriéndose la cara y quejándose del dolor. Mientras tanto, Xitlari continuaba caminando.
"Lo necesitaba..." mencionó al alejarse de ahí con un suspiro de frustración. "No haré la misión con él. Debo pedirle a Mei que me deje hacerlo sola y que él haga otra cosa. No me importa," balbuceó enojada, llegando a un edificio de dos pisos en una esquina con una ventana larga azul. Las paredes eran bellísimas, con algunas decoraciones. La entrada tenía un pequeño toldo azul y, arriba, en el segundo piso, había otra ventana larga que iluminaba la sala superior.
"¡Lily! ¡Hola!" exclamó al entrar al lugar, que estaba muy silencioso.
"¡Xitlari!" gritaron varios niños al unísono, corriendo hacia ella y dándole un abrazo.
"¡Hola! ¡¿Cómo están todos?!" Xitlari estaba muy feliz abrazando a los niños.
"¡Muy bien!" respondieron. "¡Cárganos!" dijo una niña. "Sí, por favor," añadió otra.
"¿O ya no puedes?" dijo un niño desafiándola.
"Ja, ja... ¿Creen que no puedo? ¡Claro que puedo!" expresó aceptando el reto con una sonrisa, levantando a todos los niños con sus cuatro brazos, quienes comenzaron a reír y a sentirse emocionados.
"¡Dahlia! Digo, ¡Xitlari! Me alegra verte. ¿Pasó algo?" dijo una mujer con una voz amable y calmada. Usaba un vestido blanco y una bata amarilla. Su cabello era café, y tenía ojos de color verde. Llevaba zapatillas negras con calcetas altas blancas y un reloj avanzado en su brazo izquierdo.
"Venía de paso, también para distraerme y quitarme un poco de enojo de encima," respondió Xitlari, bajando a los niños y acercándose a Lily para darle un abrazo.
"¿Enojo? ¿La gente te sigue insultando? Entonces... ¿no funciona que escondas tus brazos?" preguntó Lily preocupada, regresándole el abrazo a Xitlari.
"Funciona un poco. Algunos me reconocen, pero estoy enojada por otra cosa," respondió, recordando la razón por la que estaba ahí.
"Entiendo... ¡Niños! Ya casi es hora de almorzar. Vayan a buscar su plato para que Julia les sirva," dijo Lily, agachándose con una leve sonrisa en su rostro.
"¡Sí!" gritaron los niños emocionados, corriendo a buscar su plato.
"Cuéntame, ¿qué te pasó?" Lily se sentó en una silla y le ofreció a Xitlari otra al lado de ella.
"Es un nuevo chico. Por su culpa ahora tengo que salir del reino con él a entregar un paquete," respondió con un leve suspiro, sentándose en la silla con molestia.
"Pero a ti te gusta viajar, ¿cuál es el problema?" dijo Lily, extrañada.
"No quiero ir con él. Por su culpa un objeto muy peligroso se abrió y la culpa cayó en mí también. Y si voy con él a la misión, seguramente hará algo más y me meterá en más problemas," expresó juntando sus cuatro manos.
"¿Y por qué no hablas con Mei para hacerlo sola? También puedes pedirle que vayas con Kassie," comentó tratando de buscarle una solución.
"Iba a hacerlo, pero pensándolo bien, no quiero molestarla... Cuidar de este reino con los recursos que ella tiene no es para nada fácil, y ella apoya totalmente que trabaje en equipo. Además, no podría meter a Kassie en un problema mío," respondió con comprensión y se levantó, observando y tocando con dos de sus manos la ventana azul.
"Pero tú sí la ayudarías en un problema suyo, ¿no? Ja, ja, ja. Eres igual a tu padre," mencionó con una ligera risa y melancolía.
"¿Tú crees...? 'Suspiro' Ojalá pudiera hacerlo todo perfectamente. La verdad es que me dio un poco de vergüenza. Él entró y escondí mis manos, y por eso... No pude detenerlo. De hecho, al intentarlo mis manos golpearon la mesa, pero igualmente ¡él presionó el rollo! Y si no hubiese entrado, ¡nunca se hubiera abierto el rollo!" Xitlari trató de reflexionar, pero llegó a la misma conclusión, molestándose en el proceso.
"Entonces... Ve y pregúntale a Mei. Si deseas hacerlo sola, hazlo sola. Pero tal vez el chico no tenía esas intenciones. He notado que tú te comportas como ellos. No debes ser como ellos... No todos te van a despreciar, Xitlari. Si sigues así, lo harán..." expresó Lily, entendiendo lo que sentía Xitlari y con gran preocupación por su actitud.
Las palabras de Lily la hicieron recordar algo: "De hecho, me parecen increíbles tus brazos..." Sus labios se fruncieron levemente, mostrando un toque de culpa, como si acabara de darse cuenta del error cometido. "Creo que tienes razón... Pero no sé... ¿Y si me mete en problemas?" comentó aceptando todo y acercándose a la salida.
"Ya lo solucionarás," respondió.
"Es fácil decirlo. Igualmente, gracias por escucharme", dijo con gratitud.
"No hay de qué... ¿Quieres comer algo antes de irte?", dijo alegrándose de que hubiera entendido su mensaje.
"No, no tengo hambre. Creo que regresaré a la agencia. Adiós, y salúdame a los niños, por favor", expresó de manera tranquila, con una leve sonrisa al despedirse y salir del lugar.
Lily se puso de pie y decía adiós con su mano y con una ligera sonrisa. "Espero que te vaya bien, mi niña".
Luego de una gran caminata de regreso, Xitlari se encontró con una gran sorpresa antes de entrar a la agencia... Escuchó una melodía que llamó su atención.
"¡Ese es... Louis!" Xitlari notó el cabello rojo de Louis y, al acercarse un poco al restaurante, lo reconoció. "Y esa es Ann", mencionó al escuchar la hermosa voz de Ann. "Lily tiene razón... Me he comportado como los que me desprecian, por miedo a que me desprecien... y eso me ha hecho estar sola la mayor parte del tiempo", pensó sintiéndose un poco mal y recordando las recientes palabras de Lily. Xitlari se sentó en la entrada de la agencia a escuchar la canción. "Jeh, debe ser para Ririam... ¿Cómo hace para seguir el ritmo de Ann? No... Ann se está adaptando al ritmo de Louis. ¡Jah! Por algo es una cantante profesional...", pensó mientras continuaba escuchando la canción.
En el hombro de Xitlari, una energía azul se estaba reuniendo poco a poco. Luego, al escuchar el final, la energía se transformó en un búho azul.
"¡Awww, qué hermoso piano! ¡¿Dónde está el pianista?!", expresó el búho, sintiendo gran pasión y emoción.
Xitlari estaba sorprendida por la aparición del búho, emitiendo un suspiro de sorpresa. "Un nuevo espíritu...", dijo pensando.
"Me da gusto haber decidido entrar en tu vida. Me llamo Buh. Dime, ¿dónde está...? Oh... qué triste...", expresó Buh con gran emoción, que desapareció al final de sus palabras.
"¿De qué hablas?", dijo Xitlari levantándose del suelo y notando que se acercaba mucha gente.
"Estoy viendo tu pasado... Lamento no haber entrado en tu vida antes... Ya veo... Así que eso le pasó a Lum...", respondió con tristeza al ver los recuerdos de Xitlari.
Xitlari entró rápidamente a la agencia y se dirigió a la sala de espera.
"¿Oye, a dónde vamos? Quiero conocer al pianista y a la cantante de esa canción", replicó al no poder separarse de Xitlari.
"No quiero que me vean hablando sola, suficiente tengo con el tema de mis brazos", respondió firmemente, abriendo la puerta. "¿Cuál es tu posición de manos?", preguntó sentándose en el sofá.
"Ocho circalitas, cuatro mirias y seis linneas. Aunque te sugiero que practiques con dos manos. Veo que solo sabes hacer el espíritu del rinoceronte con tus cuatro manos", respondió el búho espiritual mientras seguía viendo la vida de Xitlari.
"Ocho, cuatro y seis... ¡Lo tengo! Antes te escuché mencionar el nombre de mi padre, ¿lo conoces?", dijo, memorizando el orden y sintiendo curiosidad por lo que decía el búho.
"Lum es conocido en el mundo espiritual. Muchos espíritus querían ser uno de los tres elegidos para entrar en su vida, incluyéndome. Pero me di cuenta de que él no me necesitaba... Su vida ya estaba bien, y yo... soy el tipo de espíritu que aconseja. No podía estar con él. Yo soy de los que deben ir con personas que necesitan más ayuda para mejorar sus vidas. Tal vez no entré en la vida de Lum, pero sí en la de su hija adoptiva", contestó, recordando cuando todos los espíritus hablaban de Lum y cuando logró tener la oportunidad de entrar en su vida.
El último comentario del búho irritó un poco a Xitlari. "¿Qué tipo de habilidades tienes?", preguntó directamente.
"Hmm, qué directa. Tengo la capacidad de ver las auras de los demás si conectas con ellos. Además, podrás invocarme para volar, hacer un escudo y también te daré muchos consejos. Soy sabio, niña", respondió, volando alrededor de la cabeza de Xitlari. "¡Ajá! Se llama Louis el pianista y Ann la cantante, pero me gustó más el piano. Me recordó algo de mi vida pasada", comentó al instante, parándose en el hombro de Xitlari.
"¿Ya terminaste de ver mis recuerdos?", mencionó Xitlari sarcásticamente.
"Casi... Veo que estás en un mal camino, incluso te habías dado cuenta de eso. No te preocupes; conmigo cambiarás, mejorarás y alcanzarás la mejor versión de ti misma. Obviamente no será fácil, pero me esforzaré para lograrlo antes de que te vuelvas una anciana, lo juro", dijo con confianza, levantando su ala al jurar.
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"No estoy en un mal camino", replicó Xitlari, fijando su mirada en el búho.
"Claro que sí. Ser ruda con la mayoría, poco amable, solitaria y cerrada no es correcto", insistió el búho, remarcándoselo como si ya la conociera totalmente.
"Mi padre dijo que fuera yo misma...", expresó, negándose a aceptar lo que el búho decía.
"¿Ya ves? ¡Eres cerrada! Lum dijo bien, pero tienes que cambiar y mejorar para llegar a ser tu mejor versión y quitar las malas cosas de ti misma", expresó con gran sabiduría, volviendo a girar alrededor de la cabeza de Xitlari.
Xitlari cruzó sus cuatro brazos mostrando molestia al escuchar las verdades que el búho espiritual le decía. Luego, la puerta se abrió, entrando Mei a la sala.
"¡Xitlari! Te estaba buscando, quiero hablar contigo", dijo con su voz dulce y suave, sentándose a su lado. "Sé que te gusta hacer las cosas sola, pero tienes que aprender a trabajar en equipo".
"¡Sí! Mei sí sabe de lo que hablo", mencionó el búho espiritual.
Xitlari escuchó al búho y retorció los ojos.
"Deja de retorcerme los ojos", expresó Mei con una leve molestia, jalándole el cachete.
"¡Au! No era para ti. No te preocupes, ya había decidido ir con él, pero yo llevaré la joya", comentó mientras se sobaba el cachete.
"¿Cambiaste de opinión? Raro ver eso en ti, pero me alegra escuchar eso. Louis es un buen chico, pueden hacer las paces mientras viajan y, además, es diferente como tú y... a ti te agrada la gente diferente", expresó contenta y tratando de convencerla aún más.
"Sí, entiendo, trataré de hacer las paces...", respondió para tranquilizarla.
"¡Me alegra! ¡Ah! Algo más, no dejaré que toques el rollo a menos que trabajes con los demás, ¿entendido?", mencionó levantándose y a punto de salir por la puerta.
"Entendido...", respondió un poco a regañadientes.
"Bueno, ¿me dejarás conocer a Louis?", preguntó el búho espiritual apenas salió Mei de la sala.
"¿Para qué? No puede verte... y ya lo conoces por mis recuerdos", respondió levantándose del sofá.
"Me gustaría conocerlo en persona y también a Ann", afirmó el búho.
"Mañana", respondió rápidamente mientras se dirigía a la sala de investigaciones.
"¿Por qué mañana? ¡Puede ser hoy!", insistió el búho espiritual.
"Porque sí. Te pido que no me hables mucho, no quiero que me vean hablando sola de pronto", dijo antes de entrar a la sala de investigaciones.
"Bien, pero igualmente hablaré...", respondió el búho.
Todos observaron a Xitlari apenas ella entró, y ella se paralizó por todas las miradas.
"Vine a... ayudar", dijo nerviosa, tratando de seguir caminando. Luego de escuchar eso, todos continuaron arreglando el lugar. Xitlari se acercó y levantó varios objetos del suelo, cargando una gran cantidad gracias a sus brazos. Los investigadores notaron esto, pero continuaron trabajando. En una hora ya todo estaba ordenado y los arquitectos arreglaron el muro destruido.
"¿Ahora qué? Debería tratar de ayudarlos, no quiero tocar el rollo... Ahora siento pánico por culpa de él", pensó parada viendo cómo trabajaban los demás.
"¿Por qué no empiezas acercándote y no tengas miedo? Solo infórmales lo que descubriste del rollo", mencionó el búho espiritual.
"¡Qué bonito es leer mi mente, ¡¿cierto?!", susurró molesta por el comentario.
Xitlari se acercó a la mesa. "Quería decirles... que las agujas tallas 2 y 3 funcionan correctamente, además, la parte superior es la más fina y también la más frágil y fácil de remover. También los extremos de ambos lados no deben ser tocados cuando se retira la cuarta capa. Ya la quinta no pude quitarla", expresó de una manera calmada y profesional.
"Cuando se trata de eso, se te hace más fácil. Ve a ayudar a otros", dijo el búho, incitándola.
"Ya los ayudé... con eso es suficiente", susurró Xitlari, negándose a la idea.
"¡Ve a ayudarlos!", expresó el búho molesto.
"¡Está bien!", respondió con molestia, acercándose a un hombre en una pantalla holográfica.
"Si usas este código, será más fácil guardar los archivos y estarán con más protección", mencionó Xitlari, enseñándole un código de encriptado.
"Oh... Es verdad, gracias", respondió el hombre.
Xitlari notó que le gustaba esto y fue a ayudar a una mujer con un escudo de cuerpo completo. Luego ayudó a otra con el cableado de un dispositivo de comunicación y, por último, olvidando el pánico que sentía, desarmó todo el sello del rollo con ayuda de los demás. Al final, Mei iba pasando a su oficina con una bolsa y notó a Xitlari trabajando con los demás, escapándosele una sonrisa de orgullo.
"¿Viste? No estuvo tan mal", mencionó el búho espiritual luego de que salieran de la sala de investigaciones.
"Sí... Tenías razón, pero... recuerdo que en el pasado...", dijo sintiendo una gran felicidad dentro de ella, pero recordando el pasado.
"No... Ahora, deja el pasado y camina en el presente", comentó el búho, levantando su ala para detenerla.
"Bien, tengo que informarle a Mei de lo que encontramos", dijo dirigiéndose a la oficina de Mei.
Pasamos con los demás que estaban en el restaurante El Dorado. Ya todos habían terminado de comer y estaban conversando.
"Entonces Ann tiene 25 y Ririam 26", dijo Louis tratando de confirmar la información.
"Así es, nos conocimos en la escuela para niños. Todavía recuerdo lo tierno que se miraba", mencionó Ann con melancolía y con una sonrisa en sus labios.
"Basta de información innecesaria. Oye, Louis, ¿en tu reino te han dicho cuánto vivirás?", preguntó con seriedad y curiosidad por la respuesta.
"¿Eh? No, ¿por qué?", dijo confuso por la pregunta.
"Lo digo por tu sangre híbrida. Los humanos vivimos 130 años y envejecemos a los 60 años levemente, y a los 90 años envejecemos más rápido. Pero, ¿cómo funciona contigo?", explicó Ririam.
"Recuerdo haber leído eso. Y, respondiendo a tu pregunta... pues nunca me dijeron nada, pero según recuerdo, los demonios viven 180 años y envejecen levemente a los 80 años, y a los 130 años empiezan a envejecer más rápido... Pero para mí, no tengo ni idea de cuánto llegaré a vivir", dijo tratando de responder a la pregunta.
"Seguramente vivirás más que un humano, eso es seguro", afirmó Ririam con seriedad.
"Señores, antes de que se vayan, quiero informarles que nos ha llegado un jugo de la nueva fruta que fue descubierta, el melón. ¿Desean probar un vaso?", preguntó amablemente George, llegando a la mesa.
"¡¿En serio?! Tráiganos cuatro vasos, por favor. Yo los invitaré", respondió Ririam con una ligera sorpresa.
"¡Ey! Qué amable", comentó Kassie sarcásticamente.
"Silencio...", respondió Ririam de inmediato.
"¡Oye, Louis! ¿Gasta mucha magia crear lava?" Preguntó Ann con gran alegría y curiosidad.
"Buena pregunta, Ann, quiero escuchar la respuesta", dijo Ririam presionando un botón de sus lentes.
Louis frunció el ceño por lo que dijo Ririam y contestó: "Sí, bastante, pero gracias a mi maestro, pude concentrar la magia que tengo y puedo usar una cantidad correcta para pelear a largo plazo".
"Hablas del hijo de Lion Fordesthmans, ¿cierto?" Dijo Ririam tocando el botón en sus lentes nuevamente.
"¿Lion? ¡¿Mi maestro es su hijo?!" Preguntó sorprendido levantándose de la silla.
"¡¿No lo sabías?!" Comentaron Ririam y Kassie sorprendidos.
"Pues... Nunca me lo mencionó", respondió volviendo a sentarse.
"Aquí traigo el jugo", dijo George llegando con una bandeja con cuatro vasos.
De inmediato, todos tomaron su vaso y lo probaron, excepto Louis, que se sorprendió al ver cómo todos tomaron un vaso al instante.
"Mmm, ¡qué delicioso está!" Expresó Ann con alegría al probarlo.
"Ay... Sí, está muy rico", comentó Kassie fascinada tocando su mejilla.
"Está bueno..." Mencionó Ririam sin más.
"¿Cómo que está bueno? Di algo más", replicó Kassie.
Louis tomó su vaso y lo probó, y al instante se sorprendió por el sabor. "Es... ¡Increíble! ¿Dónde encontraron esta fruta?".
"Dicen que fue encontrada en la zona este de Lyran", respondió Kassie luego de tomar un gran trago.
"Ya veo..." Dijo tomando otro trago.
De pronto, el comunicador de Ann sonó y ella lo sacó de su chaqueta.
"¡Hola, Mei! ¿Ya terminaste tu llamada con Mern?" dijo con alegría al contestar.
"¡¿Qué dices, Ann?! ¡El banco está siendo robado! ¡Tienes que ir de inmediato!" Expresó un poco nerviosa por el comentario de Ann.
"¡Entendido!" Respondió y se levantó, dirigiéndose a la salida junto a Kassie y Louis, mientras Ririam dejaba el pago de las bebidas en la mesa.
"Bien, ¡es hora de irnos!" Dijo Ann con emoción, haciendo que todos volaran y creando una nube cuadrada que cubría toda la vista de Kassie.
"¡Esperen! ¡Yo también iré!" Mencionó Xitlari saliendo de la agencia.
Ann, sorprendida y con un suspiro de sorpresa, se acercó a Xitlari para darle un abrazo. "¡No puede ser! Haré dos misiones contigo ¡en una semana!" Dijo Ann con gran emoción y entusiasmo.
"Nada de abrazos, Ann..." Dijo Xitlari deteniéndola con uno de sus brazos.
"Creo que trataré de no hablarle. Debe seguir molesta..." pensó Louis mientras la miraba de reojo.
Ann llevó a todos a gran velocidad a la zona este, donde estaba el banco.
"¿Por qué Kassie va así?" Preguntó Louis al ver la nube cuadrada.
"¡Ella le teme a las alturas! Pero sabe que mi magia es el mejor método de transporte", respondió Ann con una sonrisa en su rostro, orgullosa de sí misma.
"Con razón, ayer quedó paralizada..." pensó Louis recordando cuando Ann los sacó del portal.
Luego de ir a gran velocidad, volando en las nubes, lograron llegar al lugar antes de que los ladrones escaparan.
"¡Carajo, ya valimos! ¡Ahí vienen los paladines!" Dijo con temor uno de los ladrones. Su cabello era amarillo, rapado a los lados y atrás. Usaba un chaleco negro, una camisa color ámbar, zapatos color ámbar y pantalones negros. En el banco, el lugar estaba vacío y algunas personas corrían del fondo.
"¡¿No que ya no había paladines en este reino?! ¡Jomak nos engañó!" Expresó otro, molesto, con la misma vestimenta, pero este era calvo.
"¿Qué hacemos?" Preguntó una chica con bolsas en sus manos. Usaba la misma vestimenta, pero cubría su rostro con un pañuelo, y su cabello estaba más corto de un lado.
"Prepárense... Porque yo no voy a dejarme capturar sin pelear", dijo un hombre chocando sus puños. Era alto y robusto, con una máscara antigases en su rostro.
"Iré a buscar un rehén de los que encerramos", añadió otro con cabello largo.
"Veo a seis en total. Al juzgar por su ropa, me parece que son de la pandilla de Maber. Eso significa que anda cerca del reino", dijo Ririam observándolos a lo lejos gracias a sus lentes.
"Yo me encargo de ellos", dijo Xitlari con determinación.
"Claro que no. ¡Hay que trabajar en equipo! ¡¿Recuerdas?!", replicó Ririam.
"Déjamelo a mí, por favor. Esta será la última vez que trabaje sola", mencionó Xitlari tirándose de la nube que ya estaba a punto de llegar.
"¿Hablas en serio? ¡Espera!" gritó Ririam tratando de detenerla.
El descenso de Xitlari fue rápido pero controlado. Al aterrizar sin un rasguño, comenzó a correr hacia el banco. La mujer comenzó a disparar con su arma y Xitlari las esquivó ágilmente hasta acercarse a ella, doblar el cañón de su arma y darle un puñetazo en el rostro. Luego, el hombre alto y robusto lanzó un puñetazo que Xitlari detuvo con uno de sus brazos izquierdos y luego lo golpeó con sus dos brazos derechos al mismo tiempo. Esto hizo que el tipo se estrellara contra la acera, dejándolo inconsciente.
Los demás llegaron y se quedaron observando cómo Xitlari acababa con ellos.
"¿Deberíamos ayudarla? Me gustaría ayudarla..." preguntó Ann con tristeza por no poder trabajar en equipo con Xitlari.
"Déjala, dijo que era su última vez trabajando sola", dijo Ririam poniendo su brazo frente a Ann para evitar que se acercara.
Louis observaba con gran asombro la manera de pelear de Xitlari. Uno de los ladrones disparó con una pistola varias veces, pero Xitlari paraba todas las balas con sus manos derechas, cubriéndolas con su magia azul. Otro trató de golpearla con una espada, pero ella la detuvo con un brazo y con el otro le dio un puñetazo en la quijada, le quitó la espada y la lanzó al que tenía la pistola, quitándosela. Luego se acercó a él y le dio una patada en el pecho que lo hizo atravesar la pared. Otra mujer, que se le notaba un poco la edad, trató de atacarla con una cimitarra, pero Xitlari esquivó todos sus ataques hasta que tomó el filo de la cimitarra con ambas manos de la parte superior y le dio dos puñetazos con los brazos inferiores en el estómago, dejándola inconsciente.
"¡Alto! ¡O muere!" dijo el tipo de cabello largo, con una mujer de avanzada edad que estaba...
"¡Por favor!" dijo tirándole un dardo que sacó de su chaqueta, haciendo que se electrocutara y soltando a la mujer.
"Muchas gracias", dijo la mujer cayendo de rodillas con gran alivio, pero temblando igualmente.
Louis quedó impresionado, sonrojándose y comenzando a emitir una aura de calor, la cual notó Ririam y al instante sacó un objeto que le lanzó agua a Louis. Kassie se apartó al instante y Louis cayó al suelo.
"¿Qué hice?" dijo Louis con sorpresa.
"¡Me asustaste! ¿Por qué emitías calor?" preguntó Ririam apuntándole con el objeto.
"No lo sé... Creo..." respondió levantándose del suelo y pensando que era por ver a Xitlari.
"Ten más cuidado, ¡casi me mojas!" dijo Kassie molesta quitándole el agua encima a Louis y echándosela en la cara a Ririam.
"¡¿Cómo te atreves?! ¡Soy tu superior! ¡Merezco respeto!" expresó molesto Ririam mientras Ann lo detenía para que no peleara con Kassie.
"Cuando ganes mi respeto ¡te lo daré!" dijo Kassie molesta mientras Louis la detenía.
"¿Y a esos qué les pasa...?" pensó Xitlari al verlos a lo lejos mientras ayudaba a la mujer a sentarse.
"Quiero decirte una cosa... No, de hecho dos. Primero, no creas que aunque hoy te haya salido bien trabajar en equipo, siempre será así... la gente no es perfecta, Xitlari", mencionó el búho espiritual mientras Xitlari esposaba a los ladrones.
"¡Ya me lo esperaba!" dijo molesta, asustando a la mujer. "Lo siento...".
"¡Siempre es igual! Ellos fallan y, a pesar de que no tuviste ¡la culpa!, la mayor parte del castigo cae ¡en ti!" expresó molesta, pero sin levantar mucho la voz para no asustar a la mujer, mientras continuaba esposando a los tipos.
"Ahora voy con lo segundo... No buscamos perfección, porque de los errores se aprende, buscamos la mejor versión de ti", expresó el búho espiritual colocándose frente a Xitlari.
"Entiendo... ¡Pero igual...!" dijo, siendo interrumpida por la llegada de los caballeros del palacio.
Los caballeros salieron de un auto cuadrado y comenzaron a llevarse a los ladrones.
"¡Oigan! Recuerden que no tuvimos que ver en esto", dijo Ririam a los caballeros, tranquilizándose por lo que hizo Kassie.
"Por supuesto, paladín Ririam", respondió uno de los caballeros.
"¡Xitlari! Tenemos que irnos", mencionó Ririam mientras se secaba la cara con su abrigo.
"Muchas gracias por salvarme..." dijo la mujer con una voz temblorosa, pero dulce, mientras juntaba sus manos como un gesto de gratitud.
"No hay problema, señora", respondió Xitlari con felicidad por el gesto de la mujer.
Luego del viaje y regresar a la agencia, Ririam le informó todo a Mei en su oficina.
" 'Suspiro' y yo que pensé que trabajaría en equipo... ¿Dónde está?" expresó Mei un poco decepcionada.
"No lo sé, pero igualmente dijo que era su última vez trabajando sola", respondió Ririam con su toque de seriedad.
"Esperemos que así sea... Jah, estoy segura de que Jens envió caballeros solo por el dinero”, dijo Mei con preocupación.
“Es bastante obvio, ¿ya tienes un plan para sacarlo del trono?”, preguntó Ririam tomando asiento.
“Te contaré algo".
Mientras tanto, Kassie y Ann estaban hablando con Louis.
"¡Recuerda ser tú mismo!" dijo Kassie.
"¡No dejes que los nervios te ganen!" mencionó Ann con determinación.
"¡No dejes que se dé cuenta de que le gustas!" comentó Kassie.
"Piensa bien antes de actuar", añadió Ann.
"¡Mantente firme!" "¡Y con determinación!" "¡Sorpréndela!" mencionaban las dos sin parar, inspiradas una por la otra.
"Es demasiada información..." pensó Louis abrumado mientras seguía escuchándolas.
Luego del largo día, Louis se dirigió a casa.
"¡Ya regresé!" mencionó al entrar a la casa. "¡¿Hanks?! ¡¿Profesor?!", gritó mientras los buscaba donde mayormente los encontraba. "Hmm... Tal vez salieron".
Louis se quitó su gabardina y sus zapatos, se acostó en su cama y se quedó viendo el techo pensando: "¿Será que puedo hacer algo para que ella no tenga que ir? Con todo lo que me dijeron Ann y Kassie, 'suspiro' ahora me siento estresado, tal vez un leve descanso no vaya mal..." pensó cerrando sus ojos y quedándose dormido.
En un plano lleno de oscuridad yacía una figura alta con un yelmo en su cabeza que brillaba.
"Debe ser un chiste..." dijo furioso con su voz profunda y resonante, haciendo que la lava dentro del yelmo burbujeara.
"¡¿Amor?! ¡Eso es! ¡Lo que SIENTES!" gritó, haciendo temblar el lugar y haciendo brillar aún más la lava dentro de él.
"No creas que te libraste de mí... Para mañana ya tendré lo que he estado buscando... ¡Tu mayor miedo, ¡JA,JA,JA, jajajaja...!" mientras su presencia se iba desapareciendo poco a poco.
Fin del capítulo.