En un enorme, pero oscuro y vacío espacio con una capa fina de niebla negra que llenaba el lugar, se encontraba Louis acostado en el suelo de ese inhóspito lugar.
"Louis... Lo... uis..." mencionó una voz profunda y resonante que parecía vibrar dentro de su mente, dando la sensación de que sus pensamientos estaban siendo invadidos.
Louis abrió los ojos y se levantó del suelo, un poco desorientado por el lugar en el que estaba, observando si había algo más que solo oscuridad. "¿Qué está pasando?".
"Hola, Louis..." dijo una voz apareciendo detrás de él. Era muy alto y su rostro estaba tapado por la oscuridad; tenía una capa negra, aún más oscura que el lugar, que cubría todo sus cuerpo.
"Tú otra vez... ¡¿Quién eres y qué eres?!" Louis estaba desconcertado por el lugar y comenzó a alejarse del ser oscuro.
"¿Quién soy yo? Yo... soy tú..." respondió acercándose y tomando la misma forma de Louis y la misma voz, pero con un tono profundo y resonante. Sus ojos seguían siendo rojos y su piel se tornaba grisácea.
"Imposible... Esto debe ser un sueño", pensó Louis sorprendido al verse a sí mismo.
"Bueno... sí lo es... pero yo soy muy real... jajajaja, después de tanto tiempo ¡finalmente puedo existir! ¡Jajajaja!", expresó con locura y una risa resonante, llena de burla y un placer perverso.
"Estás loco...", dijo al escuchar sus palabras.
"¡Sí! ¡Lo estoy! ¡Jajajaja!" Una gran cantidad de oscuridad capturó a Louis y el ser oscuro retomó su forma original.
"¡Maldito, suéltame!" dijo, tratando de escapar, pero la oscuridad que lo rodeaba no cedía en absoluto.
"Ja, ja... Estoy loco por matar y convertir este reino en cenizas... igual que aquel día en que nací... ¡¿Lo recuerdas?!"
Las imágenes de aquel día... gritos de sufrimiento y la desesperación de la gente... aparecían por todo el lugar como memorias translúcidas.
"¡Basta, BASTA!", gritó Louis al ver todo eso nuevamente.
"Aww, ¿por qué? Apenas iniciamos, ¡¿solo eso puedes soportar?!", expresó de manera burlesca.
"¿Qué demonios eres? ¿Y de dónde saliste?", dijo Louis desesperado, tratando de escapar.
"¿Yo? ¡Yo soy tú! ¿Estás escuchando? ¡Yo soy Louis! Pero... nací ese día, ¡el mejor día de mi vida hasta ahora! Jajajajaja. ¡Nunca tuve la oportunidad de existir! Solo miraba lo que tú decidías...", expresó con locura y remordimiento.
"¡Parecías un tonto, haciendo todo lo que te decía ese hombre, cuando tú eras más fuerte que él!", gritó molesto, en el rostro de Louis.
"Jeje, ¡estás loco! Si dices eso... se nota que no miraste todo", dijo Louis, burlándose de sus palabras.
"Por supuesto que no... De tanto seguir las órdenes de ese tipo, yo desaparecí, pero ahora... he regresado. No sé muy bien por qué", dijo mientras caminaba alrededor de Louis. "Pero... ¡ahora aprovecharé que existo de verdad!... Iré más al fondo, donde escondes tu mayor dolor. Así, ¡tal vez aceptes lo que eres! y yo podré tomar las riendas. ¡Jajajaja, JAJAJAJA!", gritó con locura mientras se acercaba a Louis y le atravesaba la frente.
"¡No!, ¡NO!", dijo Louis resistiéndose.
"Sí... Recuerda aquel día en que nuestro padre murió... ese preciso momento", dijo mientras sonreía y tomaba la forma de Louis nuevamente.
"¡Noooo! Déjame... ¡EN PAZ!" gritó Louis, haciendo que sus ojos brillaran con gran intensidad. La gran cantidad de oscuridad que lo rodeaba explotó y todo el lugar se llenó de lava azul y roja.
"Interesante... ¡Jajajajaja! No creas que desapareceré con esto", el ser oscuro estaba maravillado al ver el poder de Louis después de ser empujado por la explosión.
En el mundo real, el collar azul en el pecho de Louis brillaba con gran intensidad, y él sudaba del rostro y apretaba las sábanas de la cama.
"¡Vamos, muéstrame más...!" gritó el ser oscuro mientras resistía la gran cantidad de lava a su alrededor.
La lava se tornó violeta y amarilla, y todo el lugar se llenó completamente de ella mientras Louis permanecía rodeado de lava, y su rostro se llenaba de tatuajes violetas y azules.
"Sí... ¡Siiiiii!" dijo con satisfacción mientras su cuerpo se desmoronaba en pequeñas piezas de roca como si fuera carbón.
Louis, al ver la locura del ser oscuro y después de darse cuenta de cómo estaba el lugar, comenzó a absorber toda la lava nuevamente.
"¿Eh? ¿Qué haces, maldito? ¡No, esto no termina aquí!", gritó al ver a Louis absorber toda la lava.
Louis continuaba absorbiendo la lava, haciendo que sus tatuajes desaparecieran de su rostro y la oscuridad nuevamente llenaba el lugar. Al terminar de absorber todo, una gran explosión de luz azul, violeta, roja y amarilla hizo que la oscuridad desapareciera.
"¡Desgraciadooooo! Jeje, igualmente no te desharás de mí", gritó mientras sonreía al ver la gran cantidad de luz que le llegaba.
El collar dejó de brillar, y Louis despertó de repente, respirando con dificultad, tocándose el pecho y mirando su collar. "¿Qué... fue eso?", dijo mientras observaba su collar y luego miraba la habitación, que era totalmente diferente a la que conocía. Louis llevaba solo su camisa azul y pantalón azul oscuro. Notó el silencio total en el lugar y vio su katana en un mueble; luego observó que la ventana a su derecha tenía una capa azul. La puerta de su habitación fue abierta por Hanks, y al verlo despierto, fue rápido a avisarle al Profesor Maxwell.
Louis se levantó y se puso sus botas negras. Tenía curiosidad y trató de tocar la capa azul; su mano la atravesó, y nada ocurrió, pero después la capa desapareció, y el Profesor entró a la habitación con Hanks detrás de él.
"Gracias a Dios despertaste, ¿te sientes bien? ¿Todo correcto?", el Profesor se acercó y preguntaba con preocupación, analizando a Louis de pies a cabeza e incluso jalando sus mejillas.
"Estoy bien... Profesor, ¿qué fue lo que pasó? ¿Y dónde estamos? ¡Huh! ¿El tipo del cabello blanco? ¿Dónde está?", preguntó, un poco alterado, recordando su última pelea.
"Todo está bien, ya se solucionó todo y estamos en nuestra nueva casa. Aquí no nos encontrará Yeynos nuevamente. Lamento haberte involucrado en esto, Louis. Jamás pensé que aparecería...", respondió tratando de tranquilizar a Louis.
"Está bien, profesor... Soy un paladín y debo cumplir con mi responsabilidad en cualquier reino. Mi maestro me dijo que siempre debía ayudar, pero... esta vez no ayudé nada... ¿Robaron su pieza, cierto?", las palabras de Louis estaban llenas de una culpa gigantesca por haber fallado.
"'Suspiro' Lamento poner este peso en tus hombros, pero no debes sentirte culpable... Una misión o un objeto no es más importante que tu vida", el profesor comprendió las palabras de Louis, sintiendo su culpa como si fuera propia. Louis se quedó callado y le dio la espalda al profesor, reflexionando sobre lo que este le había dicho.
"Dejando ese tema de lado... Quiero hablar de tus heridas, Louis. Eres mitad humano, ¿cierto? Ayer, cuando Hanks fue a cambiar tus vendajes, encontró tus heridas completamente curadas. Quiero que entiendas que no tienes nada que temer... pero necesito que me digas qué eres realmente. Soy el único que te apoyará. Mei no lo hará tampoco." Las palabras del profesor eran claras y firmes, dejando en el aire una sensación de gravedad.
"Yo... soy un humano mitad demonio… nada más, profesor. Lamento no haber sido más sincero con usted…" respondió Louis, con una leve rigidez en su voz. En su mirada se dibujaba una sombra de conflicto, una sensación de deber hacia el profesor, empañada por la carga de no haber sido totalmente sincero.
"Bien, Hanks trae..." Entendiendo a Louis, el profesor iba a ordenarle a Hanks algo, pero fue interrumpido.
"Creo que, para no darle problemas, lo mejor será que yo me vaya," expresó con una mirada decidida y seria, tomando su katana y saliendo por la ventana.
"¡Louis! ¡Espera!" El profesor observaba cómo Louis se alejaba corriendo por la acera con su katana en mano.
"Es lo mejor... Soy una molestia, siempre lo fui... Ni mi propio reino me quiere ahí, ¿por qué este iba a quererlo?... Por mucho que sea un lugar increíble, tarde o temprano sabrán lo que soy... Y me terminarán odiando," pensó Louis mientras continuaba corriendo hacia el este; la gente lo miraba correr, al parecer reconociéndolo.
Louis continuaba corriendo y, por un momento, bajó la mirada al ver que todo estaba despejado. "Mis cosas quedaron allá... ¿Qué haré?" pensó, y después levantó la mirada justo cuando un auto empezaba a salir de una casa y chocó con él, cayendo al suelo. No se levantó; solo se quedó viendo el cielo con los brazos extendidos, mientras la gente lo miraba y empezaba a hablar.
"¿Estás bien, chico? Deberías ver al frente, ¿eh? Tú... Tú eres el paladín de Alahead," mencionó el hombre en el auto, reconociendo a Louis por sus ojos y su cabello rojo.
"¿Cómo sabe eso?" preguntó Louis mientras se levantaba, sorprendido.
"¡Por favor! Ystir tiene a los mejores periodistas, ellos se dan cuenta ¡de todo!" El hombre estaba tan emocionado que hasta salió de su auto.
"¿Periodistas...?" susurró Louis, confundido.
"Sí, periodistas, señor," dijo con una voz moderadamente aguda y rítmica. Era un hombre de cabello color crema, usaba un traje color crema y tenía bigote; sus ojos eran de color café encendido. "Lamento que chocaras con mi auto... No, espera... ¡No! ¡Qué bien que chocaste!" dijo emocionado, dándose cuenta de algo, y Louis se sorprendió por lo que dijo. "¿No quieres pasar a mi tienda de ropa? Obvio que quieres, ¡debes estar interesado!"
"¡Espere, señor...!" dijo Louis, tratando de decir algo.
"No te preocupes, ¡mi tienda es la mejor! Permíteme tu katana, la pondré por aquí." El hombre logró que Louis entrara a su tienda al insistir demasiado y empujarlo también.
"¿Las tiendas de ropa no estaban en el sur? ¿Acaso me perdí?" pensó Louis al ver la tienda. La tienda tenía un mostrador al frente de la entrada con una chica atendiendo; había mucha ropa de izquierda a derecha, y más adentro se encontraban todo tipo de calzado y unas escaleras al final del corredor.
"¡Amor! Ven rápido, hay un cliente ¡muy especial! ¡Es el paladín Louis! Yina, busca tu libreta para apuntar las medidas," dijo emocionado mientras buscaba su cinta para medir.
"¡Sí, padre!" dijo una chica de cabello café y piel oscura; sus ojos eran idénticos a los de su padre. Usaba una blusa de mangas largas y amplias, de color blanco con detalles dorados en los bordes. El diseño de la blusa incluía bordados dorados cerca del cuello y el pecho. Encima, llevaba un vestido azul profundo sin mangas, ajustado a la cintura con un cinturón de cuerda dorada, que caía en dos largos lazos al frente. El vestido tenía también una capa adicional verde esmeralda en la parte baja; además, usaba zapatos planos que combinaban con su atuendo. En su hombro flotaba un ser con la forma de un boomerang.
"Oiga, señor, yo...".
"Ay, perdón... Qué modales. Mi nombre es Lowin, ella es mi hija Yina y su compañero de runa, Ñin... Y mi esposa, Lara, ¡la mejor sastre de Ystir!" expresó con emoción, pasión y un poco de nervios.
"Ay, no exageres. Es un gusto conocerlo, paladín Louis," expresó Lara, un poco sonrojada, golpeando suavemente a Lowin.
"Igualmente," dijo Louis, perplejo por la situación.
Lowin se dedicó a tomar medidas, las cuales mencionaba mientras Yina las anotaba en su libreta.
"Debo salir de aquí..." pensó mientras medían su brazo. "Señor Lowin, no creo que su ropa pueda resistir mi magia."
"Eso me ofende un poco, ¡pero no se preocupe! ¿Qué? ¿Acaso tiene magia de fuego azul como el paladín Ribrin del reino de Centarion? Si es así, mi esposa está preparada para hacerle la mejor ropa para resistir una magia de tal calibre," expresó un poco disgustado al inicio, para después continuar con emoción, mientras seguía midiendo su brazo y luego pasaba a medir su antebrazo.
"Ay, no..." pensó Louis al ver que no podía irse.
"Dígame, ¿qué prefiere que le haga? ¿Algo parecido a lo que tiene puesto?" preguntó Lara mientras observaba la ropa de Louis.
"(Bueno, mi gabardina seguro quedó dañada... Igualmente tendré que regresar a recoger mis cosas...) Quisiera una gabardina azul con... No sé cómo decirle... tiene cosas como extensiones triangulares en la parte del pecho que se doblan o algo así, no lo sé."
"¿Se doblan? Serán solapas, seguramente. Muy bien, ¿qué más?" dijo Lara, anotando todo luego de adivinar lo que quería Louis.
"Creo que eso es todo... ¡Ah! Solo con bolsillos por dentro, por favor, y sin botones; también unas botas como estas, pero de color rojo," respondió mientras trataba de no moverse para que Lowin tomara las medidas.
La familia finalmente terminó de anotar la información, y Louis era libre.
"Perfecto, muchas gracias, señor Louis, y no se preocupe, le haré un buen diseño. ¿Puede darme su dirección para entregarlo todo?" preguntó Lowin, haciéndole una seña a su hija para que anotara la dirección.
"No se preocupe, yo vendré a recogerlo... ¿Y en cuánto tiempo estará?" preguntó Louis, mostrando tristeza en su rostro.
"Ehmmm... Para mañana en la tarde. Pero, ¿tiene algo, señor? Noto que está triste... ¿Acaso dije algo?" expresó Lowin, un poco preocupado al ver la expresión de Louis.
"No... Yo... Siento que... no soy bueno, y... que no debería estar en este reino... ni en ningún otro." Las palabras de Louis resonaron en ellos, quienes sintieron una tristeza y culpa cálida.
"Pero es un paladín, usted debe estar en un reino. Es una persona buena; vino a nuestro reino a ayudarnos... Vi en las noticias a usted y a una chica ayudando cuando escaparon los prisioneros del palacio," dijo comprensivamente, sintiendo la tristeza, culpa y calidez que emitían las palabras de Louis.
"Puede ser, pero... yo he fallado, y se supone que soy fuerte... pero en realidad, solo soy un peligro." Bajó la cabeza, sus palabras cargadas de una tristeza profunda.
"Señor...".
"Está bien, gracias por todo, recogeré la ropa mañana," dijo, tomando su katana y saliendo del lugar.
"Pobrecillo, está muy deprimido," dijo Lara después de que Louis se fue.
"¡Le haremos un increíble trabajo para aumentarle los ánimos! Iré de inmediato a hacer los diseños," dijo Lowin con decisión, tomando la libreta de Lara y dirigiéndose a las escaleras al final del corredor, mientras su hija y su esposa lo observaban.
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"Al parecer, la gente ya sabe quién soy... O al menos sabe una parte de lo que soy..." pensó mientras continuaba caminando.
La gente que lo miraba pasar lo reconocía y hablaba de él. "Mira, es el paladín de Alahead", dijo una mujer mayor al reconocerlo. "Qué guapo es", mencionó otra al verlo. "Debió entrenar mucho para ser un paladín", añadió otro. "Sus ojos son increíbles", dijo una mujer que pasó cerca de él. "Lleva su katana, ojalá yo pueda usar una algún día", mencionó un niño. "Mira sus brazos, debe ser muy fuerte", comentó un hombre. "Es solo un niño", decía una ancianita. "Sí, parece muy joven para ser un paladín".
"Sus ojos son extraños", comentó un hombre, y alguien más respondió: "Por lo menos es humano", dijo cruzando sus brazos. "Es un poco aburrido que algunos paladines tengan la misma magia", mencionó un chico que estaba junto a un grupo de adolescentes. "Ojalá fuera un paladín", dijo uno, y el otro replicó: "¿Qué dices? Debe ser demasiada responsabilidad".
Después de una larga caminata, mientras escuchaba los murmullos de admiración y crítica a su alrededor, Louis llegó a la salida del reino. El aire se sentía diferente allí, fresco y libre. La salida del este tenía al principio un puente de piedra con barandas, y junto al muro del reino, se encontraban muchos carruajes con distintas personas.
"¡Huh! Paladín Louis", gritó un hombre a lo lejos en un carruaje.
"Marti...", dijo Louis reconociéndolo y deteniéndose.
"¿Cómo está? ¿Necesita que lo lleve a alguna parte?", preguntó mientras salía de su carruaje y se acercaba a él.
"Estoy... mal y no... No necesito ir a ningún lado", respondió con duda, pensando si tenía que mentir, pero ya no quería hacerlo.
Marti y Louis se sentaron juntos en una banca para conversar.
"¿Por qué se siente mal? ¿Le pasó algo?", preguntó sintiendo pena al percibir su negatividad.
"He fallado... No he cumplido con mis misiones correctamente... Dejé que el Profesor Maxwell se lastimara, no pude salvar a esos dos hombres, no pude evitar el robo de la pieza del profesor... Rompí su bicicleta." Las palabras de Louis eran profundas y llenas de culpa, tristeza y remordimiento. Las lágrimas comenzaron a caer de su rostro, resbalando por sus mejillas y cayendo al suelo con un suave sonido.
"Oye, calma, chico... Es normal fallar, no eres perfecto, de hecho eres muy joven para ser paladín. Tú me salvaste... A mí y a la mujer de la cosecha del este y a su hijo; sin ti, hubiéramos muerto", expresó con comprensión, tocando su hombro.
"Se supone que soy diferente... Se supone que soy fuerte y ahora estoy... llorando como un débil", dijo sintiendo odio hacia sí mismo, mientras las lágrimas continuaban cayendo.
"Llorar no te hace débil... Te hace humano. ¿Te imaginas a alguien que no llore? No sé qué sería... Llorar te ayuda a desahogarte." Las palabras salieron de la boca de Marti con una sinceridad que resonaba en el aire, como si alguien se las hubiera dicho en un momento difícil.
Las palabras de Marti lograron calmar a Louis; limpió sus lágrimas y se levantó. "Muchas gracias...".
"Espero puedas seguir protegiendo a la gente y te conviertas en una gran persona", expresó Marti con una sonrisa en su rostro.
"Lo haré... 'suspiró' me siento mejor, pero... esto es raro... No siento que quiera llorar o sentirme mal, pero sigo sintiendo algo negativo", dijo notando una sensación extraña dentro de él.
"¡Aquí está!", gritó una mujer apuntando su mano a Louis; al parecer tenía un dispositivo holográfico.
De pronto, un gran grupo de personas con traje llegó al lugar; comenzaron a gritar y correr hacia donde estaba Louis. "¿Eh? ¡Esperen! Un momento, ¡Aaaaa!".
La gente comenzó a rodearlo y aplastarlo. "¡Tenemos unas preguntas!", gritó un hombre.
"¡Paladín Louis, dígame, ¿usa lentes de contacto?", preguntó una mujer.
"¡Ayy... no sé qué es eso!", respondió mientras lo seguían aplastando.
"¿Podría decirnos por qué decidió venir aquí?", preguntó un hombre alto y con gorra.
"¡Quería cambiar mi vida!", respondió.
"¿Es un espía?", preguntó una mujer con cabello rubio y lentes.
"¡Para nada!".
"¡Oigan! ¡Ustedes, metiches! ¡Apártense!", gritó Marti tratando de apartarlos.
"¿Cree que nuestro reino es un gran lugar?", preguntó una mujer de cabello corto y rosa.
"¿Cómo es que consiguió ser un paladín a tan corta edad?", preguntó otro hombre de cabello corto y peinado hacia un lado.
"¿Es cierto que su ojo rojo brilla cuando usa su magia?", dijo una señora de cabello naranja.
"¡Por favor, cálmense! ¡Déjenme respirar!", gritó.
De pronto alguien disparó al suelo, haciendo que la gente se asustara y se pusieran detrás de Louis al instante.
"¿Eh?", dijo Louis sorprendido.
"Veo que te hiciste famoso, gracias a eso nos dimos cuenta de que estabas aquí", dijo con una voz robótica.
"¡Kein!".
"Y no solo él... También estamos", "¡nosotros!", dijeron Jhin e Inock con voz robótica, colocándose al lado de Kein. Los tres llevaban encima armaduras metálicas que cubrían todo su cuerpo, incluso su rostro; la armadura de Kein era negra, la de Inock era azul oscuro y la de Jhin era roja.
"¿Ahora los tres usan trajes? Lograron escapar, ¿no? ¿Qué quieren ahora?", dijo seriamente colocando su katana en la cintura.
"Por favor, ¿no es obvio? ¡Venganza!", dijo sacando una cuchilla de su brazo metálico e impulsándose con sus botas.
"¡Todos, apártense!", Louis al instante sacó su katana, deteniendo el ataque de Kein. Todos los periodistas y reporteros se apartaron, empujando a Marti y haciéndolo chocar con su carruaje.
Luego, Jhin se acercó con gran velocidad, golpeando el rostro de Louis y haciendo que chocara con la baranda de piedra a su izquierda y cayendo abajo del puente. Bajo el puente, el lugar era rocoso con árboles a lo lejos.
"¡Qué fácil se ve esto con una armadura como esta!", gritó Inock, disparando proyectiles con su brazo derecho.
Louis se levantó rápidamente y comenzó a correr de los proyectiles que chocaban con el suelo, creando varias explosiones. Una de ellas lo alcanzó y lo mandó a volar lejos. Los tres hermanos bajaron del puente y se acercaban a Louis con una gran cantidad de humo a sus espaldas.
"¡Graben! ¡El paladín Louis pelea contra tres delincuentes a la vez!", gritó uno de los periodistas.
Kein volteó a ver a los periodistas y disparó una red para evitar que se movieran. "Después me encargo de ustedes, pequeñas hormigas", luego continuó caminando.
"Maldición... ¿Qué puedo hacer? No quiero que me vea nadie usando mis poderes, y estos tres... ¿a la vez?", pensó atónito ante tal situación.
"Louis... demuestra ¡lo que vales! Si van a odiarme, ¡que me odien!", pensó. "Pero haré ¡lo que debo hacer!". Louis creó dos lobos de lava usando ambas manos. "Debería ser suficiente como para desactivar sus armaduras sin lastimarlos... Esta vez... ¡No sueltes la katana, Louis!", pensó.
"¿Qué demonios?", dijo Jhin sorprendido.
"¿Eso es lava?", exclamó Inock.
"¡Woowww! Tengo la exclusiva, jajajaja", expresó con gran emoción la periodista de cabello corto y rosado, que no fue atrapada.
"¡Maldita novata!", gritó un hombre en la red. "No se muevan tanto, ¡imbéciles!", dijo la señora de cabello naranja; los periodistas estaban demasiado apretados en la red y les era imposible escapar. La mujer de cabello rosa se volteó y les sacó la lengua a todos ellos.
"¡Les pasa por metiches!", gritó Marti junto a ellos.
"Con razón mi antigua armadura no aguantó tal temperatura. Encárguense de esos dos; Louis... ¡es mío!", añadió Kein.
Los lobos comenzaron a correr hacia ellos... Inock y Jhin les disparaban con sus armaduras y volaban encima de ellos para evitar contacto. Igualmente, los lobos comenzaron a escupir lava para alcanzarlos.
Kein y Louis corrieron el uno hacia el otro... Al estar a la par, comenzaron a chocar sus espadas.
"Interesante poder, chico; ya veo por qué eres un paladín a tan temprana edad", exclamó mientras continuaban chocando sus espadas.
"¡Yo soy quien soy por mi esfuerzo!" dijo con firmeza. "y por la ayuda que recibí de la poca gente... A la que le importo". Respondió con alivio al recordar a los que lo quieren. Louis y Kein forcejeaban en un choque de ambas espadas.
"¡Tonterías! ¡La gente con magia siempre tiene más beneficios!" dijo furioso, ganando el forcejeo y haciendo que Louis retrocediera.
Kein se plantó frente a él y dijo con un tono burlón y molesto: "¡Aquí está un pequeño regalo!", y le disparó con su brazo metálico en el pecho, causando una gran explosión que lo lanzó por los aires.
"¡Bien hecho, hermano! ¡Ay! ¡Maldito lobo!" gritó Inock, esquivando un ataque del lobo de lava.
"Maldición, su espada es muy resistente, no como la primera vez... Debo mantener a los otros fuera de la pelea" pensó Louis, levantándose con la camisa destrozada. De pronto, los lobos saltaron alto, perdieron su forma y lograron alcanzar a ambos hermanos.
"No puede ser..." Kein ajustó su brazo y disparó rayos de hielo a sus hermanos. "¡¿Están bien?!" preguntó, notándose su preocupación a pesar de sonar como robot.
"Sí, estamos bien..." respondió Inock, cubierto de roca volcánica e hielo.
"Todavía nos hace falta aprender a usar estas cosas" dijo Jhon, quitándose un trozo de roca que se le había pegado en la mitad del rostro.
Louis apareció detrás de él, atacando con su katana usando su mano derecha... pero Kein detuvo el ataque. "¿Crees que me volverás a tomar por sorpresa?" Louis le puso su mano izquierda en el estómago y lanzó una gran cantidad de lava que cubrió la armadura, pero... Kein activó un mecanismo que congeló todo el traje mecánico y parte de la mano de Louis.
"¡Tú no volverás a ganarme!" dijo Kein molesto, tomando el brazo de Louis con su izquierda y golpeándolo en el estómago con la derecha. Luego lo levantó en el aire y le dio un puñetazo en la cara, rompiéndole la nariz y mandándolo lejos.
"Maldición, está en problemas" dijo Marti viendo desde encima del puente.
"Esto se pone mejor, tendré la exclusiva de la primera derrota del paladín Louis" comentó emocionada la chica de cabello rosa mientras continuaba grabando.
"Oye, niña, si le ganan vendrán por nosotros después" expresó con desesperación.
"¡Eso es mejor! Me recordarán como la única que capturó estas imágenes" dijo aún más emocionada.
"Esta niña está loca..." pensó Marti, asustado de la chica.
"Maldición, duele demasiado..." expresó con gran dolor, mientras sus manos temblaban y su rostro se regeneraba. Kein disparó con rayos de hielo a sus brazos y piernas desde lejos, impidiéndole moverse.
"¿Qué demonios eres?" dijo Kein disgustado, viendo cómo se regeneraban las heridas en su rostro mientras caminaba hacia él.
Louis empezó a ver un poco borroso a Kein, pero logró liberarse del hielo derritiéndolo y se levantó, empuñando su katana mientras su rostro terminaba de regenerarse.
"¿Qué demonios haces? ¡Eres un inútil!" dijo una voz profunda, oscura y resonante en la mente de Louis. El ser estaba tan molesto que su rostro brillaba como si fuera de lava, mostrando que llevaba un yelmo de plata oscuro.
"Cállate, Dark... ¡No tengo tiempo para que me molestes!" respondió Louis, preparado para seguir su batalla con Kein.
"¿Con quién hablas? ¿Tan fuerte te di que ahora estás... ¡delirando!?" preguntó Kein mientras comenzaba a correr hacia Louis y empezaban a chocar sus espadas con gran velocidad.
"¿Dark...?. Tienes la capacidad para ¡destruir un reino! ¡No seas débil!" dijo, haciendo que su rostro brillara más.
"Un paladín novato como tú no me vencerá ni con esa magia" dijo Kein, molesto mientras continuaban chocando sus espadas con gran rapidez.
"¡Mátalo a él y a sus hermanos! ¡Haz que se conviertan en CENIZAS!!!" su voz se volvió distorsionada, más grave y llena de furia, escupiendo lava que salía de los orificios del yelmo.
Louis se acercó a Dark en su mente. "¡Silencio!" dijo mientras brillaban sus dos ojos. Louis tomó el rostro de Dark y lo aplastó, creando una explosión de lava en su mente y en la realidad. La explosión salió de todo su cuerpo, haciendo que su camisa se destrozara por completo y que Kein saliera volando lejos, chocando con una gran roca y destrozándola. Por un momento, las cosas se mantuvieron calmadas.
"No entiendo tu odio... Solo porque te derroté, ¿qué hay dentro de ti?" preguntó Louis mostrando gran seriedad.
Kein se levantó del suelo, apartándose de la roca que destruyó al chocar con ella. "¿Qué hay...? ¡Odio! ¡Y humillación! ¡Un novato como tú...! Después de destrozarte, iré por los otros dos que se atrevieron a lastimar... ¡a mi familia!" las palabras de Kein estaban llenas de desprecio y furia, un sentimiento de humillación y ganas de una venganza insaciable.
"¡Eres un imbécil! Jamás dejaré que lastimes al profesor de nuevo!" gritó molesto, poniendo su pie izquierdo atrás y su pie derecho al frente, posicionando su mano derecha atrás, sujetando la katana que brillaba intensamente por la gran temperatura.
"¡Maldito! No perderé... ¡No perderé contra un paladín novato como tú!" gritó Kein y usó los propulsores de sus pies para ir a toda velocidad, preparándose para atacar con todas sus fuerzas con su cuchilla.
Louis levantó la katana sobre su cabeza, cubriéndola con una gran cantidad de lava. El ojo rojo de Louis brillaba con intensidad y un tatuaje rojizo se creó al lado de su ojo. Kein llegó y, con todas sus fuerzas, lanzó el ataque con su cuchilla, mientras Louis bajaba de golpe su katana, chocando con la de Kein y creando una gran onda de sonido. Luego, una gran cantidad de lava salió de la katana, haciendo que Kein fuera arrastrado por la corriente, que lo empujaba contra el suelo y dejaba una marca en el suelo. El traje de Kein activaba a cada momento el sistema de enfriamiento, pero este llegaba a su límite.
"¡Hermano!" gritaron Inock y Jhin, dirigiéndose para ayudar a Kein.
"¡No!" dijo Louis, viendo que se excedió.
"¡Sí! ¡Ja, ja, ja, ja, ja! Mira el gran poder que tienes" —dijo Dark con gran locura.
Louis comenzó a enfriar la lava con todas sus fuerzas.
"No seas ¡imbécil!".
"¡Cállate!" gritó Louis.
Con gran esfuerzo, Louis logró parar el gran ataque y toda la lava se hizo roca. Louis cayó de rodillas, agotado por el esfuerzo, mientras los hermanos de Kein llegaban a él.
"¡Kein! Dime que estás bien, ¡háblame, por favor!" dijo Jhin mientras golpeaba la roca junto a Inock. Luego de golpear tanto, lograron encontrarlo y lo sacaron.
"Hermano, por favor responde..." dijo, quitándose el casco de la armadura y mostrando su expresión de preocupación y miedo. Louis los miraba desde lejos, preocupado también y respirando con cansancio.
"Estoy... bien... Apártense..." dijo Kein con dificultad, y sus hermanos se apartaron mientras la armadura expulsaba una gran cantidad de vapor.
"Qué bien que estás bien, hermano" dijo Jhon, abrazando a Kein después de que la armadura terminara de expulsar el vapor. "Pensamos que habías muerto", añadió Inock, abrazándolo también.
"¿Qué hacemos ahora?", preguntó Inock.
"¿No es obvio? Ahora lo atacaremos, los tres..." respondió Kein con cansancio.
"Pero..."
"Él ya utilizó una gran cantidad de magia, y si no recuerdo mal, la magia que crea elementos requiere mucho más, así que... no debe quedarle mucho. Podemos ganar", Kein se levantó con dificultad y comenzó a caminar hacia donde estaba Louis.
"Bien... Vamos, Inock", dijo Jhin, colocándose su casco y siguiendo a Kein.
"¿Están locos? No importa... Yo puedo hacerlo, tengo suficiente magia... gracias a esos 6 años entrenando con el Maestro Rei...", dijo Louis, agarrando su collar azul. "¡Debo seguir también!" Louis se levantó y empuñó su katana una vez más.
De pronto, una gran cantidad de viento amarillo salió desde lo alto del muro del reino. "¡Hola a todos!" dijo una mujer con voz alegre y radiante. Su cabello era largo y rubio, con un flequillo y un mechón azul, y sus ojos eran violetas. Medía unos 167 cm. Llevaba una chaqueta mitad amarilla, mitad rosa, una camisa negra de cuello medio alto con estrellitas en el pecho, pantalones rosas y zapatos de color rosa con amarillo. "Veamos... cabello rojo... ¡Ajá! Lo encontré. Entonces, los otros tres deben ser los malos. ¿No creen que es injusto un tres contra uno? Pero no importa, ¡ya estoy aquí!". La chica se dirigió hacia ellos a gran velocidad con su magia.
"¡Aaaaa!, no puede ser, ¡la ex-paladín y cantante Ann Stary!" gritó la chica de cabello rosa.
"¡No puede ser!" exclamaron todos los periodistas en la red.
"Creo que debemos irnos, hermano", expresó Inock con temor.
"¿Por qué?", preguntó Kein, sin saber quién era.
"Parece que ya vinieron los ex-paladines, y no creo que podamos ganarles. Recuerda que no somos buenos usando los trajes", respondió Inock, sacudiendo a Jhin.
"¡Pero ¿por qué me sacudes?!", gritó Jhin, molesto.
Ann llegó hasta ellos, y Kein les ordenó que le dispararan. Ann destruyó los cohetes con facilidad. "¡No sean bruscos!" exclamó, poniendo sus manos hacia atrás y luego hacia adelante, creando un tornado amarillo que se dirigió hacia ellos, levantando piedras y generando una gran corriente de viento en la zona.
Inock y Jhin apartaron a Kein, pero el tornado los atrapó. "¡Idiotas! ¿Qué hacen?" dijo Kein, molesto después de haber caído al suelo. "Escapa, hermano", dijo Jhin mientras giraban en el tornado junto a Inock. "¡Nosotros la distraeremos!", añadió Inock.
"Maldición, ¡no los dejaré!" dijo Kein, levantándose para pelear.
"Estás lastimado, no podrás hacer nada", gritó Jhin, y luego el viento amarillo lo cubrió y el tornado desapareció.
"¿Eh?", dijeron Inock y Jhin, confundidos.
"¡Listo, ya los atrapé!" dijo Ann mientras seguía volando, con los dos atrapados en un círculo de viento que giraba rápidamente a su alrededor.
"Te faltó uno, pon más atención, Ann", dijo un hombre con voz profunda, calmada y ligeramente grave, con un tono seguro; media 172cm. Tenía el cabello castaño algo desordenado y llevaba gafas de montura negra. Vestía un abrigo largo de color verde oscuro sobre una camiseta negra de cuello alto, pantalones marrones y zapatillas de punta café. Estaba observando a Kein con un rifle.
"¡Aaaa! ¡Es el ex-paladín Ririam Bloick y también pareja de Ann! ¡Este día no podría ser mejor!" dijo emocionada, grabando a Ririam, mientras Martí la miraba con extrañeza.
"Ups... ¡Ya iré por él!" dijo Ann, dándose cuenta de una manera tonta y alegre.
"No, iré yo, solo lánzame hacia él", dijo Ririam, preparándose y saltando alto desde el puente mientras Ann lo impulsaba con su magia.
"¡Antes, no quisieran responder unas preguntas!" gritaron los periodistas antes de que saliera volando.
"Maldición, la armadura no funciona... puedo vencerlo, ¡sí, claro que puedo!" pensó Kein.
Ririam disparó con el francotirador, haciendo que Kein perdiera el equilibrio. Al caer al piso, Ririam lo golpeó con la culata del rifle en la cara. Luego, sacó una vara que se convirtió en un bastón y comenzó a golpearlo, moviéndose de un lado a otro sin dejar que Kein pudiera responder. "Maldita sea, está muy dañada, le cuesta reaccionar, pero... ¡Eres mío!" pensó Kein, esperando una oportunidad, e intentó darle un derechazo. Pero Ririam hizo que su bastón electrificara a Kein, deteniendo su ataque. Kein, resistiéndose con todas sus fuerzas, le quitó el bastón a Ririam, pero este usó su magia y cubrió a Kein con una gran cantidad de slime.
"Maldita sea, ¡más magia! Vamos, ¡vamos!" dijo Kein, molesto, tratando de que la armadura respondiera. Finalmente, la armadura logró funcionar y destruyó todo el slime que lo cubría con una explosión que salió de sus manos. "Perfecto, ¿eh? ¿Dónde está?", pensó Kein, confundido al no verlo. Ririam cayó encima de él y le disparó en la espalda en un punto muy específico, haciendo que Kein cayera de rodillas.
"¡Desgraciado! ¿Cómo es que...?", Kein no podía moverse, y la armadura se apagó.
"Conozco esas cosas. No creas que no me informo de los avances de las armaduras de guerra", interrumpió Ririam a Kein y luego guardó su bastón.
"Al menos me ganó un paladín con experiencia", mencionó Kein, sintiéndose un poco aliviado, pero aún molesto.
"Por favor... Tú ya habías sido derrotado; solo te inmovilicé para que no escaparas", respondió Ririam, mientras revisaba su comunicador.
"¡No es cierto!" replicó Kein, molesto.
"Sí lo es", insistió. "No, no lo es", replicó. "¡Lo es! Y ya cállate", contestó.
"Me las van a pagar... ¡Ya verán!" exclamó Kein.
"Sí, sí, como sea. Mei, ya estamos aquí... El chico está bien, no te preocupes. Okay, iremos de inmediato", dijo Ririam, activando su comunicador y hablando con Mei mientras caminaba alrededor de Kein y tocaba su armadura, notando el daño que tenía.
"¿Qué acaba de pasar...? ¿Quiénes son ellos? ¿Paladines?" pensó Louis viendo a Ririam a lo lejos.
Ann se acercó a Louis, pero observando a Ririam. "Qué lindo es... Solo verlo caminar... 'suspiro' me siento enamorada..." dijo Ann sintiendo mucho amor solo con verlo.
"¿Eh?" dijo Louis, extrañado por lo que escuchó.
"Lo siento, es que a veces, cuando lo veo..." dijo con el corazón en la mano, volteando lentamente hacia Louis.
"¡Aah! Perdón, no debo ver a otros hombres sin camisa, tengo pareja, jeje, perdona por asustarte." Ann se dio la vuelta al instante, sintiéndose mal por asustar a Louis. "Eres Louis, ¿cierto?".
"Ay, es cierto, ¡mi camisa se destrozó!, ¡qué vergüenza...!" pensó, un poco sonrojado, dándose la vuelta. "Sí... soy yo, ¿ustedes son paladines?".
"Éramos; el rey nos quitó el estatus", respondió Ann mientras continuaba de espaldas y notaba que Ririam venía hacia ellos.
"Entonces, están con Mei..." dijo, pensando qué hacer.
"Sí, nos mandó a buscarte. 'Silencio' El profesor Maxwell dice que no te vayas..." dijo Ann, tratando de convencer a Louis por pedido del profesor. "Creo que, por experiencia, es normal fallar; quisiéramos hacerlo todo bien, pero no siempre se puede", expresó con sinceridad mientras sonreía, recordando su pasado.
"Entiendo...".
"Así que tú eres el chico... Hmmm, tienes buena musculatura, pero sigo diciendo que eres muy joven para ser paladín", exclamó, después de analizar su cuerpo con la mirada, y luego volteó a ver a Ann y notó que estaba de espaldas. "Ten, ponte esto, pero no toques mis artefactos", expresó con autoridad, dándole su abrigo a Louis.
"Gracias..." dijo Louis, poniéndose el abrigo de Ririam.
"Ann, ya puedes voltearte", dijo cuando Louis se puso el abrigo.
"¡Aah!" gritó Ann al darse la vuelta, y puso sus manos en su rostro.
"¡¿Por qué gritas?!" preguntó Ririam, confundido.
"Es que... sin abrigo te ves muy guapo", respondió, un poco nerviosa.
" 'Suspiro' Ann... Como sea, vayamos a la agencia. ¿Has volado antes, Louis?" expresó, algo confundido, como si no pudiera comprender por qué ella actuaba de esa manera.
"Sí, ya lo he hecho antes con magia verde", respondió Louis, confundido por la actitud de Ann.
"Magia verde... interesante. Bueno, ¡vámonos!" dijo, comenzando a volar gracias a la magia de Ann.
"¡Adiós, Marti! ¡Muchas gracias!" gritó Louis al ver a Marti.
"¡No hay de qué! ¡Sigue adelante, chico!" gritó Marti viéndolos irse.
"¡Es el mejor día de mi vida! Y ustedes... no los sacaré de ahí, salgan solos, ¡por malos!" dijo la chica de cabello rosa, dejando a los periodistas en la red.
"¡Maldita niña!" dijeron todos.
"No se preocupen, yo los desataré, iré por un cuchillo", dijo Marti, yéndose después de ver la maldad de la chica.
"Gracias..." dijeron todos, con tristeza.
"Oye, Louis, por cierto, ¿tú hiciste todo eso?" preguntó Ririam, señalando la roca de lava.
"Ehmmm... sí... fui yo..." respondió, nervioso.
"Entonces, ¿tenías otro tipo de magia? Mei me dijo que tu magia era de fuego", dijo Ririam mientras miraba a los hermanos discutir a lo lejos, pues Ann los llevaba con su magia también.
"Eh... sí, se podría decir que tengo otras habilidades", respondió, tratando de no mentir y sentándose en la nube de viento amarillo.
"Eso es bueno", exclamó Ririam, para luego hablar con Ann.
"¿Qué debería hacer...? El profesor Maxwell me regañará, pero... ¿acaso tengo un futuro aquí? *Suspiro* Maestro Rei... ¿qué hago?" pensó mientras miraba su katana. "Esta vez no la solté..." dijo, Esbozándo una sonrisa mínima, apenas un movimiento en sus labios y pensando en todo lo que pasó en este día. "¿Que haré con Dark?. Je, Parece que se molestó por qué lo llame así... Debo encargarme de este problema, solo, es algo que está dentro de mi y solo yo lo solucionare" pensó reflejando firmeza y determinación en su rostro.
Después de un rato, todos llegaron a la agencia y se dirigieron a la oficina de Mei.
"Hola, Canbel", dijo Ann antes de entrar a la oficina con su alegre voz.
"Hola, señorita Ann", respondió Canbel amablemente.
"¡Aquí está!" dijo Ririam al entrar en la oficina.
"¡Louis! ¿Qué pasó?" dijo, sorprendido al verlo con ropa bastante maltratada y con el abrigo de Ririam.
"Kein y sus hermanos me atacaron en las afueras del reino", respondió, tratando de no verlo a lo lejos.
Un incómodo y largo momento reinó en la oficina; todos estaban callados, excepto Ann, que estaba tarareando.
"Hmmm, bueno, los dejaremos solos, salgan, chicos", dijo Mei, notando que necesitaban hablar a solas. Todos salieron de la oficina.
"Cuida mi abrigo y mis cosas", dijo Ririam abriendo la puerta una vez más, y luego se fue.
"Okay... lamento haberlo preocupado, profesor..." dijo, un poco avergonzado.
"Quiero que sepas que... problemas no me has dado; sí, tal vez unos cuantos, pero diminutos. Tenerte como mi huésped ha sido muy bueno para mí: me ayudaste con los hombres de Zthur, me ayudaste a recuperar mis planos, a entregar mis paquetes a pesar de no ser de aquí; aunque, claro, ese era tu trabajo. No dejaste que dañaran nada de valor de mi casa, pero no solo eso. También ayudaste a Mei, salvaste a gente. Que haya decidido cuidar de ti... fue lo correcto o al menos eso creo", expresó el profesor con sinceridad, aprecio y un leve toque de orgullo, acercándose y poniendo su mano en el hombro de Louis.
"Muchas gracias, profesor..." dijo, bajando la cabeza y tratando de que no viera sus pequeñas lágrimas por haber escuchado eso; luego, abrazó al profesor, y el profesor le respondió devolviéndole el abrazo.
"Siempre... quise escuchar eso de alguien más", expresó con la voz ligeramente temblorosa.
"No te preocupes, Louis... No dejaré que te hagan más daño", pensó el profesor, sabiendo por todo lo que había pasado para llegar hasta aquí.
Nos alejamos de la oficina de Mei desde su ventana y vamos a un lugar lejano en este mundo, escondido en las alturas de las montañas.
*Oeste de Lyran - Iglesia - Oficina del Sacerdote*
Vemos a un anciano, de pelo corto y blanco; usa una camisa negra con cuello y una túnica blanca con detalles dorados, pantalones negros algo sueltos y mocasines negros. Está sentado viendo por su ventana con ambos brazos apoyados en un bastón de madera; y sobre su hombro izquierdo reposa un bastón dorado. Además, usa unos lentes redondos.
"¡Edgar! Necesito que me avises cuando Rei Fordesthmans llegue", dijo con su voz grave y áspera, con un matiz que inspiraba respeto y autoridad.
"Señor... él llegó justo ayer", respondió Edgar con voz seria, respetuosa y grave. Tiene cabello blanco, medio largo; su piel es oscura y sus ojos de color amarillo intenso. Viste una túnica negra larga hasta las rodillas, decorada con detalles naranjas brillantes que contrastan con el negro. La capa es blanca con bordes naranjas y lleva una capucha. Tiene un cinturón con detalles plateados, que lleva bolsos y dagas; además, usa guantes de color marrón oscuro y botas metálicas del mismo tono.
"¿Qué? ¿Por qué no me avisaste?" preguntó, molesto por la noticia.
"Señor, él llegó a mediodía cuando usted estaba en una reunión con los Tetran", respondió, tratando de calmarlo.
"Entiendo... seguro convenció a Litny... Dime, ¿cuándo tengo tiempo libre para ir a Ystir?" expresó con una mezcla de interés y anticipación.
"Todo este mes está lleno, señor; es cuando tiene reuniones con todos los reinos. Lo malo es que el rey de Ystir no solicitó una reunión", respondió Edgar mientras continuaba firme frente al sacerdote.
"Qué mal... justo cuando necesito ir. Bueno, que disfrute ese demonio; ya arreglaré el asunto por mi propia cuenta. Puedes retirarte", dijo de manera tranquila mientras seguía mirando por la ventana, y después de que Edgar saliera de la oficina, comenzó a sonreír.
Fin del capítulo