"¡Por supuesto! ¡Usted misma lo vio!" respondió con una sonrisa en sus labios, para que luego se cerrara la puerta, dejando a la directora y a Lily dándose un abrazo.
"Dahlia... ¿Quieres ir a la escuela?" mencionó Lum a Dahlia mientras caminaban por la acera.
"¡Sí! ¡Me encantaría!" respondió Dahlia con emoción, levantando sus dos manos izquierdas.
"Xitlari... ¡Xitlari!" dijo Kassie, haciendo que Xitlari reaccionara.
"¡¿Huh?! ¿Qué... qué pasó?" preguntó Xitlari, un poco confundida, deteniendo su paso.
"Estuviste en silencio por un tiempo. ¿Te pasó algo?" respondió Kassie frente a ella, con Louis a su lado.
"¿Quieres que te ayude?" preguntó Louis con un rostro preocupado.
"No, estoy bien, ¡continuemos!" respondió Xitlari, haciendo un gesto con la cabeza para luego continuar su paso.
Kassie la observó mientras seguía caminando hacia el centro del reino. "Tal vez deba cambiar de tema", pensó Kassie. "Oye, Louis, ¿sabías que esta gema que tengo puede exorcizar espíritus y maldiciones?" mencionó, tocando con su dedo índice la gema, causando un ligero sonido.
"¡¿En serio?! ¿Ya la has usado antes?" Louis estaba sorprendido por la revelación, además de sentir curiosidad.
"Sí, antes era azul, pero exorcicé a tantos que ya solo le queda un uso. Cuando use el último, se volverá oscura y deberá ser destruida", dijo con una ligera sonrisa. "Además, también me da una visión del futuro para mostrarme cuál será el siguiente objetivo, pero... por alguna razón no ha dado la última visión. También me alegra porque fue un regalo de mi hermano y... es la razón por la que me quedé aquí en vez de regresar a mi reino". Recordar a su hermano hizo que el tono de Kassie se volviera un poco triste y melancólico.
"Debió ser un gran hermano... Leí sobre los objetos exorcizadores. Son muy poderosos, pero los de alto rango tienen un precio para usarlos", mencionó Louis, tratando de aliviar el sentimiento que notó en la voz de Kassie.
"¿Cómo es que sabes tanto? Y... ¿cuándo tienes tiempo para leer?" preguntó Kassie, sorprendida de que Louis supiera sobre eso.
"Mi maestro Rei, luego de aquel día... Yo no quería nada, estaba triste y... la verdad, no quería seguir viviendo", dijo, sintiéndose arrepentido. "Pero él me dio ánimos y comencé a leer todos los libros que me daba. Era parte de su entrenamiento". Louis sonrió al recordar una pequeña parte de su entrenamiento con Rei en los últimos seis años mientras continuaba caminando.
"¿Cómo era su entrenamiento?" preguntó Xitlari con curiosidad, dirigiendo su mirada a Louis por un momento.
"Bastante pesado, diría yo... En el cuarto año, me obligó a cargar un meteorito que había caído cerca del reino hasta la cima de un volcán y luego me arrojó", respondió Louis, un poco molesto al recordar aquel día.
"¡¿Qué?! ¡Oh, por Dios! Qué locura... Por suerte soportas la lava", expresó Kassie con gran sorpresa, volteando su mirada a Louis.
"Es el hijo de Lion Fordesthmans, pero igualmente es un poco loco... Yo también quiero contarles algo. Creo que... sobre aquel día", comentó Xitlari mientras acomodaba la cápsula en su hombro.
Kassie, por un momento, volteó mostrando su rostro de preocupación ante el comentario de Xitlari. "¿Estás segura?".
"Sí, creo que un ave parlanchina me diría que lo haga", respondió Xitlari con una ligera sonrisa en su rostro. "El día del que les hablo... Era un día muy importante para mí y para mi padre... Él había recibido una llamada de un patrocinador que llevaría su cadena de comida a otros reinos y yo iba a participar en mi segundo torneo de artes marciales mágicas, hace tres años".
"¡Papá, ya estoy lista!" expresó Dahlia con emoción y con una pequeña sonrisa en su rostro después de terminar de ponerse una camisa de compresión negra con mangas largas. Además, vestía una licra blanca con unos shorts negros que cubrían hasta sus rodillas y guantes negros para pelear en el torneo. Su cabello era mucho más largo que en la actualidad y lucía más joven, además de medir 173 cm en ese entonces. La habitación de Dahlia tenía un espacio en forma de una L invertida. En la parte más larga, tenía una cama con un mueble pequeño al lado. Encima del mueble había una medalla de plata y un despertador cuadrado. Frente a la cama estaba una ventana mediana adornada con una cortina azul recogida, que permitía entrar la luz del sol, además de tener un escritorio de color café con algunos cuadernos encima. En la parte más pequeña de la L, se encontraba un armario blanco de dos puertas con un espejo largo en la puerta derecha y, frente al armario, la puerta para salir de la habitación. Dahlia salió corriendo de su habitación y bajó las escaleras dando un salto, llegando frente a la entrada y salida de la casa.
"Dahlia...", dijo Lum acercándose a ella. Él tenía puesto un delantal blanco y tenía la cocina encendida. Esta era una cocina totalmente fuera de lo común: tenía 8 quemadores y 4 hornos, además de una gran cantidad de ingredientes en una mesa rectangular. "Este día será muy importante para ambos... Perdona que no esté contigo, pero estaré viéndote en la transmisión holográfica y apoyándote con todo mi ser". Lum tocó la mejilla de Dahlia, sintiéndose un poco culpable al no poder estar con su hija.
"No te preocupes, ¡tú también debes cumplir tu sueño!", expresó Dahlia con comprensión y felicidad en su rostro, tomando la mano de Lum. Además, se escuchó la bocina de un auto que esperaba afuera. "Gracias por todo, padre", dijo para luego salir por la puerta y subirse a un auto alto y rectangular con varias ventanas. Llevaba a varios pasajeros y era de color blanco con negro.
"Buena suerte", expresó Lun sonriendo mientras levantaba su mano y miraba a su hija irse.
El auto pasaba por todo el reino antes de llegar al centro de la ciudad, donde se realizaría el torneo. En el auto, una chica de cabello blanco y ojos azules usaba una camisa de botones con bordado en el cuello, por dentro de su falda oscura con líneas doradas en los bordes, y zapatillas negras. Además, tenía un aro café con líneas doradas en su cabello. Medía 165 cm. A su lado estaba su hermano gemelo, Caspian, con el mismo estilo de ropa, excepto que este usaba pantalones y su camisa no tenía bordado en el cuello.
"¡No puede ser! Pero si es Dahlia... Vienes al torneo para ser mi sombra otros dos años", expresó con una voz caprichosa pero refinada. "Ja, ja, ja. ¿En serio sigues creyendo que un fenómeno como tú puede vencerme?", preguntó tocando su brazo derecho extra que tenía.
"Vete de aquí, Blanca. Decidiremos eso en la final", dijo Dahlia, fijando su mirada en la ventana del auto.
"¿Qué?... ¿Dijiste mi segundo nombre... ¡para molestarme!? ¡¿Cierto?!", expresó molesta, presionando sus manos. "Como sea, ¡no sirvió!", dijo mientras se retiraba furiosa a su asiento, haciendo un sonido de desprecio con su boca.
"No creas que puedes ganarle a mi hermana", dijo Caspian con una voz seria y tranquila antes de seguir a su hermana.
"Eso lo veremos", susurró Dahlia luego de observar cómo el hermano se iba con Blanca.
El auto finalmente llegaba al centro de la ciudad. Trompetas sonaban para presentar el torneo de artes marciales mágicas, mientras muchos magos con abrigos reales de color gris y una estrella en su espalda preparaban el lugar usando magia. La plataforma estaba hecha de un material prefabricado de color café, y las gradas de concreto blanco con asientos cómodos de una madera especial. A gran velocidad, los magos armaban todo el estadio, poniendo luces, conectando cables, colocando asientos y terminando de armar la plataforma, usando magia de viento y tierra. Además, el estadio tenía un lugar reservado para el rey y su hijo, con una gran ventana para observar cada pelea del torneo. Luego de acabar, la gente del reino comenzó a llegar y ocupar cada asiento. El estadio se llenó en poco tiempo.
Luego de terminar los preparativos, un hombre de traje rojo con cola y un pantalón negro se acercó a la plataforma. Llevaba en sus manos un estuche de color plateado y también tenía puesto un sombrero negro. El hombre abrió el estuche y lo lanzó lejos.
"¡Hola a todos, amigos! ¿Están listos para este maravilloso torneo?", gritó el hombre a través de un micrófono triangular que tenía una gema en su mango, que brillaba cada vez que hablaba. El referí y las bocinas, que estaban colocadas en lo alto de las paredes, brillaban por dentro al tener la misma gema dentro de ellas. Todos en el estadio gritaron de emoción.
"Muy bien, les habla su amigo Rop y seré el referí de este torneo. ¡COMENCEMOS! Este año tenemos increíbles participantes y, por supuesto, a nuestro querido rey ¡Shane Ystir! Y, claro, también a nuestro querido príncipe ¡Lue Ystir!", dijo, para luego escucharse los gritos de las personas. El rey saludaba desde la cabina, con su hijo a su lado.
Una gran pantalla virtual apareció con todos los participantes. En la pantalla se podía ver cómo seleccionaba uno por uno a los participantes al azar, colocando una imagen de referencia en cada bracket. El total de participantes era de 18.
"Hay más gente en las gradas que en el anterior torneo", pensó Dahlia, nerviosa, viendo la transmisión por un holograma que se encontraba en los vestidores. El lugar tenía varias taquillas para cambiarse de ropa y varios asientos pegados a la pared, además de tener el holograma de la transmisión frente a los asientos.
"¿Te presentarás así?... Ja, pensé que tendrías algo mejor. En este torneo hay muchos más fanáticos que el pasado, así que... hay que lucirse", expresó Blanca mientras observaba la tabla de participantes y se estiraba un poco. Blanca vestía una camisa celeste de cuello que dejaba descubiertos sus hombros. Además, tenía dibujos de pétalos rosa en el pecho y abdomen. Vestía un pantalón grisáceo y zapatos de combate. Además de Blanca, había otros ocho participantes del torneo en esos vestidores.
"¡Vaya! Al parecer voy primero. Nos vemos, Dahlia. Buena suerte, la necesitarás", dijo mientras salía por la puerta. "En serio, te hará falta", expresó burlesca, asomando su rostro por la puerta.
"¡Ya vete de una vez!", dijo Dahlia, molesta.
"Qué carácter... Jajaja", mencionó con tono burlesco, para luego salir por la puerta.
"¡Bueno, amigos! El primer encuentro será entre Tim Marnie y la campeona del anterior torneo Blan...", decía con emoción Rop hasta que notó una presencia furiosa a lo lejos: era Blanca. Ella miraba con furia a Rop mientras tenía sus brazos cruzados.
"Digo... ¡Jazmín Blirip!", gritó después de revisar la lista de participantes. Blanca cambió su expresión y sonrió, preparándose para ir a la plataforma.
"Pensé que moriría... Ah", expresó Rop, asustado, apartando el micrófono de su boca.
Blanca y su contrincante Tim estaban en sus posiciones. La campana sonó para dar inicio al primer combate.
"Esa chica que se llama Blanca, ¿sigue aquí en Ystir?", preguntó Louis, interrumpiendo la historia.
"No, debido a que el rey murió, su padre se llevó tanto a ella como a su hermano al reino de Lynquia", respondió Xitlari a la pregunta con tranquilidad.
"Entiendo. La muerte del rey parece que fue muy dura para todos... Según lo que he escuchado", comentó, aunque en su interior sabía que las palabras nunca podrían capturar el peso de aquella pérdida.
"Lo fue... Él era un increíble rey... Las batallas en el torneo fueron muy interesantes, pero la que tanto esperaba era la final con Blanca", expresó con ligera tristeza en su rostro, para luego continuar la historia.
"¡La campeona se lleva la victoria!", mencionó Rop con energía. "¡Esta pelea ha sido muy humillante para el participante Tim!" Un grupo de 4 personas que usaban camisas celestes y pantalones blancos se llevaron a Tim en una camilla.
"Señoras y señores, el siguiente combate será entre Yamada Sumi contra la subcampeona ¡Dahlia Xitlari!", mencionó mientras dos magos reparaban los daños en la plataforma.
"¡Vamos, Yamada, descalifica a ese fenómeno!", gritó un hombre. "¡Vamos, tú puedes!", dijo un niño que se encontraba con Lily y varios niños más en las gradas.
"¡Oigan, es injusto que use sus cuatro brazos!", gritó una mujer que parecía ser la madre de Yamada. Luego de su comentario, varias personas comenzaron a abuchear a Dahlia.
"¡Calma a todos! Así como en el anterior torneo, Dahlia Xitlari usará solo dos de sus manos. Si llegara a usar una mano más, será descalificada", comentó el referí, un poco molesto por la actitud de la gente.
Louis los observó por un momento, sintiéndose un poco mal al ver la actitud de ellos. "En el tiempo que he estado aquí... No hay duda, si ellos descubren que soy mitad demonio, me odiarán mucho. Por suerte, la gente no tiene acceso a la información de los paladines", pensó Louis mientras continuaba caminando. "Qué horribles son las personas a veces, por lo menos no todos te odian...", expresó Louis, un poco triste y bajando la mirada.
"No tienes que recordar eso si no quieres, Xitlari. Algunos de este reino... son una molestia", mencionó con una mirada seria hacia la acera que estaba luego de pasar por la zona de autos, donde había mucha más gente caminando que en la que ellos estaban.
"Oye, Xitlari, ¿no se te dificultó ninguna pelea?", preguntó Louis para que olvidaran el tema de la gente.
"En mi primer torneo sí, pero en este... La única pelea que fue algo... fue la final", respondió, acomodando la cápsula en su otro hombro.
"¿Estás segura de que...", dijo Louis, preocupado.
"Sí, no te preocupes... Les contaré la final del torneo para no alargarlo, ya casi llegamos al centro del reino", Xitlari interrumpió a Louis mientras estiraba uno de sus brazos derechos. "En la final con Blanca, ella...".
"Parece que otra vez somos tú y yo, pero igualmente quedarás detrás de mí", expresó Blanca con confianza. "Aunque yo esperaba pelear con el chico de magia de fuego que venciste en tu anterior pelea, era más interesante", mencionó mientras se estiraba en la plataforma.
"Lamento decepcionarte", dijo Dahlia, poniendo dos de sus manos en su espalda luego de calentar un poco.
"¿Qué estás haciendo? Conmigo puedes pelear con tus cuatro brazos, ¡ya lo sabes!", expresó molesta y confundida. "¡Referí!".
"¡¿Eh?! Bueno, yo no puedo hacer nada... No está en contra de las reglas que ella no quiera pelear con todos sus brazos", respondió Rop, un poco temeroso de Blanca.
"Lo siento, pero es muy injusto para ti", dijo Dahlia con seriedad.
"La pelea comenzará... ¡AHORA!", gritó Rop.
"Bien... ¡Si así lo quieres! Te humillaré por creer que eres algo", dijo Blanca tomando su posición de pelea.
Tomando impulso con sus piernas, Blanca se acercó para acertar un golpe en la cara de Dahlia, pero Dahlia paró el puñetazo con una de sus manos y luego le dio un puñetazo en el estómago que la hizo retroceder y quejarse del dolor. Todos los que apoyaban a Blanca estaban atónitos y no podían creerlo.
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Los únicos que gritaban eran menos de la mitad de las personas en el estadio. Diría que un 20% de todo el estadio apoyaba a Dahlia.
"¿Cuándo... conseguiste esta fuerza?", preguntó Blanca con una leve dificultad para respirar y con una de sus manos en el estómago.
"Así es mi nueva yo", respondió sin más, para luego acercarse para darle una patada la cual Blanca logró esquivar agachándose. Luego, Dahlia continuó lanzando golpes con dos de sus manos. Blanca lograba esquivarlos con dificultad hasta que uno logró darle en el hombro. Blanca trató nuevamente de atacar, dando una vuelta y lanzando una patada al rostro. Dahlia detuvo la patada con su mano y luego jaló a Blanca de su pierna para darle un puñetazo en el rostro que la hizo caer al suelo.
"No puede... ser", mencionó en el suelo, para luego mirar al público y darse cuenta de que había un hombre encapuchado observando la pelea.
"¡No... NOOO! ¡TÚ NO ME VENCERÁS!", gritó Blanca levantándose del suelo, furiosa. De pronto, su cuerpo comenzó a hacerse más grande y a cubrirse de un pelaje blanco con líneas negras. Sus manos se abrieron, haciéndose más grandes. Luego cerró su mano y comenzó a crecerle pelaje blanco en su mano, para luego abrirse toda la mano nuevamente, saliéndole grandes garras como las de un tigre. Una cola salió por detrás de su espalda, en la parte baja, haciendo un agujero en su ropa. Su rostro se convirtió en el de un tigre. Sus orejas pasaron a estar arriba de su cabeza. Sus ojos eran todavía azules, pero ahora como los de un felino. Ahora medía 175 cm, y lo único que no cambió fue su cabello. Todos en las gradas estaban sin palabras ante tal revelación.
"¡Así es, hija! No tengas miedo de quién eres, ¡muéstrale al mundo tu verdadero tú!", gritó un hombre tigre de pelaje blanco con rayas negras después de bajarse la capucha, mientras levantaba sus manos con alegría y orgullo.
"¡Ahhh! ¡Un monstruo!", gritó una mujer apuntando con su dedo al padre de Blanca.
"¡No soy un monstruo, señora!", respondió ofendido, apuntándole también con uno de sus dedos.
"¡¿Qué demonios es esto?! ¡Solo hay fenómenos!", gritó un hombre molesto y asqueado. "¡Sí, quiero mi reembolso!", dijo otro. "¡Son una molestia!", añadió otro. Muchos estaban abucheando a Dahlia y a Blanca, además de lanzar vasos y cosas a ellas, para luego escucharse el sonido de un cristal rompiéndose.
"¡Todos ustedes! En todo el torneo solo he escuchado comentarios ¡estúpidos!", gritó el rey de Ystir furioso desde la cabina. Al parecer, él destruyó la ventana de la cabina para hablar. "Mi propio reino discrimina a los demás por su apariencia... ¡Qué vergüenza! El problema de ustedes es que no saben diferenciar qué es bueno y qué es malo. Disfruten de la pelea los que quieran quedarse. Los demás pueden irse", mencionó con firmeza y decepción, para luego sentarse nuevamente a ver la pelea. La mayoría de los espectadores se estaban retirando en silencio después de escuchar al rey.
"¡Dan lástima!", gritó el padre de Blanca, molesto al ver cómo la mayoría de la gente se iba del lugar.
"¡No nos iremos, Blanca!", gritó una mujer. "¡Te apoyamos!", dijo un hombre. "¡Tú puedes!", añadió una niña. A pesar de que la mayoría se iba, una buena cantidad de gente se quedó para seguir viendo la pelea, y las personas que apoyaban a Dahlia también comenzaron a dar ánimos.
"¡Tú puedes, hija!", gritó el padre de Blanca.
"No esperaba que fueras una mujer tigre", comentó Dahlia, preparándose para continuar.
"¡Jah! Ahora las cosas se pondrán feas para ti", afirmó Blanca con una voz un poco más grave, tomando su posición de pelea.
Blanca se acercó con una gran velocidad, acertando una patada a Dahlia, haciendo que retrocediera, para luego atacar con sus garras a gran velocidad. Con gran esfuerzo, Dahlia lograba esquivar los ataques.
"¿Seguirás subestimándome? ¡Usa tus cuatro brazos!" dijo impaciente mientras continuaba atacando con sus garras, hasta que logró hacerle un corte en uno de sus brazos. Dahlia trató de defenderse, pero hasta sus guantes se hicieron pedazos por las garras de Blanca. Rápidamente, Dahlia usó sus otros dos brazos y golpeó los costados de la cabeza de Blanca con sus dos puños al mismo tiempo, y luego lanzó una patada, haciendo que saliera volando hasta el otro lado de la plataforma.
"Finalmente... te lo tomas... ¡En serio!" expresó Blanca para luego hacer un gran rugido y después correr hacia Dahlia. Rápidamente, las dos se acercaron para lanzar muchísimos golpes... unos eran bloqueados, otros esquivados, y otros acertaban. Ambas se movían a gran velocidad sin parar.
"Por Dios... ¡Esta pelea es increíble!" expresó Rop al poder verla tan cerca.
"Esta vez no..." dijo Dahlia mientras continuaba lanzando golpes y esquivando.
"¿Qué?" mencionó Blanca, confusa, al escuchar a Dahlia.
"¡Esta vez NO!" gritó Dahlia para luego usar sus dos brazos derechos cubiertos de magia estritual para golpear el pecho y el estómago de Blanca ¡al mismo tiempo! El increíble ataque la lanzó fuera de la plataforma, dejando un momento de silencio en el aire.
"¡Se acabó! La victoria es para... ¡Dahlia Xitlari!" dijo Rop con emoción, para luego escuchar los gritos de la gente.
"Todavía... no ha... acabado," dijo Blanca con dificultad mientras intentaba levantarse. Dahlia fue rápidamente para atacar a Blanca... Al ver esto, Blanca trató de pararse rápidamente, pero no lo logró y solo cerró los ojos... Al volver a abrirlos, vio el puño de Dahlia frente a su rostro.
"Esto... ya acabó," dijo Dahlia mientras le ofrecía su mano para levantarse. "Buena pelea," dijo con una sonrisa en su rostro.
Blanca rechazó la mano de Dahlia y, con dificultad, se levantó y comenzó a caminar hacia los vestuarios, para luego escucharse muchos aplausos y silbidos que venían de las gradas.
"¡Bien hecho, Dahlia!" gritaron muchos niños, mientras muchos hombres y mujeres aplaudían. "¡Bien hecho!... Lo lograste," gritó Lily con orgullo, mostrando una gran felicidad en su rostro.
"¿Ella... tiene muchas personas que la apoyan?" dijo Blanca, sintiéndose mal mientras miraba a los espectadores.
"Hiciste lo mejor que pudiste," dijo una niña de piel oscura y cabello café que miraba a Blanca desde las gradas junto a sus padres.
"¡Te apoyamos! No importa si eres diferente. Por cierto, si necesitas ropa, yo soy un gran diseñador y mi esposa la mejor sastre del reino," mencionó el padre de la niña.
"¡No exageres!" mencionó la mujer dándole un leve codazo.
Sorprendida, Blanca respondió: "Les agradezco la oferta... ¿Cómo te llamas?" preguntó Blanca con una sonrisa.
"Mi nombre es Yina, y mi papá se llama Lowin, y mi mamá, Lara. Y este se llama... Ñin," respondió Yina con una sonrisa en su rostro, mostrándole un ser con la forma de un boomerang que flotaba a su lado.
"Mucho gusto... lamento haberlos decepcionado," mencionó Blanca bajando la mirada al suelo.
"¿Decepcionado? ¡Estoy emocionado! Podré dise..." dijo Lowin mientras era interrumpido por Lara dándole otro codazo. "Digo... ¡Mira tú misma!" Lowin hizo un gesto con su mano para que mirara a su alrededor y viera cómo las personas que se habían quedado levantaban carteles y sus manos, además de comenzar a aplaudir y silbar para animar a Blanca.
"¡Hija! Lo hiciste muy bien," expresó mientras lloraba y abrazaba a Blanca.
"Papá, me duele..." dijo Blanca soportando el dolor.
"¡Lo siento!" El padre de Blanca inmediatamente dejó de abrazarla y retrocedió un poco.
"¡¿Estás bien, hermana?!" preguntó Caspian, quien corría desde los vestuarios para darle un frasco redondo.
"Sí, estoy bien, gracias," respondió tomando el frasco, para luego quitarle la tapa y beberlo.
"Me alegra que aceptaras quién eres, hija... Estoy orgulloso," dijo poniendo su mano en el hombro de su hija.
"Gracias, papá," agradeció luego de beberse todo el líquido que tenía la botella.
"¡Increíble pelea!" gritaron algunas personas en las gradas. "¡Te apoyamos, Blanca!".
"Gracias... pero no digan mi primer nombre," mencionó con molestia, tratando de forzar una sonrisa.
"Tendrás que soportarlo," agregó Caspian tomando el frasco que le dio a Blanca.
"Igual que la derrota..." dijo, para luego voltear atrás y ver a Dahlia sentada en la orilla de la plataforma observando a Blanca con una sonrisa en su rostro, para luego levantar los pulgares de sus manos. "Jah... no eras tan diferente después de todo."
"¡Señoras y... señores! La campeona del sexto torneo de pelea mágica... ¡Dahlia Xitlari!" gritó Rop, para luego sacar un control de su bolsillo y hacer que todas las bocinas que estaban ubicadas en todo el lugar del torneo sonaran.
El rey había bajado de su cabina para entregar la medalla y un trofeo dorado. Además, le acompañaba Mei con Clara en su hombro y seis caballeros. Usaba una armadura plateada y una capa rosada; además, tenía una sonrisa en sus labios. El rey Shane tenía ojos celestes y su cabello era plateado azulado, corto y con dos mechones hacia el frente. Usaba una túnica púrpura con detalles celestes, unos pantalones grisáceos ajustados y zapatos celestes. Medía 185 cm y tenía una pulsera dorada en su mano derecha.
"Ha sido un placer volver a verte en este torneo, Dahlia... Espero que esta vez sí aceptes mi oferta para convertirte en una paladín," mencionó con una voz firme, profunda y llena de amabilidad mientras le ponía la medalla.
"Le agradezco mucho su oferta, lo pensaré mejor esta vez," respondió Dahlia con gratitud y respeto.
"Me da gusto escuchar eso," el rey le entregó el trofeo en sus manos y luego Dahlia lo levantó para que solo se escucharan los aplausos y festejos de las personas en las gradas.
"Luego de eso... Lily y los niños llegaron conmigo a los vestidores para felicitarme y luego regresé a casa... Y..." mencionó Xitlari, volviendo su voz más apagada mientras más hablaba, reflejando dolor en su rostro por lo que venía.
"¡Ya llegamos! ¿Podrías quitar esa tapa, Louis? Creo que con eso ha sido suficiente... No tienes que recordar eso, amiga", dijo Kassie, preocupada, acercándose a ella mientras Louis quitaba una tapa que estaba en el suelo.
El centro de la ciudad era muy grande y espacioso; su forma era como una circunferencia, con algunas bancas y zonas con flores. Mucha gente caminaba por ahí, además de tener una zona de autos que iba en círculos conectando con todas las zonas: este, oeste, norte, sur, etc. Y claro, también tenía casas a su alrededor después de la zona de autos y la acera.
"¿Tú crees...?" Xitlari bajó la cápsula y estiró sus brazos y hombros.
"Bien, Louis, ¿podrías alejarte un poco por si acaso el quiritánidas trata de escapar?" dijo Kassie acercándose al agujero en el suelo.
"Sí, claro", respondió Louis alejándose.
"¿No que ya le habías dicho?" susurró Xitlari a Kassie.
"Sí, pero no dejes que nadie me vea, ¿sí?", expresó Kassie un poco nerviosa.
"No te preocupes, nadie se acercará conmigo aquí", respondió Xitlari para que luego Kassie entrara al agujero.
Louis se acercó a Xitlari para preguntarle: "¿Qué le pasó a tu padre?".
"¿Quieres... saber? Siéntate aquí", Xitlari se sentó en el suelo y, con una de sus manos, le señaló a Louis para que se sentara a su lado. Louis se sentó a su lado y, al darse cuenta de que estaba muy cerca de ella, se sonrojó levemente.
"Yo estaba muy emocionada de contarle a mi padre... luego de que el auto me dejara en casa, yo...".
"¡Papá! ¡Ya regresé! Lo... logré..." expresó con una sonrisa mientras entraba a la casa. Esa sonrisa desapareció mientras dejaba caer su medalla y trofeo, cuando vio a su padre en el suelo mientras un hombre le tenía un pie encima de él, además de que estaba atado por unas raíces. Ese hombre llevaba un abrigo negro con capucha que no dejaba ver sus ojos, además de estar decorado con cadenas doradas que cruzaban su torso. Debajo del abrigo llevaba un traje negro con una corbata dorada; además, tenía hombreras con detalles metálicos en dorado. Usaba guantes negros que eran completamente dorados del lado de la palma. Usaba una máscara negra que cubría solo su boca. Tenía un cinturón negro con detalles dorados y una capa oscura que estaba muy desgastada y rajada.
"Hmm... ¿Lum? ¿No dijiste que vivías solo?", preguntó el hombre con una voz fuerte y tranquila, agachándose un poco.
"¿Quiere que me encargue?", mencionó un ser cuyo cuerpo era de pura madera, con una voz muy profunda y grave. Medía 190 cm y sus ojos eran verdosos.
"Déjamelo a mí...", mencionó otro hombre con una voz arrogante, pero sutil. Sus ojos eran de un verde intenso y su cabello semilargo también, pero tenía mechones de un verde más claro. Usaba un chaleco blanco con detalles negros, además de tener una capa café oscuro que se enroscaba alrededor de su cuello. Sus pantalones y zapatos eran negros con líneas plateadas. Medía unos 176 cm.
"¡No le hagas daño! ¡ELLA NO SABE NADA!", gritó Lum con desesperación al no poder hacer nada.
"Hmm, tal vez con ella nos dirás dónde están los brazaletes... Jeff, toma a la... lo que sea que es", mencionó el hombre de traje morado oscuro.
"Con mucho gusto", dijo Jeff mientras se acercaba a Dahlia tronando sus manos y cuello.
"Dahlia... ¡Corre!", gritó Lum.
Dahlia quería quedarse a pelear, pero vio cosas alrededor de Jeff al verlo a los ojos directamente y salió de la sala. Cuando iba a salir de la casa, Jeff estaba frente a la puerta. "¿A dónde ibas?".
Dahlia le dio un puñetazo a Jeff y, cuando lo tocó, desapareció y apareció detrás de ella. La golpeó por la espalda, mandándola a volar fuera de la casa, destruyendo la entrada y cayendo en el pavimento.
"¿Qué demonios eres tú?", preguntó Jeff mientras salía de la casa y miraba a Dahlia levantarse nuevamente.
"¡A mi hija! ¡NO LA TOCAS!", gritó Lum furioso, creando un gran rinoceronte azul que salió de la casa, destruyendo parte de ella, para luego embestir a Jeff y estrellarlo contra el suelo. El otro hombre salió disparado de arriba de la casa mientras Lum lo seguía en un águila azul.
La criatura hecha de madera le quitó el rinoceronte de encima a Jeff y comenzó a absorberla, luego Jeff apareció detrás de Dahlia. Él tomó uno de sus brazos y trató de inmovilizarla, pero Dahlia se dio la vuelta y esta vez logró darle un golpe en el rostro a Jeff con todas sus fuerzas y usando la magia estritual, haciéndolo retroceder por el impacto, chocando con el suelo y agrietándolo.
Dahlia buscó a su padre y una gran luz azul apareció en el cielo por un momento. Luego de eso, su padre salió disparado del cielo, chocando con el suelo, creando una gran cortina de humo y destrozando gran parte del suelo.
"¡Padre!", dijo Dahlia con desesperación mientras cubría su rostro del polvo.
"Ese golpe...", dijo mientras aplastaba la cabeza de Lum con su pie izquierdo y sujetaba un reloj en su mano derecha. "Fue muy poderoso... Menos mal que tenía esto". El reloj en su mano se hizo pedazos. "Whoa... Ese era mi mejor reloj, no andas con rodeos, ¿eh?", dijo con sorpresa.
"¡Papá!", gritó desesperada, dirigiéndose a ayudar a su padre.
Jeff se interpuso en su camino, deteniendo su paso. "Jajajaja... ¡Jajajajaja! ¡Magnífico! Eso fue increíble... ¡Qué maravilloso golpe!", expresó sádicamente mientras le salía sangre de su boca y sus ojos se volvían negros.
"Imposible... resistió uno de mis golpes y usé toda mi fuerza...", pensó Dahlia con miedo al ver su reacción. "¡¿Quién demonios son ustedes?!". Con determinación y olvidando su miedo, Dahlia tomó su pose de pelea y llenó sus puños de magia estritual.
"¡Dahlia! ¡Huye!" dijo Lum con gran esfuerzo, tras mover su cabeza que era aplastada por el otro hombre.
"Papá..." Dahlia se mantuvo firme para pelear y no perder a su padre.
"¡Vete! ¡Vete, Xitlari! ¡Vete! ¡Recuerda lo que te dije! Algún día dejarás este mundo atrás", dijo Lum con mucho esfuerzo.
"Así que vive una vida que recordarás..." respondió Dahlia, casi entre lágrimas, siguiendo las palabras de su padre.
"¡No has vivido lo suficiente!" exclamó Lum mientras las lágrimas corrían por su rostro lastimado.
"¡No me iré! Pelearé... Por ti. ¡Tú hiciste mucho por mí!" expresó Dahlia mientras sus lágrimas comenzaban a correr por su rostro.
"Ya basta de lloriqueos... ¡Es hora de pelear!" gritó Jeff, saltando encima de ella para desaparecer antes de que pudiera golpearlo. Luego apareció detrás de ella y, al intentar darle un codazo, él volvió a desaparecer, apareciendo frente a ella. Al tocar su mano, le dedicó una sonrisa que revelaba sus dientes puntiagudos.
"¡Noooo...! ¡Por favor!" gritó Lum sin poder hacer más que observar.
Dahlia trató de golpearlo con dos de sus manos, pero él las detuvo con las suyas, quedando sus manos entrelazadas. Los músculos de sus brazos se tensaron en un duelo de fuerza.
"¡A tus golpes les falta luz! ¡Jajajaja!" dijo burlándose, empujando con más fuerza y haciendo retroceder a Dahlia. Con todas sus fuerzas, ella golpeó con sus otros dos puños llenos de magia estritual en el estómago de Jeff, pero él, al recibir el golpe, solo rió sádicamente mientras salía más sangre de su boca. Jeff empujó a Dahlia, ganando la pelea de fuerza, y la mandó lejos, haciéndola dar vueltas mientras se golpeaba contra el suelo. Luego apareció detrás de ella y, con sus manos, creó látigos oscuros que atraparon todos los brazos de Dahlia y comenzaron a jalarlos. Ella trató de resistirse, pero su fuerza no era suficiente, rindiéndose ante el dolor.
"¡Ya basta! Por favor... ¡Déjala!" expresó Lum con desesperación y dolor al escuchar los gritos de su hija.
"¡Lo haré si me dices dónde están los brazaletes! ¡Vamos...! No querrás que le rompa los brazos, ¿verdad?" gritó Jeff, sonriendo mientras jalaba con más fuerza. Dahlia, sin poder dar más, estaba perdiendo la conciencia.
"¡Mátala!" dijo el hombre, aplastando con más fuerza la cabeza de Lum.
"¡NOOO!" gritó Lum, extendiendo su mano por el suelo y rasgándose parte de la piel. Su rostro se llenó de grietas azules con estrellas y, de pronto, un gran dragón azul salió de su mano, despedazando parte del suelo y quitando de encima al hombre. El dragón se dirigió a toda velocidad hacia Jeff, atrapándolo con su boca y presionándolo fuertemente antes de estrellarlo contra el suelo. Luego tomó a Dahlia y la alejó.
"No... Debo salvarlo..." murmuró Dahlia soportando el dolor al ver cómo se alejaba del lugar encima del dragón.
"No puedes, Dahlia... Debo llevarte a un lugar seguro", dijo el dragón mientras continuaba alejándose.
"No..." replicó ella, recordando cada momento desde aquel día en que Lum la adoptó en aquella noche. "¡No perderé a mi padre!" Dahlia golpeó al dragón en la cabeza con su pierna derecha, haciendo que este se dirigiera hacia el suelo. Luego saltó y cubrió sus piernas de magia estritual para amortiguar la caída, comenzando a correr con todas sus fuerzas hacia donde estaba su padre. Detrás de ella, el dragón chocaba contra el suelo. "No puedo... No puedo perderlo... Él dio todo por mí. Ahora es mi turno", expresó con determinación, mientras las lágrimas corrían por su rostro y se evaporaban en el aire debido a la velocidad a la que corría. "Padre... Papá... Papá..."
Dahlia llegó al lugar y sus lágrimas se detuvieron. Poco a poco, fue disminuyendo la velocidad. Ante sus ojos estaba Lum, que había sido atravesado en el pecho por la criatura de madera. La criatura lo levantó y miles de raíces atravesaron el cuerpo de Lum. En los ojos de Dahlia se veía cómo las raíces desaparecían, llevándose consigo el cuerpo de Lum hasta hacerlo desaparecer por completo. Parecía que todo su cuerpo había sido absorbido por la criatura. Dahlia cayó al suelo de rodillas, sin palabras, con un rostro atónito, como si hubiese perdido la vida.
"Xitlari..." dijo Louis al ver cómo lágrimas caían del rostro de Xitlari.
Ella apartó la mirada y secó sus lágrimas. "No me veas...".
"No debí preguntar. Lo lamento mucho..." expresó Louis, sintiéndose culpable y triste por Xitlari. "Entiendo perfectamente lo que debió ser... Ver y no poder hacer nada".
"Debo ser fuerte... Es lo que él hubiera querido", mencionó ella, volteándose con el rostro más calmado y sin lágrimas.
"Creo que en nuestras vidas no siempre podremos ser felices. En algún momento pasarán cosas malas, y nosotros decidiremos si eso nos cambia para bien o para mal", comentó Louis, con sus ojos fijos en Xitlari, como si hablara desde lo más profundo de su corazón.
"Puede que tengas razón... No siempre se puede ser feliz... Luego de lo que pasó..." Xitlari comprendió lo que decía Louis, sintiendo su dolor.
"¡Vaya! Mira quién volvió, jajaja", dijo Jeff con su sádica sonrisa.
"Ella tiene magia estritual. Absórbela, Tohn. Te servirá tener más magia", mencionó el hombre del abrigo oscuro con capucha.
"Sí", respondió la criatura, acercándose a Dahlia.
"¡Espera! ¡Yo quiero divertirme!" comentó Jeff sonriendo y acercándose primero a Dahlia. Cuando estaba a punto de ponerle una mano encima, su brazo fue cortado.
"¿Y esto?" dijo sin inmutarse al ver cómo quedó su brazo cercenado.
Con un movimiento rápido, Mei apuntó su cimitarra de manera horizontal hacia Jeff. "¡Gran mariposa!" Una mariposa gigante dorada con rosa salió de la cimitarra, chocando contra Jeff y mandándolo lejos, mientras el suelo se despedazaba tras el paso de la mariposa, que continuó avanzando hasta explotar.
"¿Estás bien?" dijo Mei con preocupación, acercándose a Dahlia. La criatura iba a atacarlas, pero Mern creó un gran bloque de gyverna dorada que la detuvo. La criatura trataba de resistir el peso, pero Mern seguía empujando con su mano extendida hacia ella.
El hombre del abrigo apareció detrás de Mei, aprovechando su vulnerabilidad tras un vórtice morado oscuro. "Prisión eterna". Una esfera del mismo color rodeó a Mei. Antes de ser atrapada por completo, Mei empujó a Dahlia para ponerla a salvo.
"Sabía que los paladines de este reino tardarían menos en llegar", dijo el hombre. La esfera comenzó a agrietarse, dejando salir una luz dorada.
"¡No es magia de luz...! ¡Es magia de hada!" exclamó con voz preocupada y temerosa antes de desaparecer en el vórtice. Apareció junto al pilar que contenía a la criatura, tocándola, y ambos desaparecieron en el vórtice.
"Mei logró salir de la esfera y luego se acercó a mí para ver cómo estaba..." mencionó Xitlari con la mirada fija en el suelo, mientras de fondo se escuchaba el tránsito y la gente pasaba no muy lejos de ellos.
"Ellos escaparon. ¿Acaso... los brazaletes que buscaban son los que tienes puestos?" preguntó Louis, dándose cuenta al ver los brazaletes en dos de sus manos.
Con una pequeña sonrisa, Xitlari respondió: "Me alegra que hayas puesto atención. Mi padre los tenía escondidos con un agente legal... Los recibí como herencia tras su muerte, además de todo lo que tenía..." Xitlari levantó los brazos que tenían puestos los brazaletes. "Cuando los recibí, había una nota con ellos. Decía que debía protegerlos con mi vida y que no debían caer en manos equivocadas". Xitlari terminó de hablar y escondió nuevamente sus brazos dentro de su chaqueta. "Además de que ese día conseguí mi primer espíritu", pensó Xitlari.
"Es una gran responsabilidad... La magia estritual es muy interesante. Lástima que no puedes contarme de ella", mencionó Louis, recordando que hace una semana Xitlari le dijo que no tenía permitido hablar mucho de la magia espiritual. "Tengo una pregunta... ¿Por qué al contar la historia te mencionaste a ti como Dahlia y no como Xitlari? Hablabas como si no fueras tú".
"Porque Dahlia se fue aquel día... Ahora solo soy Xitlari, porque ese fue el nombre que mi padre me dio", respondió Xitlari, levantándose del suelo y sacudiéndose el polvo.
"¿Nombre?" pensó Louis, confuso, moviendo su cabeza a un lado, luego de levantarse del suelo y sacudirse el polvo.
"¡Xitlari! ¡Ya lo tengo!" gritó Kassie dentro del agujero de la zona de agua.
"¡Ahí voy!" Xitlari corrió para abrir la cápsula y acercarla al agujero. "Adelante, un poco más arriba". El quiritanidas era una criatura alargada con una cabeza un poco grande, tenía grandes colmillos y una piel gruesa.
"Debería ayudarles, pero Kassie no quiere que la mire en esa forma", pensó Louis mientras una niña con un pequeño dispositivo holográfico (parecido a un celular) se acercaba a él.
"Paladín Louis..." dijo la niña, un poco preocupada y con una cara triste.
"¿Eh? ¡Hola, pequeña! ¿Qué pasa? ¿Te perdiste?" expresó con sorpresa al ver a la niña, para luego agacharse y mirar a su alrededor para ver si estaba la madre de la niña, pero en vez de eso observaba cómo algunas personas comenzaban a verlo de una manera extraña.
"No... Pero... ¿Es cierto esto?" dijo la niña, mostrándole el dispositivo. Era un video donde Louis peleaba con Kein y sus hermanos. Louis estaba sin palabras al ver el video. "En el video, la señorita dice que usted es mitad demonio y que además controla magia de lava... ¿Es eso cierto?".
Louis se levantó para luego ver cómo todas las personas que estaban en el centro del reino lo miraban con terror, mientras otras simplemente salían corriendo.
"¡Vete, demonio!" gritó un hombre. "¡Fuera, monstruo!", dijeron otros. "¡Asqueroso ser!" La gente comenzó a lanzarle cosas a Louis.
"Ya está, Kassie. ¿Huh? ¿Qué pasa? ¿Louis?" dijo Xitlari al ver lo que estaba ocurriendo, luego de meter al quiritanidas en la cápsula. Louis se había ido del lugar sin decir nada, dejando a la niña mientras las personas seguían gritando.
"¡Sí, vete, monstruo!" dijeron las personas.
"¡¿Qué pasa?!" preguntó Kassie mientras salía del agujero de la zona de agua.
"No lo sé. Louis se fue... Creo que la gente descubrió que es mitad demonio", respondió Xitlari mientras cerraba la cápsula. "Maldición... Llevaré esto a la agencia. Ve y búscalo". Xitlari rápidamente hizo sus poses de manos y el espíritu rinoceronte apareció en su hombro. Comenzó a correr con la cápsula entre sus brazos a gran velocidad mientras Kassie iba a buscar a Louis.
*Oeste de Lyran - Iglesia - Oficina del Sacerdote*
En la oficina del sacerdote se reproducía el video a través de una pantalla holográfica. "Como pueden ver, aquí el paladín Louis se enfrentó al trío de hermanos Schulz, y la gran revelación fue que el paladín Louis, además de ser mitad demonio, ¡controla la magia de lava!" dijo una mujer mientras avanzaba el video. Luego del último comentario, el dispositivo que creaba la pantalla holográfica fue destruido por una pequeña explosión.
"Magia de lava... Maldito infeliz... ¡Edgar!" mencionó el sacerdote furioso al lado de su escritorio.
"¿Qué pasó, señor?" preguntó Edgar llegando a la oficina.
"¡Anuncia una reunión de todos los líderes! ¡Y cancela cualquier cosa que tenga que hacer mañana! Iremos a Ystir de inmediato", respondió el sacerdote, tomando su bastón dorado y agarrando a Edgar de la camisa.
Fin del capítulo