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Descubrimientos #6

Vemos a un pajarito volando por el hermoso cielo azul lleno de nubes totalmente blancas. El pajarito empieza a caer en picada hasta que podemos ver completamente... el maravilloso reino de Ystir, con sus grandes murallas y sus torres de vigilancia avanzada, que trazan un amplio círculo protegiendo sus tierras. En este reino hay tres entradas; una en el este, otra en el oeste y otra en el sur. En el norte no hay una entrada, pues aquí se ubica el palacio, y además, después de las cosechas, hay un gran cañón, un lugar muy peligroso con trampas naturales. Ystir tiene cuatro principales zonas comerciales, pero también posee zonas como el noroeste y el sureste. Aquí podemos encontrar distintos negocios, como bares, bibliotecas, diferentes tipos de tiendas y, claro, una gran cantidad de casas de los habitantes, tanto en las zonas principales como en otras áreas.

Seguimos a nuestro pajarito, quien ahora reposa en un árbol junto a una nueva amiga. Mientras la nueva pareja se acaricia, podemos ver cerca a Louis, con una gabardina azul. Tenía sus características solapas en el pecho, sin ningún bolsillo ni botón, excepto por las correas de ajuste del puño y, claro... con su collar azul en el pecho. En la espalda, tenía un yugo azul oscuro que cubría la parte alta y llegaba hasta los hombros. Además, tenía una cinturilla trasera y una abertura en la parte baja de la gabardina. Usaba una camisa azul de compresión, unos pantalones azul oscuro, guantes azul oscuro y botas de cuero rojo, que se alzaban hasta justo por debajo de las rodillas, con un diseño simple y robusto. No llevaban adornos, salvo una vuelta en la parte superior. Louis estaba corriendo con una caja en su brazo mientras muchos autos pasaban a su derecha y el sol comenzaba a iluminar las calles con su maravilloso esplendor.

"¡Es por aquí!" dijo al detenerse y ver dos caminos por seguir. Mientras corría, se podía ver cómo la gente trabajaba en artículos mecánicos. "¡Adiós, Louis!" gritó un hombre saludando a lo lejos. "¡Adiós, señor Brin!" respondió levantando su mano con gran felicidad mientras continuaba su camino.

"Llegué... Ufff..." exclamó con un poco de cansancio frente a la puerta de una casa. Louis tocó la puerta y escuchó mucho estruendo detrás de ella.

"¡Finalmente! ¡Gracias por traerlo!" expresó una mujer bastante desarreglada. Se podía ver la fatiga en su rostro y también la desesperación por la que pasaba. Ella tomó al instante el paquete que tenía Louis y lo abrió lo más rápido que pudo, unió las piezas con gran rapidez.

"¡Mamá! ¿Dónde estás?" Se podía escuchar como si seis niños gritaran esas palabras a la vez. La mujer, desesperada, estrelló una poción con las piezas cuando terminó de armarlo. Las piezas junto a la poción crearon un muñeco de tierra con una forma humana, mucho más alto que Louis.

"¡Increíble!" dijo Louis al ver cómo el muñeco se transformaba.

"¡Por favor! Cuídalos mientras yo descanso, ¡no puedo estar así más tiempo!" expresó casi entre lágrimas, poniéndose de rodillas ante el muñeco de tierra.

"No se preocupe, me encargaré de todo. Usted puede descansar" respondió el muñeco, yendo hacia donde estaban los niños, quienes seguían gritando.

"Gracias, no podía más..." dijo la mujer levantándose y cerrando la puerta.

"¡No hay de qué!" Louis se retiró y caminaba en la acera mientras los autos pasaban a su izquierda. "Pobrecilla... ¿Será que así es tener hijos? Aunque escuché a más de uno..." pensó mientras marcaba una libreta con un check.

"¡Haz que este lugar conozca el sufrimiento!" gritó Dark en la mente de Louis, mostrándole un escenario destruido.

"¡No empieces!" gritó Louis, molesto, mientras un hombre detrás de él se asustó y cayó al suelo.

"¡Las emociones humanas te volverán débil!" replicó.

"Déjame en paz..." respondió, bajando la voz mientras ayudaba al hombre a levantarse. "Una disculpa, señor."

"¡Gruñido! ¡No permitiré que tu humanidad dañe lo que realmente somos!" replicó, acercándose frente a él dentro de su mente.

"Ya me deshice de ti una vez, lo haré otra vez, pero solo, pues para eso salí de Alahead... para aprender a hacer las cosas por mi cuenta" expresó seriamente, mostrando molestia en su rostro. Dark simplemente se desvaneció de la mente de Louis, gruñendo mientras su rostro brillaba por la lava dentro de él.

"Qué molestia vivir con estos pensamientos intrusivos... Pero al menos ha dejado de poner esas imágenes. Aunque en los sueños tiene más control... Beber esas pociones antisuelo me ayudó ¡Gracias, Amelia! Qué bueno que ella me ayudó cuando le entregué un paquete en su biblioteca... Aun así, no debo dejar que la gente me vea hablando así; pensarán que estoy loco y ¡me odiarán! No quiero preocupar al Profesor" pensó mientras seguía caminando, reflejando un poco de preocupación en su rostro. "¡Puedo hacerlo! Justo como me enseñó el Maestro Rei" expresó con determinación después de sacudir su cabeza varias veces.

Después de una larga caminata, Louis regresó a la nueva casa del profesor Maxwell, la cual estaba ubicada a unas calles de la agencia PT. Louis abrió la puerta con unas llaves y entró.

"¡Ya regresé!" gritó mientras cerraba la puerta nuevamente.

La casa del profesor Maxwell era de dos pisos. La entrada, con forma de túnel, tenía una gran ventana a un lado que daba a su oficina. Las paredes tenían un tapiz rojo y una alfombra negra en todo el suelo. Al entrar, había unas escaleras que llevaban a un pequeño rellano. A la izquierda de las escaleras de la entrada se encontraba la cocina; más a la derecha y al frente, la sala; al fondo del pasillo estaban las escaleras que llevaban al segundo piso.

"¡Señor Louis! Se ha acostumbrado muy bien; ahora entrega bastante rápido los paquetes" dijo Hanks, contento por el logro de Louis mientras sujetaba una bandeja con una tetera.

"Louis, Hanks, no me digas señor" expresó con una leve sonrisa, acercándose a él.

"A mí me gusta decirle así, señor" respondió Hanks dirigiéndose a la cocina.

"Sí, pero que me digan así me hace sentir como si estuviera viejo o como si fuera mayor que tú" replicó Louis mientras subía las escaleras.

"Ya veo... Entonces trataré de no decirlo" expresó, entendiendo su preocupación. "¡Por cierto! El Profesor Maxwell lo espera en la oficina".

"Okay, gracias" Louis se dirigió hacia la oficina del profesor Maxwell. "Profesor, ¿necesita algo?" preguntó justo al entrar.

"¡Louis! Ja, ya memorizaste las rutas del reino, ¿no? Ya no te tardas como antes. Dos semanas para no perderte, todavía recuerdo la semana pasada que te perdiste en la zona suroeste, jajajaja" bromeó alegremente, recordando el suceso mientras estaba sentado en su escritorio.

"No me lo recuerde, por favor... Me dio mucha vergüenza, y Ririam me regañó solo por eso..." dijo, un poco avergonzado e incómodo.

"Ja, lo siento. Como tú sabes, las cosas han estado un poco calmadas, pero Mei, después de mucho trabajo... o mejor dicho, tortura..." dijo, recordando lo que le dijo Mei para conseguir la información. "Mei consiguió que los hombres de Zthur, que atacaron mi otra casa el día que te conocí, dijeran la ubicación del escondite de Yeynos... Y ella quiere que vayas a la agencia para poder discutir sobre eso. Pero antes... ¿En serio quieres ayudar a este reino? No necesitas hacerlo si no quieres..." expresó, cambiando a un tono más serio y firme.

"¿Debería ir...? Yeynos... Ese tipo barrió el piso conmigo... Pero... debo tratar de ayudar y no seré alguien que solo viene de paso a un reino, y el Maestro Rei dijo que siempre hiciera cosas que ayudaran al reino, y a mí me gusta ayudar" pensó, recordando cómo Yeynos lo venció con facilidad y recordando las palabras de su maestro. "¡Iré! Debo tratar de ayudar lo más que pueda, y también ver a los demás en acción es algo que me interesa" respondió con una pequeña sonrisa en sus labios.

"Bien... entonces puedes retirarte" respondió alegremente con una sonrisa en sus labios.

"¿Qué? ¿Ahora?" preguntó con sorpresa.

"Sí, será mejor que vayas ahora, para no hacer esperar a Mei. Esta misión es muy importante" respondió con complicidad.

"¡Me voy entonces! ¡Gracias!" expresó emocionado, saliendo de la oficina.

"No hay de qué..." susurró con una sonrisa mientras lo miraba salir de su oficina.

"Agencia PT... Me gustaría poder ver el lugar; no pude verla mucho cuando entré hace dos semanas..." pensó mientras tomaba su katana y una bolsa azul en su habitación. "Esta ropa es más cómoda que la otra que usaba; al final no fue nada malo que me obligaran a entrar a esa tienda. El señor Lowin sí que hizo un buen trabajo... Me pregunto si la ropa es tan resistente como me dijo... Bueno, ya lo comprobaré", dijo luego de salir de su habitación.

Louis salió de la casa del profesor Maxwell y fue corriendo hasta la agencia PT. Mucha gente pasaba cerca de él y algunos lo reconocían y murmuraban.

"También debería darle un regalo al señor Lowin por esta bolsa, me gusta mucho", mencionó antes de llegar al lugar, ignorando los murmullos de la gente. "¡Aquí es! La recuerdo perfectamente; no suelo pasar mucho por aquí..." dijo observando por la ventana al lado de la puerta. "¿Venden joyas?" Dijo con sorpresa. "Cierto... Recuerdo que dijo el profesor que para que el rey no se enterara, hicieron una tienda de joyas que disfrazaba que era una agencia", exclamó recordando lo que le contó el profesor, golpeando su puño derecho con su palma izquierda y dirigiéndose a la puerta.

"Bueno, ¡aquí vamos!" Cuando estaba frente a la puerta, a punto de estirar su mano para tomar la perilla, la puerta se abrió y, dando unos pequeños pasos... ahí estaba una mujer de piel oscura frente a Louis. Ella tenía ojos de un café brillante, su cabello era corto hasta el cuello y de color café; medía 180 cm. Vestía un top ajustado negro de cuello alto que contrastaba con una blusa blanca de corte corto, que se ajustaba en la parte superior del torso y dejaba su abdomen bien marcado al descubierto. Llevaba una chaqueta marrón de estilo suelto de tela ligera, con detalles amarillos en los bordes; la chaqueta llegaba hasta sus rodillas. Además, llevaba dos brazaletes dorados en sus manos y tenía dos aretes delgados con forma de curva, usaba zapatillas de artes marciales de color negro y parecía esconder algo en su chaqueta.

Un sonido escapó de la boca de Louis, pero no pudo decir nada. "¿Eh?" pensó... Sus ojos se fijaron en ella con asombro, sintiendo una calidez en el pecho que no pudo explicar.

"Un ojo azul y otro rojo... ¡Qué bien! Te encontré. Difícil no hacerlo con tus ojos y tu cabello tan peculiar...", expresó con un tono sarcástico, con una voz calmada y profunda, con una fuerza sutil, pero con una emoción reservada. "¡Mucho gusto! Me llamo Dahlia Xitlari, pero solo llámame Xitlari, por favor..." frunció el ceño. "¿Estás bien?" Preguntó al notar el silencio y que la miraba fijamente.

"Eh... sí... Yo... estoy bien", dijo con dificultad, bajando su rostro, el cual estaba sonrojado, y notó que Xitlari escondía algo en su chaqueta.

"Bien, ¡vamos! Mei nos espera en su oficina", dijo dando la vuelta y dirigiéndose a la puerta al lado de la caja.

"Claro", mencionó, entrando y cerrando la puerta, y luego siguiéndola, pero manteniendo su distancia. "Jamás había sentido algo así... en el pecho... ni con lava cubriendo todo mi cuerpo", pensó, tratando de olvidar lo sucedido al ver la agencia.

"¿Por qué te alejas tanto?" Preguntó molesta, dándose la vuelta.

"¡No es por nada! Bueno... quería... ver un poco el lugar antes", dijo con timidez y un leve sonrojo que trataba de ocultar, desviando la mirada.

"¡Huh! Entiendo... Te mostraré el lugar", dijo sintiéndose un poco mal por juzgarlo.

"¿Eh...? ¿Segura? No quiero... retrasar la misión de la señorita Mei", preguntó Louis.

"Sí, no hay problema; de todas maneras, iba a ir a buscarte a tu casa. Hay tiempo", respondió con un poco de amabilidad reprimida. "La agencia PT se veía pequeña por fuera, pero... es solo una máscara... Aquí es el área de investigaciones; no es muy grande, pero funciona. Aquí preparan y crean los equipos; también se investigan datos vitales que necesitamos para probar el fiasco del conde Jens", dijo mientras observaba a los demás sin entrar al lugar.

"¡Whoa, qué increíble!" dijo viendo a los investigadores que usaban dispositivos holográficos y los controlaban con sus manos. "¿Huh? Es como aquella vez en mi cuarto", pensó al notar una capa blanca en la entrada, la cual no tenía puerta.

La sala era de 10x10 y estaban creando una granada de hielo, juntando magia de hielo contenida en una diminuta esfera e incrustándola en la granada, la cual tomó un color blanco; después, la tiraron en un contenedor especial para probarla y todo el contenedor se congeló.

"¡Qué increíble!..." dijo sorprendido, haciendo que la gente lo mirara por su grito. "¿Eh? ¡Lo lamento! Es solo que me encanta su tecnología", dijo poniendo su mano derecha por detrás de su cabeza con una leve sonrisa.

"¡Muchas gracias, chico!" dijo uno de los investigadores. "Sí, se agradece", añadió una mujer. "¡Gracias!" dijeron todos los presentes en la sala a la vez.

"¡Oye! Tú eres el paladín Louis; se agradece mucho su ayuda en nuestro reino", expresó una mujer con lentes y cabello negro con un moño; usaba guantes de protección y un traje blanco, además de tacones negros.

"No hay de qué, me gusta ayudar", respondió Louis amablemente, mientras Xitlari lo miraba.

"Sí que eres bueno hablando con los demás...", dijo Xitlari después de que Louis saliera de la sala.

"¿Eh? Ehm... Muchas gracias", respondió con timidez, apartando un poco su mirada.

"Pero conmigo... parece que no..." pensó, sospechando de él al escuchar su respuesta. "Aquí están todos los materiales y equipamientos que usamos, aunque el que más usa este lugar es Ririam", expresó mostrándole una pequeña sala con muchos artefactos, armas y aparatos de comunicación.

"Está repleto", mencionó al ver la sala.

"Esta otra es la sala donde esperamos una misión o pasamos el rato", dijo al abrir la puerta haciendo un ligero movimiento. Louis notó un brazalete dorado largo con una gema grande incrustada, además de ver una mano escondida en su chaqueta.

"¿Eso era una mano?", pensó, pero decidió no decir nada y vio la sala. La sala era de 8x8; tenía varios sofás y estantes con libros, además de un tragaluz de cristal redondo en el techo.

"Y bueno, eso es todo... Dudo que quieras ver las celdas y el área de interrogación", mencionó parando en la última puerta del corredor; delante de Louis había unas escaleras que iban hacia abajo.

"Claro... gracias por el recorrido", comentó con la misma timidez. "¿Será que parezco un idiota comportándome así?" pensó mientras Xitlari pasaba por la puerta. Luego pasó él también y ahí estaba Canbel, sentado en su escritorio, escribiendo con un teclado y con un holograma frente a él; a su izquierda tenía una cámara de la entrada de la tienda y a su derecha la puerta a la oficina de Mei. El lugar era pequeño, pero tenía un sofá con una mesa y una alfombra de color café con rayas grises.

"Este lugar sí lo recuerdo..." pensó Louis entrando a la sala y notando que Canbel estaba muy concentrado escribiendo.

Xitlari abrió la puerta y entró con Louis detrás de ella.

"¡Louis! Qué bien que viniste... Se necesitará toda la ayuda posible para esta misión", expresó Mei, dejando notar un poco de nervios en sus palabras, mientras los demás apartaban la mirada.

"Hola a todos, me alegra que me hayan invitado a la misión", expresó Louis con sinceridad y con una leve sonrisa en su rostro. Silencio...

"¿Qué les pasa?" Preguntó Xitlari observándolos a todos y luego se acercó al escritorio de Mei.

"¿Estás bien, Mei?" dijo con sarcasmo y luego presionó una tecla del teclado que estaba en el escritorio. Un holograma salió y la imagen era la espalda de Louis, y de fondo la oficina y los demás.

"¡Lo sabía! ¡Por eso me mandaste a buscarlo!" Dijo molesta, usando el teclado para mover la cámara, revelando una cámara voladora con forma de escarabajo.

"Lo siento, es que... me dio curiosidad cómo reaccionaría Louis al verte, pero fuiste con tu chaqueta...", expresó con tono suave y dulce, levantándose del escritorio y tratando de calmarla, sintiendo decepción al final de sus palabras.

"Yo quería ver si comenzaban una pelea", mencionó Ririam cruzando sus brazos y cerrando sus ojos.

"¿Qué? ¿Cómo iba a pelear con él?", preguntó Xitlari sorprendida por las palabras de Ririam.

"Yo también esperaba eso... Lo siento, el argumento de Ririam era convincente," dijo Kassie, apartando su mirada con vergüenza.

"¿Tú también...?" expresó Xitlari, decepcionada.

"Jajaja, qué bueno que no pasó nada, pero ahora debes mostrar tu secreto," dijo Ann alegremente, con una sonrisa en sus labios.

"¡No es un secreto!" gritó, golpeando la mesa. "Y de todas maneras no puedo andar en la calle sin mi chaqueta... Esta gente discrimina mucho... aunque ya saben quién soy..." dijo, cruzando sus brazos y bajando su voz al final de sus palabras.

"¿Qué pasa aquí?" pensó al presenciar toda la discusión.

"Bueno, como sea, ¡esto es!" dijo, levantando dos brazos más que estaban bajo su chaqueta. Ambos tenían unos brazaletes largos con una gema azul incrustada. "Si te desagrada, te puedes morir," expresó de manera despectiva, como si la opinión de Louis no le importara.

"¿Aaah... era eso? Ya lo había notado," expresó de manera cálida y un poco tímida. Silencio...

"¡Por eso no te acercabas a mí! Y yo que pensé que eras bueno," replicó acercándose a Louis.

"No, no, no era... por eso... De hecho, me parecen increíbles tus brazos..." expresó con nervios y ruborizándose al tener cerca a Xitlari.

"¿Eh...? Ya veo..." expresó, sorprendida por la respuesta de Louis, ruborizándose levemente y apartando la mirada, para luego sentarse al lado de Kassie y cruzar sus cuatro brazos.

"Hmm, yo conozco esa reacción..." pensó Ann al ver la reacción de Louis cuando Xitlari se acercó.

"Bueno, dejando ese tema de lado... Vamos a ponernos serios," expresó Mei, tomando una actitud seria y usando su teclado para agrandar el holograma. "Después de un gentil pero largo interrogatorio..." dijo, mostrando un breve video de ella torturando a uno de los hombres de Zthur que atrapó.

"¡Dilo, maldito! ¡Dilo!" gritó Mei en el video mientras ahorcaba con su brazo a Jori.

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"¡No puedo! Por favor... ¡Para!" gritó Jori con dificultad para hablar.

"¡Pues entonces!" dijo, sacando una vara eléctrica. Al verla, Jori comenzó a gritar "Aaaaahh" y el video se detuvo.

"¿Qué carajo?" pensó Louis al ver la imagen.

"Finalmente conseguí la ubicación del escondite de Yeynos. Iremos todos y sacaremos a ese desgraciado de nuestro reino," dijo con seriedad mientras juntaba ambas manos, apoyando su boca en ellas. "¡Preparen su equipo!" Al instante, todos se levantaron y se dirigieron a la sala de armería.

Todos salieron al instante, excepto Ririam, que estaba eligiendo cuidadosamente. "Tal vez necesite uno de estos..." dijo mientras observaba el objeto y acomodaba sus lentes.

"¿Por qué solo tú estás aquí?" dijo Mei, molesta.

Después de que Ririam terminó, todos esperaban afuera de la agencia.

"¿Para qué les crean cosas si no las ocupan?" replicó Mei mientras salía de la agencia con Ririam detrás.

"Llevamos nuestro comunicador," respondió Xitlari, y todos lo mostraron excepto Louis, que todavía estaba un poco fuera de lugar por cómo se comportaban los demás. "Y también los escudos."

"Okay... Entonces, la ubicación está en la zona este, en un callejón; ya les mandé la ubicación por el comunicador," dijo con su voz dulce y suave mientras usaba su comunicador y la gente pasaba cerca de ellos. "Cuatro irán en mi auto y Ririam y Ann en aire."

"Yo prefiero ir con Ann; ella sabe cómo me gusta viajar," dijo Kassie al instante.

"¡Sí, Kassie! ¡Vamos!" dijo Ann, dándole un abrazo.

"Bien, entonces me quedo con los que sí disfrutan cuando voy a toda velocidad," mencionó emocionada encendiendo su auto.

"¿Te gusta cómo maneja Mei?" preguntó Xitlari mientras miraba a los demás irse.

"Sí..." respondió Louis con timidez.

"¿Por qué se comporta así?" pensó Xitlari mientras subía al auto.

En el auto, todo estaba tranquilo. Xitlari observaba por la ventana a su izquierda y Louis... bueno, él estaba viendo hacia abajo sin saber qué decir.

"No entiendo esto... ¡¿Por qué no puedo decir nada?!" pensó Louis, sacudiendo un poco su cabeza y luego volteó a ver a Xitlari, quien era iluminada por la luz del sol que entraba por la ventana y su cabello se movía por el viento. "¿Acaso lo que siento es... amor?" pensó luego de verla y desviar la mirada. Su cuerpo comenzó a emitir un aura de calor.

"Hmm, ¿no sienten como que hace más calor?" preguntó Mei al percatarse del aumento de temperatura.

"Sí, de pronto... hay más calor, ¿eh? ¡Oye! ¡Tú estás generando el calor!" exclamó Xitlari al notar la piel de Louis.

"¿Eh? ¿¡Soy yo?!" dijo sorprendido, revisando su mano y quitándose uno de sus guantes.

"Louis, cálmate, ¿te pasa algo? Bájale o ¡me quemarás el asiento!" expresó Mei, preocupada por su auto y también por Louis... pero más por su auto.

"Lo siento..." dijo Louis, concentrándose y logrando equilibrar su temperatura.

"¡Ay, qué susto, gracias, Louis!" mencionó, aliviada. "Por cierto, Ririam me dijo que tenías magia de tierra también. Los paladines con dos tipos de magia son muy prometedores; puede que te conviertas en uno de los mejores," dijo tratando de hacer conversación.

"De hecho, solo usé pociones de magia, no es que tenga otra magia," respondió un poco nervioso.

"Ah, ya... bueno, igualmente serás uno de los mejores si consigues evolucionar tu magia hasta el fuego azul, pero seguro lo lograrás," aseguró, convencida de su potencial.

"¡Me esforzaré, señorita Mei!" dijo, sintiéndose un poco culpable. "Qué mal... no me gusta mentir, pero el profesor me dijo que tenía que hacerlo lo más posible," pensó mientras miraba por la ventana a su derecha. "Ojalá nunca hubiera obtenido esta magia... No tendría que mentir y... mi padre... Calma, Louis, ya olvidaste esos pensamientos," pensó sacudiendo su cabeza levemente.

Luego de un rato, finalmente llegaron al lugar ubicado en el este, en el mismo callejón donde Mei capturó a los hombres de Zthur.

"¿Por qué está tan callado?" preguntó Louis al no escuchar mucho ruido alrededor cuando bajó del auto.

"Ririam se encargó. Si las cosas se ponen feas, no habrá heridos," respondió Mei con Clara en su hombro, luego de que se desfusionara de la cimitarra.

"¿En serio? ¿Aquí es? ¿Hay un pasadizo secreto o algo?" preguntó Ririam, viendo el callejón sin salida.

"En efecto, solo que este tipo de pasadizos necesita una contraseña," mencionó Mei, caminando hasta el final del callejón y puso una grabación del comunicador.

"¡Ya por favor...! La clave es *shiroi... kiri*," respondió a través del comunicador.

"¿Es normal eso?" preguntó Louis a Kassie.

"Por supuesto, hay que sacar información," respondió Kassie, susurrando.

La pared del callejón se abrió, mostrando unas escaleras hacia abajo. Todos bajaron y encendieron una linterna que tenía el comunicador, excepto Ririam, quien tenía dos luces en los aros de sus lentes.

"¡¿Cómo se enciende?!" preguntó Louis, desesperado, buscando el botón.

"¡Aquí!" dijo Kassie, presionando un botón táctil.

"¡Bajen la voz!" intervino Ririam.

Cuando bajaron, el lugar tenía mucho espacio, pero estaba totalmente desolado.

"Creo que llegamos tarde..." dijo Mei al ver el lugar.

"Tal vez tiene otro pasadizo, es un tipo de la aldea Krisha; ellos tenían muchos secretos," mencionó Ririam, buscando en las paredes.

"Cierto... ¡Busquen por todo el lugar!, pero tengan cuidado, puede haber trampas aquí." Al instante que Mei habló, todos comenzaron a revisar el lugar, el cual era una sala hecha de madera, de color pálido y totalmente vacía.

"Hmm, siento humedad en esta parte de la pared," mencionó Kassie, agachándose y revisando la pared cerca de las escaleras.

"¿Cómo lo sabes?" Louis se acercó al escuchar el comentario de Kassie mientras los otros revisaban al fondo del lugar.

"Controlo la magia del agua también, ¡estoy segura!" Kassie usó su magia e hizo pedazos una parte de la pared, revelando un pequeño túnel.

"¡Encontré algo!" gritó Kassie emocionada.

Una pared se levantó del suelo, encerrando a los demás. Luego, las escaleras se levantaron y sellaron la salida.

Una pared se levantó del suelo, encerrando a los demás, luego las escaleras se elevaron y sellaron la salida.

Louis golpeó la pared con todas sus fuerzas, pero no logró hacerle nada. "¿Cómo... están bien?".

"¡Sí! ¿Encontraste algo, Kassie?", respondió Mei, viendo que Xitlari no podía atravesar la pared.

"No se mueve ni un poco...", replicó Xitlari luego de golpear varias veces.

"¡Un túnel! Pero está muy oscuro... ¿Qué hacemos?", dijo Kassie preocupada, mirando la pequeña entrada sombría.

"¡Ririam! Dame un abrazo, tal vez sea el último...", expresó Ann con miedo, abrazando a Ririam.

"No nos pasará nada...", Ririam respondió al abrazo y trató de calmarla.

"¡No se preocupen! Ya me imaginaba que sería una trampa... Por eso... traje...", dijo Mei, buscando en su chaqueta. Una esfera blanca salió de una pared. "¿Y eso?" La esfera se abrió e iluminó todo el lugar. Del otro lado, la pared se dio la vuelta, convirtiéndose en una pared con picos.

"¿Pasó algo...? Ay, no...", mencionó Louis al ver los picos.

"¡Entra!", gritó Kassie lanzándose al túnel, seguida de Louis.

Kassie y Louis comenzaron a caer por un túnel sin fin, hasta que atravesaron una capa blanca y llegaron a un lugar rodeado de pasto alto, iluminado por el sol bajo un cielo con nubes dispersas. En lo alto de la colina, una casa de techos inclinados y paredes blancas se alzaba con elegancia. Las columnas de madera sostenían amplios aleros que proyectaban una sombra suave alrededor de la estructura. Kassie creó una corriente de agua que hizo que ambos llegaran al suelo sin daños.

"Con razón sentí humedad, hace poco llovió en este lugar", dijo Kassie, notando las gotas de agua en el pasto. "Vaya... es un lugar muy bonito para un asesino...", comentó al ver la casa en lo alto de la colina.

"Sí... ¿Puedes llamar a los otros? No sé cómo usar esto", mencionó Louis al levantarse del suelo y sacar su comunicador, pero inmediatamente lo guardó.

"No responden... Hay que revisar la casa, tampoco tenemos algo más que hacer". Kassie intentó llamarlos a todos, pero ninguno contestó.

Por otra parte, los demás se encontraban en un lugar totalmente silencioso. Había estructuras de piedra de un estilo refinado, con techos inclinados de tejas rojas y anaranjadas. Estaban en un largo camino que los llevaba hasta la edificación principal; un castillo alto, rodeado de árboles y torres delgadas y puntiagudas, similar a una catedral. Varias torres pequeñas estaban distribuidas por la ciudad, que tenía calles y caminos que se conectaban entre sí. También había arcos de piedra y puentes que cruzaban sobre pequeños canales o ríos. Había otras estructuras largas con un reloj gigante y un techo puntiagudo. Algunas de las casas también tenían árboles cerca y un jardín al frente.

"¿Qué es este lugar?", preguntó Xitlari, viendo el gran palacio.

Mei suspiró con asombro al ver el lugar, sintiendo melancolía, y se notaba en sus ojos que quería llorar. "Este lugar... es Trownlian... uno de los reinos destruidos por Mayestad. Qué hermoso verlo otra vez", expresó con gran sentimiento y pesar al recordar todo lo ocurrido.

"¿Cómo es posible? No puede ser... Esa esfera que explotó debió hacer algo", dijo Ririam, confuso y sorprendido por las palabras de Mei.

"Puede ser magia confinadora o de ilusión...", mencionó Mei.

"Debe ser magia confinadora", replicó Ririam.

"Crear todo esto con magia de ilusión puede tardar años...", reflexionó mientras caminaba de un lado a otro. "¡Ann! Vuela lo más lejos que puedas del reino".

"¡Entendido!" Ann al instante salió volando a gran velocidad, levantando polvo y dejando aire amarillo a su paso.

Ririam notó que Clara no estaba junto a Mei. "Mei, Clara no está...". Mei observó su hombro con preocupación.

"Lo sé... las hadas no pueden ser confinadas o llevadas a una ilusión", respondió, revisando su hombro.

"Kassie y... ¿cómo se llama?", dijo Xitlari preocupada, pero olvidando el nombre de Louis.

"¡Louis! De castigo le preguntarás su nombre cuando regresemos", expresó Mei con su voz dulce y suave, en un tono más calmado.

"¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!", preguntó sorprendida.

"Es muy descortés olvidar el nombre de alguien, y también tienes que ser más sociable", respondió Mei, observando el lugar y recordando viejos momentos.

"¡Luego de pasar!", gritó a lo lejos, yendo a gran velocidad. "El reino, hay un largo espacio en blanco", continuó luego de llegar al suelo con una sonrisa en su rostro.

"Entonces debe serlo... Jamás había visto un campo de ilusión tan bien elaborado...", comentó mientras caminaba y miraba el castillo.

"Parece que ya lo descubrieron... Aunque tardaron un poco... ¿No eran paladines de alto rango? Me pregunto quién fue el que les dio esta ubicación", dijo una voz presumida con un toque de orgullo y algo juguetona, pero grave.

Todos adoptaron posiciones de batalla y se juntaron para ver alrededor de ellos.

"¿Quién eres?", preguntó Mei mientras miraba a todos lados.

"Me llamo Tai, ¡un gusto! Paladines...". Mientras hablaba, el suelo comenzaba a agrietarse. "Vamos a ver... qué tan buenos son...". Muchos seres con armaduras plateadas surgían del suelo, comenzando a rodearlos.

"Si es magia de ilusión... Con mi magia podremos tener una salida", pensó Xitlari y comenzó a hacer poses con sus cuatro manos, las cuales tomaron un color azul brillante.

"Bien, cubran a Xitlari... Y eviten los golpes... o sus cerebros serán dañados", mencionó, mostrando determinación en su mirada.

Mientras tanto, Kassie y Louis entraron a la casa y comenzaron a buscar por todas partes.

"¿Nada?", preguntó Kassie, sintiendo aburrimiento.

"Nada...", respondió Louis con decepción. "Ya me aburrí de buscar... ¿Crees que deberíamos irnos de aquí?".

"No podemos... No sabemos qué es este lugar... ¡Ya me harté! ¡Sal de la casa!", dijo Kassie decidida, creando una esfera de agua con sus manos.

"Okay, ¡ya me voy!" Louis salió de la casa y se quedó observando a lo lejos.

Una gran cantidad de agua salió por las ventanas y puertas. Louis estaba sorprendido y se apartó de las grandes corrientes de agua, las cuales se detenían en cierto punto.

"¿Eh? ¿Qué fue eso?", dijo confuso Tai, quien observaba encima de una casa a los demás mientras estaba invisible. Tai, sospechando, se fue del lugar.

"¡Ya lo tengo!", dijo Xitlari al terminar su pose de manos. "¡Rhino! ¿Puedes escucharme?".

"Sí, ¿por qué hablas mentalmente? ¿Y dónde estamos? Y... ¿por qué solo mueves tu cabeza? Bueno, no solo tú... También los demás. Oh, también veo el hada de Mei, está girando alrededor de ella", preguntó con gran confusión un espíritu rinoceronte pequeño de color azul en el hombro de Xitlari.

"Estamos en un campo de ilusión muy elaborado, ¿qué podemos hacer?", dijo, mientras Ann apartaba a los caballeros con magia de viento amarillo, creando un gran tornado que los alejaba. Mei estaba luchando con muchos a la vez y, con cada golpe que daba con su cimitarra, partía por la mitad a cada uno. Ririam disparaba con su francotirador a los que estaban más lejos.

"Hmmm, empieza a reunir magia espiritual en tu mente, no en tus brazos, y luego yo la tomaré para poder sacarlos de aquí, creando un impacto en esta sala y saldrán del campo de ilusión", respondió el rinoceronte espiritual mientras intentaba colocarse sobre la cabeza de Xitlari, jalando su cabello.

"Entiendo... ¿Estás jalando mi cabello?", preguntó sintiendo un ligero dolor que la desconcentraba.

"Sí, ya casi... ¡Listo! Ya puedes empezar". El rinoceronte logró ponerse encima de la cabeza de Xitlari.

"Perfecto". Xitlari se sentó en el suelo y cruzó las piernas, comenzando a reunir una energía azul en su cabeza.

De pronto comenzaron a salir dragones de fuego, derribando edificios y despedazando el suelo. Ann levantó a todos con su magia y los llevó volando a gran velocidad, tratando de esquivar los ataques de fuego de los dragones mientras Ririam les disparaba. A Xitlari le creó una nube que la cubría de cualquier daño.

"Vamos, Xitlari ¡tú puedes!", mencionó Mei, que estaba frente a la nube de Xitlari por si lograba acercarse uno de los dragones.

Frente a ellos salió un gran dragón negro que descontroló el vuelo de Ann, y todos comenzaron a caer.

"¡Maldición!" gritó Xitlari, abriendo los ojos.

Ann logró detener la caída, y Xitlari regresó a acumular energía, sentada en el suelo. El dragón negro destrozó uno de los edificios, y Mei destruyó todos los escombros que se dirigían hacia ellos. Con un gran salto, llegó hasta la cabeza del dragón y la partió. Al caer, Mei vio la gran cantidad de dragones que se aproximaban.

"¡Xitlari! ¡Apresúrate!" gritó mientras caía.

"¡Ya casi...!" mencionó Xitlari.

Ririam sacó un dispositivo y lo tiró al suelo, creando un gran escudo de color verde transparente. Todos los dragones comenzaron a lanzar fuego, y el escudo empezó a ceder. Ann comenzó a cargar una gran ráfaga de viento amarillo en sus manos, lista para cuando el escudo se destruyera. El gran escudo desapareció, y las llamas se acercaban a ellos. Ann lanzó su ráfaga, creando un escudo de viento amarillo sobre ellos que avanzaba a gran velocidad.

"No... podré... ¡seguir por más tiempo!" gritó Ann, esforzándose para que el escudo no cediera.

"Ya... casi... ¡listo!".

En el callejón, salió el rinoceronte espiritual del suelo, destruyendo gran parte de este. El rinoceronte emergió del agujero y esperó afuera.

"¡Qué buena entrada!" dijo Mei, saliendo del suelo y parándose junto a Clara, restregándose suavemente en su cuello. "¿Estás bien, Clara?" Clara asintió mientras Xitlari observaba si había gente cerca. Luego, salió y redujo el tamaño del rinoceronte, que se colocó en su hombro.

"Oigan, ¿cuándo salen? Hay que buscar a Kassie y a Louis," preguntó Mei, saltando sobre el agujero.

"Pensé que moriríamos..." dijo Ann, abrazando a Ririam, quien estaba en el suelo.

"Todo está bien, lo hiciste increíble," respondió, acariciándole la cabeza.

"Ya salgan de ahí, tortolos," mencionó Xitlari, saltando también sobre el agujero.

Mientras tanto, Kassie y Louis seguían en el otro lugar. Kassie hizo que el agua regresara dentro de la casa, siendo absorbida por ella, dejando el lugar seco.

"¡Whoa, esto es increíble! ¿Encontraste algo?" dijo Louis, sorprendido de que la casa quedara intacta, con todos los muebles en su lugar, como si nadie hubiese estado allí.

"Encontré esto... Es un rollo, pero está sellado. Estaba en un suelo falso, bastante convincente," respondió Kassie, dándose la vuelta mientras intentaba abrir el rollo.

"De algo servirá. Y... ¿ahora qué?" mencionó Louis, sin saber qué más hacer.

"Hmm... ¡Ah! Ya sé, pasemos por el túnel nuevamente," sugirió tras pensarlo un momento.

"¡Sí!, con tu magia de agua," añadió Louis.

"No, no, ehm, mejor con la de hielo, jeje..." respondió nerviosa, como si escondiera algo.

"¿Por qué no?"

"Porque... es mejor, ¡vamos!" respondió, tomando la mano de Louis para salir de la casa.

"¿Quiénes son ustedes? ¿No me digan que vienen con los otros?" expresó Tai con molestia en sus palabras, alertando a Louis y Kassie.

"¿Eres Yeynos?" preguntó Kassie, asomándose por la salida, pero no había nadie. "Vamos, guárdalo en tu bolso," susurró a Louis, entregándole el rollo.

"¿Qué? Para nada... Mi nombre es Tai, y creo... que ninguno de ustedes escapará de este lugar," mencionó, adoptando un tono serio. Louis y Kassie fueron empujados por un gran golpe de aire; el ataque era tan fuerte que la entrada de la casa fue destruida.

"¡Paladines! Me temo que su derrota ¡está asegurada!" dijo, emergiendo por la entrada y dejando niebla blanca detrás de él. Su cabello era corto y blanco, con ojos del mismo color, como si tuvieran niebla dentro. Medía 176 cm y llevaba una mascarilla negra que cubría su boca y nariz. Usaba una capucha blanca sin mangas que llegaba hasta su pelvis, con una capa blanca que alcanzaba justo antes de su rodilla y salía de entre sus hombros. Llevaba una camisa negra debajo, visible solo en las mangas, muñequeras negras con puntos blancos y guantes negros. Su pantalón era negro, holgado en la parte superior y ajustado en los tobillos, con un cinturón negro que ajustaba la capucha en la cintura, y calzaba unos jika-tabi blancos (un zapato japonés usado por ninjas).

"¿Estás bien?" preguntó Louis, ayudando a Kassie a levantarse.

"Sí... estaré detrás de ti," dijo Kassie, cubriendo sus brazos con agua.

Louis desenvainó su katana y se dirigió hacia Tai... Tomó impulso y chocó su katana con la de Louis.

"Magnífico sonido, ¿no lo crees? Jajaja," mencionó con gran emoción.

Louis y Tai chocaban sus katanas mientras Kassie se preparaba para atacar.

"Uy... Jeje, eres bueno con la katana. Hace mucho que no peleaba con alguien con una fuerza igual a la mía," comentó, notando que Kassie lanzó una gran carga de agua hacia él. Tai creó una katana de su mano y comenzó a volar encima de ella, esquivando todos los ataques de Kassie. "¡Uff! ¡Estuvo cerca, niña! Jajaja."

"No hay mucho tiempo... debo encargarme de los otros también," pensó Tai mientras continuaba esquivando los ataques de Kassie. "¡Niebla oscura!" Tai bajó de su katana y puso su palma en el suelo, haciendo que todo se volviera oscuro para Louis y Kassie.

Louis hizo que su katana se calentara, iluminando su entorno. Kassie usó su cristal para iluminar el lugar. Luego, colocó ambas manos en el suelo y comenzó a crear mucha agua, que se esparció y atrapó a Tai con un brazo de agua. "¡Te tengo!"

"Vaya..." Tai cortó el brazo usando la katana que dejó flotando en el aire y comenzó a volar nuevamente, parado sobre ella. "Bonito truco, ¡te gustará este!" Tai creó una gran cantidad de katanas que dirigió hacia Louis y Kassie.

Kassie creó un muro de hielo con el agua que generó, deteniendo todas las katanas en el hielo.

"Dos tipos de magia... No esperaba eso, ¡pero qué importa!" Con gran velocidad, Tai se dirigió al muro y, con un solo golpe, lo destruyó.

"¡Atrás!" dijo Louis, preparándose, mientras Kassie se colocaba detrás de él.

Tai chocó nuevamente su katana con la de Louis, pero esta vez la katana de Louis partió en dos la katana de Tai, sorprendiendo a este, quien se alejó.

"Es muy rápido, pero... tenemos la ventaja," pensó Louis. "Kassie, mantente atrás, yo te cubriré," dijo Louis con seriedad.

"¡Okay!" respondió Kassie, notando la seriedad en sus palabras.

"Su katana está al rojo vivo... ¡qué increíble!" pensó Tai.

Tai creó muchas espadas que lo empezaron a rodear y las dirigió todas hacia Kassie y Louis.

Kassie creó un escudo de hielo alrededor de ellos que comenzó a girar a gran velocidad, deteniendo las katanas y disparando muchas púas de hielo hacia Tai.

"Están llenos de trucos," mencionó Tai, esquivando las púas y destruyendo otras con otra katana que salió de su mano.

Tai presionó su katana con más fuerza, cubriéndola de una niebla blanca, luego la lanzó con todas sus fuerzas, atravesando todo el escudo de hielo y dirigiéndose hacia Kassie. Sin embargo, Louis se interpuso, tratando de detenerla, y aunque la katana se desvió, atravesó el estómago de Louis.

"¡Louis! ¿Estás bien?" preguntó Kassie, acercándose a él.

"No te preocupes, estoy bien," dijo Louis, sacando la espada de su estómago e incinerándola. Kassie quedó sorprendida por la facilidad con la que destruyó la katana y por no inmutarse ante el dolor.

"¡Vaya! Tu fuego es muy caliente, también me sorprende que sigas en pie después de una herida como esa, mis respetos," dijo Tai, volando sobre el escudo. "Pero... ¿no creen que ustedes no encajan bien? Fuego y agua... ¿entienden? Je, je."

Kassie disparó más agujas desde el escudo, y nuevamente Tai comenzó a esquivarlas, volando calmado y velozmente sobre su espada.

Un pitido sonó, y Tai sacó un comunicador redondo de su bolsillo. "¡Vaya...! Mal momento, padre..." dijo, moviendo la cabeza para evitar una púa. "Tendré que acabar con ellos ahora... Además, parece que los otros lograron escapar. Lástima", pensó Tai, desvaneciéndose poco a poco y desapareciendo de la vista de ambos.

"¿A dónde fue?" preguntó Kassie, tratando de buscarlo.

"No lo sé... Pero prepárate, puede aparecer en cualquier momento", mencionó Louis, buscando por todos lados.

De pronto, una pequeña esfera blanca empezó a iluminar el lugar.

"Esto se acabó, amigos", dijo Tai, quitándose la mascarilla y sonriendo mientras marcas como grietas se extendían desde sus ojos hasta sus mejillas.

"¿Magia blanca...? ¡No puede ser!" exclamó Kassie, asustada, mientras quitaba el escudo de hielo.

"¡Corre!" dijo Louis, tomando el brazo de Kassie y comenzando a correr.

De pronto, del túnel salió una gran cantidad de viento amarillo, haciendo que la niebla desapareciera.

"¡¿Chicos, dónde están?! ¡Ah, ahí están! ¿Huh?" gritó Ann, buscándolos, y vio a Tai con la esfera de magia blanca. Rápidamente agarró a Louis y a Kassie y se dirigió al túnel.

"¡Claro que no!" Tai lanzó la esfera blanca, que fue a gran velocidad hacia ellos.

Ann tomó más velocidad, haciendo que el viento amarillo se hiciera más delgado, y lograron atravesar el túnel. Luego pasaron por todo el túnel, agrandando el agujero y elevándose a gran velocidad hacia el cielo hasta que Ann logró detenerse.

"¿Están... bien?" preguntó Ann, con gran dificultad para respirar.

"Sí", respondieron los dos, también con cansancio, pero Kassie estaba temblando.

"Qué bien... Porque yo... no..." Ann se desmayó y comenzó a caer con ellos. Kassie comenzó a gritar desesperada, y Louis guardó su katana, agarró a Kassie y a Ann, y las colocó frente a él mientras caía de espaldas.

"¿Qué haces?" preguntó Kassie, confundida.

"Yo puedo soportar el impacto, ¡ustedes no!".

Kassie cerró los ojos. Estaban cayendo a gran velocidad... Pero de pronto atravesaron una gran cantidad de slime verde que detuvo su caída, quedando en medio de la gran esfera de slime. Ririam absorbió nuevamente el slime, permitiendo que los tres tocaran el piso con seguridad.

"¡¿Están bien?!" gritó Mei mientras corría hacia ellos con Ririam y Xitlari a su lado. "¿Por qué salieron del agujero así?" preguntó preocupada, arrodillándose al llegar.

"¡Ann! ¿Estás bien? ¡Por favor, dime que estás bien!" exclamó Ririam, cayendo de rodillas al suelo, casi entre lágrimas, mientras tomaba a Ann en sus brazos y tocaba su rostro.

"Estoy bien..." respondió Ann, un poco mareada, y luego Ririam la abrazó más fuerte.

"No sabemos quién era... pero tenía magia blanca", respondió Louis al ver que Kassie no respondía y miraba a Ann y Ririam.

"¿Magia blanca...? No puede ser... Solo el sacerdote tiene esa magia..." Mei estaba atónita ante la respuesta de Louis.

"¡Louis! ¡Tu estómago!" dijo Kassie, volviendo en sí.

"¿Qué? ¿Te hirieron?" expresó Mei, preocupada, levantándose.

"No, estoy bien", respondió Louis, levantándose y cubriéndose el estómago.

"¡Claro que no!" replicó Kassie, pensando que Louis se hacía el fuerte. Se levantó y movió la mano de Louis, mostrando que no estaba herido, aunque su camisa tenía un orificio. "¿Cómo...?".

"Eso no importa ahora, ¡hay que irnos! ¡Entren al auto!" Mei notó el orificio en la camisa de Louis y las manchas de sangre, pero rápidamente fue hacia su auto y todos entraron: Xitlari al frente, Kassie y Louis atrás, y Ririam con Ann encima. "¡Canbel! ¿Llamaste a los arquitectos? No quiero reclamos de ese animal", preguntó Mei por su comunicador mientras conducía a una velocidad moderada.

"¡Van en camino! Arreglarán los daños y sellarán el túnel por el precio de siempre", respondió Canbel a través del comunicador.

"Perfecto, gracias", Mei apagó el comunicador y observó a los demás por el retrovisor.

"La misión fue un fracaso...", mencionó Ririam mientras Ann seguía desmayada encima de él.

"Claro que no... Nos confiamos porque éramos muchos, pero ahora sabemos a qué nos enfrentamos. No es cualquier cosa; magia de ilusión de ese nivel es muy peligrosa, y magia blanca sin duda es lo peor... Tengo que conseguir una reunión con alguien de la iglesia, y pronto... El reino está en completo peligro", Mei estaba seria y con una mirada de determinación mientras conducía.

"Kassie encontró esto, es una especie de rollo o algo", mencionó Louis, sacando el rollo de su bolso.

"Déjame verlo", Xitlari tomó el rollo y comenzó a analizarlo.

"Hay muchos seres ahí dentro, Xitlari", dijo el rinoceronte espiritual. "Puedo sentirlo, es una gran cantidad".

"Parece que es un espacio de contención; tiene adentro una gran cantidad de criaturas".

"Guárdalo aquí", Ririam le dio una cápsula de seguridad a Xitlari, quien lo guardó.

Mientras tanto, al otro lado del portal...

"Se escaparon, qué mal... Será mejor que cambie de sentido el portal. ¿Eh?" comentó con ligera frustración mientras se colocaba la máscara. De pronto, un pitido sonó nuevamente y Tai sacó un dispositivo redondo.

"¿Pasa algo?" preguntó Tai, respondiendo la llamada.

"Por supuesto que pasa algo, se supone que deberías estar en la reunión. ¿Dónde estás?" dijo Yeynos, molesto, a través del comunicador.

"¿Reunión? ¿Qué reunión?" preguntó Tai, extrañado por no recordar la reunión.

"En las cenizas de Trownlian, Zthur dará un anuncio muy importante. Será mejor que vengas lo más rápido posible", respondió Yeynos.

"No recuerdo que me avisaran de una reunión, pero haré lo que pueda para llegar a tiempo", mencionó Tai, mientras se acostaba encima de la katana, la cual flotaba llevándolo hacia el túnel.

"Bien, apresúrate..." dijo Yeynos, cortando la comunicación.

"Suspiro... qué molestia... ¡Pero! Tengo que obedecer a mi padre", comentó, mirando al cielo.

De vuelta en el reino de Ystir, y tras un tranquilo viaje, todos regresaron a la agencia. Ann se sentía mejor, y estaba anocheciendo; algunas personas pasaban por el lugar en las aceras y también algunos autos.

"Estoy bien, no te preocupes", decía Ann mientras Ririam la ayudaba a caminar hacia la agencia. Kassie también se acercó a ayudarla.

"Ustedes dos vayan y lleven eso a la sala de investigaciones", dijo Mei con firmeza, yéndose en su auto.

Xitlari y Louis entraron en la agencia en silencio y se dirigieron a entregar la cápsula. Ninguno comentó nada, solo caminaban hasta llegar a la sala de investigaciones.

"¡Señores! Tengan mucho cuidado analizando lo que está adentro. Yo lo revisaré mañana", mencionó Xitlari, poniendo la cápsula en un contenedor de cristal que hizo flotar la cápsula. Luego, Xitlari salió de la sala, seguido por Louis.

"Siempre igual con esa tipa...", comentó uno de los investigadores. Louis logró escuchar el comentario antes de salir y luego siguió a Xitlari, quien detuvo su paso.

"¿Qué eres?" preguntó Xitlari sin más, a punto de salir por la puerta.

Louis se sorprendió por la pregunta... Pero sabía que ya no podía esconder más su secreto. "Soy un humano... mitad demonio", respondió con alivio y resignación.

Xitlari hizo un gesto de sorpresa pero no se dio la vuelta. "Ya entiendo. Por cierto... No me dijiste tu nombre cuando te conocí", mencionó, al no recordarlo, mientras seguía de espaldas.

"Lo lamento, me llamo Louis A. Keeper, un gusto conocerte", expresó con calidez en sus palabras y un leve sonrojo.

"Jeh... Un gusto, Louis", dijo, girándose ligeramente y saliendo por la puerta, dirigiéndose fuera de la agencia.

Mientras tanto, Mei seguía conduciendo su auto.

"Función por voz."

[Función de voz activada], respondió el tablero del auto.

"Busca la información de Louis Keeper."

[Entendido], respondió el tablero.

[Louis A. Keeper, 18 años, hijo de la paladina Lin Keeper... Es un paladín del reino de Alahead, nombrado el seis de octubre del año 3682, mide 170 cm, posee la magia de fuego y es un humano mitad demonio.] Un trueno resonó en la última palabra del tablero.

En la casa del profesor Maxwell, él se encontraba parado, viendo la lluvia caer por su ventana.

"¿Lo sabías, verdad?" preguntó Mei al llegar, apoyando sus manos en el escritorio.

"Ya lo descubriste... Perdona, quería recolectar suficiente información para contártelo sin que hicieras algo indebido," respondió el profesor, dándose la vuelta.

"¿Por qué harías eso?" Mei quitó sus manos del escritorio y se paró firmemente.

"Porque para ti... el reino es más importante. Louis es un chico que ha sufrido mucho desprecio, y yo quiero evitar que sufra más," mencionó sentándose en su silla y sacando un dispositivo holográfico.

"Sabes que son peligrosos, Jonathan. Que haya sufrido mucho puede hacerlo querer vengarse," dijo con un tono serio, y al final de sus palabras cayó un trueno.

"¿En serio piensas eso? ¿Qué diría Xitlari de ese comentario?" expresó con decepción.

"Tienes razón... Lo siento," dijo, sintiéndose culpable y dirigiéndose a la salida.

"Antes de que te vayas... No haré que Louis siga mintiendo... Ya te lo diré de una vez, y espero que me dejes terminar antes de que pongas tu cimitarra en mi garganta," expresó con seriedad, presionando el dispositivo holográfico. El dispositivo mostró información y una foto de Rei.

"Rei Fordesthmans es el maestro de Louis y... Louis posee la magia de lava." Otro trueno resonó a lo lejos en las últimas palabras.

"¿Cómo...? ¿Quieres que pase eso aquí también?" dijo sorprendida y molesta.

"Cálmate... Para bajar tu preocupación, es que te muestro esto... Sabes que Rei Fordesthmans es hijo de Lión Fordesthmans; no creas que Louis fue entrenado por cualquiera," mencionó, mostrándole imágenes de la magia verde y celeste.

"Igual sigue siendo peligroso..." replicó, aunque también calmándose por las palabras y lo que miraba en el dispositivo.

"¿Has visto el collar azul que lleva en el pecho? Ese collar evita que pueda usar todo el potencial de su magia. Además, fue creado con la magia de la espada celeste de Lión, eso no es poco," el profesor seguía mostrándole imágenes del collar y de la espada.

"¿Y si deja de funcionar?" preguntó bastante calmada, entendiendo todo lo que el profesor le explicaba.

"La magia suprimida es una magia muy débil; se gastará al instante. Louis mencionó que crear lava gasta muchísima magia y, por eso, pasó entrenando varios años con Rei para lograr comprimir la parte que él puede usar. Si el collar deja de funcionar, aunque yo lo dudo... no podrá usar mucha magia porque se mezclará con la magia suprimida. Louis es un chico bien entrenado, él... ¡no dejará que pase nada malo!" expresó con gran certeza y confianza en sus palabras, levantándose y golpeando con fuerza el escritorio.

Mei se sorprendió por la explicación y por cómo terminó su explicación. "Jeh... Lo cuidas porque te recuerda a Alex, ¿cierto?"

El profesor volvió a sentarse en su silla.

"La diferencia... es que Louis está entrenado, está capacitado y sabe las consecuencias de un mal uso de su magia... ¿Quieres que te cuente un poco... por lo que ha pasado?"

Luego de un rato, la lluvia paró y Louis llegó a la casa. Antes de entrar, concentró su cuerpo y secó toda su ropa.

"¡Ya estoy de vuelta! ¿Hanks?" dijo, entrando a la casa y cerrando la puerta. Louis se dirigió hacia la oficina del profesor, pero antes se encontró con Mei, quien acababa de salir.

"Señorita Mei... ¿Qué hace aquí? ¡Ah! Y también por el caso de mi herida... Yo..." Louis fue interrumpido por un abrazo repentino de Mei; ella lo abrazó fuertemente, dejando que se le escaparan unas lágrimas.

"No te preocupes, Louis... Yo te apoyaré también," expresó con su voz dulce y suave, deteniendo su abrazo y limpiando sus lágrimas. "Quiero verte mañana en la agencia... ¿Sí?" dijo con un leve movimiento de su rostro mientras sonreía con sus labios.

"Por supuesto, ¡allí estaré!" respondió Louis con emoción, y luego de escuchar eso, Mei nuevamente lo abrazó, suave...mente.

Fin del capítulo.