Como cualquier otro día, la luz del sol comienza a envolver todo... Las personas se levantan de sus camas para comenzar su día, directo al trabajo, otros desayunando, pero siempre siguiendo adelante. Los autos, en las zonas asignadas, pasan; la gente camina por las aceras, compra comida, utensilios, objetos mágicos y mecánicos. La herrería avanzada con herramientas sofisticadas y la mecánica avanzada con magia ayudan en grandes cosas a este reino, pero... Hay ciertas cosas que se perdieron... ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué no conocen algunas palabras, objetos o comida? Una respuesta que se descubrirá en un futuro, si estás dispuesto a seguir aquí, claro.
La vida trata de no rendirse y siempre seguir adelante, no importa qué... El cambio se presenta y debemos aceptarlo, pues es parte de la vida. Nosotros decidimos si cambiar para bien o para mal al vivir los acontecimientos de nuestras vidas... Todo pasa por una razón y así debe ser.
Continuamos nuestra historia con Louis despertando por la mañana, preparándose para la misión del día de hoy. Mientras hacía su rutina de ejercicio en el techo de la casa, una idea pasó por su mente.
"¡Eso es! Así tal vez ella me perdonará y estará feliz", mencionó Louis bajando del techo y entrando por la ventana de su habitación, tomando una ducha, vistiéndose y preparando su bolso con una gran cantidad de ystires. Luego salió de su habitación para encontrarse con el Profesor Maxwell, quien sostenía una taza de café, al bajar las escaleras.
"Buenos días, Louis, veo que ya estás listo", mencionó luego de tomar un sorbo de su taza.
"Sí... ¿Está seguro de que no hay paquetes para hoy?" preguntó con preocupación.
"¡Por supuesto! Tú ve y cumple con la misión de Mei, y así serás más de confianza", respondió tocando levemente su cabeza.
"Muy bien..." dijo, quedándose callado por un momento y luego, sorpresivamente, abrazó al profesor y se retiró. "¡Volveré pronto!".
"¡Recuerda comer algo!" replicó el profesor al verlo irse, tomando otro sorbo de su taza.
Al llegar a la agencia, Louis se encontró con Canbel, quien estaba limpiando los exhibidores de las joyas.
"Buenos días, Canbel, ¿cómo te va?" dijo amablemente al entrar al lugar.
"Buenos días. Muy bien, gracias por preguntar, Paladín Louis", respondió bajando su cabeza y dejando de limpiar por un momento.
"Me alegra escuchar eso... Siempre te veo estresado. ¡Otra cosa! Solo Louis, por favor", mencionó antes de entrar por la puerta al lado de la caja.
"¡Louis, ven!" dijo Mei al verlo pasar por la puerta de la sala de investigaciones.
"Buenos días, señorita Mei, me alegra verla. Quisiera hablar con usted antes de que Xitlari llegue", expresó entrando a la sala sin notar a la persona que estaba un poco al lado de la puerta. Sujetaba su bolso con algo de fuerza y su rostro mostraba decisión.
"Bueno... Vamos a mi oficina. Ya tengo la joya que entregarán. Por cierto, te presento a Mern", mencionó, mostrando a un hombre de cabello corto de color gris plateado, ligeramente desordenado, con un flequillo que caía sobre su frente. Sus ojos eran de color amarillo y medía 182 cm. Usaba un abrigo largo grisáceo con detalles dorados, con botones, bordes y decoraciones. Debajo del abrigo llevaba una camisa negra ajustada que resaltaba su físico. Usaba un cinturón dorado con un círculo en medio, pantalones y zapatos negros, además de una cadena dorada en su cuello y un brazalete dorado en su mano derecha. Pero lo que más destacaba era que, a la izquierda de su pecho, tenía una runa que parecía un agujero negro amarillo protegido por una carcasa de cristal con oro a su alrededor.
"¡Mucho gusto! Así que tú eres el chico del que tanto hablan. Soy Mern Makes, y... este es Mark", mencionó con una ligera sonrisa en su rostro, con una voz grave, refinada y madura, y con un tono de confianza y tranquilidad. Creó con su mano un ser de igual tamaño que él, hecho de un material blanco con varias líneas doradas.
"¡Hola! Tú eres el chico de la lava. Me gustaría saber tus intenciones con este reino...", mencionó Mark con una voz un poco robótica y llena de energía y pasión, acercándose un poco a Louis y tocando levemente su cabello rojo con los dedos.
"¿Mis... intenciones? No son para nada malas, ¡se los aseguro!" respondió Louis, sorprendido por Mark, quien seguía tocando su cabello. Luego desvió su atención al pecho de Mern.
"Dijiste que no dirías nada de eso, Mark", expresó Mei, un poco molesta, cruzando los brazos.
"Lo siento, tenía que hacerlo...", expresó un poco arrepentido, tocando su cabeza.
"¿Qué clase de material es este y también…? ¿Cómo es que está bien? Su runa está en la parte de su corazón", preguntó Louis curioso al tocar el brazo de Mark y luego observar nuevamente el pecho de Mern.
"Igual de imprudente que Mark, ja, ja, ja. Este material se llama Gyverna dorada, un antiguo material que era usado antes de la edad antigua. Mi corazón está del lado derecho, por eso sigo vivo", respondió Mern sin molestarse, totalmente tranquilo y con un tono juguetón.
"Increíble... Tampoco recuerdo haber leído sobre ese material", dijo Louis, intentando recordar algo mientras tocaba su barbilla.
"Normal, esos libros solo están en la Gran Biblioteca", respondió Mern.
"¿La Gran Biblioteca?".
"Está ubicada a la par de la iglesia y del observatorio mágico, en el oeste de Lyran", respondió Mei, tocando el hombro de Louis y dirigiéndose a la puerta. "¿Nos vamos?".
Los cuatro se dirigieron a la oficina de Mei.
"Muy bien, este es... Es muy pesado, pero me imagino que puedes cargarlo", dijo Mei al colocar un objeto en la mesa después de sacarlo de una caja fuerte debajo de su escritorio. Era una caja negra con la letra Y en grande.
"Por supuesto, no es tan pesado... Y aquí traigo... para pagar los daños de ayer", dijo Louis, levantándolo por un momento y quitándose su bolso para entregarle una gran cantidad de dinero a Mei.
Mei observó el bolso de Louis, sintiéndose un poco mal. "No quiero ser mala contigo, Louis, mejor déjalo así. Yo pagaré por todo".
"No... Es mi responsabilidad. Yo debo... responder a mis errores", respondió Louis al instante, de manera decidida, mientras Mern y Mark los observaban sentados en el sofá. "Además, aquí también está la parte de Xitlari".
"¿La parte de Xitlari? ¿Por qué?", dijo Mei, sorprendida.
"La verdad es que siento que soy totalmente culpable de lo que pasó ayer, y no quería meterla en esto. Pensé que a ella le agradaría", respondió Louis con un poco de pesar en sus palabras, mientras mantenía su mirada hacia abajo.
"Eso es muy bonito de tu parte, pero necesito que ella aprenda a trabajar en equipo, así que..." Mei estaba sorprendida por la decisión de Louis. Tomó asiento y, adoptando un tono serio, continuó: "Al menos acepta lo que traje, por favor", insistió Louis con gran firmeza. Mientras conversaban, Mern notó una sombra detrás de la puerta.
Por un momento, Mei lo pensó y respondió: "Para quitar ese peso de encima tuya, te dejaré hacerlo, pero no puedo dejarte ir solo. Escuché ayer, de Ririam, que los tipos que intentaron robar el banco eran del grupo de *Maber Thief*, así que te mandaré con Kassie. A ella no le molestará ir contigo". Mei sacó su comunicador para llamar a Kassie, y al instante la puerta se abrió, golpeando la pared con fuerza.
"¡Claro que no! No dejaré que involucren a Kassie", expresó Xitlari, molesta.
Mei juntó sus manos, apoyó su rostro y observó la puerta por un momento antes de decir: "No es bueno escuchar a escondidas, Xitlari...".
Xitlari desvió su mirada por un momento. "Y... tampoco acepto tu obra de caridad. Es mi problema, y yo solucionaré mis problemas", dijo, acercándose a Louis y apoyándose con una de sus manos en el escritorio. Louis se sorprendió por la actitud y no respondió, solo agachó la cabeza.
"¡Debes calmarte! ¡Te comportas como un ogro!", replicó el búho espiritual.
"Bien, Xitlari, cálmate y toma asiento", dijo Mei, notando la respuesta de Louis y tratando de tranquilizar las cosas.
Xitlari tomó la caja y salió por la puerta. "Si quieres venir, ¡ven y ya!".
"Nunca cambia...", dijo Mern con un tono algo sarcástico.
"Sí, siempre igual con ella", añadió Mark.
" 'Suspiro' Ve con ella, les mandaré las coordenadas a la casa de Donquichua, y Louis... no dejes que te trate mal. Recuerda que eres su superior", expresó con frustración mientras usaba su dispositivo.
"Claro...", respondió Louis, un poco decaído, retirándose y dejando su bolso en el escritorio.
"¿Crees que sea buena idea?", preguntó Mern, con dudas después de lo que pasó.
"Xitlari debe aprender a hacer equipo, y quiero ver hasta dónde llega esto. No dejaré que se vuelva una paladín con esa actitud", respondió Mei, levantándose y cerrando la puerta.
"Ya... Oye, ¿quieres salir a comer?", dijo Mern levantándose con emoción, mientras Mark hacía un corazón con sus manos detrás de él.
"Me gustaría, pero ya desayuné y debo organizar unas cosas". Mei nuevamente se sentó en la silla de su escritorio y encendió la pantalla holográfica para comenzar a escribir.
Mern hizo un leve ruido de molestia y se sentó, observando el techo, mientras Mark separaba sus manos mostrando un corazón roto. "Nunca hacemos nada...".
"No te pongas así, podemos almorzar juntos. Ahora estoy ocupada. Ya verás que Dios nos quitará todos estos problemas y podremos volver como antes", dijo Mei de manera comprensiva, viéndolo por un momento.
Afuera, en la acera, había mucha gente negándole el paso a Louis, pero nadie pasaba cerca de Xitlari.
"¡Espera, Xitlari! ¡Espera!", gritó Louis mientras trataba de alcanzarla.
"En serio que hay mucho que hacer contigo", dijo el búho espiritual con frustración, mientras Xitlari caminaba molesta, escondiendo sus manos en su chaqueta junto con la caja.
"¡Xitlari...!", Louis logró alcanzarla, pero ella seguía sin contestar y simplemente caminaba. "¿Quieres ir en auto hasta la salida?".
"Quiero caminar...", respondió, sin más, caminando más rápido.
"No se ven bien... Y apenas comenzaron la misión...", dijo Ann, con pesar, observándolos con la cámara escarabajo desde el techo de una casa.
"Pobre Louis... ¿Deberíamos hacer algo?", preguntó Kassie, preocupada al verlos.
"Lo mejor es dejarlos solos y esperar que les vaya bien, aunque creo que Xitlari es muy mala...", mencionó Ann mientras controlaba la cámara con un control en sus manos.
"No digas eso... Ella solo ha sufrido mucho y se hizo muy dura por cómo la tratan aquí", dijo Kassie, al saber más de Xitlari.
"Pero no debería tratar mal a los demás solo por esa razón...", Ann estaba bastante triste por la situación; era raro verla así.
"Espero que logre entender eso", mencionó Kassie, mientras seguía observando por la cámara.
Xitlari nuevamente dejó atrás a Louis.
"Si sigues así, ¡te quedarás sola por completo!", dijo el búho espiritual.
"¿Qué sabes tú...?".
"Mucho... Siempre solitaria en todos los lugares. Y en tu casa pareces triste cuando ¡no estás entrenando!", replicó.
"No tengo que escucharte...".
"¡Claro que sí! ¡Soy tu espíritu!". Xitlari simplemente continuaba caminando sin decir nada. "*Suspiro*. Xitlari... entiendo tu manera de ser por cómo te trataron estas personas, pero él no hizo eso. Mírate: a pesar de cómo te tratan, sigues ayudándolos en vez de irte de este lugar".
"Sigo aquí porque aquí nací. Por mi padre, por Lily... por los niños... por Mei... por las personas a las que sí les agrado...", dijo molesta, pero aliviando su enojo al seguir hablando. Al final, paró su paso.
"Sí, y a él le agradas. Si no, no hubiera intentado pagar tu parte y no hubiera dicho que le gustaban tus brazos", mencionó el búho espiritual, volando junto a ella.
"¡Eso no tiene que ver con lo de ahora!", replicó.
"Claro que...".
"Xitlari... no quería hacerte enojar. Yo... pensé que eso te haría un poco feliz, pues no ibas a trabajar en equipo", dijo Louis, con arrepentimiento, interrumpiendo las palabras del búho espiritual, aunque Louis no podía ver ni escuchar al búho.
"Tú qué sabes de mí... ¡Apenas te conocí hace dos días!", dijo, acercándose a él y golpeándolo levemente con un dedo.
"Lo lamento... por eso también... Me equivoqué", respondió un poco nervioso y culpable.
"¿Por qué te comportas así? Con los demás eres diferente y conmigo... No me gusta que otros carguen con mis errores, por algo son mis errores. ¡Y tampoco soy alguien que puedes comprar con dinero!", expresó molesta, notando la actitud de Louis y reclamándole.
"¿Comprar?", dijo Louis, presionando sus puños. "¡¿Crees que estoy comprando tu amabilidad?! Yo... ¡solo quería acercarme a ti!", respondió Louis, molestándose y haciendo que Xitlari retrocediera por sus palabras. "Eres muy molesta... No entiendo cómo es que me...", bajando su voz al final de sus palabras y adelantándose mientras Xitlari lo miraba caminar.
"¿Escuchaste bien? ¡Fuiste muy dura con él! Será mejor que hagas algo", dijo el búho espiritual, poniéndose en su hombro nuevamente.
"Pero... ¿por qué?", dijo Xitlari, confundida.
"¿De qué hablas, niña?", preguntó el búho mientras Xitlari lo alcanzaba.
"Yo... 'suspiro' Lo siento, pero... ¿qué quieres decir? ¿Por qué tú te acercarías a mí? ¡Mírame...! Nadie hace eso, eres el único en esta acera" mencionó, poniéndose frente a él y mostrando sus otras manos, mientras que al otro lado de la zona de autos mucha gente caminaba por la acera. "Con costo y tengo personas a las que les agrado, pero desde hace dos años no he conocido a nadie más... ¡Mira cómo soy yo, no valgo la pena!" mencionó con tristeza y remordimiento.
"Mírame a mí... Puede que me vea como un humano, ¡pero no lo soy! Yo soy un híbrido con sangre de demonio. Cuando se enteren, estaré igual que tú... Y lo sé perfectamente, ya me acostumbré. Nos parecemos. No sé mucho de ti, pero... quiero saber más. Tú... me generas mucho interés" expresó con una gran sinceridad y calidez en sus palabras, con un tono comprensivo y triste.
"¡Vaya! ¡Hemos conectado! Ya puedo ver su aura... Un aura cálida y agradable, pero también inocente, con miedo y mucha carga... Además con una... hmm, esta no la distingo bien, es como si la escondiera. Típico de los jóvenes, les falta mucho que aprender" dijo el búho espiritual mientras Xitlari estaba perpleja por la respuesta de Louis. "Lo mejor será continuar, y trata de abrirte a él, será un buen paso para que cambies y mejores" el búho trató de hacerla reaccionar golpeando levemente su cuello.
"¿Tú crees?" preguntó Xitlari al búho espiritual, sintiéndose culpable y notando algo de emoción dentro de ella.
"Por supuesto que lo creo" respondió Louis creyendo que le hablaba a él.
Tratando de pensar qué decir, comenzó a mover su mirada de un lado a otro.
"Lo lamento... No sabía lo que sentías... Solo que... pensé muchas cosas, tu actitud conmigo y todo lo que pasó ayer y lo que acababa de ocurrir. Yo... me enojo muy fácilmente" Xitlari trató de ser sincera con un poco de dificultad, tocándose su cuello con uno de sus brazos mientras seguía desviando la mirada.
"Está bien... al menos ya entendiste que mis intenciones no eran malas y... ahora te conozco mejor. Trataré de no molestarte mucho" dijo, buscando las palabras adecuadas para continuar, con una pequeña sonrisa de alivio.
"Si lo que dices es verdad... no quiero que me veas como una mala persona. Se agradece la intención, pero sí, por favor pregunta antes" Xitlari se sintió mejor al ver que las cosas se aliviaron entre los dos, pero seguía sintiéndose un poco mal por su comportamiento. "Ven, hay que entregar esta joya" Xitlari tomó con una de sus manos la de Louis. Él sintió una ligera sensación y comenzó a correr a su lado.
"¡Sí! Finalmente están tranquilos" expresó Ann felizmente, observándolos correr con la cámara escarabajo.
"Es un alivio... Ojalá la pasen así toda la misión" Kassie se sintió aliviada al verlos por la pantalla que tenía Ann flotando.
"¡Creo que con eso es suficiente!" Ann presionó un botón en el control que hizo que la cámara escarabajo regresara hasta donde ellas.
"¿Eh? ¿Estás segura?" dijo Kassie con ganas de seguirlos viendo.
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"Sip, no queremos que se dé cuenta y se vuelva a molestar" mencionó apagando la pantalla y tomando el dispositivo.
"Si tú lo dices...".
Louis y Xitlari estaban corriendo hasta llegar a la salida del este.
"¡Vamos! ¡Se supone que eres un paladín!" gritó Xitlari con una sonrisa en su rostro mientras corría.
Louis, al escuchar sus palabras, logró alcanzarla y dijo: "Ahora estamos iguales".
Xitlari, al verlo, comenzó a hacer una pose de manos y el búho desapareció para aparecer el rinoceronte espiritual. Gracias a esto, Xitlari comenzó a correr más rápido. Al verlos, algunas personas se apartaban de la acera y otras trataban de esquivarlos.
"¡Oye!" dijo Louis sorprendido al verla adelantarse tanto. "Estás usando tu magia, ¡era una carrera normal!" dijo acelerando su paso y quedando detrás de ella.
"¡Esto es lo normal para nosotros!" mencionó emocionada mientras esquivaba a algunas personas.
El viento soplaba y la gente se sorprendió al verlos correr; otros murmuraban, pero a ellos no les importaba, solo seguían adelante, hasta que lograron llegar a la salida del este.
"¿Qué pasó...? Te ganó una mujer que no es paladín, jajaja" dijo Xitlari, cansada y con una sonrisa en su rostro, viendo a Louis recuperar el aire.
"Je, je. Yo... no tengo una magia de apoyo" mencionó apoyando sus manos en sus rodillas.
"Jah... Entonces dejémoslo como empate. Dudo que alguien quiera llevarme... No importa si caminamos hasta allá, ¿cierto?" Xitlari observó los carruajes que estaban en la salida del reino, al lado del muro y con el puente de madera frente a ella. La luz del sol iluminaba el pasto del camino y el viento lo movía con delicadeza.
"Tengo un amigo a quien no le importará" Louis fue a buscar entre todos los carruajes hasta encontrar a un viejo amigo. "¡Martí!".
"¡Joven Louis! Me alegra verlo, jajaja" dijo acercándose a él y abrazándolo. "Y parece que viene con compañía... ¡Eh...! Aunque... ella no es..." expresó de manera bromista, reconociendo a Xitlari mientras ella hacía una pose de manos con sus cuatro brazos.
"Necesitamos que nos lleves..." Louis trató de ver su dispositivo de comunicación, pero seguía sin entender bien el aparato.
"Está en la parte este, cerca del lago Chifumi, en lo alto de la montaña espiral Quichua" mencionó Xitlari acercándose al ver que Louis tenía problemas para usar el aparato.
"Eh... bueno, podría llevarlos hasta el lago, pero a la colina no. Es muy peligroso, hay demasiadas rocas y podríamos volcarnos" comentó un poco nervioso por la presencia de Xitlari.
"Estará bien..." Xitlari notó el nerviosismo de Martí y retrocedió un poco.
"Perfecto, entonces... suban, por favor" Martí subió a su cabina mientras Louis le abría la puerta a Xitlari para que entrara.
"Gracias. ¡Ah! Por cierto, se presiona aquí para poder ver las coordenadas recibidas" mencionó Xitlari, agradecida por el gesto, y después de enseñarle un poco del aparato subió al carruaje. Luego subió él.
"Sabía que era un buen chico. ¡Xitlari! ¡Debiste comprar un piano móvil!" comentó el búho espiritual con una leve sonrisa mientras el carruaje comenzaba a avanzar.
"¿Para qué?" susurró Xitlari, confundida, mirando por un momento al búho.
"¡¿Para qué más?! Para que Louis lo toque", respondió el búho, agitando sus alas con impaciencia, como si la respuesta fuera obvia.
"¡Estás loco!" susurró, pero elevando la voz lo suficiente para que Louis lo notara.
"¿A quién le hablas?" preguntó Louis al verla susurrar a su hombro.
"A nadie, solo practico qué decirle a Donquichua", expresó con nervios y con una leve sonrisa de incomodidad. "Te dije que no me hablaras cuando estoy con alguien", susurró nuevamente, pero sin que Louis lo notara.
"Claro... Lo siento", el búho espiritual se puso un poco desanimado.
" 'Suspiro' Oye, Louis... ¿Quién te enseñó a tocar tan bien el piano?", preguntó para hacer sentir mejor al búho.
"¿Me escuchaste...?" preguntó Louis, un poco tímido.
"Sí... Iba pasando cuando te escuché a ti y a Ann. Tocas muy bonito", exclamó con sinceridad.
"Gracias... Mi maestro me enseñó todo lo que sé", respondió Louis, tratando de ignorar los nervios que sentía al estar frente a Xitlari y que ella lo mirara tanto.
"Tu maestro... Rei Fordesthmans, ¿no? ¿Qué tan fuerte es él?", dijo Xitlari con curiosidad mientras el búho espiritual se ponía a pensar en el nombre.
"Es muy fuerte y poderoso... Vi algunas veces en las que utilizó una gran cantidad de magia, y... era increíble todo lo que podía hacer", respondió Louis con admiración y orgullo, sintiéndose más cómodo.
"Ya veo... Me gustaría conocerlo algún día", dijo sonriendo levemente y notando el sentimiento de Louis.
"Te lo presentaré. Seguramente le caerás bien", añadió sonriendo al ver su leve sonrisa.
"Sí, tienes razón. Si entrenó a un chico mitad demonio, no debería ser un problema verme a mí. Aunque tú luces muy humano para ser mitad demonio, lo único diferente son tus ojos, pero son bonitos igualmente", expresó Xitlari con sinceridad mientras ponía a un lado del asiento la caja con la joya, mientras Louis miraba por la ventana para que no notara su sonrojo.
"Hmm, esto era lo que necesitabas, Xitlari... Alguien que sabe lo que se siente ser diferente y que ha vivido lo que tú has vivido, pero igualmente... Pienso que el ha sufrido mucho más, pero... Tiene una actitud bastante correcta, debieron ayudarlo mucho luego de lo que le pasó", pensó el búho espiritual, manteniéndose en silencio mientras escuchaba la conversación de ellos.
Luego de un largo viaje, llegaron al lago Chifumi, cerca de la colina.
"Hasta aquí puedo dejarlos, me disculpo por eso", expresó Martí, parando el carruaje.
"¡No te preocupes!", dijo Louis, saliendo del carruaje. "¿Cuánto es?".
"650 ystires. Le agradezco que siempre me busque para llevarlo donde necesite", dijo Martí mientras tomaba el dinero que Louis sacó de su gabardina, mientras Xitlari salía del carruaje y escondía la gema, cubriendo sus manos de abajo con su chaqueta y mirando a los alrededores.
"¡Aaa...! Mira lo que tenemos aquí, una pieza muy grande ¡de diamante! Tenemos que conseguirla", dijo un enmascarado con un manto de color café que dejaba ver su camisa anaranjada y pantalones negros. Usaba botas metálicas y unos guantes de cuero. Estaba observándolos con una especie de catalejo avanzado desde muy lejos, encima de un auto muy grande con un contenedor atrás.
"¿Estás seguro, Jamek? No quiero problemas para nada", mencionó un tipo con cabello anaranjado que usaba una chaqueta gris y una camisa naranja.
"¡Por supuesto! Lo vi con el catalejo; lo lleva en la cintura", respondió guardándolo. "Activa la invisibilidad y llévanos hasta ellos. Los demás, preparen la celda; es hora de hacer ¡un verdadero golpe!", dijo con autoridad y emoción mientras se estiraba y los demás se preparaban para el robo.
"Sigamos. Lo peor será el regreso al reino", mencionó mientras comenzaba a caminar hacia la colina.
"Por supuesto...", Louis, al despedirse de Martí, siguió a Xitlari, y Martí se fue en su carruaje de vuelta al reino.
El lugar seguía teniendo un camino con un gran campo de pasto a la derecha de ellos, y a la izquierda estaba un pequeño campo que llevaba hasta el lago Chifumi. Más adelante se podía ver una pequeña montaña a lo lejos. El cielo estaba lleno de nubes que tapaban parcialmente la luz del sol.
"Oye, Louis, ¿cuánto te tomó llegar a ser un paladín?", preguntó Xitlari con curiosidad mientras seguía caminando con la mirada hacia adelante.
"Me tomó mucho. Estudiaba desde pequeño, pero... mi verdadero entrenamiento comenzó... cuando mi magia apareció. Seis años, para ser exactos", respondió con un poco de pesar al recordar ese día.
"Ya veo, es bastante... Yo estudié un poco de niña, pero tuve que salirme porque nadie me aceptaba. Mi padre me enseñó todo lo que pudo. A mis 16 años comencé a entrenar para ser una paladín. Este año era el último, pero el Rey murió... Y ya sabes el resto", comentó con un poco de calma, pero al mencionar a su padre su tono se volvió triste. Luego cambió a uno decidido y terminó con uno de pesar.
"¿Cómo funciona tu magia? Pregunto porque conozco la magia azul y no es como la tuya", preguntó curioso, tratando de cambiar de tema mientras tocaba su katana que estaba en su cintura.
"¡Uy! Ten cuidado; hay que reservar muy bien tu única interacción con la magia estritual", mencionó el búho espiritual, advirtiéndole sobre una regla.
"No tengo permitido hablar de mi magia. Mi padre me hizo jurar que no le diría a nadie sobre ella. Lo siento", respondió con precaución luego de escuchar al búho.
"Oh... Entiendo, no hay problema. Yo también le juré cosas a mi padre, lo entiendo muy bien", expresó con comprensión mientras seguía caminando al lado de Xitlari.
"Oye... ¿Qué le pa...?" Xitlari fue interrumpida al ser atrapada por una caja de acero.
"¡Xitlari!" Louis también fue capturado. Dentro, sus brazos estaban atrapados por unos grilletes. Además, otro grillete se creó dentro de la caja de acero, atrapando su abdomen.
"¡Los tenemos!", expresó Jamek emocionado, levantando las cajas con su magia mientras iba en el auto a toda velocidad, el cual quitó su camuflaje de invisibilidad.
"Acero reforzado con magia... Y de Buena calidad... Incluso cubriendo mis brazos de la magia estritual, no me deja quitar los grilletes" dijo Xitlari, tratando de sacar las dos manos que le atraparon.
"Qué situación tan inoportuna, hay que cambiar a Rhyno," mencionó el búho espiritual.
"Ya lo sé, pero cambiar de espíritu es muy difícil con dos manos" dijo Xitlari, dejando caer el paquete al suelo.
"Por eso te dije que practicaras" replicó el búho.
Louis usó su magia y derritió los grilletes. Luego comenzó a derretir la pared de la caja, y Jamek, al ver cómo la caja de acero se volvía más roja, la soltó y solo llevó la de Xitlari. La caja llegó al vehículo y entró dentro del gran contenedor.
"¡Vámonos, rápido!" gritó Jamek, y el auto comenzó a ir a gran velocidad.
Louis salió de la caja e iba a lanzar lava de su mano para detener el auto.
"¡Adelante!" gritó Dark con su voz que resonaba en la cabeza de Louis.
Rápidamente paró su mano con la otra al escuchar la voz de Dark. El auto comenzó a alejarse y desapareció de la vista.
"Tú... ¿qué haces otra vez aquí?" dijo molesto, presionando sus puños.
"¿Pensaste que me había ido? Solo me puse a explorar un poco nuestra mente," respondió mientras caminaba alrededor de Louis.
"¡Querrás decir mi mente!" mencionó irritado mientras corría viendo las huellas que dejó el auto en el camino.
"¡Nuestra mente! Yo soy Louis también," respondió furioso, poniéndose de frente y brillando su casco levemente por la lava dentro de él.
"¡No me...! ¡IMPORTA! No tengo tiempo para desperdiciar contigo," gritó furioso mientras sacaba su comunicador.
"Jeh... No te creas tan importante. Hoy es... ¡tu última oportunidad!" mencionó mientras desaparecía. Louis no puso atención y siguió adelante.
Mientras tanto, el vehículo se dirigía a una zona alejada de la montaña espiral Quichua a gran velocidad.
"Estos deben ser hombres de Maber," dijo Xitlari, logrando terminar la pose de manos.
"¡Buena suerte!" comentó el búho espiritual antes de que su forma cambiara a la de un rinoceronte.
"¿Y ahora qué te pasó?" mencionó el rinoceronte espiritual al ver dónde estaban metidos.
"Un ligero percance" respondió, destruyendo los grilletes luego de cubrir sus manos con su magia azul. "Saldré en un momento".
"Tenemos una buena recompensa; esta chica llevaba un gran pedazo de diamante en su cintura," dijo Jamek, yendo a la caja de acero. "Tú ve y dile a Quitsu que vaya más rápido y cambie las ruedas a las que no dejan huellas en el camino."
"Sí, señor, de inmediato," respondió uno de sus hombres.
"Ahora..." Jamek fue interrumpido por el gran impacto al despegarse la puerta de la caja y chocar contra la pared del contenedor. "¿Imposible? ¿Cómo hizo eso...? Es una caja de acero reforzado... ¿Qué carajos es eso?" pensó sorprendido al verla salir de la caja. "¡Atrapen esa cosa, pero mantengan su distancia!"
Todos comenzaron a disparar, y Xitlari paraba las balas con dos de sus manos. Corrió hacia uno de ellos para golpear su cabeza contra la pared del contenedor y luego usarlo como escudo. Cargó rápidamente hacia los otros, chocando con ellos y dejándolos inconscientes.
"¡Maldición! ¡Inútiles!" Jamek se quitó su manto, usó su magia y lanzó muchas cuchillas hacia Xitlari. Ella cubrió sus cuatro brazos con su magia y destruyó todas las cuchillas. Luego iba a acercarse, pero él quitó todo el suelo usando su magia y lanzó los pedazos hacia ella.
"No me dejará acercarme... Entonces haré esto," pensó mientras golpeaba con dos de sus manos los pedazos del contenedor que le lanzaba Jamek, y con las otras comenzó a cargar su magia.
Jamek rasgó la chaqueta de Xitlari y le quitó la caja de la cintura con un pedazo del contenedor. Luego la cubrió con toda la pared que estaba a su espalda.
"¡Jajaja, es mía!" dijo con un tono burlesco, saliendo del contenedor. "¡Cuida esto!" añadió, tirando la caja en el asiento al lado de Quitsu.
"¡¿Qué está pasando?!" preguntó Quitsu con desesperación.
"¡Solo conduce!" respondió Jamek mientras empezaba a zafar el contenedor del auto, esforzándose mucho en el proceso.
Xitlari se liberó, concentró toda su magia en una sola mano y golpeó el suelo del contenedor. La mitad de un rinoceronte apareció, haciendo que todo el auto se levantara y destrozando el suelo en el acto. El auto se volcó, provocando que el contenedor se separara, y finalmente chocaron contra una gran roca.
Xitlari salió del contenedor, sacó a todos los que había dejado inconscientes y, al ver que dos personas corrían con la caja, los siguió.
"¡No escaparán!" gritó mientras corría a gran velocidad hacia ellos.
"¡Maldición! Toma la caja y ¡corre, Quitsu!" dijo Jamek desesperado, entregándole la caja y deteniéndose para levantar el contenedor con su magia y golpear a Xitlari. Pero ella detuvo el contenedor con sus cuatro manos y lo lanzó hacia Quitsu, usando su magia para que este se moviera a gran velocidad. Jamek logró detener el contenedor, pero Xitlari lo tacleó, dejándolo inconsciente.
Quitsu seguía corriendo hacia un cerro. Xitlari tomó una piedra del suelo y la lanzó hacia Quitsu, haciéndolo perder el equilibrio y caer. Sin embargo, por el ligero empuje, Quitsu desapareció al atravesar algo. Xitlari, confundida, se acercó. "¿Ves algo, Rhyno?" preguntó Xitlari al detenerse justo en el punto donde desapareció Quitsu.
"Claro, ¿no ves? Hay muchos tipos que se están acercando a nosotros, y el que tiene la caja se está arrastrando hacia ellos" respondió Rhyno, confundido porque Xitlari se había detenido.
"Un escudo holográfico... Muy bueno para el camuflaje" dijo Xitlari, sacando su comunicador del bolsillo de su pantalón.
"Listo... Ahora debo recuperar la joya" murmuró mientras enviaba sus coordenadas a Louis a través del comunicador. Luego se quitó su chaqueta rasgada, tomó varios objetos que tenía escondidos y los puso en un cinturón plateado que le ayudaba a sostener la caja. "Lástima, me gustaba mucho esta chaqueta" añadió, y atravesó el escudo holográfico.
Del otro lado vio cómo unas personas se llevaban la caja y ayudaban a Quitsu a caminar. El lugar era una base con muchísimo espacio, carretillas, palas y algunas máquinas dispersas. También había varios autos y una moto de color negro de cuatro ruedas. El cerro estaba bastante excavado, y a lo lejos se podían ver dos edificios medianos conectados por un puente metálico elevado.
"¡Es ella! ¡Deténganla!" gritó Quitsu mientras los que lo ayudaban se giraban para mirarla.
"Será mejor que me den la caja si no quieren problemas" advirtió Xitlari, adoptando una pose de combate.
El hombre que llevaba la caja corrió hacia el edificio que conectaba con el puente metálico elevado. Los demás corrieron hacia Xitlari con armas en mano. Ella los neutralizó uno a uno con gran facilidad, rompiendo sus armas y dejándolos inconscientes de un golpe. Aparecieron otros, disparándole con ametralladoras, pero ella utilizó a uno de sus compañeros como escudo. Luego giró sobre sí misma y les lanzó varios dardos eléctricos, haciéndolos caer al suelo retorciéndose por la descarga.
"¿Qué está pasando aquí?" preguntó un hombre de cabello y ojos anaranjados desde el puente elevado. Llevaba una armadura naranja con hombreras anchas y ornamentadas, pantalones cafés, botas anaranjadas y un cinturón lleno de bolsillos.
"Señor Maber, esa chica, o lo que sea, entró al escudo. Al parecer quiere recuperar una caja que Quitsu le robó" respondió uno de los hombres mientras Xitlari seguía peleando con los demás.
"¿Y dónde está la caja? No la veo..." dijo Maber con tono autoritario.
"Ya la llevan, señor" informó el hombre, antes de unirse a la pelea con Xitlari. Ella lo golpeó en la cara, haciéndolo chocar contra una carretilla.
"¡Señor Maber! Le traigo esto..." dijo el hombre que llevaba la caja, entregándosela.
"Está pesadita, veamos" comentó Maber sorprendido al tomarla, y luego comenzó a abrirla.
"Maber Thief, será... mejor... ¡que me devuelvas la caja!" exigió Xitlari, mientras seguía peleando con los hombres de Maber.
"Hmm..." murmuró Maber, mirando a Xitlari con cierto asco. Al abrir la caja, su rostro mostró una gran sorpresa al ver la pieza de diamante en su interior. "¡Jajajaja! ¿Tú crees que te voy a devolver esto? ¿Estás loca? Mujer o... lo que seas, no sé qué carajos eres, pero ni muerto" dijo con burla y aires de superioridad.
"Que así sea..." respondió Xitlari, golpeando al último de los hombres de Maber y mandándolo lejos.
Maber frunció el ceño, sacó pequeños pedazos de ámbar de su cinturón y creó un minotauro de ámbar de dos metros. Este corrió hacia Xitlari y le dio un puñetazo que ella detuvo con facilidad. Luego lo empujó, haciéndolo caer. Maber creó muchas criaturas voladoras llamadas Plirias, que atacaron a Xitlari con sus grandes garras. Algunas también se llevaron a los hombres de Maber para apartarlos de la pelea.
Xitlari esquivaba y destruía algunas de las Plirias mientras trataba de acercarse a Maber. "Tengo que hacer algo... Estas aves no me dejan llegar hasta él".
"¡Xitlari! El búho puede acercarte hasta él" mencionó el rinoceronte espiritual.
El minotauro volvió a levantarse y atacó nuevamente, pero Xitlari lo esquivó, saltó y lo golpeó con sus cuatro brazos en el pecho, destrozándolo. Las aves continuaron atacándola; ella trataba de esquivarlas mientras, con sus cuatro manos, cambiaba de espíritu usando su pose de manos.
"¡Comienza a cargar tu magia!" mencionó el búho espiritual al aparecer.
"¡En eso estoy!" respondió mientras esquivaba las aves y cargaba magia con sus cuatro manos mientras corría hacia Maber.
"La tipa sabe lo que hace... ¿Será una paladín? Aunque nunca escuché de una paladín de cuatro brazos, ¡jeh! Los de abajo siempre estarán abajo y los de arriba, como yo... siempre estarán arriba" dijo Maber despreocupado, observando con gran confianza desde el puente elevado, creando un sujetador de ámbar en su cinturón para poner la caja con el diamante.
Xitlari hizo al búho espiritual más grande, quien la llevó a gran velocidad hacia Maber para, justo al llegar, tirarse hacia el puente elevado lanzando una patada.
"¡Desgraciada!" dijo al verla acercarse, logrando esquivar su patada, que dobló la barandilla del puente. Luego, Xitlari le lanzó dos puñetazos que él trató de parar creando un escudo de ámbar con ambos brazos, pero el escudo se destruyó. Logró golpearlo en el abdomen y el pecho, haciendo que chocara con su peón y también con la baranda, doblándola un poco por el impacto.
"¡Sirve de algo!" gritó Maber molesto, empujando a su peón hacia Xitlari, quien lo apartó lanzándolo abajo. Maber aprovechó la distracción y usó su magia, creando un gran pilar de ámbar que empujó a Xitlari lejos, haciéndola chocar con el suelo.
"¿Estás bien?" preguntó el búho espiritual, acercándose a ella y tratando de ayudarla.
"Sí... Solo debo quitarme esto de encima..." dijo Xitlari, lastimada, tratando de quitarse el pilar de encima.
"Me sorprendes, fenómeno, pero... ¡se acabó! Magia ámbar... ¡Gran cuerno Marfron!" Maber creó un gran cuerno de Marfron que se dirigía hacia Xitlari. El búho espiritual se puso frente a ella y creó una barrera que detenía el cuerno.
Xitlari logró quitarse el pilar de encima, pero Maber creó otro cuerno más que iba a caer encima de ella. Sin embargo, el búho espiritual la rodeó totalmente, protegiéndola de cualquier daño.
"¡Un poco de apoyo!" mencionó el búho espiritual al ver que la barrera se agrietaba. Xitlari se levantó y puso sus cuatro manos sobre el búho espiritual, pasándole magia para poder mantener el escudo.
"Solo 20 segundos y haré pedazos esas dos cosas", expresó Xitlari, esforzándose para concentrar la magia. Pero otro cuerno estaba atacándolos por detrás.
"Me encanta ver esto", dijo Maber mientras sonreía de manera burlona, apoyando su rostro en su mano y creando un muro de ámbar alrededor del escudo de Xitlari para que no escapara de ninguna forma.
"No podré soportarlo mientras haces las poses de manos... Lo siento, Xitlari", expresó el búho espiritual, triste, aguantando lo más que podía mientras el escudo estaba muy cerca de ceder.
"No te preocupes, si hubiera tenido más tiempo para practicar, podrías parar todos esos ataques", mencionó Xitlari mientras sonreía y seguía dando toda la magia que podía. El búho se dio la vuelta y vio la sonrisa de Xitlari. "Maldición... ¡Fallé...!" pensó Xitlari con frustración.
De pronto, los tres cuernos se partieron a la mitad y cayeron al lado del escudo del búho, creando un gran estruendo.
"¿Y ahora?" dijo Maber, confundido por lo que pasó.
Louis golpeó las otras mitades de los cuernos, quitándolos de encima del escudo del búho espiritual. Este quitó el escudo, y luego Louis destrozó el muro de ámbar y tomó a Xitlari en brazos, pues Maber lanzó otro cuerno más que chocó con todos los otros pedazos de ámbar y con el búho espiritual, haciéndolo desaparecer y reaparecer en el hombro de Xitlari.
"¿Estás bien?" preguntó Louis con seriedad y preocupación mientras corría fuera de la vista de Maber.
"Sí... Ya puedes bajarme", dijo Xitlari, un poco sorprendida y ruborizada por ser cargada. Al instante, Louis la soltó debidamente, ruborizándose al darse cuenta de su acción.
"Gracias, pensé que se había acabado..." dijo agradecida, cayendo de rodillas.
"¿Pasa algo?" Louis se agachó para ayudarla, pero ella se negó.
"Está bien... Solo usé mucha magia. Debes quitarle la caja", respondió, sintiéndose mareada.
"Muy bien, apártate un poco más. No quiero que salgas herida", expresó Louis con seriedad, dirigiéndose hacia donde estaba Maber.
"Buh, ¿qué fue eso?" preguntó Xitlari, un poco confundida.
"¿Qué cosa? ¿Que no morí? No te preocupes, aunque me destruyan siempre vuelvo a tu hombro", dijo el búho espiritual.
"Eso no... Sentí... algo más", dijo tratando de levantarse.
"Hmm... Estoy viendo tus recuerdos... ¡Ah! Estabas a punto de morir. Es obvio que sientas esa presión en tu cuerpo", respondió el búho tras revisar los recuerdos de Xitlari. "Cambia de espíritu y ve recogiendo magia. Este tipo es muy astuto y posee un gran arsenal de cosas".
"Ya usé mucha magia", expresó con preocupación.
"No te preocupes. Toda la magia que usaste para detener los cuernos es administrada por mí y la mitad regresa a ti. Estarás bien", dijo el búho, tratando de calmar su inquietud.
"Está bien, sí que eres poderoso..." dijo un poco sorprendida, comenzando a hacer las poses de manos.
"Nah, cada espíritu tiene sus ventajas y desventajas. Yo no aumento físicamente como Rhyno y otra cosa... Te felicito, mostraste gran control de la magia estritual antes", respondió el búho espiritual.
Mientras tanto, Louis estaba a la vista de Maber. "Así que tú interrumpiste mi diversión... ¡Ohhh! Tú sí eres un paladín, veo tu insignia en tu cinturón. Dime, ¿qué cosa es esa a la que ayudaste? ¿Un mutante, demonio o alguna raza nueva?" expresó Maber con arrogancia, poniéndole poco interés a la situación.
"Ella es una mujer y vale mucho más de lo que tú puedes valer" respondió Louis furioso.
"¿Cómo te atreves a hablarme así y compararme con esa desgracia de la naturaleza?" replicó molesto, presionando la baranda del puente. ¡Maldito!" Maber creó tres mamuts de ámbar que fueron directamente hacia Louis.
Louis corrió hacia ellos mientras creaba dos lobos de lava del tamaño de los mamuts. Estos chocaron con dos de ellos, comenzando a fundirse con ellos. Louis saltó encima del último y, al sacar su espada, le cortó la cabeza al mamut, para luego seguir su paso hacia Maber.
"¿Qué demonios...?" dijo Maber con temor, comenzando a lanzar esferas de ámbar.
Louis seguía corriendo hacia él, destrozando todas las esferas con su espada. Una de ellas la golpeó con su puño, haciendo que impactara en el rostro de Maber. Con desesperación, Maber creó una manada de Plirias. Louis saltó encima de una, luego se impulsó con otra, golpeándolas hasta llegar frente a Maber. Este creó un gran pilar para alejar a Louis, pero este hizo un giro a la derecha y cayó sobre el puente, cortando el pilar con facilidad. Maber hizo una espada de ámbar e intercambió varios golpes con Louis, aunque este último tenía la ventaja.
"¿Qué clase de seres... son ustedes" dijo Maber, molesto y temeroso de Louis mientras continuaban chocando sus espadas.
"Seres... ¡mejores que tú!" gritó Louis, cortando la espada de ámbar a la mitad. Luego dirigió su siguiente ataque al cuello de Maber, pero detuvo su brazo derecho con el izquierdo y comenzó a hiperventilar, sintiéndose confundido.
Maber aprovechó, creó un guante de ámbar y le dio un puñetazo en la mejilla izquierda, para luego hacer otro pilar que lo lanzó lejos, chocando con el suelo.
"Creo... que si te mato... muchos me lo agradecerán" dijo Maber, lanzando un pilar con una gran estaca hacia Louis.
Xitlari destrozó el pilar de un golpe y luego rompió el que tenía a Louis encima también.
"Louis... ¿Estás bien? Bueno, eres demonio, me imagino que estás..." dijo preocupada, con el espíritu rinoceronte en su hombro. Sin embargo, al recordar que era mitad demonio, notó su rostro lleno de miedo y desesperación. "Espérame, solo déjame terminar esto".
"No pensaba hacerlo... No iba a hacerlo, lo siento" dijo Louis, llorando con su cabeza en el suelo y sus manos sobre él.
"¿Qué crees que haces? ¡Ese chico tiene magia de lava! Es un peligro para la raza humana. Si tienes sentido común, ¡déjame matarlo!" Maber estaba muy asustado y molesto ante la situación, golpeando la baranda del puente.
"Aquí el único peligro... eres tú" respondió Xitlari con firmeza, mientras
sus cuatro brazos comenzaban a brillar.
Maber gritó furioso: "Estúpida... ¡Pues los dos caerán! Magia de ámbar... ¡Gran tiranosaurio" Tomó todas las piezas de ámbar de los bolsillos de su cinturón, creando al tiranosaurio, que comenzó a correr hacia ellos, rugiendo y aplastando todo a su paso.
Xitlari juntó sus cuatro manos creando una gran esfera azul. "Magia estritual... ¡Gran rinoceronte espiritual!" La esfera se transformó en un gran rinoceronte que corrió hacia el tiranosaurio a gran velocidad.
Ambas bestias chocaron, pero el tiranosaurio se hizo pedazos ante la fuerza del espíritu. El rinoceronte embistió a Maber, destrozando el puente y aplastándolo contra el cerro.
"¡Louis, despierta!" Xitlari se arrodilló al lado de Louis, quien estaba boca arriba, y trató de despertarlo moviendo su cuerpo y golpeando levemente su rostro con gran preocupación al verlo respirar con dificultad mientras presionaba sus manos y sus dientes, como si estuviera soportando algo. "¿Qué le pasa? ¡¿Rhyno?!"
"¡¿Qué pasa?!" gritó el rinoceronte espiritual, acercándose a ellos rápidamente. "Absórbeme y canaliza la magia estritual sobre su cabeza y en la parte donde está su corazón."
"¡Bien!" Xitlari puso una de sus manos sobre el rinoceronte espiritual, perdiendo su forma gigante, volviéndose pequeño y apareciendo en el hombro de Xitlari.
"¡Vamos, tú puedes, Xitlari! La magia estritual está hecha para combatir el mal y las maldiciones," comentó el rinoceronte mientras Xitlari usaba sus cuatro brazos para canalizar la magia estritual sobre el pecho y la cabeza de Louis.
Pasamos a un lugar reconocible... Lleno de total oscuridad con un ser que iluminaba el lugar con el resplandor que salía del yelmo gracias a la lava dentro de él.
"Yo... no quería matarlo... ¡No quería! No quería... Lo siento, no soy un asesino..." Louis estaba arrodillado en el suelo, con la cabeza hacia abajo, presionando sus manos.
"Eres decepcionante... Ya es evidente que las emociones humanas te han corrompido. Débil... inútil y emocional," Dark estaba frente a Louis, con la cabeza hacia abajo, observando su desesperación. "Ya no hay más oportunidades... Te dije que yo era tu, y ahora tomaré lo que es mío ¡también!" mencionó, agachándose y levantando la cabeza de Louis del pelo para luego chasquear sus dedos en su rostro. Para los ojos de Louis, todo el lugar se convirtió en un castillo en llamas rodeado de lava azul, y muchos gritos de desesperación y sufrimiento se escuchaban a lo lejos.
"No... No aquí..." dijo Louis con desesperación al observar el lugar, una habitación que se consumía poco a poco por la lava alrededor.
"Hijo... No tengas miedo... Cierra tus ojos," mencionó una figura que no mostraba su rostro.
"Papá..." Louis trató de cerrar sus ojos, pero estos se abrieron nuevamente contra su voluntad.
Elio trató de tocar el rostro de su hijo, pero su mano no soportó y se pulverizó como si fuera polvo por la lava que tenía encima, convirtiéndose en nada. Con un lamento lleno de agonía y reflejando desesperación en su rostro, Louis observó frente a él cómo el cuerpo de su padre se pulverizaba, como todo su rostro se calcinaba fibra por fibra. Pronto, el rostro y cuerpo de su padre se volvieron nada frente a él mientras seguía escuchando gritos de sufrimiento.
"Y así... ¡Yo obtengo el control de todo!" Dark enterró sus manos en el corazón y la cabeza de Louis. De pronto, una luz azul comenzó a agrietar la oscuridad del lugar. "¿Qué está pasando?" dijo confundido, para luego observar a través de Louis a Xitlari. "¡Noooo! ¡¿Qué magia es esta?!" gritó furioso, para luego ser separado de Louis. La oscuridad comenzó a desaparecer y el lugar se llenó de azul con tatuajes de muchos animales. El cuerpo de Dark se estaba haciendo pedazos... "¡Maldita mujer!... ¡Juro! ¡Que cuando tome mi cuerpo! ¡Tú...! Serás la primera... ¡En MORIRRRR!" El cuerpo de Dark explotó al ser consumido por la luz azul.
Con un gran suspiro, Louis despertó y muchas lágrimas salían de sus ojos. Observó a Xitlari y, sin pensar, la abrazó, lo cual le generó una gran sorpresa a Xitlari. "Gra... gracias," dijo Louis con la voz temblorosa mientras las lágrimas caían de su rostro.
"Louis..." Xitlari, tratando de calmarlo, respondió al abrazo rodeándolo con sus cuatro brazos y apoyando su rostro en el hombro de Louis. "¿Estás... mejor?"
"Sí..." respondió, para luego darse cuenta de su acción y separarse de ella. "Lo siento, te habré incomodado."
"Para nada... ¿Qué te pasó?" preguntó con preocupación mientras lo miraba fijamente.
"No lo sé..." respondió confundido y con una voz triste y apagada, bajando levemente su mirada.
"Iré a buscar la joya, quédate aquí." Xitlari se levantó del suelo y corrió hacia donde el rinoceronte espiritual había embestido a Maber. Louis observó el lugar como había quedado para luego levantarse y encontrar su katana. Antes de tomarla, sintió una ligera duda, y luego la guardó en la funda en su cintura. Xitlari había encontrado la caja y corrió hacia ella para tomarla, también notando que Maber estaba en el piso arrastrándose para tomarla.
"Tu avaricia no te detiene..." mencionó Xitlari para luego tomar la caja y revisar si estaba la joya dentro de ella.
"Jejeje... Por algo estoy donde estoy... Los débiles se quedan abajo y los fuertes... Nos mantenemos en la cima," respondió Maber luego de que ella tomara la caja.
"¿Crees que estás en la cima? Eres un imbécil... Tú estás en lo más profundo... junto con los demás criminales de Lyran," expresó Xitlari con seriedad, cerrando la caja para luego alejarse de él, dirigiéndose con Louis mientras Maber la observaba irse, pensando en lo que había escuchado.
"¡Louis! ¡La encontré!" gritó a lo lejos mientras se acercaba a él.
"Qué bien... Yo... lamento no haberte ayudado mucho más," mencionó con pesar y con la misma voz baja y apagada, cuando ella estaba casi al frente de él.
"¿De qué hablas? ¡Me salvaste la vida! Iba a ser aplastada... Te agradezco mucho," respondió con gratitud y con una leve sonrisa en su rostro mientras sujetaba la caja con dos de sus manos de abajo y con los otros dos, colocó su mano sobre el codo de su otro brazo. Louis sintió un poco de alivio al escuchar sus palabras.
"Oye... ¿Has montado una moto antes?" mencionó con una ligera emoción al ver la moto a lo lejos.
"¿Moto?" dijo Louis confundido, pues nunca había escuchado esa palabra.
Luego, Xitlari se subió a la moto de cuatro ruedas. "¡Sube! Llegaremos más rápido, ya nos atrasamos mucho," mencionó al ver que Louis tenía un poco de dudas y observaba un poco la moto, para luego subirse. "Agárrate de mí o te caerás..." dijo al encender la moto mientras sujetaba la caja con sus otras dos manos.
"¿Se...gura?" preguntó tímidamente, con la misma voz triste y apagada.
"¡Claro!" Después de que Xitlari respondiera, Louis se sujetó de ella, rodeándola con sus brazos un poco indeciso. Luego, Xitlari movió una de sus manos hacia el acelerador y la moto comenzó a avanzar, saliendo del escudo holográfico y dirigiéndose a la montaña Quichua mientras el sol seguía resplandeciendo en el campo.
Fin del capítulo