El sol está saliendo... Las cosechas son iluminadas por los hermosos rayos de luz... logrando también iluminar el reino de Ystir. El tiempo pasa y la gente se prepara para un nuevo día en sus vidas... autos pasan por las calles, gente camina por las aceras... El palacio abre sus puertas. Vemos a Kassie despertando y levantándose de su cama en una habitación con paredes azules, una ventana frente a la cama y un escritorio junto a la ventana... Por otro lado... Ririam y Ann se encontraban juntos en la orilla de una ventana, desayunando; Ririam tomaba café y Ann le sopló en la oreja, tomándolo por sorpresa y haciendo que le cayera café encima. Ann, tratando de ayudar, usó su magia, creando un gran alboroto en el lugar... Xitlari se encontraba en la entrada de la agencia PT a punto de entrar. También tenemos a un hombre alto de espaldas con una chaqueta gris y un cabello blanco corto, caminando en un sendero iluminado por los rayos del sol. El paladín Reck salía del palacio mientras hablaba con un caballero; vemos al rey Jens dormido en su cama y al paladín Rays leyendo noticias en una pantalla holográfica mientras tomaba café; a Louis despertando y comenzando su rutina de ejercicio de la mañana; al Profesor Maxwell tomando café mientras leía un periódico, y a Hanks dejándole un plato de galletas. Por último... Vemos a Mei entrando a la agencia.
" 'Suspiro' ¿Otra vez?" preguntó Mei entrando a la sala de investigaciones y apoyándose en la pared.
"Sabes que me gusta trabajar sola", respondió Xitlari mientras trataba de abrir el sello del rollo usando unas agujas con sus cuatro brazos; además, tenía unas gafas puestas.
"Xitlari... debes trabajar con los demás", mencionó, acercándose a ella y poniendo una mano en su hombro.
"No quiero errores, odio tener que arreglar algo que no fue mi culpa", dijo Xitlari concentrada.
"El mismo pensamiento, por eso no te pongo en misiones", replicó mientras observaba una esfera de cristal en su mano.
"Deberías, siempre las completo sin ningún error", mencionó mientras tomaba una aguja más fina de una caja a su derecha.
"Ayer lo hiciste increíble, y estábamos todos", dijo echándoselo en cara.
"Sí... pero me gusta más trabajar sola", acentuó con una leve sonrisa de autosuficiencia.
"No te pondré una misión sola, al menos haz una con Kassie o... Hmmm, te veo luego". Mei se fue de la sala con una idea en mente; Xitlari la miró irse y luego continuó trabajando.
Mei entró a su oficina luego de saludar a Canbel; después, se sentó en la silla de su escritorio y apareció un holograma al presionar una tecla del teclado en el escritorio.
Luego pasamos con Louis, quien estaba entregando muchos paquetes en todo el reino; algunas personas lo reconocían y lo saludaban, y otros lo observaban correr. Algunos murmuraban: "¿Cómo es que nunca veo a ese chico sudar?", dijo un hombre que recibió su pedido y vio a Louis correr a entregar otro. "¡Un paladín repartidor! ¡Qué extraño! Ja, ja", mencionó otro. "Me encanta verlo, me parece muy lindo", comentó una mujer. "Nunca te hará caso", añadió otra. Louis se dirigía a una tienda de libros con el último paquete en su brazo.
"¡Buenos días, Amelia!", dijo Louis con emoción, poniendo el paquete en el mostrador y respirando con cansancio.
La tienda tenía un mostrador al lado de la entrada y una gran ventana frente al mostrador; más adentro había varios estantes con libros y un caldero azul plateado, guardado en una vitrina de cristal. Las paredes y el techo eran de madera, con varios detalles y adornos.
"¡Hola, Louis! Gracias por traer mi paquete. ¿Cómo te ha ido? ¿Funcionaron las pociones?", preguntó Amelia con una voz respetuosa. Su cabello de color negro rizado, ligeramente despeinado, lo llevaba recogido un poco hacia atrás, con unos mechones sueltos; su piel era oscura, sus ojos marrones y medía 170 cm. Usaba una camisa blanca de manga larga con puños cerrados y, encima, un chaleco negro ajustado. Usaba un collar con un dije pequeño y llevaba gafas redondas. Además, tenía pendientes largos plateados.
"Sí, ya no he tenido más sueños, y de hecho... desde ayer no escucho nada; tal vez ya desapareció", expresó con gratitud y extrañado porque ya no ha escuchado a Dark.
"Me alegra escuchar eso... Sabes... estuve investigando tu caso y no he encontrado nada; he leído hasta maldiciones de la edad antigua y nada", mencionó desconcertada, tomando el paquete y poniéndolo debajo del mostrador.
"Qué extraño... Me pregunto qué será... Bueno, al menos ya no tengo más de esos pensamientos, así que simplemente haré lo que he estado haciendo", comentó sintiendo alivio y tranquilidad.
"Espero que no regresen esos pensamientos. Si necesitas más pociones, no olvides que las mías son las mejores", expresó con orgullo y con una leve sonrisa de confianza.
"¡Por supuesto! Siempre vendré a tu tienda, ¡adiós!", dijo Louis levantando su mano y saliendo por la puerta.
"¡Adiós!", respondió Amelia mientras lo miraba irse por su ventana al lado del mostrador.
Louis regresó a casa luego de saludar a mucha gente que lo reconocía por la calle.
"¡Ya estoy de vuelta!", dijo entrando a la casa y cerrando la puerta.
"Me alegra ver tu progreso, Louis", dijo el Profesor Maxwell apareciendo en las escaleras de la entrada, escondiendo sus brazos en su espalda.
"Profesor... ¿me estaba esperando?", dijo con una ligera sorpresa.
"Sí, ten, me imaginé que irías inmediatamente a la agencia", respondió entregándole su katana y el bolso azul.
"Gracias, profesor... Le agradezco mucho por todo lo que ha hecho por mí", expresó Louis con sinceridad y calidez, abrazando al profesor.
"No te preocupes... Estoy feliz de haberte conocido", expresó con sorpresa y alegría por el abrazo repentino.
"¡Adiós!", dijo Louis saliendo por la puerta.
"Adiós... ¡Hanks! ¿Ya estás listo? Hay que continuar con el proyecto", mencionó mientras se iba a buscarlo.
"¡Ya estoy! Solo guardo la tetera", respondió Hanks.
Louis se dirigió a la agencia y, esta vez, notó que una mujer estaba viendo joyas que Canbel le estaba mostrando. Una le llamó la atención a Louis; era un collar con un corazón dorado.
"Me pregunto cuánto valdrá una de esas", pensó mientras pasaba por la puerta al lado de la caja.
Al pasar por la sala de investigaciones, notó que Xitlari estaba ahí y, llenándose de valor, entró para hablar con ella. Cuando entró, Xitlari fijó su mirada en él por un instante y escondió dos de sus brazos.
"Buenos días...", mencionó un poco nervioso, intentando acercarse.
"Buenos días", respondió sin más, concentrada en el sello del rollo.
"¿Cómo te va?", dijo tratando de hacer una conversación, pero sin saber muy bien qué decir.
"Bien".
"A ella le gusta que se acerquen a ella, ¿no?", pensó. "¿Ya... lograste abrirlo?" Louis seguía pensando qué decir mientras se acercaba a ella, colocándose al lado de ella.
"No estaría tratando de abrirlo, ¿no?", respondió levantando su ceja derecha.
"Cierto...", dijo mientras se golpeaba levemente con su puño en su frente. "No sé qué más decirle... Tal vez si la ayudo...", pensó tratando de buscar una solución. "¿Ya trataste, presionando aquí?".
"¡No toques!".
Xitlari trató de detenerlo, pero al levantar uno de los brazos que escondió, golpeó la mesa y el rollo se elevó y empezó a brillar de un color blanco, y una criatura con cuernos y pelaje blanco salió del rollo, destruyendo la pared; luego comenzó a correr por la zona de autos.
Xitlari cubrió sus manos con su magia azul, saltó y tomó el rollo y, con dos de las agujas, presionando con fuerza, logró tapar el rollo.
"¿Qué haces? ¡Vamos!", dijo molesta, yendo a buscar a la criatura mientras presionaba las agujas en el rollo para que no se sellara nuevamente.
*Oficina de Mei*
"Estoy diciendo la verdad, Zthur es un nerosma, señor", expresó Mei con respeto a un líder de la iglesia en la pantalla holográfica.
"Señorita Mei... ellos fueron expulsados hace años de la tierra y todos los que quedaron ya fueron exterminados," dijo el líder de la iglesia con una actitud indiferente.
"¡Sé lo que le digo! Recuerdo perfectamente la apariencia de ellos," replicó Mei.
"Usted ya ni es paladín, señorita... Seguramente quedó con secuelas como los otros. Le deseo lo mejor; debo irme," respondió el líder, totalmente desconfiado.
"¡No estoy loca! ¡Zthur tiene gente con magia de ilusión y magia blanca! ¡El reino está en peligro!" expresó totalmente molesta.
"¡Claro que está loca! Nadie tiene magia blanca más que el sacerdote," dijo furioso, cortando la transmisión.
"¡Maldición! ¡Nunca escuchan!" expresó con frustración, levantándose y golpeando su escritorio.
"Veo que las cosas no van bien..." dijo Reck, apareciendo en la ventana de la oficina a la izquierda de Mei.
"¡Reck! ¿Qué haces aquí?" preguntó sorprendida al verlo en la ventana.
"El rey ¡supuestamente! me dio permiso de salir a relajarme, pero lo que va a hacer es esconder el dinero del reino. Lo bueno es que ya sé dónde lo esconde, pero necesitamos al sacerdote aquí," respondió irritado, apoyándose en la ventana con sus brazos.
"Dudo que venga... Ahora creen que estoy loca. ¿Tú no puedes llamar a un líder?" expresó con frustración, sentándose en su silla.
"Me tiene monitoreado por Rays; no sé qué demonios le pasa ayudando a ese tipo," respondió con frustración.
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"Podrías hacer una llamada aquí," comentó mientras pensaba en una solución.
"Ya lo intenté... Algunos hasta se ríen de mí. 'Suspiro' El sacerdote no vendrá, a menos que Jens pida una reunión... y él ya confirmó que no necesita una reunión este mes." Reck se dio la vuelta y comenzó a ver el cielo hasta que escucharon un gran estruendo.
"¿Qué fue eso?"
"El rollo... ¡ve por el tejado!" expresó Mei sorprendida, levantándose, tomando su cimitarra y saliendo de la oficina, mientras Reck saltaba y comenzaba a correr a gran velocidad por el tejado.
"¿Por qué tenías que tocar?" gritó Xitlari mientras corría, presionando el rollo con las agujas para evitar que se sellara nuevamente con tres de sus manos.
"Lo siento... solo quería ayudar," respondió sintiéndose culpable, pero mostrando un poco de seriedad mientras corría junto a ella.
"¡Apártense, todos!" gritó Xitlari, y toda la gente comenzó a meterse a sus casas o buscar refugio; otros hasta volaban con sus compañeros de runas para evitar a la criatura. "¡Tú lo detienes y yo lo meteré nuevamente en el rollo!"
"¡Bien!" respondió, tomando mayor velocidad e impulsándose con algunas casas. Xitlari se concentró, y sus piernas desprendieron el aura azul de su magia.
Los autos se desviaban y otros chocaban; algunos que iban a estrellarse contra paredes activaban un sistema que rodeaba todo el coche con una espuma blanca que amortiguaba el choque. Louis estaba a punto de alcanzarla, pero la bestia pateó un poste que iba hacia un auto con una familia, y Louis paró el poste usando sus dos manos. La bestia seguía corriendo hasta que recibió un gran puñetazo desde arriba que la enterró en el suelo y levantó una cortina de polvo. Xitlari se sorprendió al ver a Reck encima de la criatura; se cubrió de la cortina de polvo, se acercó, abrió el rollo y metió a la criatura a la fuerza. Reck se apartó y observó cómo la criatura era absorbida por el rollo. Al terminar, Xitlari quitó las agujas y el rollo se selló.
"¿Qué era eso? ¡¿Qué pasó, Xitlari?!" preguntó Reck molesto, acercándose a ella.
"¡No fue mi culpa!" respondió, defendiéndose de inmediato.
"Claro que sí, siempre quieres hacerlo todo sola," replicó, quitándole el rollo.
"¡Espere! ¡No es culpa suya! Yo causé esto..." expresó firmemente, acercándose a ellos.
Reck, con una ligera sorpresa al reconocerlo, respondió: "¿Tú estabas con ella?"
"Sí, señor, pero yo fui quien tocó el rollo y provocó esto," respondió, poniéndose en frente de Xitlari, dándole otra ligera sorpresa a Reck.
"¿Qué fue lo que hicieron?" preguntó Mei, llegando al lugar con Clara a su lado.
"Fue mi culpa, lo siento... Pagaré por todos los daños," dijo Louis rápidamente al escuchar la voz de Mei.
Luego de escuchar la respuesta de Louis y pensarlo por un momento, dijo: "Ven, Xitlari." Mei señaló con su mano a Xitlari para que se acercara, y ella se acercó cruzando dos de sus brazos. "¿Qué pasó?"
" 'Suspiro' Estaba trabajando y él llegó y tocó lo que no debía. Deberías poner la puerta en la sala de investigaciones de nuevo," respondió, tratando de justificarse.
"No lo haré, y... ¿qué fue lo que te dije? No trabajes sola, espera a los demás y, por favor... tu justificación no es válida. ¡Tienes cuatro manos! Pudiste evitar que tocara el rollo," dijo con una mezcla de paciencia y firmeza.
"Bien... ¿Cuál será el castigo?" respondió a regañadientes, recordando que escondió sus brazos cuando Louis entró.
"Hmmm... ¡Claro! ¡Ustedes, vengan!" dijo, luego de pensarlo por un momento y recordar su idea.
"No te sientas mal, chico. Nadie salió herido, pero si no sabes de algo, mejor no ayudes," expresó Reck, tratando de animarlo, pues podía ver lo mal que se sentía Louis. Louis se quedó callado mientras caminaban hacia Mei. "¿Cómo es ser mitad demonio?" preguntó un poco incómodo, como si no supiera cómo hablar de estos temas.
"¿Usted lo sabe? ¡¿Usted es Mern?!" preguntó Louis, sorprendiéndose.
"¿Qué? No, yo soy Reck. Soy compañero de Mei y el único, aparte de otro, a quien no nos quitaron el puesto de paladín," expresó resignado al mencionar al otro.
"Entiendo..." dijo, llegando finalmente con Mei.
"Primero... Dame eso," Mei le quitó el rollo a Reck cuando llegó, y Reck levantó la ceja ante la acción. "Segundo, te presento a Reck Mortz, Louis, el paladín más fuerte del reino... al menos hasta que yo recupere mi puesto," expresó con una sonrisa desafiante.
"Jah, ¿qué dices? Siempre he sido el prime..." dijo, como si no pudiera evitar una leve sonrisa.
"¡Tercero! Ustedes dos irán a entregar una joya que fue encargada por Donquichua," expresó Mei, interrumpiendo a Reck con su tono de voz dulce y suave.
"¿Qué? Pero yo no..." dijo Xitlari, en desacuerdo con el castigo.
"Nada de peros. También ayudarán a Mern; siempre pasa afuera del reino por estar entregando joyas," Mei interrumpió a Xitlari y dio la vuelta. Xitlari suspiró y le entregó las agujas a Mei y se fue del lugar mientras escondía sus brazos.
"Señorita Mei... Creo que toda la culpa debería caer en mí," expresó con un tono de frustración, culpa y un toque de miedo.
"Tal vez... pero conozco a Xitlari, y su perfección no la llevará a nada. A ella le faltaban meses para ser una paladín, lo cual significa que tú eres superior a ella y debes instruirla," mencionó Mei, entendiendo a Louis y recordando todo lo bueno antes de que el rey muriera.
"¿¡Yo!? ¿Instruirla? Yo... ¡no puedo hacer eso!" expresó con gran sorpresa y un toque de nerviosismo.
"Yo me retiro; no quiero que esté molestándome el conde. Me avisas de cualquier cosa importante por la noche," comentó Reck, separándose de ellos.
Muchos autos altos, que cargaban un gran contenedor con piedra con gente encima de la piedra, llegaron, junto con otros autos largos que transportaban a muchas personas con trajes azules.
"¿Ellos... quiénes son?" dijo Louis, curioso, viéndolos llegar al lugar.
"Ellos son arquitectos y helpers. Reparan los daños que se presentan y dan asistencia a los involucrados en accidentes. Eso sí, yo les pago. Descubrí que Jens no se da cuenta de casi nada de lo que pasa en el reino," respondió Mei, susurrándole cuando le dijo que ella les pagaba. "¡Vamos!" dijo Mei, empezando a caminar hacia la agencia, y Louis la siguió mientras miraba cómo reparaban la calle y ayudaban a la gente. Louis se sintió culpable por todo lo ocurrido y mostraba frustración en su rostro.
"No te sientas mal... La gente está bien, los autos tienen un sistema anti-daños, y reparar la carretera no es nada del otro mundo, pero igualmente tendrás que pagar los daños", expresó notando el ánimo que llevaba Louis encima, y él solo suspiró.
"¿Cómo no me voy a sentir mal...? Todo esto es mi culpa, solo por intentar acercarme a ella", Louis seguía sintiendo culpa y se dio cuenta de sus últimas palabras.
"¿Quieres acercarte a ella...?".
"No es lo que quise...", dijo, siendo interrumpido.
"No es nada fácil. Ella es muy cerrada y, aunque habla conmigo, Kassie y los otros, la gente nueva... no es de su agrado. Pero puede que tú llegues a agradarle por ser diferente", comentó en un tono sereno, buscando darle algo de perspectiva y que le ayudaran sus palabras.
"¿Diferente?", preguntó confuso mientras continuaban caminando hacia la agencia.
"Sí, quiero decir... eres un híbrido. Ella siempre apoya a ellos porque son diferentes... como ella", respondió desordenando el cabello de Louis con una mano. "Dejando eso de lado, quería preguntarte... ¿No te duele cuando usas tu magia?".
"No, ¿por qué la pregunta?".
"Curiosidad. Contigo, solo se han registrado tres personas con esa magia en todo el mundo, aunque... en el sistema de la iglesia te tienen como si tuvieras magia de fuego", mencionó mientras Clara volaba alrededor de ella.
"Jeh... Mi maestro seguramente hizo algo...", dijo al instante con certeza y con una ligera sonrisa.
"Rei, eh...", pensó Mei al escuchar el nombre.
Luego de la caminata, Louis se encontraba en la sala de espera sentado en un sofá de cabeza.
"¿Cuándo dejaré de cometer errores...?", pensó viendo el tragaluz de cristal.
La puerta de la sala se abrió y ahí estaba Kassie.
"Hola", dijo Kassie ligeramente.
"Hola, Kassie...", respondió Louis desanimado.
"Quería disculparme por haber revelado tu secreto ayer...", expresó con sinceridad y mostrando culpabilidad en su expresión mientras se sentaba en el sofá frente a Louis.
"No te preocupes, tenían que darse cuenta, y a mí no me gusta mentir. Mis padres me enseñaron que era algo que jamás debía hacer, al menos con la gente que conozco", expresó tratando de aliviar la culpa de Kassie y sentándose adecuadamente en el sofá.
"Gracias... Y tú, ¿por qué estás desanimado?", preguntó tratando de ayudarlo, pero Louis no estaba seguro de responder. "¡Vamos! Puedo ayudarte, ambos somos híbridos, ya eres un hermano para mí", insistió mostrando una leve sonrisa.
"Creo... que... me gusta alguien", dijo con un poco de desconfianza, tapando su rostro al apoyar su brazo en su frente.
"Oh... Ya veo... Bueno, nunca he tenido una relación, así que no tengo mucho que decirte, además de que seas tú mismo", mencionó con una leve sorpresa tratando de ayudar un poco.
"'Suspiro' hoy traté de ser yo, y... la regué totalmente", respondió con frustración sin mostrar su rostro.
"Sí... Escuché que abriste el rollo... de...", dijo analizando un poco la situación. "¡No puede ser! ¡¿Te gusta Xitlari?!", al darse cuenta, hizo un sonido de sorpresa con su boca, estaba totalmente sorprendida.
"No lo menciones, por favor... De por sí está molesta conmigo, si escuchara eso, jamás volverá a decirme una palabra, creo...", dijo sin ganas de mostrar su rostro por la vergüenza que sentía.
"¡Vamos! No seas tímido, tal vez pueda ayudarte, recuerda que soy amiga de ella", insistió sentándose al lado de él y tocando con su dedo varias veces el brazo de Louis.
"No lo sé... Yo nunca antes había sentido nada por nadie, no sé cómo actuar", respondió quitando su brazo de su rostro y poniendo ambos en sus rodillas.
La puerta de la sala se abrió nuevamente, entrando Ann con Ririam detrás de ella.
"¡Louis, Kassie! ¡Hola! Me alegra verlos, pero más a ti, Louis. Dime, ¿cómo se siente tener lava en tus manos? ¿Quema?", dijo con alegría y emoción acercándose a Louis y tocando su mano. Luego hizo una pequeña pausa, pensando como si algo se le ocurriera, y con un suspiro añadió, "¿Sientes calor?".
"Ehmm... No, no, y... pues se siente como si fuera agua, pero viscosa y espesa, como si tuviera vida", dijo tratando de responder a sus preguntas mientras ella le quitaba su guante para ver si no tenía quemaduras, y Louis notó que las manos de Ann solo tenían cuatro dedos.
"¡Qué increíble!", dijo Ann al escuchar sus respuestas.
"Toma un poco de distancia, Ann, y tú también deberías, Kassie, si pasa algo, solo tú detendrás la lava", dijo Ririam alejando a Ann.
"¿Qué quieres decir? Yo no haré nada malo...", expresó Louis un poco molesto por las palabras de Ririam.
"Puede ser, pero... igualmente tengo mis precauciones", mencionó mostrando que en la parte derecha de su abrigo estaba lleno de objetos de agua y hielo, y los de hielo desprendían un aire helado.
Louis, sorprendido, dijo: "¿No tienes frío?".
"Un poco... pero por salvar al reino vale la pena", respondió dejando de mostrar sus objetos.
"No seas así con él. Oigan, ¿quieren ir a almorzar al restaurante El Dorado? Es nuevo y está al frente de aquí, y nos comentas más de tus habilidades, Louis", expresó Ann con una actitud radiante, alegre y con ganas de saber más.
"Sí, porque dudo que volvamos al restaurante Prilias con lo que pasó en la mañana", murmuró Ririam.
"¿Cómo? ¿Sigues molesto?", dijo Ann volteando su mirada a Ririam y mostrando un poco de tristeza en su rostro.
"No, todo está bien", respondió mostrando un leve enojo que intentaba ocultar.
"No lo sé...".
"¡Iremos!", respondió Kassie empujando a Louis levemente. "Te servirá para levantar esos ánimos", susurró Kassie a Louis.
"¡Vamos entonces!", dijo Ann con emoción.
En la salida de la agencia, Ann se preguntó colocando un dedo de su mano derecha en su mejilla: "Hmm, ¿deberíamos invitar a Xitlari también?".
"¿Para que te diga que no? A ella le gusta estar sola", respondió Ririam abriendo la puerta.
"Cierto... Ojalá pudiera hablar más con ella", dijo Ann un poco triste, saliendo por la puerta seguida de Ririam, Kassie y Louis, quien era jalado de su gabardina por Kassie.
"También podrían hablarnos de las habilidades del tipo con magia blanca", mencionó Ririam mostrando un poco de interés cuando iban al restaurante.
"Sí, claro, no hay problema", respondió Kassie mientras continuaba jalando a Louis.
Entrando en el restaurante, Ann saludó a todos con un "¡Hola!" radiante y lleno de emoción. El restaurante tenía muchas mesas, las paredes eran de color rojo con cuadrados dorados y tenía pequeñas linternas doradas en el techo. Tenía dos ventanas pequeñas al lado de una mesa, y esa eligieron. Al lado de la entrada había un piano de madera café con varios detalles dorados.
"Les agradezco por venir a nuestro restaurante, me llamo George. Son de los primeros clientes de hoy, y si no es problema... ¿Me daría su autógrafo, señorita Ann?", dijo un hombre vestido de negro y con el cabello corto arriba y semi-rapado a los lados, entregándoles el menú.
"¡Por supuesto!", dijo Ann tomando la libreta y firmándola.
"¡Muchas gracias!", dijo el hombre al recibir el autógrafo.
"Qué hermoso piano", pensó Louis, fascinado por el piano.
"¿Tocas el piano, Louis?", preguntó Kassie notando cómo Louis miraba el piano.
"Sí, mi maestro me enseñó. Él es un experto; jamás pude llegar a la forma en que él toca... y dudo poder, él tiene seis dedos en cada mano, eso le da ventaja", afirmó con gran orgullo y aprecio a su maestro.
"¡Seis dedos! Whoa", dijo Kassie imaginándose la velocidad con la que debe tocar el piano.
"¡Oigan! Elijan qué comerán. Quiero papas cocidas y pollo litia a la plancha con crema Riz", dijo Ririam cerrando el menú.
"Yo quiero arroz amarillo y carne de Marfron con una salsa de queso encima, gracias", respondió Ann con una leve sonrisa en su rostro.
"Yo pediré una ensalada de huevo de litia", dijo Kassie cerrando el menú.
"¿No tienen sándwiches?", preguntó Louis buscando en el menú.
"¿Sándwiches?", comentó George frunciendo el ceño.
"Louis... aquí no hay eso", mencionó Ririam cruzando sus brazos.
"¿Ah, no? Pues... deme... el platillo de suitsequer", dijo, y se fue con la orden.
"Ni siquiera sabes qué es, ¿verdad?", preguntó Ririam observándolo fijamente.
"No, pero luce bien", respondió.
" 'Suspiro'... No importa, cuéntenme, ¿qué tan fuerte era el tal Tai?".
"Diría que tenía una fuerza igual a la mía, y podía crear katanas con su mano derecha", respondió Louis, recordando la pelea.
"Sí, además podía controlarlas para volar sobre ella o lanzar una gran cantidad. Usé un escudo de hielo que giraba para protegernos de ellas, pero con una de ellas atravesó mi escudo con facilidad", expresó Kassie, recordando cómo la katana atravesó a Louis.
"Recuerdo que, cuando saqué la katana, tenía un aura de niebla blanca. Creo que con eso logra hacerlas más fuertes. También tenía la capacidad de meternos en una zona totalmente cubierta de una niebla negra", mencionó, recordando cuando sacó la katana de su estómago y Tai cubrió el lugar de niebla blanca.
"Lo último seguramente debió ser magia de ilusión, pero lo demás... Ese tipo sí que tiene muchas habilidades: magia de ilusión, magia de creación y magia blanca. Será un gran problema enfrentarlo", comentó Ririam, tratando de crear un plan para Tai. "Bueno, iré a lavarme las manos antes de que traigan la comida".
"Yo también", añadió Kassie, yendo junto a Ririam.
"También iré...", pensó Louis mientras se quitaba sus guantes. "¿Tú no irás, Ann?".
"Claro que sí, pero quiero preguntarte algo... Te gusta Xitlari, ¿cierto?", expresó de forma alegre y directa.
Louis, sorprendido de que ya lo supiera, dejó caer uno de sus guantes. "¿Cómo lo sabes? ¿Ya te lo contó Kassie?", preguntó nervioso y sonrojado.
"¿Se lo contaste? Jajaja, yo lo descubrí justo ayer... Cuando ella se acercó a ti, pude notar tu expresión y sabía que no me equivocaba, pues me pasó igual con Ririam cuando me enamoré de él", respondió de manera alegre y sonrojándose al final de sus palabras.
"Ya veo... No le cuentes a nadie, por favor", dijo Louis, recogiendo su guante con un leve sonrojo y dirigiéndose a lavarse las manos.
"No te preocupes, no le diré a nadie", afirmó con una sonrisa, levantándose también mientras Ririam ya venía de regreso.
Luego de que Louis se lavara las manos, se dirigió a la mesa y solo encontró a Ririam.
"¿Siguen en el baño?", preguntó Louis calentando sus manos, y Ririam estaba a punto de sacar un arma de hielo. "¡Oye! Cálmate".
"Lo siento, estoy atento ante cualquier cosa", dijo Ririam, sacando su mano de su abrigo.
"Creo que exageras...", mencionó sentándose en la silla.
De pronto, las luces se apagaron dejando solo dos que iluminaban a Ann. Kassie se sentó en su silla rápidamente.
"¿Qué es esto?", preguntó Ririam a Kassie.
"Es para animar a Louis y también... la canción es para ti", susurró Kassie.
Ann levantó a Louis de su silla con su magia de viento amarillo y lo puso en el piano. Louis estaba dudando; sus dedos apenas rozaban las teclas, pero George levantó su pulgar, mostrando su aprobación. El primer acorde resonó con una calidez que llenó todo el lugar. La melodía brotó con gran armonía. Cada toque era como un rayo de sol iluminando el lugar. Ann comenzó a cantar y su voz era como un gran sol que cubría la piel con su cálido brillo, cada palabra estaba llena de cariño y suavidad.
Every single day with you, Is like sunshine
I feel the sun when I hug you,
My life changes when I meet you
Always... I want to... stay... with you...
I want to stay with you, my yellow love! My life shines like the golden color, you're everything for me, my yellow love.
Don't be shy, don't go away from me,
I can't live without you.
Don't go, my yellow love!
I am not complete if I don't have you.
When the light of the sun touches my face, I can feel, like I'm with you!
I want to stay with you, my yellow love! My life shines like a diamond.
We were destined to be a yellow couple.
When I see you, I feel the radiance of the sun.
The sunrise with you, when the leaves fall in the autumn season!
You change my life, you change me, my yellow love.
I want to stay with you, my yellow love! My life shines like a rainbow.
You're my boy, I am your girl, and I always want that... my yellow love...
A medida que Ann cantaba, Louis comenzaba a tocar con más confianza. Sus dedos se movían con gran tranquilidad sobre las teclas negras y blancas, creando una melodía que se conectó directamente desde el corazón de ambos. Cada nota resonaba con profundidad, desde las más graves hasta las más suaves que marcaban el ritmo, hasta los agudos que brillaban como rayos de luz.
En las últimas palabras de la canción, Ann levantó su mano, señalando a Ririam, y Kassie le dio un ligero empujón. Ririam la observó por un segundo y luego vio a Ann con su hermosa sonrisa; se levantó de la silla inmediatamente y le dio un cálido y sentimental abrazo.
"Te amo... Mucho. Jamás habrá alguien o algo que pueda darme lo que tú me has dado... y me sigues dando", expresó con gran sentimiento, poniendo sus manos en su rostro y dándole un largo y gentil beso.
Louis culminó la canción tocando un suave y final acorde bajo, como el último resplandor del sol... en un atardecer.
Fin del capítulo