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La banda [Español]
7. La ciudad misteriosa

7. La ciudad misteriosa

¡Ya todos estaban dentro! Lo gracioso de todo fue, que al entrar al portal, este estaba en el aire, por lo tanto, unos impactaron contra el suelo. William no tuvo problemas al caer, John un poco, Juxs cayó normal y Houston y Casey le dieron un beso al diablo. Es decir, cayeron de forma graciosa impactando contra el suelo. Houston se levantó mientras daba palmadas en su cuerpo para limpiar su traje del polvo que recogió con la estrepitosa caída. —Wow—dijo William, quien se notaba sorprendido.

Houston fue el último en ver y analizar el lugar en donde estaban por ser el último en entrar al portal. Estiró su traje para quitar arrugas en este, luego, con un grado enorme de indiferencia miró todo lo que lo rodeaba a él y a la banda.

Casey comentó algo sobre la sorpresa de William—¿De qué te sorprendes? Digo, es el mismo lugar en el que estábamos hace unos segundos—expresó.

La cabaña que fue destruida momentos antes estaba ahí, el profundo bosque también estaba ahí, los pájaros estaban de igual forma allí. Todo era lo mismo.

—Sí, lo sé—respondió a Casey—Pero, no es lo mismo. Se siente vacío... cómo mi estómago esta mañana, ¿cierto, Houston? —William le dio una pequeña ráfaga de codazos al barbudo mientras levantaba consecutivamente sus cejas, observándolo con risa, pues Houston si entendió a qué se refería él.

—No hables de eso, William. Es asqueroso—Dijo con una expresión de decepción.

Luego William rio, para después anunciar algo—Bien, ¡chicos, debemos buscar a Aiden y salvar a Max—enunció con un fuerte sentido de liderazgo. Houston quedó abobado porque se supone que él era el líder, no William, y que William dé las órdenes, era humillante para él.

Breves momentos pasaron y todos seguían al falso líder William. Se encontraban caminando por el mismo sendero que Houston y Max recorrieron antes de conocer a los criminales por primera vez. William dirigía a toda la banda, sin embargo, sus pensamientos seguían invadidos por un solo nombre: John. Pensaba en como poder disculparse, ya que le importaba que John se sintiera feliz, no enojado.

Por otro lado, Juxs caminaba con una leve sonrisa en su rostro, manteniéndose sereno al igual que John, quien estaba hasta atrás.

Y por último, Casey estaba mirando al cielo mientras caminaba, siendo aturdido por varios pensamientos.

Unos cuantos minutos después, William habló, tratando de aligerar el ambiente (estaba aburrido)

—Sé que para ustedes debe ser tedioso caminar tanto, así qué, ¡juguemos al “veo veo” —solo quería quitarse el aburrimiento.

—Acaban de secuestrar a alguien, ¿y quieres jugar? —Juxs soltó una pequeña risita—Me agradas—añadió.

—¡Es que estoy aburrido! —William miró al cielo bostezando.

El sendero fue perturbado por la inesperada aparición de aves muertas. Todos quedaron sorprendidos, pues también habían arboles partidos; un rastro de destrucción empezaba a notarse. —Debemos matar a ese hijo de puta—exclamó Juxs. William hacía huecos para enterrar a las pobres aves.

Houston fue el único idiota que parecía no importarle lo de las aves. Era raro que le importara la muerte.

Finalmente, cada una de las aves fue enterrada por un bondadoso hombre: William. Prosiguieron con su caminata.

Rato después, el fin del sendero se veía a lo lejos. La destrucción causada posiblemente por Aiden también desapareció.

La ciudad se veía a lo lejos. —Si vamos recto llegaríamos al centro, si vamos a la derecha llegaríamos a mi colonia, por lo tanto a mi casa. Y si vamos a la izquierda iríamos a la playa. ¿A dónde vamos? —Dijo Houston. A lo que John respondió—Lo más seguro es ir al centro de la ciudad a buscarlo, porque no sabemos a dónde fue.

—Bueno, entonces iremos al centro de la ciudad—anunció Houston

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Sin ganas de caminar y algunos sin ganas de rescatar a Max, siguieron su largo recorrido en busca de Max, quien por cierto, estaba siendo llevado a algún lugar en específico.

Aiden agarraba con uno de sus muchos tentáculos el cuerpo de Max para evitar que escapase y con los otros tentáculos, escalaba un gran edificio. Dicho edificio no era cualquiera, sino el más alto de todos, y Aiden se encontraba escalándolo sin miedo a caerse. Pero había un pequeño problema que lo molestaba mucho, aquel problema era... Max.

—¿Sabías que el pene de la ballena azul mide aproximadamente 3 metros y 33 centímetros? —Definitivamente era un problema. Max era tan pero tan molesto que aturdía incluso a Aiden, quien solo trataba de ignorarlo.

No le importó mucho ser ignorado, continuó hablando—¿Alguna vez hiciste el amor con un ventilador? —Pasaron 20 segundos antes de sus siguientes palabras—¿Tú no quieres ser mi novio, señor Aiden? Es que Houston me terminó y me duele mucho en mi pequeño corazón aguado—siguió con más—Hace unos años fui a un zoológico y vi los elefantes. Fue horrible, porque me sentí celoso. ¡Demonios, Aiden, los elefantes tienen unos penes gigantescos! —Remató con una última petición—¿Puedes apurarte? Es que quiero ir a zurrar, guapo—luego empezó a reír como desquiciado—Ji, ji, ji, ji, ji, ji, ji, ji, ji, jo, jo, jo, jo, jo, jo, jo, ju, ju, ju, ju, ju, ju... —por fin se detuvo. Si algo sabemos, es que Max no está bien de la cabeza.

Los esfuerzos de Aiden por subir el inmenso edificio rindieron frutos; llegó al techo de este. —¿Qué debería hacer con un imbécil como tú? —se preguntó Aiden a sí mismo. Por suerte, observó una soga encima de unidades de aire acondicionado. Al lado de las unidades, había una torre de comunicación roja.

Tomó la soga y sujetó a Max para que se quedara quieto, no esperaba que Max gimiera al tocarlo. Realizó un nudo en sus manos.

Jaló lo que quedaba de soga para romperla y así poder amarrarlo de los pies.

Una vez realizado el trabajo se sentó a descansar con los brazos cruzados y las piernas cruzadas—Tus amigos no deben tardar en venir... los mataré—Dijo. A lo que Max respondió cantando sobre una tal vaca lechera. —¡Ya estoy harto! Iré a buscar una puta cinta para que te calles—acto seguido, saltó del edificio, y con ayuda de sus tentáculos, logró no caerse. Ahora estaba en las ventanas, ventanas que rompió con su brazo derecho para meterse y buscar la deseada cinta. Con eso lograría el sueño de muchos: ¡QUE MAX SE CALLE!

Estos acontecimientos sucedieron cuando la banda ya se encontraba en el centro de la enorme ciudad. Houston rebasó a William para, según él, actuar como un honorable líder (cosa que no era).

Hasta lo último, John se mostraba pensativo; bastante. Con seguridad, desvió su camino como si no importara. La banda iba en línea recta y John se desvió a la izquierda. William vio eso y paró de caminar recto para seguir a John. Esperó que se alejara un poco, y ahora sí, lo seguiría.

Por otra parte, Juxs andaba durmiéndose, así que le susurró al oído de Casey unas palabras—Ey, vamos a algún lado. Exploremos la ciudad, que estoy aburrido—susurró. Después de haber dicho eso, trotó para el lado derecho. Se detuvo e hizo señas a Casey para que se animara e ir con él. Al final, el “agresivo” hombre, se animó y se fue con Juxs. Houston se quedó solo.

Respiró hondo, exhaló aire y enderezó su espalda. Houston estaba listo para ser un líder, por ello, diría unas palabras—Muchachos—esta vez no dijo “chicos”, ¡iba con todo! —Nuestro plan será el siguiente—se preparó para hablar—Iremos a por Aiden y rescataremos a Max, para eso, lo más importante es no separarse, ¿entendido? —preguntó al aire, pues volteó y se sorprendió al no ver ni una mosca. Quedó como estúpido, no tuvo más remedio que seguir caminando con miedo. —¿Dónde habrán ido? —se preguntó. Volvió a voltear para ver si habían aparecido como por arte de magia, y su decepción fue tal que solo siguió con su camino.

Caminó mientras tenía las manos alzadas por su cobardía. Decía tener el plan de ir a por Aiden, pero bien sabe él que no sería capaz ni de hacerle cosquillas.

En esos momentos, una fuerte sensación de ser observado vino a él. Su instinto lo hizo voltear a un puesto de periódicos, logrando así ver a alguien escondiéndose—¡Ey, tú! —gritó. Houston tendría contacto con alguien nuevo.

En resumen, todos se separaron. William seguía a John, es posible que lo hacía para disculparse. Juxs se largó junto a Casey para explorar la ciudad. Y por último, Houston se encontró con alguien nuevo.

Todos vivirían sus propias aventuras.