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Presagios del Fin [Español]
VII - Las Custodias De Lunaris

VII - Las Custodias De Lunaris

Una mujer se levantó de una camilla muy simple, su cabello castaño se deslizó suavemente cubriendo parte de su rostro, cuando se sentó en la camilla sus labios formaron una mueca de dolor, sus ojos ámbar se entre cerraron con fuerza, el dolor apartó la somnolencia que aún ralentizaba sus pensamientos, su mirada rápidamente vago por las instalaciones en las que se encontraba mientras recordaba lo que le había sucedido antes de despertar en este lugar.

Cuando a su mente vinieron imágenes de su edificio desplomándose sobre ella, se sintió aliviada de solo sentir algo de dolor en el cuerpo, pero este alivio no duró, pues recordó a su hermano, un terremoto de esa magnitud también tuvo que afectar gravemente su universidad.

Con un rápido movimiento de sus brazos se quitó la manta que tenía encima, mientras todo su cuerpo le gritaba que se detuviera mediante fuertes dolores que ella ignoró resueltamente, haciéndolo para buscar a alguien que le pudiera decir donde se encontraba ella, sus posiciones y el estado de la ciudad, para poder ver si su hermano se encontrara bien.

Avanzó lentamente y cojeando a lo que parecía que era la salida de este gran cuarto, escucho como otros pacientes le hablaban y le decían que no se podía mover de esa manera, voces que fueron ignoradas hasta que vio en la salida una mujer, una tan grande que casi necesitaba agacharse para atravesar la puerta, lo primero que noto de ella fue que su rostro se frunció y que pudiera decir o hacer nada la mujer ya estaba frente a ella, no había podido ver como esta se movía antes de sentir como si una prensa de metal le sujetaba la mandíbula obligando a abrirla, la desesperación hizo que quisiera liberarse del férreo agarre de la mujer, pero sus intentos parecían inútiles frente a ella.

Con la boca abierta sintió como algo era vertido directamente en su garganta, abrió los ojos para tratar de entender qué pasaba y solo vio una botella de cristal vacía sobre ella, la gran mujer aventó la botella que sostenía y la obligo a tragar lo que le había vertido en la boca.

Su lucha se detuvo poco a poco, pero esto no fue porque había quedado inconsciente, sino que todo el pánico y el miedo había desaparecido, su mente se sentía en total y completa calma.

Al ver esto la gran mujer la cargo y la llevó hacia la cama en la que había estado, antes de acostarla y empezar a revisar, recién en ese momento se dio cuenta que estaba muy cerca de ser una momia, por todas las vendas que tenía cubriendo su cuerpo, y varias de estas incluso estaban empezando a teñirse de rojo, haciendo que la mujer que la había sometido pusiera un semblante aún más frío, antes de empezar a quitarle los vendajes para revisar las heridas, detener el sangrado y volver a vendar las heridas.

Cuando finalmente terminó la curación, miro a los ojos casi perforándola con la intensidad de su mirada.

—Mavia, necesito tus razones para no cumplir con el protocolo cuando descubriste una bestia amenazante cerca de uno de los pueblos bajo nuestra protección. Tus actos pusieron en riesgo no solo tu vida, sino también la de las personas que viven bajo nuestra protección.

Estas palabras y el todo tan frío en el que eran dichos conmocionó más a Mavia de lo que ella creería, esto a pesar que no entendía de que se le estaban hablando, sin embargo la calma forzada en la que se encontraba gracias a la poción que le habían obligado a beber, le hizo decidir por pensar cuidadosamente antes de responder.

Mientras ella pensaba varios recuerdos nuevos aparecieron en su mente, recuerdos tan extraños y familiares al mismo tiempo que la confundieron, incluso en el estado de calma forzada en el que se encontraba.

Después de un tiempo de silencio finalmente entendió su situación, por más extraña que pudiera ser, al parecer estaba en otro mundo, en el cuerpo de otra persona, quien era una especie de guardia, e ignoró las regulaciones por una combinación de heroísmo, confianza y un trauma de su pasado, entendiendo esto respiró profundamente antes de contestar a quien la estaba observando.

—Lamento lo que hice, realmente puse en riesgo mucho con mi actuar imprudente, mi motivo fue una combinación entre confianza en mí para poder resolver a la bestia y miedo a que a alguien le pase lo que le pasó a mi hermano hace varios años.

La mirada acerada de la mujer que la cuestiona sé hablando por un segundo, antes de volver a ser igual de fría y estricta.

—Entiendo el motivo por el que decidiste luchar en lugar de advertir, pero ese es un motivo personal, ahora ya no es solo a ti a quien representas, ahora vives bajo el nombre de custodia de Lunaris, ese nombre significa que protegeremos a todos aquellos que estén bajo nuestro cuidado, será nuestra fuerza y si es necesario incluso nuestros restos los que los defienden de cualquier mal que pueda alzarse en estas tierras malditas por lo salvaje. ¡Las custodias de lunares son el bastión más fuerte, y la espada más afilada!— Los ojos de la mujer brillaron por un instante mientras su presencia y palabras abarcaban a cada persona en este cuarto —Por ello tendrás un castigo adecuado por tu falta a nuestro propósito.

La voz y la presencia había hipnotizado a Mavia hasta que escuchó el título de la orden a la que pertenecía, esas palabras provocaron algo en sus recuerdos, Una pequeña voz le susurraba que ese título era importante, por ello dejo de escuchar el discurso y vago en sus recuerdos hasta finalmente encontrar algo, un juego de su anterior mundo llamado “Batalla por Niflein”, mientras más indagaba en los escasos recuerdos que tenía de este, se dio cuenta que se encontraba en una situación realmente mala.

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Aún no sabía si podría regresar a su mundo anterior, y aunque lo intentaría, sería mejor prepararse para lo que bien podría ser una lucha por la supervivencia de este mundo y sus habitantes. Los pensamientos de Mavia eran muy rápidos y caóticos, quedando retratados en su rostro, provocando descontento en la gran mujer.

—¿Qué es lo que te distrae de la sentencia que se te dará debido a tú actuar descuidado?

Esto obligó a Mavia a volver a concentrarse, pero ella no sabia que podría decir, estaba segura que la ayuda de las custodias de Lunaris sería indispensable, pero no sabía cómo convencerlas de la veracidad de sus palabras, o siquiera si estas serían verdad en primer lugar y aun si lo fueran podrían faltar años para que los eventos del juego empezaran, sin embargo tomó una rápida decisión.

—Maestra, he tenido una revelación, sin embargo no se su veracidad ni su exactitud, esta podría afectar el destino de todo lo que habita sobre las tierras que protegemos y aun mas allá, ¿cree que pueda hablarle sobre esta revelación?

La gran mujer dudo, no era la primera vez que la poción de calma provocaba que las personas se volvieran mucho más astutas de lo que eran normalmente, sin embargo esta había sido su alumna por varios años y estaba segura que no fingiría tener una revelación para evitar un castigo, y mucho menos una que podría causar pánico a gran escala.

Después de pensarlo un momento tomó la cama de su aprendiz y salió de las habitaciones de recuperación, yendo a su oficina privada mientras cargaba una cama en una de sus manos, como si no pesara nada.

Cuando llegaron a la oficina hizo un asentimiento para que hablara.

—Maestra, en la revelación que tuve empezaron a haber eventos extraños en el pequeño pueblo de Gratidia, las fronteras entre los imperios de Valnia y Ostnna y las costas en las que las tierras malditas por lo salvaje, chocan con las tierras del imperio Rosenthal. Estos eventos serán solo precursores de una invasión de seres de un lugar muy lejano que quieren devastar el mundo y a sus habitantes, sin embargo no se si estas revelaciones son ciertas, y aunque lo fueran no podría precisar la fecha.

La gran mujer quedó en silencio, esta revelación era aún más extravagante de lo que había esperado, una antigua maestra de las custodias de Llunaris había postulado que si dos grupos con ambientes de vida diferentes lucharán por un espacio, uno de estos termina desapareciendo irremediablemente, pues no hay términos medios en estas situaciones.

Cuando lo leyó solo lo vio como un interesante ejercicio mental de otra maestra, pero si lo que su aprendiz dice termina siendo cierto, la lucha que los espera seria una mas encarnizada que cualquier otra, sin embargo no podía entrar en pánico y poner a todas las custodias de Lunaris a la defensiva por una revelación, de la cual ni siquiera quien la tuvo estaba segura de su veracidad.

—No ignoraré tu revelación, sin embargo no puedo mover todo el poder de las custodias de Lunaris por algo como eso, sin ninguna verdadera prueba, pero organizare un grupo que vigile el pueblo de Gratidia del que hablaste y una diplomática revisará periódicamente por si hay algún problema en las fronteras de los imperios de Valnia y Ostnna, el tercer punto está demasiado alejado de nosotros, sin embargo si hay algún evento en cualquiera los dos lugares que vigilaremos mandaremos un destacamento para que informen a las tribus bárbaras sobre esto.

—Muchas gracias maestra por escuchar mis palabras, y no tengo intención de evadir cualquier castigo que se me imponga por no cumplir adecuadamente con mis deberes.

—Tu castigo será administrado sin falta, sin embargo primero tendrás que recuperarte de tu estado actual.

Con la conversación concluida la maestra devolvió la cama de Mavia a su lugar, antes de retirarse.

Después de una semana de descanso y recuperación Mavia se encontraba en un estado lo suficientemente para ayudar de manera logística a las custodias, empezando a cumplir parte de su castigo, además de esto descubrió que no tenía forma alguna de volver a su mundo pese a todos sus intentos, esta revelación hizo que estuviera muy decaída y desganada por varios días.

Después de dos semanas desde su despertar Mavia se reportaba ante su maestra para informar sobre las actividades que estaba realizando como castigo, así como su recuperación paulatina de las habilidades que había olvidado después del incidente, mientras lo hacía vio que su maestra había desaparecido de su asiento en un instante, para ubicarse a un lado de ella y coger su brazo bruscamente, al mismo tiempo que sintió el fuerte agarre de su maestra, sus fuerzas empezaron a abandonarla, y vio que el brazo que sujetaba su maestra empezaba a deshacerse en motas de luz, su maestra inyectó parte de su energía deteniendo la desintegración de su brazo y causando una fuerte incomodidad en su cuerpo, pero antes de suspirar de alivio vio que su otro brazo también empezaba a desintegrarse.

La maestra activó una alarma y casi al instante llegaron varias custodias a la habitación.

—Infunden energía en cada lugar que se deshaga en luz.

Rápidamente Mavia fue sujetada por todo el cuerpo mientras sentía un gran dolor por tener tantas energía ajenas en su interior luchando contra su desmaterialización, la cual parecía haberse detenido dejándola solamente sin un par de dedos.

Pero la situación empeoró cuando de su boca empezaron a salir motas de luz, y las partes que eran sujetas se empezaban a volver flácidas al desaparecer los huesos y músculos.

—Suéltenla, e instauran una cuarentena, solo médicos con todas mas medidas de seguridad al máximo pueden ingresar, todas deben turnarse para vigilarse entre ustedes por si empiezan a desintegrarse.

Las palabras se cumplieron rápidamente mientras todas las custodias estaban con expresiones pétreas y sombrías.