La ciudad de City Sven-1 temblaba bajo el peso de la batalla. El sol, apenas visible entre las nubes de polvo, apenas lograba penetrar la cortina de humo que rodeaba el campo de batalla. Gunn, aunque herido, se mantenía de pie, su cuerpo mutilado parecía no mostrar signos de debilidad. La sangre verde y venenosa seguía corriendo por su herida, creando charcos corrosivos que se evaporaban rápidamente.
Max, Jack'O y Deff se reagruparon, exhaustos pero con la determinación escrita en sus rostros.
—¡No podemos seguir a este ritmo! —gritó Deff, mirando a su alrededor mientras limpiaba el sudor de su frente—. ¡Gunn no se detiene!
Max asintió, sus ojos fijos en el escorpión mutado que ahora parecía más enfadado que nunca. Sabía que no podían esperar más. La ciudad necesitaba un golpe final, algo que quebrara por completo a la criatura.
—Tenemos que darlo todo, ahora o nunca. —Max miró a sus compañeros—. ¡Saico, Punk, ¿están listos?!
Los dos jóvenes Elementales asintieron sin dudar. Habían aprendido mucho en los últimos enfrentamientos, pero sabían que lo que enfrentaban ahora era el desafío más grande de todos.
—¡Sí! —respondió Punk, con su espada de agua brillando bajo la luz de la ciudad—. ¡No hay vuelta atrás!
Saico, empuñando su espada de tierra, se adelantó. A pesar de la fatiga que sentía en sus huesos, no podía permitir que Gunn destruyera todo lo que quedaba de su hogar.
—Vamos a terminar esto —dijo Saico con una firmeza que sorprendió a sus compañeros.
Mientras tanto, Gunn, aunque herido, continuaba su ataque. Los Elementales sabían que ahora era su momento. El escorpión estaba más vulnerable que nunca.
Max, tomando la iniciativa, levantó su espada de agua y la sumergió en el suelo, canalizando el poder del elemento para crear una gran ola que avanzaba hacia Gunn. La criatura intentó defenderse, pero el poder del agua era innegable.
If you spot this narrative on Amazon, know that it has been stolen. Report the violation.
—¡Ahora, Jack'O! —gritó Max.
Jack'O, con su espada de tierra en mano, corrió hacia el costado de Gunn, saltando con agilidad. Con un fuerte grito, hundió su espada en el suelo, creando una grieta que se extendió hacia la criatura. La tierra se partió, dejando a Gunn vulnerable.
—¡Eso lo mantendrá ocupado! —exclamó Jack'O.
Deff aprovechó la oportunidad. Con su espada de aire, creó ráfagas que derribaron los últimos vestigios de las aves mutadas, asegurando que no pudieran interferir más. Ahora, el campo estaba limpio, y el foco estaba en Gunn.
Pero lo más importante estaba por suceder. Saico y Punk, al mismo tiempo, avanzaron hacia Gunn. Saico, usando su habilidad para manipular la tierra, comenzó a formar una enorme plataforma bajo él. Se lanzó hacia arriba con gran fuerza, alcanzando el abdomen de Gunn mientras Punk formaba una barrera de agua a su alrededor.
El escorpión mutado intentó atacar con su aguijón, pero Saico fue más rápido. Usó su espada de tierra para golpear el punto débil en el abdomen de Gunn, perforando su armadura mutada con una precisión mortal.
—¡Es ahora o nunca! —gritó Saico, mientras Punk, con una habilidad asombrosa, usaba el agua para neutralizar el veneno que surgía de la herida.
Gunn soltó un rugido ensordecedor, pero la batalla no había terminado. Su cuerpo comenzó a agitarse, intentando liberarse de los Elementales. Sus alas se desplegaron, y un último ataque venenoso salió disparado hacia ellos. La presión era abrumadora.
—¡Todos atrás! —ordenó Max, creando una enorme ola de agua que rodeó a sus compañeros.
En ese momento, Jack'O y Deff atacaron simultáneamente, utilizando sus habilidades de tierra y aire para atrapar a Gunn. La combinación de los elementos bloqueó su movimiento, dejándolo vulnerable a un último golpe.
Flow, que había estado utilizando su espada de fuego para mantener a Gunn a raya, se acercó rápidamente. Con su habilidad llameante, lanzó una enorme explosión de fuego, creando una barrera de llamas que rodeó a Gunn, restringiendo aún más sus movimientos.
—¡Ahora! ¡Máxima potencia! —gritó Flow, mientras su espada se envolvía en llamas intensas.
Max, con un grito de determinación, levantó su espada de agua y lanzó un poderoso corte hacia el corazón de Gunn. La onda de agua perforó el pecho de la criatura, deteniendo el flujo de veneno y finalmente derribando a Gunn.
La criatura cayó al suelo, su cuerpo retorciéndose antes de dejar de moverse. Gunn había sido derrotado.
Pero la victoria no se celebró con júbilo. La ciudad aún estaba en peligro. Los efectos del veneno seguían presentes, y aunque Gunn había caído, los Elementales sabían que la amenaza no había desaparecido por completo.
—No hemos terminado —dijo Max, respirando pesadamente—. Ahora tenemos que proteger la ciudad de lo que venga.
El campo de batalla estaba en silencio, pero los Elementales sabían que esta era solo una pequeña victoria en la guerra que aún quedaba por delante.