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La senda del guerrero [ESP]
Luz y Sombra en City Sven-1 [CAPITULO 7]

Luz y Sombra en City Sven-1 [CAPITULO 7]

Lejos de la miseria de City Sven-1, las luces brillantes de Yersi-City iluminaban el horizonte. Una metrópolis bulliciosa, repleta de edificios que tocaban las nubes y calles abarrotadas por vehículos y personas que nunca se detenían. Pero debajo de esa fachada moderna y vibrante, se escondía un mundo mucho más oscuro.

En uno de los niveles subterráneos de la ciudad, un hombre caminaba con paso firme. Sus botas resonaban en el metal oxidado del suelo, y la luz intermitente de los neones revelaba su figura: un hombre alto y musculoso, con el cabello negro cayendo en mechones desordenados sobre una chaqueta de cuero marcada con el símbolo de un rayo. Su espada, colgada en la espalda, tenía un diseño único, con una hoja negra y un núcleo rojo brillante que parecía palpitar como si estuviera vivo.

Leppart, el actual líder de la Rock Brigade, no era alguien fácil de ignorar. Su presencia dominaba la habitación mientras entraba en un bar subterráneo, un lugar clandestino donde la facción se reunía de vez en cuando.

El ambiente estaba cargado de tensión. Algunos miembros de menor rango discutían en voz baja sobre los rumores de movimientos de bestias cerca de la frontera. Al notar la llegada de Leppart, todos guardaron silencio.

—¿Qué pasa aquí? —preguntó, su voz profunda cortando el aire.

Uno de los subordinados, un hombre de cabello teñido y rostro nervioso, dio un paso al frente.

—Hemos recibido informes... sobre actividad inusual en la autopista cercana a la ciudad. Algo grande, señor.

Leppart frunció el ceño y se acercó al panel holográfico que mostraba el mapa de los alrededores. Señaló un área específica con un dedo enguantado.

—Esto no es casualidad. Esos bastardos de las bestias están actuando con más estrategia últimamente... pero no harán nada en mi ciudad.

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—¿Debemos movilizar a la Rock Brigade completa? —preguntó otro miembro, con entusiasmo en la voz.

—No. Esto no requiere tanto despliegue... todavía. Enviaré un mensaje al consejo de Elementales para informarles. Si alguien decide intervenir, serán ellos. Mientras tanto, me encargaré de que este problema desaparezca.

El bar volvió al murmullo mientras Leppart se dirigía hacia la salida. Pero antes de irse, una figura apareció desde las sombras.

—No creí que fueras a encargarte tú mismo de esto, Leppart. Pensé que el gran líder de la Rock Brigade delegaba este tipo de cosas.

Era Michelle, una Centurios como él, aunque más inclinada a desafiar su autoridad que a seguirla. Su cabello corto y su mirada sarcástica eran su sello característico.

—Alguien tiene que hacer el trabajo sucio, Michelle. Si tienes algo que decir, dilo ahora.

—Solo quería recordarte que no eres invencible. Hay cosas allá afuera que podrían destrozarnos, incluso a ti.

Leppart la miró con una sonrisa ladeada.

—Entonces será mejor que me asegure de que nunca lo intenten.

Michelle lo observó marcharse, su expresión cambiando de sarcástica a seria. Aunque nunca lo admitiera en voz alta, respetaba a Leppart por su fuerza y liderazgo, pero también sabía que su confianza desbordante podría costarle caro algún día.

Mientras tanto, en las afueras de Yersi-City, un grupo de Grunts se movía en formación. No era común verlos tan cerca de la ciudad, y mucho menos organizados. Desde un punto elevado, Leppart observaba en silencio, con la espada descansando en su mano derecha.

—Bien, veamos de qué están hechos... —susurró para sí mismo antes de lanzarse al combate.

Con un solo movimiento, desató un ataque de fuego que barrió a varios enemigos en segundos. Su estilo de lucha era feroz y preciso, una combinación de poder brutal y control absoluto. A medida que eliminaba a los Grunts, su mente estaba en otro lugar.

La Rock Brigade no había sido creada para esto. Su propósito original era proteger y coordinar a los Elementales, pero la aparición de bestias más organizadas y poderosas estaba cambiando el juego. Algo más grande se estaba gestando, y él lo sabía.

Cuando el último Grunt cayó, Leppart miró el horizonte, hacia el corazón de Yersi-City. Sabía que su camino lo llevaría más allá de lo que podía ver esa noche.

—Esto apenas comienza —murmuró, mientras regresaba a la ciudad.