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PRÓLOGO

Unos años antes de que comience nuestra historia...

06/06/??? Calendario Ulises

Dentro de una cadena montañosa enorme, que estaba mayormente cubierta por niebla. En una de las partes orientales, se estaba desarrollando una escena un poco extraña. Pues estas montañas están llenas de poderosas bestias, y abundan en enormes cantidades. Pero en cierto círculo de 1 km de diámetro en la zona oriental, no se vio ningún ser vivo. 

En el medio del círculo, se podía observar una esfera completamente negra de aproximadamente 3 metros de diámetro. La esfera no era perfecta, tenía protuberancias en ciertas partes, y cada cierto tiempo aparecían algún tipo de onda en su superficie. 

Alrededor había líneas negras, como grietas, que partían de la esfera hasta unos metros más allá. Todo estaba inquietantemente silencioso. 

¡Culo!

Hasta que de repente las ondas empezaron a aumentar.

¡Vagabundo! ¡Vagabundo!

¡Culo!

Entonces salió lo que parecía un ser con figura humanoide de la esfera, seguido de otro, hasta que salió un último con algo en la mano. Era un humano. 

Tap! Tap! Tap! Paf!

El humano cayó, pero las figuras humanoides aterrizaron fácilmente. Observando el entorno. 

—¡Blag! —El humano vomitó sangre y se desplomó aún más en el suelo, no sabía cómo estaba vivo ni por qué no lo habían matado. Le faltaban ambos brazos, un ojo y tenía el cuerpo lleno de cicatrices y quemaduras recientes. Entonces una de las figuras lo miró de repente. Todavía no se adaptaba a esos ojos amarillos, junto con el tercer ojo completamente blanco en su frente. Su cuerpo tembló. 

—Ya no sirves de nada. Pensar que te traje por si acaso podrías ser útil —dijo de manera casi neutral, aunque había un atisbo de alegría—. Entonces... ¡eres mío!

Emocionado, su tercer ojo empezó a brillar con luz amarilla. El hombre sintió de repente que un dolor intenso lo atravesaba, era como si estuviera ardiendo pero tenía piel infinita, podría arder para siempre y soportar el mismo dolor. Nada se podía comparar con esto. Se sentía cómo si le estuvieran sacando el alma, porque literalmente era así. Se lo habían hecho otras veces. 

—¡Ahh!

No sólo a él. A todos sus compañeros,  al final. Sólo quedaba él, lo dejaron vivo para sacar información de su mundo. Y la consiguieron.

—¡Ahhhh! 

El dolor continuó, cada segundo que pasaba su vida se acababa más y más. Una especie de energía blanca iba constantemente de su cuerpo al ojo en la frente del ser. Hasta que no quedó nada para absorber. 

Paf! Su cuerpo cayó una vez más. Esta vez sin volver a moverse. La figura humanoide ni se inmutó. Sólo sonrió con excitación y deleite de una buena comida. 

—Jeje. No me canso. Es maravillosa esta raza —dijo y se volvió hacía los otros—. ¿Nos movemos? 

A lo que ambos simplemente asintieron en silencio. 

•••

Cerca del lugar de la esfera. Se encontraban caminando dos humanos. El primero era un hombre que parecía tener por su cara unos 50 años, con rasgos feroces, de ojos café, cabello negro y piel ligeramente quemada, medía alrededor de 1.95m. Su cuerpo lleno de músculos grandes y abultados hacía que con él no pudieran asociarse en absoluto las palabras senil o vejez. Vestía una túnica negra desgastada. 

A su lado estaba un joven que era su opuesto. Parecía estar en sus 25, ojos y cabellos azul oscuro, piel blanca y fina, con hermosa túnica azul, a juego con sus ojos. Ambos se dirigían en dirección a la esfera. Como si ya supieran que iba a estar ahí. 

—Así que ella tenía razón. Esa cosa apareció —dijo el joven. Inicialmente indiferente a lo que tenían que buscar. 

—¿Qué esperabas? Esa mujer no se equivoca. Me tomó años dejar de intentar buscarle errores o fallas. —Asintió el mayor. Llamado Roman. 

Juntos siguieron caminando hasta que sintieron tres presencias cerca de donde se suponía que estaría la esfera. Lo que alertó a ambos. 

Taken from Royal Road, this narrative should be reported if found on Amazon.

—..!!

Entonces lo vieron. Tres figuras que incluso entre las numerosas razas de Erandel, jamás habían visto. Tenían la piel completamente amarilla,  su constitución era fuerte por lo visto, ojos de un amarillo intenso, y un tercer ojo completamente blanco en el medio de su frente. Sus facciones era bonitas, aunque no tanto cómo los elfos. Pero lo peor era su tamaño. Dos de ellos medían alrededor de 2.20 y 2.30m y el último al menos 2.50m. 

Vestían túnicas blancas que tenían 4 soles amarillos sobre su pecho derecho, excepto el que medía 2.30m. Que eran 5. Al ellos notarlos este los miró de vuelta. Seguido por los otros 2. La tensión llenó el área en ese momento. Ernesto, el más joven, escaneó velozmente la fuerza de sus obvios oponentes. Asintió mentalmente otra vez, deberían poder con esto. Este debía ser el verdadero objetivo de esa mujer. 

Roman no perdió tiempo con charlas inútiles, ya había visto el cadáver humano cerca de la figura de 5 soles. Es más, sentía que era tan fuerte como él. Frente a un oponente así, con habilidades desconocidas ser complaciente y lento era pedir la muerte. Ataca primero y pregunta después. Ella no los mandaría aquí para hacer política. 

Bom!! Dio un paso adelante y la gravedad en la montaña donde se encontraban aumentó varias docenas de veces. Un círculo mágico enorme apareció en su pie con los símbolos:

 ᚲ︍ᛁᚾᚲ︍ᛟ: ᚨᚢᛗᛖᚾᛏᛟ ᛞᛖ ᚷᚱᚨᚠ︍ᛖᛞᚨᛞ. 

Los de 4 soles cayeron de rodillas, Ernesto no se vio afectado por el hechizo debido a su control de él, pero la figura de 5 soles se convirtió en un rayo de luz y se disparó hacia él. 

Brom!! Una pared de roca extremadamente comprimida apareció bloqueando el haz de luz, pero este se curvó y la pared también. Chocando finalmente.

Bum!!! Un cráter gigante se abrió en esa zona de la montaña y ondas de viento barrieron con todo en decenas de kilómetros. Aunque la esfera negra permaneció igual, imperturbable. Ernesto, al ver que su amigo aguantaba, que era su especialidad se dirigió a las figuras de 4 soles para terminar con ellas rápidamente y poder ayudar a Roman. Sabía que no aguantaría mucho. 

Tap!! Con un paso apareció entre las 2 figuras. En su mano ya había un círculo mágico con los símbolos: 

ᚲ︍ᛁᚾᚲ︍ᛟ: ᛖᚱᚨ ᛞᛖ ᚺᛁᛖᛚᛟ.

No se contuvo en absoluto. Las figuras se convirtieron en luz, en un intento de escapar. Pero no les fue como a la de 5 soles. La gravedad las afectó mucho más,  ya que ni la luz se salvaba de ella. En ese instante en el que se demoraron se congelaron completamente, la luz misma. Ernesto no esperó un segundo más y se dirigió a ayudar a su compañero como apoyo. El hechizo anterior le quitó bastante Maná, pero aún le quedaba mucho, podría luchar horas. Después de todo, a pesar de como se veía, era solo 10 años menor q Roman y ambos estaban en el mismo rango. 

••

En la cima de la montaña. La gravedad desde que Roman había usado el hechizo no había parado de aumentar, ya había llegado a más de 120 veces la gravedad normal. Dos figuras se enfrentaban. 

Bam!!

Ambos retrocedieron. Una figura hecha enteramente de luz y Roman. Entonces cientos de haces de luz en forma de lanza se dispararon hacía Roman, de su lado cientos de escudos de roca lo cubrieron. Pero una lanza oculta en la multitud era mucho más fuerte. Se acercaba a su garganta. Él giró a su izquierda y la lanza le atravesó por completo el hombro. No salió sangre, esta se evaporó. 

La figura de luz llegó detrás de él en algún momento y tomó su lanza. Roman sacó un hacha enorme de 1m de ancho con doble filo de su almacenamiento interno. El mango era negro y la hoja gris. Ambas armas chocaron en el aire. 

Bam!!!! 

Otra explosión, aunque solo fue la primera de muchas. Todo esto ocurrió en apenas tres segundos, intercambiaron cientos de golpes. La lanza chocando constantemente contra el hacha de batalla, ninguno queriendo retroceder. En algún momento, en la hoja de su hacha se dibujaron las runas mágicas: 

ᚲ︍ᛁᚾᚲ︍ᛟ: ᛈᛖᛊᛟ ᛞᛖ ᛗᛟᚾᛏᚨᚾᚨ. 

—¡Agh!

En el próximo choque la figura salió disparada hacia atrás. Su forma teniendo problemas para mantenerse con el golpe y el aumento de gravedad. Pero se aseguró de dispararle un rayo de luz a Roman con su tercer ojo, casi atravesándole la cabeza, mas en el último momento la giró. Logrando sólo perder parte de su mejilla y su oreja derecha completa. 

La figura de luz se detuvo en el aire y cuando se disponía a acabar con Roman se detuvo abruptamente. Todo a su alrededor estaba lleno de niebla helada. Absolutamente frío. No parecía verse afectada por el aumento de gravedad. Ya que ambos usuarios estaban trabajando en conjunto. Un enorme círculo mágico azul se encontraba en el cielo con los símbolos:

ᚲ︍ᛁᚾᚲ︍ᛟ: ᛗᚢᚾᛞᛟ ᚺᛖᛚᚨᛞᛟ

Romm!

Todo se volvió mucho más frío. Fragmentos de hielo cubrieron gran parte de la figura de luz. Esta tuvo que usar gran parte de su poder para contrarrestarlo. 

—¡¡Patético!! —rugió la figura amarillenta. Deshaciéndose de los fragmentos de hielo con su luz. 

En eso apareció una proyección gigantesca de un hacha que se acercaba a la luz. Esta se giró hacia la proyección. Brillando aún más intensamente, y en eso, un destello pequeño de luz gris se vio en su tercer ojo de luz. Su lanza chocó con el hacha.

Sizz! 

Pero no hubo explosión. Un haz de luz atravesó y partió la proyección gigantesca y se dirigió rápidamente a Roman, este apenas pudo moverse. Cuando el haz dividió por la mitad su hacha y le incineró su brazo derecho completo. Apenas evitando otra muerte. 

La figura tuvo que tomarse un momento después de ese ataque. En eso apareció una lanza de hielo debajo de ella, que en un instante la atravesó. Incrustándose en su corazón, o dónde estaría en su cuerpo y extendiendo energía helada por todo este. 

—¡Argh! —gritó incrédulo, sin embargo, no fue escuchado por nadie que lo lamentara. En un último ataque de odio por haber caído por estos seres inferiores. Miró a Ernesto, su ojo blanco brillando más que nunca mientras una luz blanca salió demasiado rápido e impactó a Ernesto en su corazón. 

—..!!

¡Toma! Ambos cayeron del aire hacia el suelo.

Finalmente la luz se fue desvaneciendo y el cuerpo original amarillento volvió. Esta vez con un agujero en el pecho, sobre lo que quedaba de montaña, completamente muerto. La energía fría había invadido todo su cuerpo. Hasta su misterioso tercer ojo.

••

¡Plaf! Román cayó. A pesar de que la batalla fue corta, ni siquiera 2 minutos, fue extremadamente intensa, incluso con su edad pocas veces se ha enfrentado batallas tan cortas pero frenéticas. Perdió el brazo derecho, parte de la mejilla y la oreja derecha, además de su hombro izquierdo perforado. Se sentía bastante débil, con ganas de acostarse enseguida y descansar.

¡¿No se suponía que era mejor defendiendo?! Ya no sabía que pensar, sólo podía reír amargamente. Para colmo, lo peor no fueron sus heridas. Con la ayuda de la Santa, estaba seguro de recuperarse de la mayoría. Aunque tendría que pagar un precio, se lo podía permitir. No, lo malo fue su hacha, cortado a la mitad. La ha tenido con él por décadas. Hay que ver cómo convencer a los enanos de que le hagan una nueva. «Eso sí es difícil». Pensó. 

Se giró para mirar a Ernesto. Se había desmayado por el último ataque. Viendo que no había agujero en su pecho, debía de ser un ataque al alma. Uno lo suficientemente fuerte como para incapacitarlo directamente a pesar de que no tenía heridas anteriores. Menos mal que la caída no podía afectarlo. 

—Uf. —Dando la vuelta, miró la esfera negra. Era mejor terminar con esto rápido, no es imposible que aparezcan más de esos tipos amarillos, en sus condiciones, no durarían mucho otra batalla. Con cansancio se acercó a la esfera, y sacó una caja plateada de 1m³, luego de proporcionarle algo de maná.

¡Ron!

El dispositivo reaccionó seguido y

ondas incoloras salen de él, aumentando en ritmo. Entendió lo que hacía. Reparar el espacio dañado, que en este caso, era toda la esfera y sus grietas. Después de unos minutos el dispositivo terminó y algo se rompió dentro, ya no se podría usar más. No quedaron rastros de la esfera. Todo parecía como si nunca se hubiera abierto un portal interplanetario a la fuerza por dónde vino una raza mortal alienígena. Perfecto. 

—Puaj. —Exhalando un suspiro de alivio, Roman pensó en cómo iban a ser las cosas ahora. La situación del continente había cambiado, y no para mejor. Iba a ser un arduo trabajo desde ahora. Necesitaban prepararse. 

Girándose, recogió a Ernesto en su hombro y se marchó. Sus movimientos eran rígidos y cada rato se tambaleaba. 

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