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Crónicas de luz y sombra (español)
Capitulo 8. La confusion de Liora

Capitulo 8. La confusion de Liora

La noche envolvía Hollow Creek en un manto de calma, pero en el interior de la pequeña casa, Liora no podía encontrar la paz. Al cruzar la puerta, su mirada parecía perdida, como si algo la estuviera atormentando. Sus pasos, usualmente rápidos y curiosos, ahora eran lentos, como si cada uno de ellos le costara más de lo habitual. Marianne, que estaba terminando de arreglar unos platos en la mesa, notó inmediatamente el cambio en su hija. El aire que rodeaba a Liora, su actitud distante, le decía que algo no estaba bien.

Marianne, preocupada, dejó los platos a un lado y se acercó a ella, tocando su brazo con suavidad.

Marianne (con dulzura): "¿Qué tienes, cariño? Pareces distraída. ¿Pasó algo en el bosque?"

Liora se quedó inmóvil por un momento, como si las palabras de su madre la hubieran leído por completo. Por fin, levantó la mirada, pero en lugar de responder directamente, dejó escapar un susurro lleno de dudas.

Liora (evadiendo): "No... nada, mami."

Marianne la miró con un leve atisbo de preocupación. Sabía que algo estaba pasando, que su hija no se sentía como siempre. Pero antes de que pudiera insistir, Liora bajó la mirada y, como si algo dentro de ella la empujara a hacerlo, preguntó algo que había estado rondando en su mente durante todo el día.

Liora (titubeando): "Mami... ¿tú crees en la magia?"

Marianne se sorprendió por la pregunta, pero no pudo evitar sonreír, un gesto cargado de ternura. Tomó las pequeñas manos de su hija entre las suyas, transmitiéndole la seguridad de siempre. Sus ojos reflejaban tanto amor como una chispa de nostalgia.

Marianne (pensativa): "¿Con qué magia? Sí, definitivamente creo en ella."

Liora abrió los ojos, sorprendida por la respuesta tan directa. Marianne, viendo su reacción, acarició su cabello suavemente, un gesto que siempre la calmaba.

Marianne (con un tono sereno): "Existe la magia, cariño. Pero no siempre la puedes ver. La magia solo se deja mostrar a aquellos que tienen un corazón puro."

Liora frunció el ceño, confundida. La frase resonaba en su mente, pero no lograba entenderla completamente. ¿Un corazón puro? ¿Qué significaba eso?

Liora (confundida): "¿Un corazón puro?"

Marianne asintió lentamente, su sonrisa no desapareciendo en ningún momento. Se inclinó un poco más cerca, como si estuviera compartiendo un secreto importante con su hija.

Marianne (en voz baja): "Un corazón puro no significa ser perfecto, Liora. Significa ser capaz de ver más allá de lo que está frente a ti. De creer en lo imposible... y de encontrar belleza incluso en la oscuridad."

Las palabras de su madre giraban en la cabeza de Liora. Era como si intentara encajar algo que no lograba entender del todo. Un sentimiento profundo y confuso la envolvía, pero algo en la forma en que Marianne hablaba la hacía sentir que su madre entendía mucho más de lo que dejaba ver.

Liora (murmurando): "Tal vez lo vi porque... porque debía verlo."

Marianne la miró con ternura y besó su frente antes de soltarle las manos.

Marianne: "Todo tiene un momento, mi amor. Y si la magia decidió mostrarse a ti, entonces significa que tienes un propósito especial."

Más tarde, en la tranquila oscuridad de su habitación, Liora se sentó en su escritorio con una libreta y un lápiz en la mano. La tenue luz de una lámpara iluminaba su rostro pensativo mientras intentaba capturar el dibujo del estanque y el árbol que había visto en el bosque. Su trazo era inseguro, como si su mente no pudiera seguir el ritmo de lo que su corazón sentía. Algo faltaba, pero no sabía qué.

Frustrada, dejó caer el lápiz y apoyó su barbilla en las manos, mirando el dibujo incompleto.

Liora (murmurando para sí misma):"Era real, lo sé... pero ¿por qué siento que no lo entiendo? ¿Qué me estaba mostrando ese lugar?"

Shadow, que había estado acurrucado cerca de su cama, se levantó con gracia y saltó sobre el escritorio. Con movimientos ágiles, se acomodó junto al dibujo y ronroneó suavemente, como si quisiera ayudarla a encontrar la respuesta que tanto la inquietaba. Liora lo miró y comenzó a acariciar su suave pelaje.

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Liora (mirando al gato): "Tú sabes algo, ¿verdad, Shadow? ¿Por qué me llevaste allí? ¿Qué querías mostrarme?"

El gato la miró con esos ojos brillantes, como si entendiera cada palabra, pero se negaba a responder. Después de unos segundos, cerró los ojos y continuó ronroneando, sumido en su propio mundo.

Liora (susurrando): "¿Qué secreto guardas, pequeño amigo?"

Liora apagó la lámpara y se recostó en la cama, mirando al techo. A pesar del cansancio que sentía, su mente no dejaba de girar en torno al claro en el bosque y las palabras de su madre. Algo profundo, algo extraño y desconocido, la mantenía despierta.

Liora (pensando): "¿Un corazón puro? ¿Por eso me llevó allí Shadow? ¿Por qué siento que pertenezco a ese lugar? ¿Y por qué me siento más perdida cuanto más trato de entenderlo?"

El sonido del viento acariciando las ventanas se mezclaba con el suave ronroneo de Shadow, que ahora se había acomodado junto a ella. Liora cerró los ojos, abrazando la extraña mezcla de emociones que la envolvía: curiosidad, nostalgia y un leve toque de temor.

El sol comenzaba a descender lentamente en el horizonte, pintando el cielo de tonos cálidos. Las aguas del lago reflejaban las nubes doradas, creando un espejo perfecto que parecía separar el mundo real de algo más mágico. Liora se encontraba de pie junto a la orilla, con los ojos fijos en las pequeñas piedras que recogía y lanzaba al agua. Cada piedra caía con un pequeño "plof", creando ondulaciones que competían con los reflejos dorados del atardecer.

Zane, un par de pasos detrás de ella, la observaba en silencio. Sus manos estaban escondidas en los bolsillos, pero su mirada nunca se apartaba de Liora. La paz del momento parecía envolverlos, pero algo en el aire, algo indefinido, los hacía sentir más conectados de lo que nunca antes habían estado.

Liora (sonriendo suavemente): "¿Sabías que cuando era niña pensaba que este lago tenía magia? Siempre parecía tan perfecto, como un espejo. Era mi lugar favorito para esconderme del mundo."

Zane sonrió ligeramente, pero su mirada no se desvió del agua. Algo en su expresión indicaba que sus pensamientos no estaban realmente en el presente, sino más allá de las ondulaciones en el agua, buscando respuestas que no se podían ver a simple vista.

Zane (con un tono tranquilo): "Tal vez no estabas equivocada. Algunos lugares tienen más significado del que podemos ver. A veces, esconden cosas que solo se revelan cuando estamos listos."

Liora, intrigada por la respuesta, dejó caer la piedra que tenía en la mano y se giró hacia él, el brillo de su cabello dorado destacando con la luz del atardecer. La brisa acarició su rostro, y la atmósfera entre ellos se sintió más cargada, más intensa.

Liora (curiosa): "Hablas como si supieras algo. ¿Qué significa este lugar para ti?"

Zane la miró, su expresión cambiando sutilmente. Era como si estuviera evaluando cómo responder, como si estuviera eligiendo cuidadosamente qué revelar de sí mismo. Después de un momento de silencio, su mirada se desvió hacia el lago, como si buscar las palabras correctas fuera más difícil que enfrentar el agua que se extendía frente a él.

Zane (con un tono sereno): "Es... especial. Igual que tú."

Liora lo miró, sorprendida por sus palabras. Algo en la forma en que las dijo hizo que su sonrisa se desvaneciera lentamente, mientras buscaba en sus ojos alguna pista de lo que realmente quería decir. Su corazón dio un pequeño salto, y una calidez inesperada llenó su pecho, algo que no podía explicar.

Liora (titubeando): "¿Especial? ¿Por qué dices eso?"

Zane dio un paso hacia ella, acercándose. La brisa pareció detenerse en ese instante, y el murmullo de las hojas dejó de ser audible, como si el universo estuviera esperando lo que iba a decir. El espacio entre ellos se redujo, y el latido del corazón de Liora se hizo más rápido, más fuerte, mientras Zane la miraba con una intensidad que nunca antes había visto.

Zane (con una voz baja, sincera):"Porque lo eres. Desde el momento en que te vi, supe que había algo en ti... algo que no puedo ignorar. Algo que me hace querer quedarme aquí, contigo."

Liora sintió un rubor subiendo por sus mejillas. Sus ojos se encontraron con los de Zane, y por un momento, todo lo demás desapareció. Se sintió vulnerable, como si él pudiera ver cada rincón de su alma, cada pensamiento, incluso aquellos que aún no sabía cómo expresar.

Liora (nerviosa, mirando hacia el lago): "Zane... no entiendo por qué dices esas cosas. Soy solo una chica normal."

Zane negó suavemente con la cabeza, una leve sonrisa en sus labios. Se acercó más, y con una delicadeza inesperada, tomó su mano. Liora, sorprendida, miró la unión de sus dedos, como si fuera un gesto que no estaba seguro de cómo interpretar, pero que la calmaba al mismo tiempo.

Zane (sonriendo):"No, Liora. No eres solo una chica normal. Eres... la luz en medio de toda esta oscuridad."

Las palabras de Zane resonaron en el corazón de Liora, como una melodía suave y profunda. Por un momento, se quedó en silencio, asimilando el peso de lo que él acababa de decir. El sol finalmente se escondió detrás de las montañas, dejando una luz suave y dorada que bañaba el lago y los rodeaba en una atmósfera mágica, casi irreal.

Liora (en voz baja):"¿Cómo puedes estar tan seguro? Ni siquiera yo sé quién soy realmente..."

Zane (con un tono firme, casi solemne): "Lo sabrás. Y cuando lo hagas, quiero estar a tu lado para recordarte quién eres y lo que significas."

Liora sintió un nudo en la garganta, pero no dijo nada. En cambio, apretó suavemente la mano de Zane, como si de alguna manera, ese gesto fuera su manera de agradecerle por sus palabras, por el consuelo que le daba sin pedir nada a cambio. Ambos miraron el lago en silencio, mientras Shadow, el gato, se acurrucaba a sus pies, como si comprendiera la importancia del momento.