La nave no tardó en llegar, la base de Gibraltar es grande, no sé en comparación a qué, pero lo sentí, había mucho más de lo que yo veía.
—¡Les habla su capitán! ¡Llegamos a su destino! ¡Recuerden mantener los cinturones bien puestos y prepararse para el aterrizaje! —comenta Tracer con una voz contagiosamente alegre.
Juno, contrario a lo que decía la capitana, voló a las ventanas con emoción, contemplando la enorme edificación llena de puentes y recursos valiosos, junto a enormes logos representantes de Overwatch.
Conforme aterrizamos, sigo pensando con el ataque de Null Sector. ¿Cuál era su propósito? Estoy seguro que interceptaron la señal de Juno, pero no habría propósito, no hay razón por la que hacerlo saber...
Como no puedo llegar a conclusiones concretas, decido dejarlo pasar y centrarme en los hechos. Juno ve el exterior con curiosidad, Winston tiene la nave en su hombro y encarga a uno de los robots de la base para llevarlo a un laboratorio.
Está más vacío de lo que pensaba, pero para una organización clandestina que no es criminal supongo que es lo mejor. Entramos entre las edificaciones en dirección al mando principal. Juno no paró aún ahora con ver y saludar a todo robot que estuviera en frente.
—¿Dices, Winston, que hay más personas? —pregunto mirando lo que yo creo es un hangar. Juraría que desde el cielo vi hasta una lanzadera espacial, lo cual si es sorprendente.
—Ya habrán llegado, déjame que te los presente —responde rápidamente mientras se acomoda sus lentes.
Caminamos un poco más hasta entrar por una puerta anexa a lo que parece una montaña. Dentro, observo que hay cinco personas. ¡Eh, reconozco una! Es la del póster de la bebida.
—¡Ella es la del póster que miramos en la nave, Lutz! —comenta con emoción Juno moviéndome de lado a lado.
Tal vez su emoción es demasiado desbordante para mí. Pero aún así no puedo evitar alegrarme. Y avergonzarme así, como no.
—¡Jah! Mi fama atraviesa las estrellas si hasta ellos me conocen, Brigitte —comentó dramáticamente mientras miraba a quien aparentemente es Brigitte, quien solo sopló mientras rodaba los ojos.
—Te conocen por el póster, Dva —respondió con ironía.
Dva le sacó la lengua pero posteriormente se centraron en nosotros. Donde fue Tracer quien ayudó a romper el hielo, tomando mi espalda y el brazo de Juno para acercarnos.
—¡Conozcan a Ludwig y Juno! —Casi gritó mientras nos veíamos envueltos en un saludo cortés entre nosotros.
—Un gusto. Puedes llamarme Pharah —respondió la mujer con una armadura azulada, estrechando su mano con la mía.
—¡Cuando quieras un autógrafo, avísame! Haré una excepción especial para ti, mi fan espacial —habló Dva con narcisismo y a la vez una alegría peculiar, me causa gracia pero tengo que negarlo.
—Una lástima entonces, no podré obtener el autógrafo de la gran maravillosa Dva porque yo no soy el que viene de Marte. Esa es Juno —respondí fingiendo tristeza, mientras Juno confirmaba mis palabras.
Se tapa el la boca con sorpresa, Brigitte se ríe con burla y Juno saluda tímidamente con su mano. Todo seguido del otro hasta que Dva decide seguir hablando.
—Bueno, que sean dos porque soy muy humilde —respondió osadamente sosteniendo sus manos en sus caderas mientras elevaba la mirada con orgullo.
¿No es una ternura? Sino fuera por sus palabras de narcisismo puro y duro, sería perfectamente acorde con su nombre.
—Entonces será todo un honor —comento inclinándome, pues le sigo el juego con curiosidad ante todo.
—¿Ves, Brigitte? ¡Nadie se resiste a mi encanto!
Brigitte roda los ojos nuevamente y se acerca a Juno, extendiendo su mano.
—Yo soy Brigitte, y la diva de allá es Hana, pero puedes llamarla Dva.
—¡Hey! —refunfuña Dva mientras se acerca a estrechar la mano con Juno también.
Los restantes eran personas que tampoco conocía, cosa normal. Uno tiene una máscara con un brillo verde y la otra es una mujer de cabellera rubia.
—Gusto de conocerlos, soy Ludwig Schwarz.
—¡Y yo Juno! —agregó mi compañera con emoción.
El chico no habló hasta que estaba estrechando su mano con la mía. Su voz es tranquila, pero robótica.
—Genji.
—Soy Angela Ziegler. Discúlpenlo, es algo tímido —comenta la chica mientras estrecha la mano de Juno después de haberlo hecho conmigo.
—¡Entonces! —Dva casi gritó al decir una sola palabra para que le pusiéramos —. ¿Son ellos dos nuevos miembros?
—¡Sí!
—No.
Parece ser que mi respuesta no era algo esperado, porque Juno me miró con tristeza y sorpresa mientras que el resto fijo su mirada en mí igualmente sorprendidos.
—Pero Ludwig tu dijiste...
—Sí, voy a ayudar en lo que pueda mientras solucionen tu problema, pero no quiero unirme a ninguna organización —respondí intentando no sonar pesimista, pero aún así no pude evitar ver la decepción—. Prefiero ser libre.
—¡Pero Ludwig, ayudarás personas!
—Juno —Le silencio su diálogo con tranquilidad, tomando su mano para calmarla, pues ella me estaba mirando con los brazos temblando —. No soy un héroe. No es mi deber ni quiero llevar la carga que conlleva hacerlo, estoy aquí para ayudarte, pero esta no es mi guerra.
—¿Entonces si ayudo en esta guerra, ayudarás?
¿Es esto lo que se siente ser manipulado? Al final, ya prometí ayudarle y Null Sector ya me tendrá en la mira pero aún así... Sorpresivamente, Juno me abraza.
—Por favor...
En este momento me siento mal. Me siento mal por ser yo el que la encontrase primero. Tiene sentido, criada en un espacio limitado de gente, no socializó con personas de su edad y se fue tan sorpresivamente que seguramente no estaba preparada para ello... Se encariñó conmigo, la primera persona con la que habló. Y nos caímos bien, sí, pero tal vez se acostumbró demasiado a mi compañía.
Me odio más por ser débil ante sus palabras.
—Eh, Juno. Tranquila, tranquila —Le susurro masajeando su espalda suavemente, pero solo refuerza su abrazo—. Puedo no pertenecer a Overwatch a la larga, pero seguiré ayudando. Te lo prometí, ¿No?
—Tienes... tienes razón...
De pronto, se escuchan las fuertes pisadas de una persona entrando y una puerta cerrándose. Juno se separa de mí e ignorando las miradas de los demás, todos miramos a quien llegó. Intento no sentir vergüenza por ello.
—¿Parece que me perdí de algo? —habla un hombre de más de dos metros con una armadura de cruzado. Tiene una gran barba blanca y una herida en uno de sus ojos mientras que en su mano había una gran jarra llena de cerveza—. ¡Oh, hay un par de sangre nueva por aquí! Encantado en conocerlos, soy Reinhardt Wilhelm.
—Encantado de conocerle, Reinhardt. Ludwig a vuestro servicio—exclamo, instando a Juno a saludar también, la cual creo ya reaccionó porque tiene la cara roja como un tomate.
—¡Encantada de conocerle también, Sir Reinhardt! ¡Soy Juno!—comenta ella seguida de mí con nervios, repitiendo algunas letras como un tartamudeo.
Ella se adelanta y estrecha la mano con Reinhardt con timidez, pero veo que el hombre es más extrovertido, por lo que lo mueve alegremente y me voltea a ver. Me inclino un poco y hago lo mismo que Juno con mayor tranquilidad.
—Mientras encontramos las coordenadas e intentamos mantener contacto con la base, pueden descansar y echar un vistazo a las instalaciones —comenta Winston mientras nos ve, le da una mirada que no pude discernir a Mei, que sonríe mientras abraza a Juno y se la lleva.
—¡Ven, Juno! Hay mucho por aquí que te puede gustar.
Cada uno se fue con un grupo. Yo, en cambio, me quedé observando la mesa, con un gigantesco mapa mundial. Estaba apagado, sí, ¿Pero cuanta información tendrá overwatch de la Tierra? Seguro que a padre le gustaría.
—¿Estas seguro de no unirte a Overwatch? —Oigo una voz. Suave y animada, con un tono que reconozco de inmediato.
—Dva.
—La misma —comenta levantando sus manos horizontalmente mientras volteo a verla, me río negando con la cabeza—, te dije que te debía un autógrafo, ¿Cierto?
—Tal vez cuando tenga una libreta de firmas te lo pida —respondo entre risas, pero me quedo en silencio y ella se sienta sin preocuparse en la mesa que estaba contemplando mientras dudo en hablar—, las organizaciones no son lo mío. Me gusta ser libre.
—Una lástima –dice mientras observa mis armas flotando—, más fuerzas siempre ayudan en tiempos como estos. ¡Aunque no te necesitamos porque estoy yo! Pero...
Veo que entre chistes aún hay palabras que se decanta por no decirlas. Tomo una moneda de oro y juego con ella, enseñándosela. No dice nada, pero me mira algo confundida.
—Seguiré aquí por un tiempo, así que de esa potencia que dices; la tienes, y nos tienes a mí y a Juno. Los problemas son más sencillos de lo que parecen, a veces la respuesta está frente a ti y no los ves. ¿No es así, Winston?
—Es cierto, Hana. No necesita estar en overwatch para ayudarnos.
Winston llega sorpresivamente para Dva, mientras que Winston solo se acerca a confirmar con nosotros.
—Toma, Ludwig —comenta mientras me da dos tarjetas—, por ahora les servirá hasta que les registremos en el sistema... Hana, ¿Qué tal si le das una guía por el lugar?
This story is posted elsewhere by the author. Help them out by reading the authentic version.
—¡Sí, señor! —grita intentando contener la risa y con un pobre saludo militar—, ¡Acompáñame, recluta! ¡Te enseñaré toda clase de locuras que hay por este lugar.
Comenzó a caminar fingiendo una marcha y le seguí por detrás con curiosidad y una risa que en cuanto salgamos no podré evitar dar.
—¡Nada más tengan cuidado de no romper nada! —grita Winston mientras vuelve a sus cosas. Nosotros salimos y finalmente no puedo evitar reírme.
Dva se ríe conmigo.
—¿De dónde salió lo del saludo militar?
—Natural, soy una perfecta actriz. ¿No se nota? —responde haciendo poses con sus manos.
—No —comento seriamente, mirándola fijamente sin pestañear una sola vez... Aparenta tener miedo hasta que ambos volvemos a las risas.
—Sabes seguirlo bien. Será divertido estar contigo, la próxima misión tienes que venir conmigo y demostrarme esas lindas armas que tienes ahí.
—Seguro, ¿Por qué no? —digo con un tono relajado mientras veo el alrededor.
Miro la base con curiosidad, bastante grande, bastante vertical. Hay robots trabajando moviendo cosas que desconozco, así como un hangar y una lanzadera espacial. ¿Tal vez después de todo sí tengan los recursos para ayudar a Juno?
Extraño, no he recibido ninguna confirmación de si mi ayuda llegó. Pero como no estoy solo, mejor lo checo después, tal vez por la noche.
Pasamos por la mayoría de la base hasta que llegamos a una zona alejada del resto. Por lo que se ve, parece una zona de prácticas.
—¡Y para terminar tienes el campo de entrenamiento! Si bajas por allá a tu derecha también veras el campo de tiro.
Asentí curioso mientras miraba el alrededor.
—¿No les cuesta mucho mantener tantos robots? Se que están apagados, pero reconstruirlos no debe ser barato a la larga
—Preguntas a la persona equivocada. Yo solo sé que aquí puedes venir y practicar. Siempre.
—Debí suponer que no eras un miembro fundador. Eres demasiado joven.
—Tengo veintiuno, para que sepas.
—Ah, perdón, señora —comento inconscientemente —, disculpe a este humilde niño de veinte.
—Sí, ¡tienes que respetar a los mayores! —dice alegremente hasta que se para a pensarlo, frunce el ceño y me grita —. ¡Oye!
Me río al ver que cayó completamente.
—Me sorprende el lugar, para una organización ilegal, se mantienen a flote bastante bien... ¿Winston es el líder, supongo?
—No. Winston es la cabeza del grupo, el nerd, el cerebro, el...
—Ya entendí —comento secamente mientras me cruzo de brazos con una sonrisa irónica—, no es necesario remarcar su inmenso cerebro.
Sonríe levemente antes de continuar hablando, caminando al campo de tiro que comentó antes, de paso.
—Vivian Chase, alias Sojourn, ella es la que nos lidera desde la misión en Toronto... Canadá, por si no sabes.
—Debe saberlos guiarlos bien, entonces.
—Sí... bueno, no lo sé, hace poco nos reunimos, realmente. Yo también soy nueva, reunida por el mismísimo Cole Cassidy —dice levantando el pecho con orgullo, hasta que se frena en su actuación al notar que no reacciono en absoluto—. ¿No lo conoces?
Me toco el mentón mientras miro al cielo por un largo rato, imaginando lo que me voy a comer en vez de buscar un nombre que no conozco.
—No —Finalmente respondo moviendo mis hombros en negación.
—¿¡Has vivido en una piedra todos estos años!? ¿Seguro que no eres el primo perdido de Juno acompañándola?
—No vengo de Marte y conocí a Juno en la Tierra, así que lo niego rotundamente.
Por supuesto, no venir de Marte o no haber llegado con Juno no significa que no haya llegado por separado el mismo día con la diferencia de unas pocas horas sin haber sido detectado. Suena a una gran coincidencia, si soy sincero.
Entramos finalmente al campo de tiro, donde disparos de un arma sonaron como una canción de bienvenida. Dentro, estaba una mujer de cabello blanco y partes mecánicas en brazos y piernas... Todas sus extremidades, básicamente.
—¡Hey, capitán! —grita Dva para mi sorpresa con bastante fuerza e informalidad—. ¡Saluda a un nuevo compañero!
—¿Ahora qué sacó Cole, otro mercenario, otro jugador profesional? —comenta la capitana terminando su ronda antes de centrarse en nosotros tras apagar el modo de práctica.
No pensé que fuera a conocer alguien más, por lo que para entrar en contexto me veo obligado a saludar primero.
—Gusto en conocerlo, comandante. Soy Ludwig Schwarz.
—Sojourn. Llámame solo Sojourn. No estamos en misión. —comenta secamente mientras eleva su mano... robótica.
Nos estrechamos las manos rápida y eficientemente. No dura poco más antes de voltearse a tomar su arma nuevamente. Por lo que veo es un arma de riel, al igual que la mía...
Aunque no creo que llegue al nivel de destructividad de la mía, seguramente tiene una mayor cadencia de fuego. Genial, ahora tengo una enorme curiosidad de probarla. ¿Será que me la presta?
Parece ser que no fui el único que notó que me interesé inmediatamente en el arma de la capitana. Porque se detuvo con el arma en mano, mientras que Dva hizo una sonrisa malvada, lo reconozco, esa sonrisa no tiene buenas intenciones.
—¡Capitana, préstele un arma! —dice rápidamente mientras se acerca a mi espalda—, a cambio, que nos deje probar una de las suyas también.
Incluso antes de poder decir algo, ella ya está intentando tomar mi cañón de rieles, que es claramente el arma más grande junto a mi lanzacohetes.
Lastimosamente para ella, sin importar cuanto esfuerzo puso, no pudo mover el arma más allá del campo en el que está. Me rasco levemente la nuca con incomodidad.
—Suena bien. ¿Puedo tomar prestada esa pistola que tienes?
Lo pienso un poco mientras Dva sigue intentando fallidamente sacar mi arma. La curiosidad me gana; tomo la pistola, que se acercó a mí rápidamente y girándola, la entregué puntualmente en su mano. Después de tomar su arma. Suspiro y tomo mi cañón de rieles con una mano. Dva me mira con emoción.
—Si, no creo que sea buena idea tomarla aquí. Es bastante destructiva. No creo que usarla aquí sea correcto —Me lo digo a mí mismo mientras la vuelvo a guardar para decepción de Dva.
—¡Oh, por favor! No seas aguafiestas —comenta con tristeza intentando tomar el arma.
—Song, no lo molestes.
—Yo ya he visto explosiones grandes —susurra con recelo, pero se aleja igualmente.
Se cruza de brazos y roda los ojos, pero deja de actuar y solo espera a que practiquemos. Doy un paso atrás y levanto la mano, instando a Sojourn a disparar primero.
Veo como mira el arma con detenimiento, tal vez notando que la marca no es reconocida... Porque es la mía.
—¿La construiste tú, Schwarz?
—Prefiero que me llamen Ludwig, comandante. Y sí, fabriqué la mayoría de estas armas...
Me mira con una expresión que no llego a descifrar, probablemente sorpresa. La sostiene con una postura clásica de un militar, usando sus dos manos y una vez se activan las dianas, comienza a disparar.
Sus disparos son bastante precisos. Esperable de una militar y comandante de overwatch, Dva observa sin sorprenderse, probablemente porque ya está acostumbrada.
—Una buena arma, pero... ¿Qué dispara? No parece tener forma de sacar la cámara del revólver.
—Energía, la diseñé así porque me gustaron los diseños clásicos de un revólver.
—Interesante.
—¡Ahora yo, ahora yo! —Agrega Dva emocionada mientras se acerca.
—Song, no...
—Si le parece bien, puede ir ella primero, quiero observar un poco más esta arma...
—¡No! Tienes que verme, Ludwig —Bromea mientras le arrebata el arma a Vivian, poniéndose en posición para probar suerte también.
Doy una sonrisa irónica mientras le sigo con la mirada. Su postura es firme, pero claramente tiene deficiencias, parecen más como para lo que harías en un póster de película.
Pero sorpresivamente, su reacción es bastante buena y sumado a eso tiene una velocidad casi a la par, lo que lleva a lograr prácticamente todo, con algunos fallos, sí, pero bastantes más de los que esperé.
—Bien hecho, Hana—exclamo fingiendo aplaudir, aunque con una voz honesta y de tono bromista.
—¡Gracias, gracias! Todo para mis fans —Me dice con alegría mientras me devuelve la pistola.
Sojourn solo resopla con ironía ante nuestras tonterías, pero no dice nada mientras observa su arma en mis manos.
Finjo toser un poco mientras camino al frente, revisando ya de paso el arma con más curiosidad.
No es un arma artesanal, es un arma de guerra; así que pese a todo seguirá teniendo una eficiencia definidas por el presupuesto que tenga el país para producirlos en gran cantidad.
Es bastante robusto y al parecer tiene dos formas de disparo. Una recarga rápida de su fuente y gran candencia. Bastante bien, sí.
Bastante ligero, también, pero no me siento cómodo con el agarre del arma, que es casi obligatorio a dos manos pues tiene el gatillo en lo que sería una culata en un arma promedio. Aún así, con lo ligera que es decido agarrarla con una mano.
Sojourn iba decir algo, pero decide mantenerse callada. Eso sí, da unos pasos atrás y se pone en un flanco obligando a permanecer cerca a Dva. ¿Desconfianza, tal vez? Razonable si no fuera tan ligera, la verdad.
Las dianas comenzaron a salir una por una, desperdicié algunas balas por la velocidad con la que dispara al presionar el gatillo, pero aún así acerté la mayor parte, acercándome más a la puntería de Vivian antes que la de Dva producto de... Supongo, mayor experiencia con armas así.
Pese a tener una potencia sobrada que seguramente matarían a cualquier persona común, prefiero mis armas. Costumbre, más que nada.
Termino la tanda y tras un último tiro cargado, me devuelvo con ellas.
—Buena arma, sí.
—Tu puntería no está nada mal, ¿Estuviste alguna vez en el ejército?
—Nunca he estado bajo el mando de un gobierno, no.
Asiente sonriendo, para acercarse nuevamente a la zona de prácticas.
—Si me disculpan, jóvenes, tengo que entrenar... Dva, recuerda reunirte mañana en el centro de mando.
—No necesitas recordármelo, mamá —Bromea ella mientras me toma del brazo y me insta a seguirla —, ven, aún falta elegir tu habitación, Ludwig.
Muevo la cabeza con afirmación y le sigo como puedo hasta que me suelta del brazo una vez estamos fuera del campo.
—¿Ella es tu madre?
Me mira fijamente en respuesta con una cara entre querer reírse por mi comentario y sentirse extrañada.
—Sí, ya entendí, no necesitas mirarme así...
Me sonríe, pero no responde... Seguimos caminando hasta llegar a la lanzadera espacial, más exactamente, a una de las edificaciones que están a lado, aunque más exactamente, es una entrada al interior de una zona montañosa, donde aparentemente están los cuarteles reales... si es así, no entiendo para que usan los cuarteles de tripulación que están en el hangar.
En la entrada pude ver a dos personas, una es Mei y la otra es Juno, que estaban hablando sin aparente preocupación, lo cual es bastante agradable de ver.
—¡Lutz, ahí estás! Te estábamos esperando para que elijas una habitación.
—Claro, ya estoy aquí. ¿Entramos, entonces?
—No tengas miedo, Ludwig, no mordemos —comenta Dva mientras me empuja dentro. Juno sonríe mientras vuela cerca de nosotros y Mei camina sin preocupaciones.
Dentro, hay habitaciones puestas en fila entre sí y al fondo hay escaleras que apuntan a un segundo piso y un sótano del que desconozco. Desde aquí ya veo entre los pasillos algunas puertas ya decoradas y tomadas por otras personas. Por ejemplo, se nota la habitación de Tracer o la de Sojourn, con su respectiva personalidad.
—Pueden elegir cualquiera que no tenga nombre. Juno, el mío es el que está por allá —dice Mei apuntando a uno entre la habitación de Tracer y Sojourn.
—¡Y la mía está por allá! —Dva apunta al ala contraria, siendo la única aparte de Brigitte y Echo.
Echo no le conozco, seguramente esté en una misión. Miro a Juno, quien está en una encrucijada. Dva sonríe al verla dubitativa. Me voltea a ver y me toma del brazo acercándome a uno vacío seguido del de Brigitte.
—Vente acá, Ludwig, ¡Tienes que mostrarme tu habilidad para jugar en la noche!
—¿Jugar? Nunca lo he hecho.
Juno va decir algo cuando Dva exclama tapándose la boca.
—¿¡Cómo!? ¡Inaudito! Tendré que enseñarte la única forma de divertirse entre tantas horas sin dormir que tendremos —comenta con pesar.
—Si lo dices así, está bien.
Juno se acerca más y Dva se da cuenta.
—¡Tú también puedes unirte a jugar! Será más divertido.
—Eh, ¡Claro, sí, por supuesto! —dice sin pensarlo demasiado, pero en su rostro se ve la curiosidad por las palabras que dijo.
Mei sonríe y se mete en la conversación cuando nota que prácticamente ya decidimos que habitaciones elegimos.
—Bueno, parece que ya han elegido. ¿Por qué no van y se ponen cómodos? —comenta con una voz suave y tierna—, más tarde les hablaré para la cena, no se preocupen. ¡Nos vemos!
—¡Nos vemos, tía Mei!
—Bye, bye.
Me despedí únicamente con la mano, decidido a dar una pequeña siesta antes de seguir con todo.
—Bueno, ya que estamos los tres; ¡Podríamos comenzar a jugar!
Claro, sí. El sueño puede esperar. Sonrío levemente.
—Por supuesto.
—¡Que sí! —Juno completa mis palabras con emoción y nos dirigimos a la habitación de Hana.