Novels2Search

capítulo 2

Pasaron tres días en los que la ansiedad de Juno no hizo más que crecer, intentamos reparar la radio de la cápsula pero aunque lo hiciéramos nos dimos cuenta que las señales simplemente no llegaban, algo las estaba desconectando entre sí. Ahora nos encontramos frente a la cápsula, como los últimos dos días, ella vela porque alguien llegue.

La situación no ayuda, pero aún así me parece un poco tierna como va de aquí para allá flotando en el aire haciendo expresiones graciosas, pero por otro lado me parece triste. Es absurdo, en cierto sentido; ¿Están faltos de recursos como para enviar a un grupo a corroborar una señal? Sí es así, creo que el que terminaré apoyando a Juno seré yo...

Pensándolo bien, creo recordar que puedo sacar las coordenadas de su cápsula. Me levanto del suelo estirándome por completo; levantando mis brazos con aparente cansancio.

—¿Vas a seguir intentando reparar la radio? —comenta con un tono dudoso en su voz.

—Algo así. ¿Podrías comprar un poco de pan? Yo cuido el lugar. Tengo un buen presentimiento hoy.

—Tú siempre tienes un buen presentimiento cuando se trata de comida, tonto —dice con una pequeña risa de por medio mientras se va flotando. Mira atrás una última vez antes de salir del lugar por completo.

La veo irse mientras me despido con la mano y mi sonrisa más de negocios que tengo.

—Bien. A trabajar—Me digo a mí mismo una vez veo que se fue por completo.

Mis alas se expanden y comienzan a generar un campo donde poder concentrarme. Más por gusto personal que por necesidad.

Un análisis exhaustivo del origen me hace llegar a una conclusión muy obvia; viene de un planeta rojo. Eso ya ayuda bastante, pero necesito una coordenada más concreta.

—Venga, no es nada comparado con la tecnología de la empresa...

Me digo palabras motivadoras para hacerlo antes de que llegue Juno. No es que no confíe en que me mire, pero no quiero dar muchas explicaciones y no me parece correcto darle una ayuda tan directa con personas que recién conoces. No es algo que haría una persona normal, según dice mi padre.

Finalmente, tras un tiempo encuentro unas coordenadas específicas. Y bastante justo, puesto que ya oigo pasos viniendo aquí.

Me separo y me limpio el sudor mientras me relajo. Contactando con los restos de mi padre de paso para ver si puede ayudar a las pobres almas que se encuentran allá. Por lo menos mientras llega ayuda verdaderamente útil.

—Creo que tendremos que esperar a...

Mientras hablo tranquilamente recostado en una pared, reconozco que sus pasos no son los mismos que antes. Mi reacción es rápida, puesto que son múltiples pasos y algunos más pesados que otros.

—¿Quiénes son? —digo en un tono amenazador; más como serio que otra cosa, puesto que confío en que no hay amenazas relevantes en este momento. Aún así, preparo mi cañón de riel, mi arma más fuerte, por seguridad.

Detrás de la puerta sale un mono gigante acompañado por dos mujeres. Una es Juno y la otra no sé, pero va bien vestida para una nevada en Alaska. ¿Cómo no siente calor con tanta ropa? Y yo que tengo calor y solo llevo una playera negra. No, esto no es envidia.

—¡Lutz, tranquilo! —avisa con antelación Juno acercándose a mí, atravesando de paso al par que vino con ella para protegerlos—, ellos son de Overwatch. Tenías razón, ¡si vinieron!

Me alegro sinceramente de que reciba ayuda, pero por otro fue tan sorpresivo que un momento antes y me veían casi en bolas, metafóricamente hablando.

—Bueno saberlo entonces. Disculpen mi descortesía, no muchas personas vendrían a un lugar abandonado.

Mi tono es ligero, apelando con honestidad pero sin perder el respeto. Me inclino un poco y devuelvo el arma a mi espalda, donde procede a flotar junto al resto de mis armas.

Veo como el mono ve con curiosidad mi espalda, ya sea por las alas o por las armas. Pero no me parece correcto que lo haga; aún así, no digo nada para no dar problemas a Juno desde el principio.

—¡Este es mi amigo, Ludwig Schwarz!

—¿Él también vino de...? —Llega a preguntar el mono el cual aún no sé su nombre siquiera. Procedo a interrumpir antes de que Juno responda.

—Soy de la tierra, pero creo que estaba un poco perdida por lo que decidí ayudarla.

—Ya... veo.

Ella me mira curiosa, pero no dice más, solo sonríe. Le sonrío de vuelta mientras espero a ver como continúa la conversación.

—Mei, ayúdame a congelar la cápsula, la analizaremos volviendo a la base para conseguir contacto con ellos o su posición.

—¡Claro! —comenta ella moviéndose rápidamente a trabajar.

Mientras ellos trabajan en lo suyo, me acerco a Juno para platicar.

—Entonces, ¿Ellos son overwatch?

—Me dijeron que no todos pudieron venir por estar en otras misiones, pero sí, ellos son overwatch —responde con un poco de lástima en su voz, pero reafirmando su positivismo al final.

Asiento sin hacer más preguntas mientras veo como hacen de la cápsula un gigantesco cubo de hielo. Es asombroso lo rápido que lo han congelado.

—Ludwig, ¿Me vas a acompañar? —susurra con algo de temor en su voz.

—Ya somos amigos del alma, ¿Cómo podría abandonarte ahora? No seas tan negativa ahora, ten confianza... Confían en ti desde allá.

Ella me mira con una sonrisa y levanta el puño con emoción, dando una voltereta en el aire con emoción.

—Eres bastante más fuerte de lo que pareces —comento inconscientemente al ver al mono acercándose con el cubo de cápsula en su espalda sostenido en su hombro. Él ríe con una carcajada.

—Una mente sana es un cuerpo sano, mi amigo.

Una sabia frase sin duda.

Pasamos caminando hasta subir a una enorme nave en la que guardan la cápsula en un almacén dentro de la nave separado de la sala principal, donde veo que hay mesas y sillas.

—¡Winston, Mei! Bienvenidos de vuelta —Oigo una voz relajada y curiosa al fondo, en el puesto de piloto —, ¿Cómo les fue?

—Encontramos a estos dos chicos, Tracer. —comenta intentando de manera fallida no sonar pesimista—, necesitamos volver a Gibraltar cuanto antes, su situación es más grave de lo que esperamos.

Ella lo mira a los ojos con seriedad y asiente, volviendo rápidamente a su puesto.

El mono tose un poco antes de volver su mirada hacia nosotros, más exactamente a mí.

—Bueno, ¿Ludwig, cierto? Puedes llamarme Winston, esta chica de acá es Mei y la piloto de por allá es Tracer. Somos overwatch.

If you spot this tale on Amazon, know that it has been stolen. Report the violation.

—¿Supondría que el resto está en la base?

—Supones bien, la mayoría debe haber vuelto cuando estemos en la base.

Asentí sin muchos problemas, buscando una silla cómoda donde sentarme. No fue mucho problema encontrar un sofá vacío cerca de un póster publicitario de alguna bebida de lo cual solo destaca la bonita chica en él. Juno me siguió mientras el resto fue al frente a hablar entre ellos.

—Ya que esté arreglado, ¿Qué piensas hacer, Juno?

Pregunto con verdadera curiosidad mientras juego con una moneda entre mis manos. Juno sigue flotando ignorante de la comodidad de un sofá... aunque flotar debe ser como estar en casa, supongo.

—Yo... no lo sé, creo que me quedaré un poco más aquí, en la Tierra. Si ellos están bien, creo que puedo ayudar a la Tierra como agradecimiento —responde con un atisbo de nervios en su voz —, no sé si sabes, pero resulta que está ocurriendo otra guerra entre ómnicos y humanos. No quiero que mueran más personas.

—¿Hay algo más... personal? Sé que te emociona estar en la Tierra, no tiene nada de malo.

Su rostro se torna rojo de vergüenza y mira al lado contrario... con todo su cuerpo.

—También me gustaría... aprender todos los idiomas del mundo.

Que linda se ve toda apenada. Debió haberle gustado la enorme variedad de idiomas fuera del mundo anglosajón, o tal vez sus padres ya venían con una carga que la hizo amar las formas de expresar palabras... No lo sé, no puedo adivinarlo solo.

—Eso es admirable —comenté sin cuidado, pero no pude evitar soltar una broma —. Pero tendrás que volver en el tiempo si quieres aprender también las lenguas extintas.

—¡Ojalá pudiera! Sería emocionante, habría tantas cosas que podrías observar, tanto que... —Me mira fijamente, entrecerrando sus ojos—, Era... Era una broma, ¿Cierto?

Mirándola ahora, es como un cachorro abandonado tras quitarle su comida.

—Lo es, pero no te preocupes, sigue hablando, tú emoción es pegadiza.

Continuamos charlando de cosas banales, con más o menos importancia, viajando a través del mar cuando un pitido comenzó a sonar.

—Eh... Winston, hay movimiento acercándose a nosotros.

—Pero estamos en medio del... ¡Null Sector! —comentó entre maldiciones mientras comenzaban a monitorizar los movimientos.

Miré a Juno y me devolvió la mirada, no era miedo lo que vi, eran nervios. Sería su primer combate si salía... Me rasqué el cuello con mi mano izquierda mientras tomaba mi revólver en mano derecha.

—Parece que tendré que pagar un poco de la ayuda hoy, Winston.

—¿Estás seguros de que puedes encargarte? No creo que puedas... volar, ¿Cierto?

Juno intentó hablar, pero le detuve tomando su hombre con mi mano.

—Déjame a estos a mí y peleemos juntos en la siguiente, Juno. Confía en mí.

Llegué a la puerta, solo esperando que la abrieran. Sonrío con confianza y veo fijamente a Winston.

—Abre la escotilla, Winston. Es más fácil que esperar a llegar a tierra.

Todos me miraron dudando, pero Winston finalmente aceptó moviéndose rápidamente para abrir la puerta. El viento comenzó a absorber todo a su paso, tirando hacia afuera a casi cualquiera. Mei fue sostenida por Winston y Juno no tuvo ningún problema por estar flotando. Yo, en cambio, solo sentí la brisa en mi piel arrastrarme, pero caminé sin problemas hasta la puerta.

Miro atrás, donde todos me siguen mirando, aún noto a Juno nerviosa, seguramente quiera ayudar, pero le detuve porque sospecho que hay algo más; no son demasiados, y por eso mismo me extraña un ataque tan repentino. Le sonrío a Juno en despedida.

—Nos vemos después.

Y con esas palabras me tiré del avión.

La caída es rápida, pero me siento relajado. Es hasta nostálgico; Tomo el lanzacohetes en mis manos y agarro uno de los misiles en mis manos. Todo tan rápido que sería inapreciable para otras personas. Así, floté.

Sí, el cohete una vez prendido se iluminó de un color azul que lo detuvo en el aire y conmigo encima de él. A lo lejos, un color rojo y morado de múltiples robots voladores llamaron mi atención.

—Sí, así está mejor.

Me comento a mí mismo con relajo mientras comienzo a hacer un surf en el aire con el cohete entre mis pies. Pronto, disparos comenzaron a llegar a mí.

Esquivo la mayoría y reflejo los que puedo con mi brazo izquierdo. Golpeando los proyectiles de vuelta sin problemas. Aprovecho justo cuando estoy por llegar a ellos para dejar al cohete libre de mí y golpear a uno de los suyos de lleno. Mientras caigo, de mi mano izquierda sale un gancho, por decirlo de alguna manera; que atraviesa a uno de los calamares mecánicos y me permite balancearme entre las múltiples balas dirigidas a mí.

—¡Necesitas mucho más para cansarme, Null Sector!

Mientras hablo, suelto un par de monedas al aire y disparo cuidadosamente a ellas, lo que hace que sean disparadas como proyectiles entre sí a múltiples objetivos a la vez. Así, continuo con el resto.

No son un grupo grande, de hecho, parecen más exploradores por como no reaccionan a mi forma de pelear, lo cual es extraño. Decido terminar rápido y no mostrar el resto de mi arsenal para terminar con ellos.

Disparos volaron de mi parte y de la suya, pero los suyos no eran disparos concretos, buscaron darme en partes no críticas de mi cuerpo, por lo que no tuve muchos problemas para acabar con ellos y terminar volando de regreso en mi cohete hacia ellos una vez más.

Por suerte, parece que ellos podían ver más allá que con solo el radar, por lo que me abrieron la puerta para poder entrar una vez me acerqué a la compuerta.

Una vez dentro, no pude evitar relajarme. Hacer bailes de la muerte es divertido las primeras veces, pero nada como un momento de relajación.

—¡Ludwig, eso fue asombroso! —gritó una Juno emocionada mientras se acercaba levantando los brazos.

—Gracias por tu ayuda, chico.

—No hay nada que agradecer, necesitamos llegar cuanto antes.

—¡Ya escuchaste, Tracer! —comentó Winston con una risa inicial mientras se acercaba a hablar con ella. Mei en cambio se acercó a nosotros.

—¡Señor, sí señor! —respondió Tracer siguiendo un falso y exagerado estilo militar.

Sonreí irónicamente, centrándome en Mei, la cual nos invita a sentarnos en el mismo sofá de antes. Juno finalmente se sienta a lado de Mei y yo me siento un poco más separado de ellas.

—¿Ya te has enfrentado a Null Sector antes, Ludwig?

—No, pero mi padre siempre me instó a aprender a defenderme y a pelear —Me siento incómodo explicando cosas que podrían relacionarse con lo que viví con mi padre. No me siento orgulloso —. Juno me contó que conociste a su madre, ¿Hay alguna razón por la que te ves tan joven?

Sus mejillas se pintaron de rojo pero a la vez vi un atisbo de tristeza brotar en su mirada. No respondió. En cambio, Juno me dio un codazo mientras me criticó.

—Creo que hacer preguntas de la edad de una mujer no es muy respetuoso, Ludwig —comenta con un tono regañón —, además, puede tener razones igual de malas que por las que pasé para venir aquí. Se más consciente.

Ya veo, parece ser que no es una pregunta que sea tan sencilla. ¿Tal vez un pasado duro? Puede ser, no me entrometeré entonces.

—Pido perdón, entonces. No era mi intención molestar —comento sin mayor problema al respecto.

Mei parece reaccionar porque rápidamente niega con sus manos y cabeza.

—¡No, no no! No te preocupes, no es tan grave. Es solo que... yo era parte del equipo que se encargaba en ayudar a la familia de Juno... Ocurrió un accidente, fui la única...

No terminó su frase, pero solo con lo que dijo ya me da una idea esclarecedora de lo que ocurrió.

—Mis condolencias, en serio; no era mi intención que recordases momentos tan... malos.

Juno rápidamente nos miró a ambos mientras nos consumíamos en pesimismo y como la persona que es, decidió cambiar de tema.

—¡Ludwig! ¿No te interesaría entrenarme una vez lleguemos a Gibraltar?

—En overwatch habrá alguien más capacitado. Son una organización internacional, después de todo. ¿No es cierto, Mei?

Otra vez esa cara de incomodidad. Por favor, ya debo dejar de dar temas de conversación así.

—Eh, bueno... No, volvimos por la gente, pero no estamos oficialmente de vuelta, al menos para los gobiernos.

Ah, claro, no había leído en las noticias que no se reconstruyó overwatch, si no que se volvieron a agrupar bajo el mismo nombre ilegalmente.

Eso solo me llega a cuestionar si tendrán los recursos para ayudar a Juno, pero no haré la pregunta ahora, sería más incómodo de lo que ya es.

—Vaya, eso es, uh, admirable, cuanto menos —comenté intentando arreglar la situación.

Juno sonrío mientras aplaudía, volviendo a su costumbre de gravitar en el aire.

—¡Cierto, cierto! Habla mucho de ti, tía, por unirte a overwatch cuando la gente más los necesita.

Los elogios parecen funcionar para que se ponga roja otra vez. ¿No está acostumbrada a los elogios? El mono parece ser alguien que los da seguidos, por lo que algo de confianza debería de tener... Aunque se ve tierna.

Decido parar los elogios de Juno antes de que terminemos dejándola como un pollo asado, respondiendo con el mismo codazo que ella me hizo.

—Bueno, ¿Hay algo que tengamos que saber al llegar? ¿Hay mucha gente por conocer?

—¡Oh, sí las hay! Las mejores personas del mundo —habla quien menos me esperaba. La piloto.

Creo que le llamaron Tracer antes. para ser tan silenciosa tiene una voz contrario a ello... O tal vez es el momento, pues está ocupada y tal vez por eso no ha hablado.

Mei sonrió, asintiendo a la par que sus palabras. Poco después hablamos de cosas más cotidianas, Había mucho que preguntar de la tierra, o mejor dicho, Juno tenía mucha curiosidad por la tierra, en general. Y viendo el positivismo por su familia, yo creo que estará bien que descanse un poco.